Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Moderna 1929 close Reina-Valera revisada 1960 close Reina-Valera revisada 1909 close
Por David. Salmo de David. Salmo de David.
1 ¡BENDITO sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra! Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;
BENDITO sea Jehová, mi roca, Que enseña mis manos á la batalla, Y mis dedos á la guerra:
2 ¡Misericordia mía, y mi castillo, refugio mío, y mi libertador, escudo mío, y Aquel en quien confío: el que sujeta mi pueblo debajo de mí! Misericordia mía y mi castillo,
Fortaleza mía y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado;
El que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
Misericordia mía y mi castillo, Altura mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que allana mi pueblo delante de mí.
3 ¡Oh Jehová! ¿qué es el hombre para que tú le conozcas, o el hijo del mortal para que le tengas en aprecio? Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses,
O el hijo de hombre, para que lo estimes?a
Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que de él conozcas? ¿Ó el hijo del hombre, para que lo estimes?
4 El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como una sombra que pasa. El hombre es semejante a la vanidad;
Sus días son como la sombra que pasa.
El hombre es semejante á la vanidad: Sus días son como la sombra que pasa.
5 ¡Inclina, oh Jehová, tus cielos y desciende! ¡toca las montañas, y humeen! Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende;
Toca los montes, y humeen.
Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende: Toca los montes, y humeen.
6 ¡Arroja relámpagos, y dispersa a mis enemigos; envía tus saetas, y contúrbalos! Despide relámpagos y disípalos,
Envía tus saetas y túrbalos.
Despide relámpagos, y disípalos, Envía tus saetas, y contúrbalos.
7 ¡Extiende tus manos desde el cielo; rescátame, y líbrame de las muchas aguas, de la mano de los hombres extraños; Envía tu mano desde lo alto;
Redímeme, y sácame de las muchas aguas,
De la mano de los hombres extraños,
Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hijos de extraños;
8 cuya boca habla mentira, y su diestra es diestra de falsedad! Cuya boca habla vanidad,
Y cuya diestra es diestra de mentira.
Cuya boca habla vanidad, Y su diestra es diestra de mentira.
9 ¡Oh Dios! a ti cantaré un cántico nuevo; con salterio de diez cuerdas tañeré salmos a ti: Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo;
Con salterio, con decacordio cantaré a ti.
Oh Dios, á ti cantaré canción nueva: Con salterio, con decacordio cantaré á ti.
10 al que da victoria a reyes; que rescata a David, su siervo, de maligna espada. Tú, el que da victoria a los reyes,
El que rescata de maligna espada a David su siervo.
Tú, el que da salud á los reyes, El que redime á David su siervo de maligna espada.
11 ¡Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, cuya boca habla mentira, y su diestra es diestra de falsedad! Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños,
Cuya boca habla vanidad,
Y cuya diestra es diestra de mentira.
Redímeme, y sálvame de mano de los hijos extraños, Cuya boca habla vanidad, Y su diestra es diestra de mentira.
12 para que nuestros hijos sean, como plantas, bien crecidos en su juventud; nuestras hijas, como pilastras labradas para el edificio de un palacio; Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud,
Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;
Que nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud; Nuestras hijas como las esquinas labradas á manera de las de un palacio;
13 nuestros graneros llenos, suministrando acopio de todas suertes; nuestros rebaños que paran a millares y a diez millares en nuestros campos; Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano;
Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros campos;
Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; Nuestros ganados, que paran á millares y diez millares en nuestras plazas:
14 nuestros bueyes cargados de carnes; que no haya daños, ni pérdidas, ni quien profiera lamentos en nuestras calles. Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;
No tengamos asalto, ni que hacer salida,
Ni grito de alarma en nuestras plazas.
Que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; Que no tengamos asalto, ni que hacer salida, Ni grito de alarma en nuestras plazas.
15 ¡Dichoso el pueblo a quien así sucede; sí, dichoso el pueblo cuyo Dios es Jehová! Bienaventurado el pueblo que tiene esto;
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.
Bienaventurado el pueblo que tiene esto: Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.
navigate_before Salmo 143 Salmo 145 navigate_next
arrow_upward Arriba