Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Moderna 1929 close Reina-Valera revisada 1960 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Pablo, mirando fijamente al Sanedrín, dijo: Hermanos, he vivido delante de Dios con toda buena conciencia hasta el día de hoy. PABLO entonces mirando fijamente al Sinedrio, dijo: Hermanos: he vivido delante de Dios con toda buena conciencia hasta el día de hoy. Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. ENTONCES Pablo, poniendo los ojos en el concilio, dice: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he conversado delante de Dios hasta el día de hoy.
2 El sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban cerca de él­ que le golpearan en la boca. Y el sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban cerca de él, que le hiriesen en la boca. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. El príncipe de los sacerdotes, Ananías, mandó entonces á los que estaban delante de él, que le hiriesen en la boca.
3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios va a golpearte a ti, pared blanqueada! ¿Tú te sientas para juzgarme conforme a la ley, e infringiendo la ley mandas que yo sea golpeado? Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te herirá a ti; pared blanqueada! ¿Tú pues te sientas para juzgarme conforme a la ley, y mandas que yo sea herido, en contra de la ley? Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada!a ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? Entonces Pablo le dijo: Herirte ha Dios, pared blanqueada: ¿y estás tú sentado para juzgarme conforme á la ley, y contra la ley me mandas herir?
4 Y los que estaban cerca, dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? Y los que estaban cerca de él dijeron: ¿Vilipendias tú al sumo sacerdote de Dios? Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? Y los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios maldices?
5 A lo que Pablo contestó: Hermanos, no sabía que era el sumo sacerdote; porque está escrito: «No injuriarás al príncipe de tu pueblo.» [Éxodo 22:28] A lo que dijo Pablo: No sabía, hermanos, que él fuese el sumo sacerdote; porque está escrito: No hablarás mal del gobernante de tu pueblo. Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.b Y Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: Al príncipe de tu pueblo no maldecirás.
6 Dándose cuenta de que una parte era saduceos y la otra fariseos, clamó en el Sanedrín: ¡Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; y se me juzga por la esperanza y la resurrección de los muertos! Mas habiendo percibido Pablo que una parte era de saduceos y la otra de fariseos, clamó en el Sinedrio: ¡Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo: en cuanto a la esperanza nuestra, y a la resurrección de los muertos, soy yo juzgado! Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo,c hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. Entonces Pablo, sabiendo que la una parte era de Saduceos, y la otra de Fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.
7 Al decir esto, se produjo una disputa entre los fariseos y los saduceos, y se dividió la multitud. Y cuando hubo dicho esto, suscitóse una disensión entre los fariseos y los saduceos, y la multitud fué dividida. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. Y como hubo dicho esto, fué hecha disensión entre los Fariseos y los Saduceos; y la multitud fué dividida.
8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos confiesan ambas cosas. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos confiesan entrambas cosas. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección,d ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Porque los Saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; mas los Fariseos confiesan ambas cosas.
9 Se produjo un gran vocerío; y unos escribas del partido de los fariseos se levantaron y contendían, diciendo: ¡No hallamos ningún mal en este hombre! ¿Y si un espíritu o un ángel le ha hablado? Y levantóse una gritería grande: y poniéndose en pie algunos de los escribas del partido de los fariseos, contendieron, diciendo: ¡No hallamos ningún mal en este hombre! ¿Y qué hay si un espíritu o un ángel le haya hablado? Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios. Y levantóse un gran clamor: y levantándose los escribas de la parte de los Fariseos, contendían diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si espíritu le ha hablado, ó ángel, no resistamos á Dios.
10 Hubo un gran altercado, y el comandante, temeroso de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que los soldados bajaran para arrebatarlo de en medio de ellos y llevarlo a la fortaleza. Y suscitándose una gran disensión, temeroso el tribuno de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que descendiesen los soldados, y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza. Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza. Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado de ellos, mandó venir soldados, y arrebatarle de en medio de ellos, y llevarle á la fortaleza.
11 A la noche siguiente se puso junto a él el Señor, y dijo: Ten ánimo, porque como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así es necesario también que des testimonio en Roma. Y a la noche siguiente se puso junto a él el Señor, y dijo: No temas, Pablo, pues así como has dado testimonio de mí en Jerusalem, así es menester que des testimonio también en Roma. A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma. Y la noche siguiente, presentándosele el Señor, le dijo: Confía, Pablo; que como has testificado de mí en Jerusalem, así es menester testifiques también en Roma.
12 Al amanecer, los judíos tramaron una conspiración y se juraron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que matasen a Pablo. Y cuando era de día, los judíos hicieron una conspiración, y se obligaron bajo maldición, diciendo que ni comerían ni beberían hasta que hubiesen muerto a Pablo. Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo. Y venido el día, algunos de los Judíos se juntaron, é hicieron voto bajo de maldición, diciendo que ni comerían ni beberían hasta que hubiesen muerto á Pablo.
13 Eran más de cuarenta los que se conjuraron; Y eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración: Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración, Y eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración;
14 ellos se dirigieron a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos, y les dijeron: Nos hemos jurado bajo maldición a no comer nada, hasta que hayamos matado a Pablo. los cuales viniendo a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos, dijeron: Nos hemos obligado bajo grave maldición, a no gustar cosa alguna, hasta que hayamos muerto a Pablo. los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos juramentado bajo maldición, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo. Los cuales se fueron á los príncipes de los sacerdotes y á los ancianos, y dijeron: Nosotros hemos hecho voto debajo de maldición, que no hemos de gustar nada hasta que hayamos muerto á Pablo.
15 Ahora, pues, vosotros con el Sanedrín solicitad al comandante que lo conduzca ante vosotros, como si fueseis a averiguar más exactamente lo que le concierne; y nosotros estaremos listos para matarle antes de que llegue. Ahora pues, dad aviso al tribuno vosotros, juntamente con el Sinedrio, de que le conduzca ante vosotros, como que vais a averiguar más exactamente lo que haya respecto de él: y nosotros estaremos esperando para matarle antes que llegue. Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga mañana ante vosotros, como que queréis indagar alguna cosa más cierta acerca de él; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue. Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le saque mañana á vosotros como que queréis entender de él alguna cosa más cierta; y nosotros, antes que él llegue, estaremos aparejados para matarle.
16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada; entonces fue y entró en la fortaleza y se lo dijo a Pablo. Empero el hijo de la hermana de Pablo, teniendo noticia de la emboscada, fué, y entrando en la fortaleza, se lo dijo a Pablo. Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entró en la fortaleza, y dio aviso a Pablo. Entonces un hijo de la hermana de Pablo, oyendo las asechanzas, fué, y entró en la fortaleza, y dió aviso á Pablo.
17 Pablo entonces llamó a uno de los centuriones y le dijo: Lleva a este joven al comandante; porque tiene algo que decirle. Pablo entonces, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven al tribuno; porque tiene algo que decirle. Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el tribuno, porque tiene cierto aviso que darle. Y Pablo, llamando á uno de los centuriones, dice: Lleva á este mancebo al tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.
18 Tomándole, le llevó al comandante, y dijo: Pablo, el preso, me llamó y me rogó que te trajera a este joven, pues tiene algo que decirte. Tomándole pues, le llevó al tribuno, y dijo: Pablo el preso, llamándome a sí, me rogó trajese a este joven a ti, el cual tiene algo que decirte. Él entonces tomándole, le llevó al tribuno, y dijo: El preso Pablo me llamó y me rogó que trajese ante ti a este joven, que tiene algo que hablarte. Él entonces tomándole, le llevó al tribuno, y dijo: El preso Pablo, llamándome, me rogó que trajese á ti este mancebo, que tiene algo que hablarte.
19 El comandante lo cogió de la mano, se lo llevó aparte y le preguntó: ¿Qué es lo que me tienes que decir? Entonces el tribuno, tomándole de la mano, se retiró aparte, y le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme? El tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme? Y el tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?
20 Él contestó: Los judíos han acordado pedirte que conduzcas mañana a Pablo ante el Sanedrín, como si quisieran investigar algo más sobre él. Y él dijo: Los judíos han convenido en rogarte que hagas conducir a Pablo ante el Sinedrio mañana, como que van a inquirir algo más exactamente respecto de él. Él le dijo: Los judíos han convenido en rogarte que mañana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir alguna cosa más cierta acerca de él. Y él dijo: Los Judíos han concertado rogarte que mañana saques á Pablo al concilio, como que han de inquirir de él alguna cosa más cierta.
21 Tú, pues, no te dejes persuadir por ellos; porque están emboscados contra él más de cuarenta hombres, los cuales se han conjurado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que lo maten; y ahora están listos, esperando tu promesa. Tú pues no te dejes persuadir de ellos; porque le están armando asechanzas más de cuarenta de ellos, los cuales se han obligado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan muerto: y ahora están listos, esperando tu promesa. Pero tú no les creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están listos esperando tu promesa. Mas tú no los creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto debajo de maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan muerto; y ahora están apercibidos esperando tu promesa.
22 El comandante despidió al joven, después de recomendarle no decir a nadie que le había dado esta información. El tribuno pues despidió al joven, mandándole: No digas a nadie que me has dado aviso de esto. Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole que a nadie dijese que le había dado aviso de esto. Entonces el tribuno despidió al mancebo, mandándole que á nadie dijese que le había dado aviso de esto.
23 Llamando a dos de los centuriones, les dijo: Preparad doscientos soldados para ir a Cesarea, con setenta de caballería y doscientos lanceros, para la hora tercera de la noche; Entonces, llamando a dos de los centuriones, dijo: Aprontad doscientos soldados para ir hasta Cesarea, y setenta de caballería, y doscientos lanceros, para la hora tercera de la noche: Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea; Y llamados dos centuriones, mandó que apercibiesen para la hora tercia de la noche doscientos soldados, que fuesen hasta Cesarea, y setenta de á caballo, y doscientos lanceros;
24 y preparad cabalgaduras para transportar a Pablo sano y salvo a Félix, el gobernador. y aprontad bestias, para que poniendo a Pablo encima, sea llevado con seguridad a Félix gobernador. y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Félix el gobernador. Y que aparejasen cabalgaduras en que poniendo á Pablo, le llevasen en salvo á Félix el Presidente.
25 Y escribió una carta en estos términos: Y escribió una carta en esta forma: Y escribió una carta en estos términos: Y escribió una carta en estos términos:
26 Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix, saludos: Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix, salud: Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud. Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud.
27 Este hombre fue prendido por los judíos, e iban a matarlo cuando yo intervine con la tropa y lo arranqué de sus manos, habiendo oído que era romano. Este hombre fué prendido por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, cuando yo vine sobre ellos con soldados, y le arranqué de sus manos, habiendo entendido que era romano. A este hombre, aprehendido por los judíos, y que iban ellos a matar, lo libré yo acudiendo con la tropa, habiendo sabido que era ciudadano romano. Á este hombre, aprehendido de los Judíos, y que iban ellos á matar, libré yo acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era Romano.
28 Queriendo saber por qué causa lo acusaban, lo conduje ante su Sanedrín, Y deseando saber por qué causa le acusaban, condújele ante el Sinedrio de ellos; Y queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos; Y queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos:
29 donde hallé que era acusado sobre cuestiones de su ley, pero que ninguna acusación digna de muerte o de cárcel había contra él. donde hallé que fué acusado solamente respecto de cuestiones de su ley, pero que no tenía contra sí acusación de nada que fuese digno de muerte o de prisiones. y hallé que le acusaban por cuestiones de la ley de ellos, pero que ningún delito tenía digno de muerte o de prisión. Y hallé que le acusaban de cuestiones de la ley de ellos, y que ningún crimen tenía digno de muerte ó de prisión.
30 En cambio, me informaron de un complot que había contra él; en el acto te lo he enviado, mandando también a sus acusadores que te digan lo que tengan contra él. Mas habiéndoseme avisado que armaban asechanzas contra el hombre, en el acto le envié a ti; mandando también a sus acusadores que digan ante ti lo que tengan contra él. Pero al ser avisado de asechanzas que los judíos habían tendido contra este hombre, al punto le he enviado a ti, intimando también a los acusadores que traten delante de ti lo que tengan contra él. Pásalo bien. Mas siéndome dado aviso de asechanzas que le habían aparejado los Judíos, luego al punto le he enviado á ti, intimando también á los acusadores que traten delante de ti lo que tienen contra él. Pásalo bien.
31 Los soldados, según les fue mandado, tomando a Pablo, lo condujeron de noche a Antípatris. Así pues los soldados, según les fué mandado, tomando a Pablo, le condujeron de noche a Antípatris. Y los soldados, tomando a Pablo como se les ordenó, le llevaron de noche a Antípatris. Y los soldados, tomando á Pablo como les era mandado, lleváronle de noche á Antipatris.
32 Al día siguiente, ellos se volvieron a la fortaleza dejándolo en manos de la caballería. Mas al día siguiente, dejando a los de a caballo para que fuesen con él, se volvieron ellos a la fortaleza. Y al día siguiente, dejando a los jinetes que fuesen con él, volvieron a la fortaleza. Y al día siguiente, dejando á los de á caballo que fuesen con él, se volvieron á la fortaleza.
33 Los de la caballería entraron en Cesarea y, habiendo entregado la carta al gobernador, también presentaron a Pablo ante él. Y aquellos, habiendo llegado a Cesarea, y entregado la carta al gobernador, presentaron también a Pablo delante de él. Cuando aquellos llegaron a Cesarea, y dieron la carta al gobernador, presentaron también a Pablo delante de él. y como llegaron á Cesarea, y dieron la carta al gobernador, presentaron también á Pablo delante de él.
34 Este leyó la carta y le preguntó de qué provincia era; y al saber que era de Cilicia, Y habiendo éste leído la carta, le preguntó de qué provincia era; y cuando supo que era de Cilicia, Y el gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y habiendo entendido que era de Cilicia, Y el gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y entendiendo que de Cilicia,
35 le dijo: Oiré tu causa cuando tus acusadores también se presenten; y mandó que fuese guardado en el pretorio de Herodes. le dijo: Oiré tu causa cuando tus acusadores también hayan llegado: y mandó que fuese guardado en el Pretorio de Herodes. le dijo: Te oiré cuando vengan tus acusadores. Y mandó que le custodiasen en el pretorio de Herodes. Te oiré, dijo, cuando vinieren tus acusadores. Y mandó que le guardasen en el pretorio de Herodes.
navigate_before Hechos 22 Hechos 24 navigate_next
arrow_upward Arriba