Biblia paralela

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1 Muy temprano, el primer día de la semana fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado. MAS el primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias que habían preparado. El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y EL primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las drogas aromáticas que habían aparejado, y algunas otras mujeres con ellas.
2 Encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro; Y hallaron la piedra removida del sepulcro: Y hallaron removida la piedra del sepulcro; Y hallaron la piedra revuelta del sepulcro.
3 entraron y no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. y entrando dentro, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
4 Sucedió que, mientras esto las tenía desconcertadas, dos varones se pusieron junto a ellas con vestiduras resplandecientes; Y aconteció que mientras estaban sumamente perplejas a causa de esto, he aquí que dos varones se pusieron junto a ellas, con vestiduras resplandecientes; Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto á ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;
5 y estando ellas aterrorizadas con sus rostros inclinados a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? y estando ellas espantadas, y teniendo inclinados los rostros a tierra les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro á tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de cómo os habló cuando estaba en Galilea, No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de cómo os habló, estando aún en Galilea, No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, No está aquí, mas ha resucitado: acordaos de lo que os habló, cuando aun estaba en Galilea,
7 diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de pecadores, que sea crucificado y resucite al tercer día. diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.a Diciendo: Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.
8 Y ellas se acordaron de sus palabras. Y ellas se acordaron de sus palabras; Entonces ellas se acordaron de sus palabras, Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
9 Al regresar del sepulcro, contaron estas cosas a los once y a todos los demás. y volviéndose del sepulcro, refirieron estas cosas a los once, y a todos los demás. y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas á los once, y á todos los demás.
10 Eran María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo y las otras mujeres con ellas, las que dijeron estas cosas a los apóstoles. Y eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Santiago, y las otras mujeres con ellas, las que dijeron estas cosas a los apóstoles. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Y eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, las que dijeron estas cosas á los apóstoles.
11 Sus palabras les parecían un disparate, y no las creían. Y sus palabras les parecían un desvarío; y no las creían. Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. Mas á ellos les parecían como locura las palabras de ellas, y no las creyeron.
12 Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro; e inclinándose, vio solo los lienzos; y se fue a casa maravillado de lo que había sucedido. Mas Pedro se levantó y corrió al sepulcro; e inclinándose, vió los lienzos puestos aparte: y se fué a casa, maravillándose de lo que había acontecido. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro: y como miró dentro, vió solos los lienzos echados; y se fué maravillándose de lo que había sucedido.
13 Ese mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, que distaba 60 estadios de Jerusalén. Y he aquí que dos de ellos iban aquel mismo día a una aldea, llamada Emaus, que distaba de Jerusalem sesenta estadios. Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día á una aldea que estaba de Jerusalem sesenta estadios, llamada Emmaús.
14 Y hablaban entre sí acerca de todos los acontecimientos. Y conversaban entre sí de todas estas cosas que habían sucedido. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. É iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acaecido.
15 Mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. Y aconteció que, mientras ellos así hablaban y se preguntaban mutuamente, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Y aconteció que yendo hablando entre sí, y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llegó, é iba con ellos juntamente.
16 Pero tenían los ojos impedidos para no reconocerlo. Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le reconociesen. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le conociesen.
17 Él les dijo: ¿De qué estáis hablando entre vosotros mientras camináis, para que estéis tan tristes? Y él les dijo: ¿Qué palabras son estas que os decís el uno al otro, mientras camináis? Y ellos se detuvieron, con rostros entristecidos. Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? Y díjoles: ¿Qué pláticas son estas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes?
18 Entonces uno de ellos, llamado Cleofas, le respondió: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo ocurrido en ella estos días? Entonces uno de ellos, llamado Cleopas, le dijo: ¿Eres tú solamente un recién llegado a Jerusalem, que no sabes las cosas ocurridas en ella en estos días? Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Tú sólo peregrino eres en Jerusalem, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días?
19 Él les preguntó: ¿Qué cosas? A lo que ellos dijeron: Las cosas acerca de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obra y palabra delante de Dios y de todo el pueblo; Y él les dijo: ¿Qué cosas? A lo que ellos dijeron: Las cosas con respecto a Jesús el Nazareno, que fué profeta, poderoso en obra y palabra, delante de Dios y de todo el pueblo; Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fué varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20 y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para condenarlo a muerte; y lo crucificaron. y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes le entregaron, para que fuese condenado a muerte, y le crucificaron. y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. Y cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes á condenación de muerte, y le crucificaron.
21 Pero nosotros esperábamos que él era el que debía liberar a Israel. Y tras lo ocurrido, este es el tercer día desde que sucedió todo esto. Mas nosotros esperábamos que él era aquel que había de redimir a Israel. Empero, y además de todo esto, éste es el tercer día desde que acontecieron estas cosas. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. Mas nosotros esperábamos que él era el que había de redimir á Israel: y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido.
22 También unas mujeres de entre los nuestros nos llenaron de asombro. Fueron temprano al sepulcro, Y también ciertas mujeres de los nuestros nos han dejado asombrados, las cuales al amanecer estaban junto al sepulcro; Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; Aunque también unas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro:
23 y al no encontrar su cuerpo, volvieron diciendo que habían visto una visión de ángeles, que habían dicho que él vive. y no hallando su cuerpo, se volvieron, diciendo que habían visto una visión de ángeles, los cuales han dicho que él vive. y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. Y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive.
24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro, y encontraron las cosas tal como las mujeres dijeron; pero a él no lo vieron. Y algunos de los nuestros fueron al sepulcro, y hallaron que era cierto así como las mujeres habían dicho: mas a él no le vieron. Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho; más á él no le vieron.
25 Entonces él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia, y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! Entonces él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia, y tardos de corazón para creer todo cuanto han hablado los profetas! Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26 ¿No era necesario que el Cristo padeciese estas cosas, y entrara en su gloria? ¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciese estas cosas, y entrase en su gloria? ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
27 Comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras las cosas que a él se refieren. Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les iba interpretando en todas las Escrituras las cosas referentes a él mismo. Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían.
28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él intentó ir más lejos. Y se acercaron a la aldea adonde iban, y él hacía como que iba más lejos. Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Y llegaron á la aldea á donde iban: y él hizo como que iba más lejos.
29 Pero ellos insistieron, diciéndole: Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se va acabando. Entró, pues, para quedarse con ellos. Mas ellos a fuerza de ruegos le obligaban, diciendo: Quédate con nosotros; porque ya es la hora de la tarde, y el día se va acabando. Entró, pues, para quedarse con ellos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró pues á estarse con ellos.
30 Sucedió que, al sentarse a la mesa con ellos, tomó el pan y lo bendijo; y partiéndolo, se los dio. Y aconteció que, estando él sentado a comer con ellos, tomó el pan, y lo bendijo; y partiéndolo, se lo dió. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Y aconteció, que estando sentado con ellos á la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y dióles.
31 Entonces se abrieron sus ojos y lo reconocieron; pero él desapareció (se hizo invisible) de delante de ellos. Con esto fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron: y él se hizo invisible a ellos. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron; mas él se desapareció de los ojos de ellos.
32 Entonces se dijeron: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros mientras nos hablaba por el camino y nos abría las Escrituras? Dijeron entonces entre sí: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras hablaba con nosotros por el camino, y mientras nos abría Escrituras? Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
33 Y levantándose al instante, volvieron a Jerusalén y hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos; Y levantándose en aquella misma hora, volvieron a Jerusalem; y hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos; Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, Y levantándose en la misma hora, tornáronse á Jerusalem, y hallaron á los once reunidos, y á los que estaban con ellos.
34 los cuales decían: Verdaderamente resucitó el Señor, y Simón lo ha visto. los cuales decían: El Señor ha resucitado verdaderamente, y ha aparecido a Simón. que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido á Simón.
35 Ellos contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo lo reconocieron cuando partió el pan. Ellos entonces contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo él fué conocido de ellos, en el acto de partir el pan. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos al partir el pan.
36 Mientras hablaban de estas cosas, él se puso en medio de ellos y les dijo: Paz a vosotros. Y mientras que estaban hablando de estas cosas, él mismo se puso de pie en medio de ellos; y les dijo: Paz a vosotros. Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, él se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz á vosotros.
37 Pero ellos, asombrados y llenos de temor, creían ver un espíritu. Mas ellos quedaron aterrados y espantados, pareciéndoles que veían un espíritu. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu.
38 Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados? ¿Y por qué esos pensamientos se agitan en vuestros corazones? Él entonces les dijo: ¿Por qué estáis turbados? ¿y por qué se suscitan cavilaciones en vuestros corazones? Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos á vuestros corazones?
39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved; que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
40 Dicho esto, les mostró sus manos y sus pies. Y dicho esto, les mostró sus manos y sus pies. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y en diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
41 Y como todavía, asombrados y gozosos no creían, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Y mientras todavía no creían de gozo, y se maravillaban, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y maravillados, díjoles: ¿Tenéis aquí algo de comer?
42 Y le dieron parte de un pescado asado y de un panal de miel. Y le dieron parte de un pez asado y de un panal de miel. Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Entonces ellos le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel.
43 Él, tomándolo, comió delante de ellos. Y él tomándolo, comió delante de ellos. Y él lo tomó, y comió delante de ellos. Y él tomó, y comió delante de ellos.
44 Y les dijo: Estas son mis palabras que os hablé estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos. Y les dijo: Éstas son mis palabras, que os hablé, estando todavía con vosotros, que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, y en los Profetas, y en los Salmos. Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Y él les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.
45 Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras; Entonces les abrió la mente, para que entendiesen las Escrituras; Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras;
46 y les dijo: Está escrito, y así era necesario, que el Cristo padeciese y resucitase de entre los muertos al tercer día; y les dijo: Así está escrito, y así era necesario que el Cristo padeciera, y que resucitase de entre los muertos al tercer día; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese,b y resucitase de los muertos al tercer día;c Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;
47 y que en su nombre se predicase el arrepentimiento para perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. y que arrepentimiento y remisión de pecados fuesen predicados en su nombre a todas las naciones, comenzando desde Jerusalem. y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem.
48 Vosotros sois testigos de estas cosas. Vosotros sois testigos de estas cosas. Y vosotros sois testigos de estas cosas. Y vosotros sois testigos de estas cosas.
49 He aquí que yo envío sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero quedaos en la ciudad hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. Y he aquí que yo envío sobre vosotros la promesa de mi Padre; mas quedaos en la ciudad de Jerusalem hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padred sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.
50 Los condujo fuera hasta Betania; y alzando las manos, los bendijo. Y los condujo fuera de la ciudad hasta enfrente de Betania; y alzando las manos, los bendijo. Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y sacólos fuera hasta Bethania, y alzando sus manos, los bendijo.
51 Sucedió que, mientras los bendecía, se fue separando de ellos, y fue llevado al cielo. Y sucedió que, mientras los bendecía, separóse de ellos, y fué llevado arriba al cielo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.e Y aconteció que bendiciéndolos, se fué de ellos; y era llevado arriba al cielo.
52 Ellos, habiéndole adorado, se volvieron a Jerusalén con gran gozo; Y ellos, habiéndole adorado, volviéronse a Jerusalem con gran gozo: Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; Y ellos, después de haberle adorado, se volvieron á Jerusalem con gran gozo;
53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. y estaban de continuo en el Templo, alabando y bendiciendo a Dios. y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén. Y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo á Dios. Amén.
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