Biblia paralela
# | Moderna 1929 actualizada 2020 | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1960 | Reina-Valera revisada 1909 |
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1 | Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión; | MAS cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión; | Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, | MAS un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión, |
2 | y sustrayendo una parte del precio, sabiéndolo también su mujer, trajo el resto y lo puso a los pies de los apóstoles. | y sustrayendo parte de su valor, conociéndolo también su mujer, trajo cierta parte, y la puso a los pies de los apóstoles. | y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. | Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, púsola á los pies de los apóstoles. |
3 | Entonces Pedro le dijo: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mientas al Espíritu Santo y te quedes con una parte del valor del campo? | Pedro entonces le dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrayeses parte del valor del campo? | Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? | Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón á que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad? |
4 | Sin venderlo, ¿acaso no era tuyo? Y vendido, ¿no te pertenecía? ¿Cómo es que concebiste esto en tu corazón? ¡No mentiste a hombres, sino a Dios! | Quedándose como estaba, ¿no se te quedaba para ti? y vendido, ¿no estaba en tu mismo poder? ¿Cómo es que has concebido esta cosa en tu corazón? ¡no has mentido a los hombres, sino a Dios! | Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. | Reteniéndola, ¿no se te quedaba á ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido á los hombres, sino á Dios. |
5 | Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró; y se apoderó gran temor de todos los que lo oían. | Y oyendo Ananías estas palabras, cayó, y expiró: y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron. | Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. | Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y espiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. |
6 | Se levantaron los jóvenes, lo envolvieron y, sacándolo fuera, lo sepultaron. | Y levantándose los jóvenes, le envolvieron, y sacándolo fuera, lo sepultaron. | Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. | Y levantándose los mancebos, le tomaron, y sacándolo, sepultáronlo. |
7 | Unas tres horas más tarde, entró su mujer, sin saber lo que había sucedido. | Y como al cabo de tres horas, entró su mujer, sin saber lo que había acontecido. | Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. | Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. |
8 | Pedro le preguntó: Dime, ¿vendisteis el campo en tanto? Ella dijo: Sí, en tanto. | Y Pedro le respondió: Dime, si vendisteis el campo en tanto. Y ella dijo: Sí, en tanto. | Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. | Entonces Pedro le dijo: Dime: ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. |
9 | Y Pedro le dijo: ¿Cómo os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor°? Mira los pies de los que sepultaron a tu marido están en la puerta, y te sacarán a ti. | Pedro entonces le dijo: ¿Cómo es que habéis convenido entre vosotros para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que sepultaron a tu marido, y a ti también te sacarán. | Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. | Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del Señor? He aquí á la puerta los pies de los que han sepultado á tu marido, y te sacarán. |
10 | Al instante cayó ella a sus pies y expiró; y entrando los jóvenes la hallaron muerta; y sacándola, la sepultaron al lado de su marido. | Y luego al punto cayó ella a sus pies, y expiró: y entrando los jóvenes la hallaron muerta; y sacándola, la sepultaron al lado de su marido. | Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. | Y luego cayó á los pies de él, y espiró: y entrados los mancebos, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto á su marido. |
11 | Sobre toda la iglesia sobrevino gran temor, así como sobre todos los que oían estas cosas. | Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre cuantos oyeron estas cosas. | Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. | Y vino un gran temor en toda la iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas. |
12 | Eran muchas las señales y maravillas que por mano de los apóstoles se hacían en el pueblo y unánimes se reunían todos en el pórtico de Salomón; | Y por las manos de los apóstoles fueron hechas muchas señales y maravillas entre el pueblo; y de común acuerdo se reunían todos en el Pórtico de Salomón; | Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. | Y por las manos de los apóstoles eran hechos muchos milagros y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. |
13 | y ninguno de los demás osaba juntarse con ellos; pero el pueblo los tenía en gran estima. | y de los demás ninguno osaba juntarse con ellos; mas el pueblo los engrandecía; | De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. | Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. |
14 | Cada día se añadían al Señor más creyentes, una multitud tanto de hombres como de mujeres, | y en mayor número fueron añadidos al Señor creyentes, multitudes de hombres y de mujeres: | Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; | Y los que creían en el Señor se aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; |
15 | de tal manera que incluso sacaban a los enfermos a las calles y los ponían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, al menos su sombra cubriese a alguno de ellos. | de tal manera que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, su sombra siquiera cayese sobre alguno que otro de ellos. | tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. | Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, á lo menos su sombra tocase á alguno de ellos. |
16 | Llegaba también la multitud de las ciudades de alrededor de Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos; y todos eran sanados. | Concurrió también el populacho de las ciudades de en derredor de Jerusalem, trayendo los enfermos y los atormentados de espíritus inmundos; los cuales fueron sanados todos. | Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados. | Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud á Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados. |
17 | E interviniendo el sumo sacerdote y todos los que estaban con él (que era la secta de los saduceos), se llenaron de celos | Entonces levantóse el sumo sacerdote, y todos los que obraban de acuerdo con él (que era la secta de los saduceos), y, llenos de celos, | Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; | Entonces levantándose el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la secta de los Saduceos, se llenaron de celo; |
18 | y echaron mano de los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. | echaron mano sobre los apóstoles, y los metieron en la cárcel pública. | y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. | Y echaron mano á los apóstoles, y pusiéronlos en la cárcel pública. |
19 | Pero un ángel del Señor° abrió de noche las puertas de la cárcel y, sacándolos, dijo: | Mas un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos fuera, dijo: | Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: | Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo: |
20 | Id, presentaos en el templo y hablad al pueblo todas las palabras de esta vida. | Andad, y puestos en pie en el Templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida. | Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. | Id, y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida. |
21 | Oyendo esto, entraron en el templo al amanecer y enseñaban. Cuando llegaron el sumo sacerdote y los que estaban con él, convocaron al Sanedrín y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que los trajesen. | Oyendo pues esto, ellos entraron en el Templo, al despuntar el alba, y enseñaban. Entretanto, viniendo el sumo sacerdote y los que obraban de acuerdo con él, convocaron el Sinedrio, y todo el senado de los hijos de Israel; y enviaron a la prisión para hacerlos traer. | Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos. |
Y oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que eran con él, convocaron el concilio, y á todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron á la cárcel para que fuesen traídos. |
22 | Cuando los alguaciles llegaron, no los hallaron en la cárcel; entonces regresaron e informaron, | Mas los alguaciles que fueron, no los hallaron en la cárcel; y volviendo, se lo avisaron, | Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, | Mas como llegaron los ministros, y no los hallaron en la cárcel, volvieron, y dieron aviso, |
23 | diciendo: La prisión hallamos cerrada con toda seguridad y los guardias ante las puertas; pero al abrir, no hallamos dentro a nadie. | diciendo: La prisión a la verdad hallamos cerrada con toda seguridad, y los guardas, de centinela ante las puertas; mas cuando abrimos, no hallamos dentro a nadie. | diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. | Diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas; mas cuando abrimos, á nadie hallamos dentro. |
24 | Cuando oyeron estas palabras el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes, perplejos en lo referente a ellos, [se preguntaban] qué podría significar aquello. | Cuando oyeron estas palabras el capitán del Templo y los jefes de los sacerdotes estaban muy perplejos con respecto a ellos, dudando en qué vendría a parar aquello. | Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello. | Y cuando oyeron estas palabras el pontífice y el magistrado del templo y los príncipes de los sacerdotes, dudaban en qué vendría á parar aquello. |
25 | Pero se presentó uno que les informó: ¡Mirad, los hombres que pusisteis en la cárcel, se encuentran en el templo enseñando al pueblo! | Mas viniendo alguno, les avisó, diciendo: ¡He aquí los hombres que pusisteis en la cárcel, están en el Templo, puestos en pie, y enseñando al pueblo! | Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusisteis en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo. | Pero viniendo uno, dióles esta noticia: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el templo, y enseñan al pueblo. |
26 | Entonces el capitán de la guardia del templo fue con los alguaciles y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. | Entonces el comandante del Templo fué con los alguaciles, y los trajo, mas sin violencia (pues temían al pueblo), para que no les apedreasen a ellos. | Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. | Entonces fué el magistrado con los ministros, y trájolos sin violencia; porque temían del pueblo ser apedreados. |
27 | Cuando los trajeron, los presentaron ante el Sanedrín; y el sumo sacerdote les preguntó: | Habiéndolos traído pues, los presentaron ante el Sinedrio; y les preguntó el sumo sacerdote, | Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, | Y como los trajeron, los presentaron en el concilio: y el príncipe de los sacerdotes les preguntó, |
28 | ¿No os prohibimos rigurosamente enseñar en ese nombre? ¡Y he aquí que habéis llenado a Jerusalén con vuestra enseñanza, e intentáis traer sobre nosotros la sangre de ese hombre! | diciendo: ¿No os mandamos estrechamente que no enseñaseis en este nombre? ¡Y he aquí que habéis henchido a Jerusalem de vuestra enseñanza, e intentáis traer sobre nosotros la sangre de este hombre! | diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.a | Diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre. |
29 | Pero Pedro y los apóstoles les respondieron: ¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! | Mas Pedro y los otros apóstoles les respondieron, diciendo: ¡Es menester obedecer a Dios más bien que a los hombres! | Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. | Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres. |
30 | El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. | El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. | El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. | El Dios de nuestros padres levantó á Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole de un madero. |
31 | A este, Dios exaltó con su diestra para ser Príncipe y Salvador, para arrepentimiento de Israel, y perdón de pecados. | A éste, Dios le ensalzó con su diestra para ser Príncipe y Salvador, a fin de dar arrepentimiento a Israel, y remisión de pecados. | A este, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. | Á éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados. |
32 | Y nosotros somos testigos de estas cosas, así como el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen. | Y nosotros somos testigos de estas cosas; y también lo es el Espíritu Santo, a quien Dios ha dado a los que le obedecen. | Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. | Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen. |
33 | Ellos al oír esto, se enfurecieron y querían matarlos. | Mas ellos al oír esto, fueron cortados hasta el corazón, y tomaban ya el acuerdo de matarlos; | Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos. | Ellos, oyendo esto, regañaban, y consultaban matarlos. |
34 | Entonces se puso en pie en medio del Sanedrín un fariseo llamado Gamaliel, maestro de la ley, honrado por todo el pueblo, y mandó que hicieran salir a aquellos hombres por un momento. | cuando poniéndose en pie en medio del Sinedrio cierto fariseo, llamado Gamaliel, maestro de la ley, honrado de todo el pueblo, mandó que hiciesen salir fuera a aquellos hombres por un poco de tiempo. | Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, | Entonces levantándose en el concilio un Fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerable á todo el pueblo, mandó que sacasen fuera un poco á los apóstoles. |
35 | Y les dijo: Varones israelitas, mirad bien lo que vais a hacer a estos hombres. | Y les dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que váis a hacer a estos hombres. | y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. | Y les dijo: Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer. |
36 | Porque antes de estos días se alzó Teudas, diciendo que él era alguien; como 400 hombres se juntaron con él, pero lo mataron; y todos los que le obedecían fueron dispersados y a nada llegaron. | Porque antes de estos días levantóse Teudas, diciendo que él era alguien; a quien se juntó un número de hombres, como cuatrocientos: el cual fué muerto; y todos cuantos le obedecieron, fueron dispersados, y vinieron a nada. | Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A este se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. | Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos: el cual fué matado; y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos á nada. |
37 | Después de este se levantó Judas el galileo, en el día del censo, y mucha gente lo siguió. Él también pereció; y todos los que le obedecían fueron dispersados. | Después de éste, levantóse Judas galileo, en los días del empadronamiento, y llevó mucha gente tras sí. Él también pereció; y todos cuantos le obedecieron fueron dispersados. | Después de este, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. | Después de éste, se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí. Pereció también aquél; y todos los que consintieron con él, fueron derramados. |
38 | En lo de ahora os digo: No os ocupéis de estos hombres y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se destruirá; | Ahora pues os digo: Retiraos de estos hombres, y dejadlos; que si es de los hombres este consejo o esta obra, será destruída; | Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; | Y ahora os digo: Dejaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo ó esta obra es de los hombres, se desvanecerá: |
39 | pero si es de Dios, no los podréis destruir; no sea que seáis hallados luchando contra Dios. Y le obedecieron. | mas si es de Dios, no la podréis destruir: dejadlos pues, no sea que os halléis peleando contra Dios. | mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. | Mas si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados resistiendo á Dios. |
40 | Llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les mandaron no hablar en el nombre de Jesús, y los soltaron. | Y convinieron con él: de modo que habiendo llamado a los apóstoles, y habiéndolos azotado, les mandaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los soltaron. | Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. | Y convinieron con él: y llamando á los apóstoles, después de azotados, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y soltáronlos. |
41 | Ellos salieron de la presencia del Sanedrín, gozosos de haber sido estimados dignos de padecer afrentas por causa del Nombre. | Ellos pues salieron de la presencia del Sinedrio, gozosos de que habían sido tenidos por dignos de padecer afrenta a causa del Nombre. | Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. | Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre. |
42 | Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y proclamar la buena nueva de que Jesús es el Cristo. | Y todos los días en el Templo y por las casas, no cesaban de enseñar, y de proclamar la buena nueva de que Jesús era el Mesías. | Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. | Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar á Jesucristo. |