Biblia paralela
# | Moderna 1929 actualizada 2020 | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1960 | Reina-Valera revisada 1909 |
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1 | Guardaos de cumplir vuestro deber ante los hombres, con el fin de ser vistos por ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. | GUARDAOS de hacer vuestra justicia delante de los hombres, con el fin de ser mirados por ellos: de otra manera no tenéis galardón de vuestro Padre que está en los cielos. | Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos;a de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. | MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos. |
2 | Pero tú, cuando des limosna, no hagas tocar la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser elogiados por los hombres. En verdad os digo: Ya tienen su recompensa. | Mas tú, cuando haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, de modo que tengan gloria de los hombres. En verdad os digo: Ya tienen su galardón. | Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. | Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa. |
3 | Pero cuando tú des limosna, que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha; | Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha; | Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, | Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha; |
4 | de modo que tu limosna sea en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. | de modo que tu limosna sea en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. | para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. | Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público. |
5 | Cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque les gusta orar de pie en las sinagogas, y en las esquinas de las calles, para exhibirse ante los hombres. En verdad os digo: Ya tienen su recompensa. | Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque ellos aman estar en pie orando en las sinagogas, y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad os digo: Ya tienen su galardón. | Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres;b de cierto os digo que ya tienen su recompensa. | Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago. |
6 | Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto y cerrando tu puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. | Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y habiendo cerrado tu puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. | Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,c ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. | Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. |
7 | Orando, no parloteéis inútilmente como los gentiles; porque ellos piensan que por su mucho hablar serán oídos. | Y orando, no useis de vanas repeticiones, como los gentiles; porque ellos piensan que por su mucho hablar serán oídos. | Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. | Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos. |
8 | No seáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de lo que tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. | No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de lo que tenéis necesidad, antes que le pidáis. | No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. | No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. |
9 | Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. | Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. |
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. | Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. |
10 | Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. | Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. | Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. | Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. |
11 | Danos hoy nuestro pan de cada día. | Danos hoy nuestro pan de cada día. | El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. | Danos hoy nuestro pan cotidiano. |
12 | Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. | Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. | Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. | Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores. |
13 | Y no nos pongas a prueba, sino líbranos del maligno. | Y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, para siempre. Amén. | Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria,d por todos los siglos. Amén. | Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. |
14 | Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial; | Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial: | Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; | Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial. |
15 | pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas. | pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre tampoco os perdonará vuestras ofensas. | mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.e | Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. |
16 | Cuando ayunéis no os hagáis, como los hipócritas, de rostro austero; porque ellos demudan su rostro, para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo: Ya tienen su recompensa. | Y cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas, de rostro austero; porque ellos demudan su rostro, de modo que sean vistos por los hombres ayunando. En verdad os digo: Ya tienen su galardón. | Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. | Y cuando ayunáis, no seáis como los hipócritas, austeros; porque ellos demudan sus rostros para parecer á los hombres que ayunan: de cierto os digo, que ya tienen su pago. |
17 | Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, | Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, | Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, | Mas tú, cuando ayunas, unge tu cabeza y lava tu rostro; |
18 | para que los hombres no vean que estás ayunando, sino tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. | de modo que no seas visto por los hombres ayunando, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. | para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. | Para no parecer á los hombres que ayunas, sino á tu Padre que está en secreto: y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. |
19 | No amaséis tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el óxido consumen, y donde los ladrones entran y roban; | No os alleguéis tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el orín los consumen, y donde los ladrones los minan y hurtan: | No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,f y donde ladrones minan y hurtan; | No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladronas minan y hurtan; |
20 | más bien, amasad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido consumen, y donde los ladrones no entran, ni roban; | sino antes, allegaos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín consumen, y donde ladrones no minan, ni hurtan: | sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. | Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan: |
21 | porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. | porque en donde estuviere vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. | Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. | Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón. |
22 | La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es simple, todo tu cuerpo estará [lleno de] luz; | La lumbrera del cuerpo es el ojo; si, pues, tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo estará lleno de luz; | La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; | La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso: |
23 | pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo será tenebroso; si, pues, la luz que en ti hay son tinieblas, ¡cuán grandes serán las tinieblas! | mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso: si, pues, la luz que en ti hay son tinieblas, aquellas tinieblas ¡cuán grandes no serán! | pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? | Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas? |
24 | Nadie puede servir a dos amos, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o querrá a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. | Ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o será adicto al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. | Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.g | Ninguno puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir á Dios y á Mammón. |
25 | Por esto os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? | Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, sobre lo que habéis de comer, o lo que habéis de beber; ni tampoco por vuestro cuerpo, sobre lo que habéis de vestir. ¿La vida no es más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? | Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? | Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? |
26 | Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta; ¿no sois vosotros más importantes que ellas? | Mirad las aves del cielo, cómo ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta: ¿no valéis vosotros mucho más que ellas? | Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? | Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?. |
27 | ¿Y quién de vosotros, por más que se preocupe, puede añadir un codo a su estatura? | ¿Y quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a lo largo de su vida? | ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? | Mas ¿quién de vosotros podrá, congojándose, añadir á su estatura un codo? |
28 | ¿Por qué os preocupáis por la ropa? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; | Y en cuanto al vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan, ni hilan; | Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; | Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; |
29 | pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vestía como uno de ellos. | mas yo os digo que ni aun Salomón en toda su gloria fué vestido como uno de ellos. | pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloriah se vistió así como uno de ellos. | Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos. |
30 | Si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy es, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? | Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy es, y mañana es echada en el horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? | Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? | Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe? |
31 | Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ¿Qué comeremos?, o ¿qué beberemos?, o ¿con qué nos vestiremos? | Por tanto no os afanéis, diciendo: ¿Qué comeremos? ¿o qué beberemos? ¿o con qué nos vestiremos? | No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? | No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cubriremos? |
32 | Porque con afán los gentiles buscan todas estas cosas; y vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. | porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; y vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. | Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. | Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester. |
33 | Buscad primero el reino y la justicia de Dios; y todas estas cosas os serán añadidas. | Mas buscad primeramente el reino de Dios, y su justicia; y todas estas cosas os serán dadas por añadidura. | Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. | Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. |
34 | Por tanto, no estéis preocupados por el mañana; porque el mañana se preocupará de sus propias cosas. Basta a cada día su propio mal. | Por tanto no os afanéis por el día de mañana; que el día de mañana se afanará por las cosas de sí mismo. Le basta al día el mal suyo. | Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. | Así que, no os congojéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán. |