Biblia paralela

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1 Cuando Jesús hubo dicho estas palabras, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. CUANDO Jesús hubo dicho estas palabras, salió con sus discípulos a la otra parte del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró él con sus discípulos. Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. COMO Jesús hubo dicho estas cosas, salióse con sus discípulos tras el arroyo de Cedrón, donde estaba un huerto, en el cual entró Jesús y sus discípulos.
2 También Judas, el que le entregaba, conocía el lugar, porque Jesús muchas veces se reunió allí con sus discípulos. Y también Judas, que le entregaba, conocía el lugar; porque Jesús muchas veces acudía allí con sus discípulos. Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Y también Judas, el que le entregaba, sabía aquel lugar; porque muchas veces Jesús se juntaba allí con sus discípulos.
3 Judas entonces, a la cabeza de una compañía [de soldados y] de alguaciles de los [sumos] sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas, antorchas y armas. Judas entonces, habiendo recibido la cohorte de soldados romanos, y algunos alguaciles de parte de los sumos sacerdotes y de los fariseos, viene allí con linternas, y antorchas, y armas. Judas, pues, tomando una compañía de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas y antorchas, y con armas. Judas pues tomando una compañía, y ministros de los pontífices y de los Fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas.
4 Pero Jesús, conociendo todas las cosas que sobre él venían, salió y les dijo: ¿A quién buscáis? Jesús, por tanto, conociendo todo lo que le había de sobrevenir, salió, y les dijo: ¿A quién buscáis? Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Empero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre él, salió delante, y díjoles: ¿Á quién buscáis?
5 Le respondieron: ¡A Jesús el Nazareno! Jesús les dijo: Yo soy. Y Judas también, el que le entregaba, estaba con ellos. Respondiéronle: ¡A Jesús el Nazareno! Jesús les dijo: Yo soy. Y Judas también, el que le entregaba, estaba con ellos. Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Respondiéronle: Á Jesús Nazareno. Díceles Jesús; Yo soy (Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba.)
6 Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra. Cuando, pues, les hubo dicho: Yo soy; retrocedieron, y cayeron a tierra. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. Y como les dijo, Yo soy, volvieron atrás, y cayeron en tierra.
7 Entonces les volvió a preguntar: ¿A quién buscáis? Y le contestaron: ¡A Jesús el Nazareno! Por eso les preguntó otra vez: ¿A quién buscáis? Y le dijeron: ¡A Jesús el Nazareno! Volvió, pues, a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. Volvióles, pues, á preguntar: ¿Á quién buscáis? Y ellos dijeron: Á Jesús Nazareno.
8 Jesús respondió: Ya os dije que yo soy; si me buscáis a mí, dejad que estos se vayan; Jesús respondió: Os dije ya que yo soy; si pues me buscáis a mí, dejad que se vayan éstos. Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a estos; Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy: pues si á mi buscáis, dejad ir á éstos.
9 (para que se cumpliese lo que había dicho: De aquellos que me diste, no he perdido ninguno). (Para que se cumpliese lo que había dicho: De aquellos que me diste, no he perdido ninguno.) para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno. Para que se cumpliese la palabra que había dicho: De los que me diste, ninguno de ellos perdí.
10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del [sumo] sacerdote y le cortó la oreja derecha (el nombre del siervo era Malco). Simón Pedro, entonces, teniendo una espada, la sacó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha: el nombre del siervo era Malco. Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. Entonces Simón Pedro, que tenía espada, sacóla, é hirió al siervo del pontífice, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que me ha dado mi Padre, ¿acaso no la he de beber? Jesús, por tanto, dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que me ha dado mi Padre, ¿acaso no la he de beber? Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copaa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? Jesús entonces dijo á Pedro: Mete tu espada en la vaina: el vaso que el Padre me ha dado, ¿no lo tengo de beber?
12 Entonces la compañía [de soldados], el tribuno y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y lo ataron; Entonces la cohorte, el tribuno, y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús, y le ataron; Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, Entonces la compañía y el tribuno, y los ministros de los Judíos, prendieron á Jesús y le ataron,
13 y lo condujeron primero a Anás; porque era suegro de Caifás, que era [sumo] sacerdote aquel año. y le condujeron primero a Annás; porque era suegro de Caifás, quien era sumo sacerdote aquel año. y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Y lleváronle primeramente á Anás; porque era suegro de Caifás, el cual era pontífice de aquel año.
14 Era Caifás el que había aconsejado a los judíos que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo. Y era Caifás aquel que había dado consejo a los judíos, que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo.b Y era Caifás el que había dado el consejo á los Judíos, que era necesario que un hombre muriese por el pueblo.
15 Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del [sumo] sacerdote y entró con Jesús en el patio del palacio del [sumo] sacerdote. Mas Simón Pedro siguió a Jesús, y también otro discípulo. Y ese discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote. Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; Y seguía á Jesús Simón Pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del pontífice, y entró con Jesús al atrio del pontífice;
16 Pero Pedro se quedó fuera, junto a la puerta. Salió, pues, el otro discípulo que era conocido del [sumo] sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. Pedro empero se quedó junto a la puerta, por la parte de afuera. Salió, pues, aquel otro discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, y trajo adentro a Pedro. mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. Mas Pedro estaba fuera á la puerta. Y salió aquel discípulo que era conocido del pontífice, y habló á la portera, y metió dentro á Pedro.
17 Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú uno de los discípulos de este hombre? Él dijo: No soy. Dijo entonces la criada portera a Pedro: ¿No eres tú uno de los discípulos de éste? El dijo: ¡No soy! Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. Entonces la criada portera dijo á Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dice él: No soy.
18 Los siervos y los alguaciles estaban alrededor de un fuego que habían encendido porque hacía frío; y se estaban calentando; Pedro también estaba con ellos, calentándose. Y los siervos y los alguaciles estaban allí en pie, habiendo hecho un fuego de carbón; porque hacía frío; y ellos se estaban calentando; y Pedro también estaba en pie con ellos, calentándose. Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose. Y estaban en pie los siervos y los ministros que habían allegado las ascuas; porque hacía frío, y calentábanse: y estaba también con ellos Pedro en pie, calentándose.
19 El [sumo] sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y acerca de su enseñanza. EI sumo sacerdote, pues, preguntó a Jesús respecto de sus discípulos, y respecto de su enseñanza. Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Y el pontífice preguntó á Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
20 Jesús le respondió: Yo he hablado abiertamente al mundo; enseñaba siempre en la sinagoga y en el templo, donde todos los judíos se reúnen; nada he hablado en secreto. Jesús le respondió: Yo he hablado abiertamente al mundo; enseñaba siempre en las sinagogas y en el Templo, donde concurren todos los judíos; y nada he hablado en secreto. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo: yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se juntan todos los Judíos, y nada he hablado en oculto.
21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, qué les hablé; he aquí, ellos saben lo que yo dije. ¿Por qué me preguntas a mí? pregunta a aquellos que me han oído, lo que les he hablado; he aquí, ellos saben lo que he dicho. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. ¿Qué me preguntas á mí? Pregunta á los que han oído, qué les haya yo hablado: he aquí, ésos saben lo que yo he dicho.
22 Cuando Jesús dijo esto, uno de los alguaciles que estaba presente le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al [sumo] sacerdote? Y cuando hubo dicho esto, uno de los alguaciles que estaba presente, dió a Jesús una bofetada, diciendo: ¿Respondes así al sumo sacerdote? Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Y como él hubo dicho esto, uno de los criados que estaba allí, dió una bofetada á Jesús, diciendo: ¿Así respondes al pontífice?
23 Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas? Respondióle Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; mas si bien, ¿por qué me hieres? Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas? Respondióle Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal: y si bien, ¿por qué me hieres?
24 Pues Anás lo había enviado atado a Caifás, [sumo] sacerdote. Pues Annás le había enviado atado a Caifás sumo sacerdote. Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. Y Anás le había enviado atado á Caifás pontífice.
25 Pedro estaba de pie calentándose. Le dijeron, pues: ¿No eres tú uno de sus discípulos? Él lo negó y dijo: ¡No soy! Y Pedro estaba de pie calentándose. Dijéronle, pues: ¿No eres tú uno de sus discípu¡os? Él lo negó, y dijo ¡No soyl Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy. Estaba pues Pedro en pie calentándose. Y dijéronle: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No soy.
26 Dijo uno de los siervos del [sumo] sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja: ¿No te vi yo en el huerto con él? Dijo uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel cuya oreja Pedro había cortado: ¿No te ví yo en el huerto con él? Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? Uno de los siervos del pontífice, pariente de aquél á quien Pedro había cortado la oreja, le dice: ¿No te vi yo en el huerto con él?
27 Pedro negó otra vez; y al instante cantó un gallo. Pedro entonces negó otra vez; y al instante cantó un gallo. Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo. Y negó Pedro otra vez: y luego el gallo cantó.
28 Condujeron a Jesús de casa de Caifás al pretorio; era de madrugada; ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua. En seguida condujeron a Jesús desde Caifás al Pretorio: era temprano; y ellos no entraron dentro del Pretorio, por no contaminarse, sino que pudiesen comer la pascua. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua. Y llevaron á Jesús de Caifás al pretorio: y era por la mañana: y ellos no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la pascua.
29 Así, pues, Pilato salió a ellos y dijo: ¿De qué acusáis a este hombre? Por tanto Pilato salió a ellos, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Entonces salió Pilato á ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
30 Le respondieron diciendo: Si este hombre no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado. Respondieron y le dijeron: Si este hombre no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado. Respondieron y le dijeron: Si este no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado. Respondieron y dijéronle: Si éste no fuera malhechor, no te le habríamos entregado.
31 Les dijo, pues, Pilato: Tomadlo vosotros, y juzgadlo conforme a vuestra ley. Le dijeron los judíos: No nos es lícito a nosotros dar muerte a nadie; Les dijo, pues, Pilato: ¡Tomadle vosotros, y juzgadle conforme a vuestra ley! Dijéronle los judíos: No nos es lÍcito a nosotros dar muerte a nadie: Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie; Díceles entonces Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los Judíos le dijeron: Á nosotros no es lícito matar á nadie:
32 para que se cumpliera lo que Jesús había dicho, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir. para que se cumpliera la palabra que Jesús había dicho, significando de qué género de muerte él había de morir. para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir.c Para que se cumpliese el dicho de Jesús, que había dicho, dando á entender de qué muerte había de morir.
33 Pilato entró otra vez en el pretorio y llamando a Jesús, le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Pilato entonces entró otra vez en el Pretorio, y llamando a Jesús, le dijo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Así que, Pilato volvió á entrar en el pretorio, y llamó á Jesús, y díjole: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
34 Jesús respondió: ¿Dices esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Respondió Jesús: ¿Dices esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Respondióle Jesús: ¿Dices tú esto de ti mismo, ó te lo han dicho otros de mí?
35 Respondió Pilato: ¿Acaso soy yo judío? Tu misma nación y los [jefes de los] sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué hiciste? Respondió Pilato: ¿Acaso soy yo judío? Tu misma nación y los jefes de los sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué hiciste? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Pilato respondió: ¿Soy yo Judío? Tu gente, y los pontífices, te han entregado á mí: ¿qué has hecho?
36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo; si lo fuera, entonces mis siervos pelearían para que yo no fuese entregado a los judíos; pero ahora mi reino no es de aquí. Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, entonces pelearían mis servidores para que yo no fuese entregado a los judíos: ahora empero mi reino no es de aquí. Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado á los Judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí.
37 Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz. Pilato entonces le dijo: ¿Eres, pues, rey? Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto nací, y a este intento vine al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tu? Respondió Jesús: Tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio á la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.
38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y diciendo esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. Le dice Pilato: ¿Qué cosa es verdad?
Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dice: Yo no hallo en él ningún delito.
Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?
Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
Dícele Pilato: ¿Qué cosa es verdad? Y como hubo dicho esto, salió otra vez á los Judíos, y díceles: Yo no hallo en él ningún crimen.
39 Pero tenéis la costumbre de que os suelte algún preso en la Pascua; ¿queréis, pues, que os libere al Rey de los judíos? Mas tenéis costumbre que os suelte algún preso en la Pascua; ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos? Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Empero vosotros tenéis costumbre, que os suelte uno en la Pascua: ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los Judíos?
40 Entonces todos gritaron otra vez, diciendo: ¡No a este, sino a Barrabás! Y Barrabás era un malhechor. Entonces todos ellos gritaron otra vez, diciendo: ¡No a éste, sino a Barrabás! Y Barrabás era ladrón. Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a este, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón. Entonces todos dieron voces otra vez, diciendo: No á éste, sino á Barrabás. Y Barrabás era ladrón.
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