Biblia paralela
# | Moderna 1929 actualizada 2020 | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1960 | Reina-Valera revisada 1909 |
---|---|---|---|---|
1 | Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán, y por el Espíritu fue conducido al desierto, | Y JESÚS, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu al desierto, | Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto | Y JESÚS, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fué llevado por el Espíritu al desierto |
2 | siendo tentado por el diablo durante cuarenta días. Y no comió nada en aquellos días; pero cuando acabaron esos días, tuvo hambre. | siendo, por cuarenta días, tentado del diablo. Y no comió nada en aquellos días; mas acabados que fueron, tuvo hambre. | por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. | Por cuarenta días, y era tentado del diablo. Y no comió cosa en aquellos días: los cuales pasados, tuvo hambre. |
3 | El diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. | Y el diablo le dijo: Si Hijo eres de Dios, di a esta piedra que se haga pan. | Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. | Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di á esta piedra que se haga pan. |
4 | Jesús le respondió: Está escrito: No solo de pan vivirá el hombre. | Y Jesús le respondió: Está escrito: No de pan solamente vivirá el hombre. | Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre,a sino de toda palabra de Dios. | Y Jesús respondiéndole, dijo: Escrito está: Que no con pan solo vivirá el hombre, mas con toda palabra de Dios. |
5 | Llevándolo a una altura, el diablo le mostró en un instante todos los reinos de la tierra habitada. | Y subiéndole en un monte alto, le mostró todos los reinos de la tierra habitada, en un momento de tiempo. | Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. | Y le llevó el diablo á un alto monte, y le mostró en un momento de tiempo todos los reinos de la tierra. |
6 | Y le dijo el diablo: Te daré toda esta autoridad y la gloria de estos reinos, porque me ha sido entregada, y la doy a quien yo quiero. | Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de estos reinos: porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy; | Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. | Y le dijo el diablo: Á ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque á mí es entregada, y á quien quiero la doy: |
7 | Si tú, pues, te postras ante mí, todo será tuyo. | si pues tú te prosternares delante de mí, todo ello será tuyo. | Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. | Pues si tú adorares delante de mí, serán todos tuyos. |
8 | Jesús le respondió: Está escrito: «¡Al Señor° tu Dios adorarás y solo a él servirás!» [Deuteronomio 6:13] | Y respondiendo Jesús, le dijo: ¡Apártate de mi vista, Satanás! porque está escrito: ¡Al Señor tu Dios adorarás, y a él solamente servirás! | Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.b | Y respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Á tu Señor Dios adorarás, y á él solo servirás. |
9 | Lo condujo a Jerusalén, y lo puso sobre la parte más alta del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; | Y le condujo a Jerusalem, y le puso sobre la almena del Templo, y le dijo: Si Hijo eres de Dios, échate de aquí abajo: | Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; | Y le llevó á Jerusalem, y púsole sobre las almenas del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo: |
10 | porque está escrito: «A sus ángeles mandará junto a ti, que te guarden;» [Salmo 91:11] | porque escrito está: A sus ángeles dará encargo acerca de ti, que te guarden; | porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;c |
Porque escrito está: Que á sus ángeles mandará de ti, que te guarden; |
11 | y «sobre sus manos te llevarán, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.» [Salmo 91:12] | y sobre las palmas de sus manos te elevarán, para que no tropieces con tu pie en alguna piedra. | y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.d |
Y En las manos te llevarán, Porque no dañes tu pie en piedra. |
12 | Jesús le respondió: Dicho está: «No tentarás al Señor° tu Dios.» [Deuteronomio 6:16] | Y respondiendo, le dijo Jesús: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. | Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.e | Y respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. |
13 | Cuando el diablo acabó toda tentación, se apartó de él hasta un momento oportuno. | Y cuando hubo acabado toda suerte de tentación, el diablo se apartó de él por algún tiempo. | Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. | Y acabada toda tentación, el diablo se fué de él por un tiempo. |
14 | Jesús regresó en el poder del Espíritu a Galilea; y su fama se extendió por toda la comarca. | Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea; y salió su fama por toda aquella tierra en derredor. | Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. | Y Jesús volvió en virtud del Espíritu á Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor, |
15 | Enseñaba en sus sinagogas, siendo glorificado por todos. | Y enseñaba en las sinagogas de ellos, siendo glorificado de todos. | Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. | Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de todos. |
16 | Vino a Nazaret, donde había sido criado; y como era su costumbre, entró el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer. | Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró, como era su costumbre, el día de sábado, en la sinagoga, y levantóse a leer. | Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposof entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. | Y vino á Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme á su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó á leer. |
17 | Le fue dado el libro del profeta Isaías; y tras abrirlo, halló el lugar donde estaba escrito: | Y le fué dado el libro del profeta Isaías; y habiendo desarrollado el libro, halló el lugar donde estaba escrito: | Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: | Y fuéle dado el libro del profeta Isaías; y como abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito: |
18 | «El Espíritu del Señor° está sobre mí; porque me ungió para anunciar buenas noticias a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y a los ciegos que recobren la vista; para poner en libertad a los oprimidos; | El Espíritu del Señor está sobre mí; por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y a los ciegos recobro de la vista; para poner en libertad a los oprimidos; | El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; |
El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; Para pregonar á los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en libertad á los quebrantados: |
19 | para proclamar el año de gracia del Señor°.» [Isaías 61:1, 2] | para proclamar el año de la buena voluntad del Señor. | A predicar el año agradable del Señor.g | Para predicar el año agradable del Señor. |
20 | Cerrando el libro, lo entregó al asistente, y se sentó. Y los ojos de todos en la sinagoga se fijaron en él. | Y habiendo arrollado el libro, lo entregó al asistente, y se sentó. Y los ojos de todos los que estaban en la sinagoga se clavaron en él. | Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. | Y rollando el libro, lo dió al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. |
21 | Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura como la oís. | Y comenzó a decirles: Hoy es cumplida esta Escritura en vuestros oídos. | Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. | Y comenzó á decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos. |
22 | Todos le daban testimonio y estaban admirados ante las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? | Y todos le daban testimonio; y se maravillaban de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? | Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? | Y todos le daban testimonio, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? |
23 | Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, ¡cúrate a ti mismo! Haz también aquí, en tu tierra, todo lo que hemos oído que hiciste en Capernaum. | Y él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: ¡Médico, cúrate a ti mismo! todo cuanto hemos oído que has hecho en Capernaum, hazlo también aquí en tu misma patria. | Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. | Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate á ti mismo: de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. |
24 | Les dijo: En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su tierra. | Y les dijo: En verdad os digo, que ningún profeta es acepto en su misma patria. | Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra.h | Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra. |
25 | De cierto os digo, que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y toda la tierra sufrió gran hambre; | De cierto os digo, que muchas viudas había en Israel, en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, de manera que hubo grande hambre en toda la tierra; | Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;i | Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo una grande hambre en toda la tierra; |
26 | y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en Sidón. | y a ninguna de ellas fué enviado Elías, sino a Sarepta, de la tierra de Sidón, a una mujer viuda. | pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.j | Pero á ninguna de ellas fué enviado Elías, sino á Sarepta de Sidón, á una mujer viuda. |
27 | Muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; y ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. | Muchos leprosos también había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; y ninguno de ellos fué limpiado, sino Naamán el siro. | Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.k | Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fué limpio, sino Naamán el Siro. |
28 | Todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira al oír estas cosas. | Y llenáronse de ira todos los que estaban en la sinagoga, al oír estas cosas. | Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; | Entonces todos en la sinagoga fueron llenos de ira, oyendo estas cosas; |
29 | Y levantándose, lo echaron fuera de la ciudad, y lo condujeron a la cumbre del monte sobre el que estaba edificada su ciudad, para despeñarlo. | Y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. | y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. | Y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle. |
30 | Pero él se fue, pasando en medio de ellos. | Mas él, pasando por en medio de ellos, se fué. | Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. | Mas él, pasando por medio de ellos, se fué. |
31 | Descendió a Capernaum, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. | Y bajó a Capernaum, ciudad de Galilea, y les enseñaba en los sábados. | Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.l | Y descendió á Capernaum, ciudad de Galilea. Y los enseñaba en los sábados. |
32 | Estaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra era con autoridad. | Y quedaban atónitos de su enseñanza; porque su palabra era con autoridad. | Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.m | Y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra era con potestad. |
33 | Había en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, y gritó con fuerza: | Y había en la sinagoga un hombre que tenía espíritu de un demonio inmundo; y gritó a gran voz: | Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, | Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó á gran voz, |
34 | ¡Ah! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Viniste a destruirnos? ¡Sé quién eres, el Santo de Dios! | ¡Ea! ¿qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo te conozco, y sé quién eres; eres el Santo de Dios! | diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. | Diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿has venido á destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. |
35 | Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! El demonio, derribándolo en medio [de ellos], salió de él sin hacerle daño. | Y Jesús le reprendió, diciendo: ¡Enmudece, y sal de él! Y habiéndole derribado el demonio en medio de ellos, salió de él, sin hacerle daño. | Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. | Y Jesús le increpó, diciendo: Enmudece, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él, y no le hizo daño alguno. |
36 | Todos quedaron asombrados, y decían unos a otros: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder ordena a los espíritus inmundos, y salen? | Y apoderóse asombro de todos ellos, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es ésta? porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen. | Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? | Y hubo espanto en todos, y hablaban unos á otros, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y potencia manda á los espíritus inmundos, y salen? |
37 | Su fama se iba divulgando por toda la comarca. | Y se iba divulgando su fama por todo lugar de la comarca. | Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos. | Y la fama de él se divulgaba de todas partes por todos los lugares de la comarca. |
38 | Levantándose [salió de] la sinagoga y entró en casa de Simón; la suegra de Simón yacía postrada de una fuerte fiebre; y le rogaron por ella. | Y levantándose de la sinagoga, entró en casa de Simón; y la suegra de Simón yacía postrada de una grande fiebre; y le rogaron por ella. | Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. | Y levantándose Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón: y la suegra de Simón estaba con una grande fiebre; y le rogaron por ella. |
39 | Se inclinó sobre ella, reprendió a la fiebre y [la fiebre] la dejó; y ella, al instante se levantó y les servía. | E inclinóse sobre ella, y reprendió a la fiebre, y la fiebre la dejó; y ella, levantándose al instante, les servía, | E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía. | É inclinándose hacia ella, riñó á la fiebre; y la fiebre la dejó; y ella levantándose luego, les servía. |
40 | Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los traían a él; y poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. | Mas al ponerse el sol todos los que tenían enfermos de diversas dolencias, los traían a él; y poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanó. | Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. | Y poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían á él; y él poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. |
41 | También salían demonios de muchos, gritando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero él los reprendía y no les permitía hablar; porque sabían que él era el Cristo. | Demonios también salían de muchos, clamando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Mas él, reprendiéndoles, no les permitía hablar; porque sabían que era él el Cristo. | También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo. | Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Mas riñéndolos no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo. |
42 | Cuando amaneció, Jesús salió a un lugar desierto; y las multitudes lo buscaban; venían a él y procuraban detenerlo, para que no se apartara de ellos. | Y cuando se hacía de día, Jesús salió a un lugar desierto; y las gentes le buscaban, y vinieron a él, y procuraban detenerle, para que no se apartase de ellos. | Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. | Y siendo ya de día salió, y se fué á un lugar desierto: y las gentes le buscaban, y vinieron hasta él; y le detenían para que no se apartase de ellos. |
43 | Pero él les dijo: Es necesario que yo predique también en las demás ciudades las buenas nuevas del reino de Dios; porque para esto fui enviado. | Mas él les dijo: Es menester que también a las otras ciudades yo predique el reino de Dios; porque para esto fuí enviado. | Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. | Mas él les dijo: Que también á otras ciudades es necesario que anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto soy enviado. |
44 | E iba predicando por las sinagogas de Galilea. | Y andaba predicando en las sinagogas de Galilea. | Y predicaba en las sinagogas de Galilea. | Y predicaba en las sinagogas de Galilea. |