Biblia paralela
# | Moderna 1929 actualizada 2020 | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1960 | Reina-Valera revisada 1909 |
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1 | Cuando terminó sus palabras a oídos del pueblo, Jesús entró en Capernaum. | Y DESPUÉS que Jesús hubo concluido todos sus dichos a oídos del pueblo, entró en Capernaum, | Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. | Y COMO acabó todas sus palabras oyéndole el pueblo, entró en Capernaum. |
2 | El siervo de un centurión, a quien este estimaba mucho, estaba muy enfermo, a punto de morir. | Y el siervo de cierto centurión, a quien éste estimaba mucho, estaba enfermo, y a punto de morir. | Y el siervo de un centurión, a quien este quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. | Y el siervo de un centurión, al cual tenía él en estima, estaba enfermo y á punto de morir. |
3 | Cuando oyó hablar de Jesús, le envió ancianos de los judíos a pedirle que fuera a sanar a su siervo. | Y cuando el centurión oyó hablar de Jesús, envió a él los ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. | Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. | Y como oyó hablar de Jesús, envió á él los ancianos de los Judíos, rogándole que viniese y librase á su siervo. |
4 | Ellos fueron a Jesús y le rogaban con insistencia, diciendo: Es digno de que le concedas esto; | Y ellos, viniendo a Jesús, le rogaron, diciendo: Digno es de que hagas esto por él; | Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; | Y viniendo ellos á Jesús, rogáronle con diligencia, diciéndole: Porque es digno de concederle esto; |
5 | porque ama a nuestra nación y nos edificó la sinagoga. | porque ama a nuestra nación; y él nos edificó la sinagoga. | porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. | Que ama nuestra nación, y él nos edificó una sinagoga. |
6 | Jesús fue con ellos. No estaba lejos de la casa cuando el centurión le envió unos amigos para decirle: Señor, no te molestes; porque no soy digno de que entres bajo mi techo; | Y Jesús fué con ellos. Mas cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión le envió unos amigos suyos, diciéndole: Señor, no te molestes; porque no soy digno de que entres debajo de mi techado: | Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; | Y Jesús fué con ellos. Mas como ya no estuviesen lejos de su casa, envió el centurión amigos á él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado; |
7 | por lo cual no me consideré digno de ir a ti; pero di una palabra y el muchacho quedará sano. | por lo cual no me tuve yo por digno de ir a ti; pero di la palabra, y mi criado quedará sano. | por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano. | Por lo cual ni aun me tuve por digno de venir á ti; mas di la palabra, y mi siervo será sano. |
8 | Porque también yo, que soy hombre bajo autoridad, tengo soldados bajo mi mando; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. | Porque también yo, siendo hombre subalterno, tengo soldados sujetos a mí; y digo a éste: ¡Vé! y va; y al otro: ¡Ven! y viene; y a mi siervo: ¡Haz esto! y lo hace. | Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. | Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mí soldados; y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace. |
9 | Al oír esto Jesús, se maravilló de él; y volviéndose, dijo a la multitud que lo seguía: Os digo que ni aun en Israel he encontrado fe tan grande. | Y cuando Jesús oyó esto, maravillóse de él; y volviéndose al gentío que le seguía, dijo: Os digo, que ni aun en Israel he hallado fe tan grande. | Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. | Lo cual oyendo Jesús, se maravilló de él, y vuelto, dijo á las gentes que le seguían: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. |
10 | Al regresar a la casa, los enviados hallaron sano al siervo. | Y volviéndose a la casa los enviados, hallaron sano al siervo. | Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. | Y vueltos á casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. |
11 | Al día siguiente iba [Jesús] a una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y una gran multitud. | Y aconteció al día siguiente, que iba Jesús a una ciudad llamada Naín; y le acompañaban sus discípulos y gran multitud de gente. | Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. | Y aconteció después, que él iba á la ciudad que se llama Naín, é iban con él muchos de sus discípulos, y gran compañía. |
12 | Llegando cerca de la puerta de la ciudad, vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda. Y la acompañaba una gran multitud de la ciudad. | Y cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a un difunto, hijo único de su madre, y ella era viuda. Y mucha gente de la ciudad estaba con ella. | Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. | Y como llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera á un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda: y había con ella grande compañía de la ciudad. |
13 | Viéndola el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: ¡No llores más! | Y viéndola el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: ¡No llores! | Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. | Y como el Señor la vió, compadecióse de ella, y le dice: No llores. |
14 | Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se pararon. Y dijo: ¡Joven, yo te digo: Levántate! | Y acercándose, tocó las andas; y los que le llevaban se pararon. Y dijo ¡Mancebo, yo te digo: Levántate! | Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. | Y acercándose, tocó el féretro: y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Mancebo, á ti digo, levántate. |
15 | El muerto se incorporó y comenzó a hablar; y lo dio a su madre. | E incorporóse el muerto, y comenzó a hablar; y lo dió a su madre. | Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. | Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó á hablar. Y dióle á su madre. |
16 | Todos se llenaron de temor y alababan a Dios, diciendo: ¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios ha visitado a su pueblo! | Y temor apoderóse de todos; y alababan a Dios, diciendo: ¡Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! y: ¡Dios ha visitado a su pueblo! | Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. | Y todos tuvieron miedo, y glorificaban á Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado á su pueblo. |
17 | Este dicho sobre él salió por toda Judea y por toda la comarca alrededor. | Y este dicho respecto de él salió por toda la Judea, y por toda la región de alrededor. | Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor. | Y salió esta fama de él por toda Judea, y por toda la tierra de alrededor. |
18 | Los discípulos de Juan le informaron de todas estas cosas. | Y los discípulos de Juan Bautista le dieron noticia de todas estas cosas. | Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, | Y sus discípulos dieron á Juan las nuevas de todas estas cosas: y llamó Juan á dos de sus discípulos, |
19 | Entonces Juan, llamando a dos de ellos, los envió a preguntar al Señor: ¿Eres tú el que viene, o debemos esperar a otro? | Juan entonces, llamando a sí a dos de sus discípulos, los envió al Señor, diciendo: ¿Eres tú aquel que había de venir, o debemos esperar a otro? | y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? | Y envió á Jesús, diciendo: ¿Eres tú aquél que había de venir, ó esperaremos á otro? |
20 | Cuando los hombres se acercaron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a preguntarte: ¿Eres tú el que viene, o debemos esperar a otro? | Y cuando los hombres hubieron venido a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: ¿Eres tú aquel que había de venir, o debemos esperar a otro? | Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? | Y como los hombres vinieron á él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado á ti, diciendo: ¿Eres tú aquél que había de venir, ó esperaremos á otro? |
21 | En aquella hora sanó a muchos de enfermedades, de plagas y de espíritus malignos; y a muchos ciegos les dio la vista. | En aquella hora sanó a muchos de dolencias, y de plagas, y de espíritus malignos; y a muchos que eran ciegos les dió vista. | En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. | Y en la misma hora sanó á muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos; y á muchos ciegos dió la vista. |
22 | Y les respondió: Id y contad a Juan las cosas que habéis visto y oído: Los ciegos recobran la vista, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y los pobres son evangelizados. | Y él respondiendo, les dijo: Id, y declarad a Juan las cosas que habéis visto y oído: Los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos son limpiados y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es predicado el evangelio; | Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,a los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;b | Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, dad las nuevas á Juan de lo que habéis visto y oído: que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, á los pobres es anunciado el evangelio: |
23 | ¡Y bienaventurado aquel que no tropieza por mi causa! | ¡y bienaventurado aquel que no hallare tropiezo en mí! | y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí. | Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí. |
24 | Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de Juan a la multitud: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? | Y cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir a las multitudes respecto de Juan: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿una caña meneada por el viento? | Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? | Y como se fueron los mensajeros de Juan, comenzó á hablar de Juan á las gentes: ¿Qué salisteis á ver al desierto? ¿una caña que es agitada por el viento? |
25 | Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre vestido con ropa fina? Mirad que los que visten ropas finas y viven rodeados de lujos, están en los palacios de los reyes. | Mas ¿qué salisteis a ver? ¿a un hombre vestido de ropas delicadas? He aquí, los que visten ropas preciosas y viven en delicias, en las cortes de los reyes están. | Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. | Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un hombre cubierto de vestidos delicados? He aquí, los que están en vestido precioso, y viven en delicias, en los palacios de los reyes están. |
26 | Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. | Mas ¿qué salisteis a ver? ¿un profeta? Sí, yo os lo digo, y más que profeta. | Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. | Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un profeta? También os digo, y aun más que profeta. |
27 | Este es de quien está escrito: «He aquí envío mi mensajero ante ti, que preparará tu camino delante de ti.» [Malaquías 3:1] | Éste es aquel de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero ante tu faz, que preparará tu camino delante de ti. | Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.c |
Éste es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual aparejará tu camino delante de ti. |
28 | Os digo que, entre los nacidos de mujer, ninguno hay mayor que Juan; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. | Yo os digo que entre los nacidos de mujer, ninguno hay mayor que Juan; sin embargo, el menor en el reino de Dios mayor es que él. | Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. | Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista: mas el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. |
29 | Al oír esto, todo el pueblo y los cobradores de impuestos justificaron a Dios, habiendo sido bautizados con el bautismo de Juan. | Y todo el pueblo y los publicanos, al oír esto, justificaron a Dios, habiendo sido bautizados con el bautismo de Juan. | Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. | Y todo el pueblo oyéndole, y los publicanos, justificaron á Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. |
30 | Pero los fariseos y los doctores de la ley rechazaron el propósito de Dios para con ellos, no habiendo sido bautizados por Juan. | Los fariseos empero y los doctores de la ley, desecharon contra sí mismos el consejo de Dios, no habiendo sido bautizados por Juan. | Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.d | Mas los Fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sí mismos, no siendo bautizados de él. |
31 | ¿A quién, pues, compararé a los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? | Y dijo el Señor: ¿A quién, pues, he de comparar los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? | Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? | Y dice el Señor: ¿Á quién, pues, compararé los hombres de esta generación, y á qué son semejantes? |
32 | Son como niños sentados en la plaza, que dan voces a los otros, y les dicen: ¡Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos un canto fúnebre, y no llorasteis! | Son parecidos a niños sentados en la plaza, que dan voces los unos a los otros, y dicen: ¡Os tañimos flauta, y no bailasteis; cantamos lamentos fúnebres, y no plañisteis! | Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. | Semejantes son á los muchachos sentados en la plaza, y que dan voces los unos á los otros, y dicen: Os tañimos con flautas, y no bailasteis: os endechamos, y no llorasteis. |
33 | Porque vino Juan el Bautista que no comía pan ni bebía vino, y decís: ¡Demonio tiene! | Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan, ni bebe vino, y decís: ¡Demonio tiene! | Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. | Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan, ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. |
34 | Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe y decís: ¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores! | El Hijo del hombrea venido, que come y bebe, y decís: ¡He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores! | Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. | Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. |
35 | Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos. | Pero la sabiduría es vindicada por parte de todos sus hijos. | Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos. | Mas la sabiduría es justificada de todos sus hijos. |
36 | Le pidió uno de los fariseos que comiera con él; y entrando en casa del fariseo, se sentó a la mesa. | Y rogóle uno de los fariseos que comiera con él: y entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. | Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. | Y le rogó uno de los Fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del Fariseo, sentóse á la mesa. |
37 | Entonces una mujer pecadora de la ciudad, cuando se enteró de que él estaba sentado a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de perfume de alabastro; | Y he aquí una mujer que había en la ciudad, la cual era pecadora, habiendo entendido que él estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro de ungüento; | Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; | Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, como entendió que estaba á la mesa en casa de aquel Fariseo, trajo un alabastro de ungüento, |
38 | y llorando, se puso detrás, a sus pies; y comenzó a humedecerle los pies con sus lágrimas y los secaba con sus cabellos; los besaba con fervor y los ungía con el perfume. | y poniéndose detrás de él, junto a sus pies, llorando, comenzó a regar éstos con lágrimas, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y los besaba fervorosamente, y los ungió con el ungüento. | y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.e | Y estando detrás á sus pies, comenzó llorando á regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento. |
39 | Cuando vio esto el fariseo que le había invitado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le toca, porque es pecadora. | Mas al ver esto el fariseo que le había convidado, habló dentro de sí, diciendo: Éste, si fuera profeta, hubiera conocido quién y qué tal es la mujer que le toca; porque es pecadora. | Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. | Y como vió esto el Fariseo que le había convidado, habló entre sí, diciendo: Éste, si fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora. |
40 | Jesús le dijo: Simón, tengo que decirte algo. Y él respondió: Di, Maestro. | Y respondiendo Jesús, le dijo: Simón, tengo una cosa que decirte. Y él dice: Di, Maestro. | Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. | Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro. |
41 | Le dijo Jesús: Un acreedor tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta. | Dícele Jesús: Cierto acreedor tenía dos deudores; el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta. | Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; | Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; |
42 | No teniendo ellos con qué pagar, perdonó la deuda a ambos. ¿Cuál de ellos le amará más? | Mas no teniendo ellos con que pagar, a entrambos les perdonó la deuda. ¿Cuál de ellos, pues, le amará más? | y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? | Y no teniendo ellos de qué pagar, perdonó á ambos. Di, pues, ¿cuál de éstos le amará más? |
43 | Simón le respondió: Supongo que aquel a quien más perdonó. Y él le dijo: Correctamente juzgaste. | Simón respondiendo, le dijo: Pienso que aquel a quien más perdonó. Y él le dijo: Has juzgado rectamente. | Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. | Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. |
44 | Vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa no me diste agua para mis pies; pero ella ha lavado mis pies con lágrimas y los limpió con sus cabellos. | Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿ves a esta mujer? Yo entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con sus cabellos. | Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. | Y vuelto á la mujer, dijo á Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos. |
45 | No me diste beso; pero ella, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. | No me diste beso; mas ésta, desde el tiempo que entré, no ha cesado de besar mis pies. | No me diste beso; mas esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. | No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. |
46 | No ungiste mi cabeza con aceite; pero ella con perfume ha ungido mis pies. | No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta con ungüento me ha ungido los pies. | No ungiste mi cabeza con aceite; mas esta ha ungido con perfume mis pies. | No ungiste mi cabeza con óleo; mas ésta ha ungido con ungüento mis pies. |
47 | Por lo cual te digo que le son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho; pero al que poco se le perdona, poco ama. | Por lo cual, a ti digo: ¡Perdonados son los muchos pecados de ella! pues que amó mucho; mas al que poco se perdona, poco ama. | Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. | Por lo cual te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; mas al que se perdona poco, poco ama. |
48 | Le dijo a ella: Tus pecados te son perdonados. | Y a ella le dijo: Los pecados te son perdonados. | Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. | Y á ella dijo: Los pecados te son perdonados. |
49 | Y los que estaban sentados a la mesa con él comenzaron a decir entre ellos: ¿Quién es este que hasta perdona pecados? | Y los que estaban a la mesa con él comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste que aun perdona pecados? | Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es este, que también perdona pecados? | Y los que estaban juntamente sentados á la mesa, comenzaron á decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? |
50 | Y dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado; vete en paz. | Mas él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado: véte en paz. | Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. | Y dijo á la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. |