Biblia paralela

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1 Después de estas cosas Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea, que es el mar de Tiberias. DESPUÉS de estas cosas Jesús se fué a la otra orilla del Mar de Galilea, que es el mar de Tiberias. Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. PASADAS estas cosas, fuése Jesús de la otra parte de la mar de Galilea, que es de Tiberias.
2 Y le siguió una gran multitud, porque veían los milagros que hacía en los enfermos. Y le siguió una gran muchedumbre de gentes, porque veían los milagros que hacía en los enfermos. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Y seguíale grande multitud, porque veían sus señales que hacía en los enfermos.
3 Pero Jesús subió a la montaña, y allí se sentó con sus discípulos. Mas Jesús se fué a la montaña, y allí se sentó con sus discípulos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y subió Jesús á un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
4 Y la Pascua, la fiesta de los judíos, se acercaba. (Y estaba cerca la Pascua, fiesta de los judíos.) Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los Judíos.
5 Alzando Jesús los ojos, y viendo que una gran multitud venía hacia él, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que estos coman? Alzando, pues, Jesús los ojos, y viendo que una gran multitud venía hacia él, dijo a Felipe: ¿De dónde hemos de comprar pan para que éstos coman? Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? Y como alzó Jesús los ojos, y vió que había venido á él grande multitud, dice á Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
6 Esto lo decía para probarle; pues él mismo sabía lo que iba a hacer. Esto lo decía para probarle; pues él mismo sabía lo que iba a hacer. Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.
7 Felipe le respondió: 200 denarios de pan no bastarían para que cada uno tome un poco. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no les es suficiente, para que cada uno tome un poco. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Respondióle Felipe: Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un poco.
8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro: Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:
9 Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué son estos para tantos? Aquí está un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos: pero éstos ¿qué son entre tantos? Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; ¿mas qué es esto entre tantos?
10 Jesús dijo: Haced que los hombres se recuesten. Había mucha hierba en aquel sitio. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos 5.000. Dijo Jesús: Haced que los hombres se recuesten: y había mucha hierba en aquel sitio. Se recostaron, pues, los hombres, hasta en número de cinco mil. Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar: y recostáronse como número de cinco mil varones.
11 Tomó entonces Jesús los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados; y asimismo les dio de los peces, cuanto querían. Tomó entonces Jesús los panes, y habiendo dado gracias, repartió a los que estaban recostados: y asimismo les dió de los pececillos, cuanto querían. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, repartió á los discípulos, y los discípulos á los que estaban recostados: asimismo de los peces, cuanto querían.
12 Cuando estuvieron satisfechos, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada. Y cuando estuvieron satisfechos, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada. Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Y como fueron saciados, dijo á sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada.
13 Los recogieron, pues, y llenaron doce cestos de los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. Los recogieron, pues, y llenaron doce cestos de los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. Cogieron pues, é hinchieron doce cestas de pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron á los que habían comido.
14 Entonces aquellos hombres, cuando vieron el milagro que Jesús había hecho, decían: Este es verdaderamente el Profeta que había de venir al mundo. Por tanto aquellos hombres, cuando vieron el milagro que Jesús había hecho, decían: Este es verdaderamente el Profeta que había de venir al mundo. Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesús había hecho, decían: Éste verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
15 Jesús, pues, percibiendo que estaban a punto de venir y tomarle por la fuerza, para hacerle rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo. Jesús, pues, percibiendo que estaban a punto de venir y tomarle por fuerza, para hacerle rey, partió otra vez a la montaña, él solo. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo. Y entendiendo Jesús que habían de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió á retirarse al monte, él solo.
16 Al anochecer, sus discípulos bajaron al mar, Y cuando era la tarde, sus discípulos bajaron al mar, Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos á la mar;
17 entraron en una barca e iban atravesando el mar hacia Capernaum. Había ya oscurecido, y Jesús no había aún venido a su encuentro. y entraron en una barca, e iban atravesando el mar hacia Capernaum. Había ya obscurecido, y Jesús no había aún venido a ellos. y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. Y entrando en un barco, venían de la otra parte de la mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido á ellos.
18 Además, el mar se encrespaba a causa de un gran viento que soplaba. Entretanto el mar se iba levantando, a causa de un gran viento que soplaba. Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Y levantábase la mar con un gran viento que soplaba.
19 Cuando habían remado unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús andando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron. Y cuando, pues, hubieron remado cosa de veinte o treinta estadios, ven a Jesús andando sobre el mar, y acercándose a la barca; y se asustaron. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Y como hubieron navegado como veinticinco ó treinta estadios, ven á Jesús que andaba sobre la mar, y se acercaba al barco: y tuvieron miedo.
20 Pero él les dijo: Yo soy, no tengáis miedo. Mas él les dice: Yo soy; no tengáis miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. Mas él les dijo: Yo soy; no tengáis miedo.
21 Querían, pues, recibirlo en la barca y enseguida llegó la barca a la tierra a la que iban. Gustosos pues, le recibieron en le barca; y llegó luego la barca a la tierra adonde iban. Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban. Ellos entonces gustaron recibirle en el barco: y luego el barco llegó á la tierra donde iban.
22 Al día siguiente, la gente que estaba en la otra ribera del mar vio que no había allí más que una sola barca, y sabían que Jesús no había entrado en la barca con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos. Al día siguiente, la gente que estaba de la otra parte del mar, viendo que no había allí más que una sola barquichuela, y conociendo que entró en la barca con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos; El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos. El día siguiente, la gente que estaba de la otra parte de la mar, como vió que no había allí otra navecilla sino una, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en ella, sino que sus discípulos se habían ido solos;
23 Sin embargo, otras barcas de Tiberias se habían aproximado al lugar donde comieron el pan, después de haber dado gracias el Señor. (sin embargo arribaron barquichuelas de Tiberias, cerca del lugar donde comieron el pan, después de haber dado gracias el Señor;) Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. Y que otras navecillas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber el Señor dado gracias;
24 Cuando, pues, la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum en busca de Jesús. cuando, pues, la gente vió que Jesús no estaba allí ni tampoco sus discípulos, entraron ellos en las barquichuelas, y fueron a Capernaum, en busca de Jesús. Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. Como vió pues la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos en las navecillas, y vinieron á Capernaum buscando á Jesús.
25 Y, hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo viniste acá? Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabbí ¿cuándo viniste acá? Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: Rabbí, ¿cuándo llegaste acá?
26 Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo: Me buscáis, no porque visteis los milagros, sino porque comisteis de los panes, y os saciasteis. Respondióles Jesús y dijo: En verdad, en verdad os digo: Me buscáis, no porque visteis los milagros, sino porque comisteis de los panes, y os saciasteis. Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Respondióles Jesús, y dijo; De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os hartasteis.
27 Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que dura para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues sobre este el Padre, Dios, ha puesto su sello. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que dura para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste le selló el Padre, Dios. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. Trabajad no por la comida que perece, mas por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque á éste señaló el Padre, que es Dios.
28 Ellos entonces le dijeron: ¿Qué hemos de hacer, para realizar las obras de Dios? Ellos entonces le dijeron: ¿Qué hemos de hacer, para obrar las obras de Dios? Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Y dijéronle: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios?
29 Jesús respondió: Esta es la obra de Dios, que creáis en aquel a quien él envió. Jesús respondió y les dijo: Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel a quien él envió. Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. Respondió Jesús, y díjoles: Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
30 Le dijeron pues: ¿Qué señal haces tú para que veamos y creamos? ¿Qué obra haces? Dijéronle pues: ¿Qué señal haces tú, para que veamos y creamos? ¿qué obras tú? Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Dijéronle entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obras?
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: «Pan del cielo les dio a comer.» [Salmo 78:24 (véase Éxodo 16:4, 14, 15)] Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dió a comer. Nuestros padres comieron el maná en el desierto,a como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.b Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dió á comer.
32 Les dijo entonces Jesús: En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo, mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Les dijo entonces Jesús: En verdad, en verdad os digo: No fué Moisés quien os dió el pan del cielo; mi Padre empero os da el verdadero pan del cielo. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dió Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo, y da vida al mundo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Ellos le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Ellos por tanto le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Y dijéronle: Señor, danos siempre este pan.
35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí jamás tendrá sed. Díjoles Jesús: Yo soy el pan de la vida: el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca jamás tendrá sed. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
36 Pero os he dicho ya que vosotros me habéis visto y no creéis. Pero os he dicho ya que vosotros me habéis visto, y no creéis. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
37 Todo lo que me da el Padre, a mí vendrá; y al que viene a mí, de ninguna manera lo echaré fuera. Todo cuanto me da el Padre, a mí vendrá; y al que viene a mí, de ninguna manera le desecharé. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí; y al que á mí viene, no le hecho fuera.
38 Porque descendí del cielo no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió. Porque descendí del cielo no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, mas la voluntad del que me envió.
39 Y esta es la voluntad de aquel que me envió, que de todo lo que me ha dado, yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y ésta es la voluntad de aquel que me envió, que de cuanto me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y ésta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
40 Porque esta es la voluntad de mi Padre, que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día postrero. Pues que ésta es la voluntad de mi Padre, que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero.
41 Entonces los judíos murmuraban de él, porque dijo: Yo soy el pan que descendió del cielo. Por tanto los judíos murmuraban de él, porque dijo: Yo soy el pan que descendió del cielo. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendí del cielo.
42 Y decían: ¿No es este Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: Yo he descendido del cielo? Y decían: ¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: Yo he descendido del cielo? Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo he descendido? Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?
43 Jesús les respondió: No murmuréis entre vosotros. Jesús respondió, y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Y Jesús respondió, y díjoles: No murmuréis entre vosotros.
44 Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no le trae, y yo lo resucitaré en el día postrero. Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere: y yo le resucitaré en el día postrero. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
45 Escrito está en los Profetas: «Y todos ellos serán enseñados por Dios.» [Isaías 54:13] Todo aquel que ha oído al Padre, y ha aprendido de él, viene a mí. Escrito está en los Profetas: Y todos ellos serán enseñados de Dios. Todo aquel que ha oído de parte del Padre, y ha aprendido de él, viene a mí. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.c Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.
46 No es que alguien haya visto al Padre, con excepción de aquel que es de Dios; este ha visto al Padre. No que hombre alguno haya visto al Padre, con excepción de aquel que es de Dios: éste ha visto al Padre. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al Padre. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre.
47 En verdad, en verdad os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. En verdad, en verdad os digo: El que cree en mí tiene vida eterna. De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de la vida. Yo soy el pan de la vida. Yo soy el pan de vida. Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron; Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron: Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y son muertos.
50 este es el pan que desciende del cielo, para que uno pueda comer de él y no morir. éste es el pan que desciende del cielo, para que uno pueda comer de él, y no morir. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.
51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne que doy por la vida del mundo. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá eternamente: y el pan que yo daré es mi carne, que doy por la vida del mundo. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
52 Por tanto, los judíos disputaron entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este hombre darnos a comer su carne? por tanto los judíos disputaron entre sí diciendo: ¿Cómo puede este hombre darnos su carne a comer? Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? Entonces los Judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne á comer?
53 Jesús, pues, les dijo: En verdad, en verdad os digo: A menos que comáis la carne del Hijo del hombre, y bebáis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Jesús, pues, les dijo: En verdad, en verdad os digo: A menos que comáis la carne del Hijo del hombre, y bebáis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día postrero. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero.
55 Porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida. Porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre, mora en mí, y yo en él. El que come mi carne y bebe mi sangre, mora en mí, y yo en él. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
57 Como el Padre viviente me envió, y yo vivo por medio del Padre, así el que me come, este también vivirá por medio de mí. Como el Padre viviente me envió, y yo vivo por medio del Padre, así el que me come, éste también vivirá por medio de mí. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
58 Este es el pan que descendió del cielo; el que come este pan vivirá eternamente; no como vuestros padres que comieron el maná y murieron. Éste es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres que comieron el maná, y murieron: el que come este pan, vivirá eternamente. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. Éste es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos: el que come de este pan, vivirá eternamente.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
60 Por tanto, muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: Dura palabra es esta. ¿Quién la puede escuchar? Por tanto muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: ¡Dura palabra es ésta! ¿quién la puede escuchar? Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Y muchos de sus discípulos oyéndolo, dijeron: Dura es esta palabra: ¿quién la puede oír?
61 Pero Jesús, conociendo en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? Jesús empero, conociendo en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? Y sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, díjoles: ¿Esto os escandaliza?
62 ¿Qué, pues, si veis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del hombre subir a donde antes estaba? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del hombre que sube donde estaba primero?
63 El Espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y vida. Es el espíritu el que da vida, la carne de nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado espíritu y vida son. El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Pues desde el principio Jesús sabía quiénes eran los que no creían y quién era aquel que le había de entregar. Mas hay algunos de vosotros que no creen. Pues desde el principio sabía Jesús quiénes eran los que no creían, y quién era aquel que le había de entregar. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
65 Y dijo: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no le ha sido dado del Padre. Y dijo: Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí, a menos que le sea dado por mi Padre. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir á mí, si no le fuere dado del Padre.
66 Por esto muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban más con él. Por esto muchos de sus discípulos se volvieron atrás, y ya no andaban más con él. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Desde esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
67 Por tanto, Jesús dijo a los doce: ¿No queréis iros vosotros también? Por tanto Jesús dijo a los doce: ¿No queréis iros vosotros también? Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Dijo entonces Jesús á los doce: ¿Queréis vosotros iros también?
68 Le respondió Simón Pedro: Señor ¿a quién iremos? Tú tienes las palabras de vida eterna; Respondióle Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? ¡tú tienes las palabras de vida eterna: Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y respondióle Simón Pedro: Señor, ¿á quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna.
69 y nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo! Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.d Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.
70 Les respondió Jesús: ¿No os escogí yo a vosotros, los doce, y uno de vosotros es diablo? Respondióles Jesús: ¿No os escogí yo a vosotros, los doce, y uno de vosotros es diablo? Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? Jesús le respondió: ¿No he escogido yo á vosotros doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Lo decía del hijo de Simón, Judas Iscariote, porque era este, siendo uno de los doce, quien le iba a entregar. Lo decía del hijo de Simón, Judas Iscariote, porque era éste, siendo uno de los doce, quien le iba a entregar. Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce. Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.
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