Biblia paralela
# | Moderna 1929 actualizada 2020 | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1960 | Reina-Valera revisada 1909 |
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1 | Saulo consentía en su muerte. Y hubo en aquel día una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén; y todos fueron dispersados por las regiones de Judea y Samaria, menos los apóstoles. | Y SAULO consentía con ellos en su muerte. Y fué hecha en aquel tiempo una grande persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalem; y todos los discípulos fueron dispersados por las regiones de Judea y Samaria, menos los apóstoles. |
Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. | Y SAULO consentía en su muerte. Y en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia que estaba en Jerusalem; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. |
2 | Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban, e hicieron gran duelo por él. | Y dieron sepultura a Esteban unos hombres piadosos; e hicieron gran lamentación sobre él. | Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. | Y llevaron á enterrar á Esteban varones piadosos, é hicieron gran llanto sobre él. |
3 | Pero Saulo asolaba a la iglesia, yendo de casa en casa; y arrastrando a hombres y mujeres, los metía en la cárcel. | Saulo empero asolaba a la iglesia, yendo de casa en casa; y arrastrando a hombres y mujeres, los iba metiendo en la cárcel. | Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.a | Entonces Saulo asolaba la iglesia, entrando por las casas: y trayendo hombres y mujeres, los entregaba en la cárcel. |
4 | Los que fueron dispersados iban por todas partes anunciando las buenas noticias de la Palabra. | Aquellos pues que fueron dispersados, andaban por todas partes, predicando la palabra. | Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. | Mas los que fueron esparcidos, iban por todas partes anunciando la palabra. |
5 | Felipe, bajando a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. | Y Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les proclamó el Cristo. | Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. | Entonces Felipe, descendiendo á la ciudad de Samaria, les predicaba á Cristo. |
6 | De común acuerdo la multitud prestaba atención a las cosas que Felipe decía, oyendo y viendo los milagros que hacía. | Y las multitudes, de común acuerdo, prestaron atención a las cosas dichas por Felipe, al oír y ver los milagros que hacía. | Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. | Y las gentes escuchaban atentamente unánimes las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. |
7 | Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, estos salían gritando con fuerza; y muchos paralíticos y cojos eran sanados. | Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, éstos salían, clamando a gran voz; y muchos paralíticos y cojos fueron sanados. | Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; | Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados: |
8 | Y había gran gozo en aquella ciudad. | Y había grande gozo en aquella ciudad. | así que había gran gozo en aquella ciudad. | Así que había gran gozo en aquella ciudad. |
9 | Pero, antes había estado en dicha ciudad un hombre llamado Simón, que ejercía la magia y asombraba a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje. | Empero cierto hombre, llamado Simón, había estado en la ciudad antes de su llegada, ejerciendo la magia, y asombrando a la gente de Samaria, diciendo que él era un gran personaje: | Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. | Y había un hombre llamado Simón, el cual había sido antes mágico en aquella ciudad, y había engañado la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande: |
10 | A este todos prestaban atención, desde el menor hasta el mayor, diciendo: Este es el poder de Dios llamado Grande. | a quien todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le eran adictos, diciendo: Este hombre es aquel poder de Dios que se llama Grande. | A este oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. | Al cual oían todos atentamente desde al más pequeño hasta el más grande, diciendo: Éste es la gran virtud de Dios. |
11 | Le prestaban atención, porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas. | Y le eran adictos, por cuanto hacía mucho tiempo que los tenía asombrados con sus artes mágicas. | Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. | Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas los había embelesado mucho tiempo. |
12 | Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas noticias del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, eran bautizados, hombres y mujeres. | Mas cuando creyeron a Felipe, que les predicaba las buenas nuevas del reino de Dios, y el nombre de Jesucristo, fueron bautizados, así hombres como mujeres. | Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. | Mas cuando creyeron á Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. |
13 | El mismo Simón también creyó; y tras ser bautizado, no se apartaba de Felipe; y viendo las señales y los grandes milagros que se hacían, estaba asombrado. | Y Simón mismo también creyó; y habiendo sido bautizado, allegóse a Felipe; y viendo las señales y los grandes milagros que se hacían, quedó asombrado. | También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. | El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose, se llegó á Felipe: y viendo los milagros y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito. |
14 | Al oír los apóstoles en Jerusalén que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, | Oyendo entonces los apóstoles que estaban en Jerusalem, que los de Samaria habían recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan; | Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; | Y los apóstoles que estaban en Jerusalem, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron á Pedro y á Juan: |
15 | quienes, descendiendo, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; | los cuales habiendo descendido allá, oraron por ellos, a fin de que recibiesen el Espíritu Santo: | los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; | Los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo; |
16 | porque todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; tan solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. | porque hasta entonces no había caído sobre ninguno de ellos: tan solo habían sido bautizados al nombre del Señor Jesús. | porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. | (Porque aun no había descendido sobre ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el nombre de Jesús.) |
17 | Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. | En seguida les impusieron las manos; y recibieron el Espíritu Santo. | Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. | Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo. |
18 | Al ver Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se recibía el Espíritu, les ofreció dinero, | Mas como viese Simón, que por la imposición de las manos de los apóstoles, se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, | Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, | Y como vió Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, |
19 | diciendo: Dadme a mí también ese poder, para que a cualquiera sobre quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo. | diciendo: Dadme a mí también esta potestad, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos, reciba el Espíritu Santo. | diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. | Diciendo: Dadme también á mí esta potestad, que á cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo. |
20 | Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has creído que con dinero se obtiene el don de Dios. | Mas Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, por cuanto has creído que con dinero se alcanza el don de Dios. | Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. | Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero. |
21 | No tienes parte ni herencia en este asunto; porque tu corazón no es recto delante de Dios. | No tienes parte ni suerte en este asunto; porque tu corazón no es recto delante de Dios. | No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.b | No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios. |
22 | Arrepiéntete, pues, de tu maldad, y ruega al Señor que, si es posible, te perdone el pensamiento de tu corazón; | Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega al Señor, si por acaso se te perdone el pensamiento de tu corazón; | Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; | Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega á Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón. |
23 | porque veo que estás en hiel de amargura y bajo la influencia de la iniquidad. | porque percibo que estás aún en hiel de amargura, y en cadenas de iniquidad. | porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. | Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. |
24 | Simón les respondió: ¡Rogad vosotros por mí al Señor, para que no me ocurra nada de lo que habéis dicho! | Simón entonces respondió y dijo: ¡Rogad vosotros por mí al Señor, para que no me sobrevenga ninguna de las cosas que habéis dicho! | Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí. | Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de éstas que habéis dicho, venga sobre mí. |
25 | Ellos, habiendo testificado y hablado la palabra del Señor, regresaron a Jerusalén; y en muchas aldeas de samaritanos evangelizaban. | Ellos pues, habiendo testificado y hablado la palabra del Señor, se volvieron a Jerusalem; y en muchas de las aldeas de los Samaritanos, publicaron las buenas nuevas. | Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio. | Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron á Jerusalem, y en muchas tierras de los Samaritanos anunciaron el evangelio. |
26 | Pero un ángel del Señor° habló a Felipe y le dijo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino desierto que desciende de Jerusalén a Gaza. | Pero un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y vé hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalem a Gaza: éste es un camino desierto. | Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. | Empero el ángel de Señor habló á Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalem á Gaza, el cual es desierto. |
27 | Levantándose, fue. Y se encontró con un etíope, eunuco, alto dignatario de Candace, reina de los etíopes, y supervisor de todos sus tesoros, que había ido a Jerusalén para adorar; | Y levantándose, se fué: y he aquí un hombre de Etiopía, eunuco, valido de Candace, reina de los Etíopes, y superintendente de todo su tesoro, el cual había ido a Jerusalem para adorar; | Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, | Entonces él se levantó, y fué: y he aquí un Etíope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etíopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido á adorar á Jerusalem, |
28 | en su viaje de regreso, sentado en su carro, leía al profeta Isaías. | e iba de regreso, y sentado en su carro, leía el profeta Isaías. | volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. | Se volvía sentado en su carro, y leyendo el profeta Isaías. |
29 | El Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. | Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate, y júntate a este carro. | Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. | Y el Espíritu dijo á Felipe: Llégate, y júntate á este carro. |
30 | Felipe se acercó y le oyó leer al profeta Isaías; y le dijo: Pero, ¿entiendes lo que estás leyendo? | Corriendo pues Felipe hacia él, le oyó leer a Isaías profeta; y dijo: Y bien, ¿entiendes tú lo que vas leyendo? | Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? | Y acudiendo Felipe, le oyó que leía el profeta Isaías, y dijo: Mas ¿entiendes lo que lees? |
31 | Él respondió: ¿Cómo podría, a no ser que alguien me guíe? Y rogó a Felipe que subiese y se sentase con él. | A lo que dijo él: ¿Pues cómo podré, a menos que alguno me enseñe? Y convidó a Felipe que subiese y se sentase con él. | Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. | Y dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó á Felipe que subiese, y se sentase con él. |
32 | El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja es conducido al matadero; y como el cordero es mudo delante del que lo trasquila, así él no abre su boca. | Y el pasaje de la Escritura que leía era éste: Como oveja, es conducido al matadero; y como el cordero es mudo delante del que le trasquila, así él no abre su boca. | El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. |
Y el lugar de la Escritura que leía, era éste: Como oveja á la muerte fué llevado; Y como cordero mudo delante del que le trasquila, Así no abrió su boca: |
33 | En su humillación, le negaron la justicia; y su generación, ¿quién la relatará? Porque su vida es quitada de la tierra. | En su humillación le es quitado su derecho: ¿y quién declarará su generación? porque su vida es quitada de la tierra. | En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.c |
En su humillación su juicio fué quitado: Mas su generación, ¿quién la contará? Porque es quitada de la tierra su vida. |
34 | El eunuco respondió a Felipe: Te ruego que me digas ¿a quién se refiere el profeta? ¿A sí mismo, o a algún otro? | Y respondiendo el eunuco a Felipe, dijo: Ruégote me digas ¿de quién dice el profeta esto? ¿de sí mismo, o de algún otro? | Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? | Y respondiendo el eunuco á Felipe, dijo: Ruégote ¿de quién el profeta dice esto? ¿de sí, ó de otro alguno? |
35 | Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta Escritura, le predicó la buena nueva de Jesús. | Y Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta Escritura, le predicó la buena nueva de Jesús. | Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. | Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde ésta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. |
36 | Prosiguiendo el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y dijo el eunuco: Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado? | Y prosiguiendo el camino, llegaron a cierta agua; y dijo el eunuco: ¡He aquí agua! ¿qué estorba, para que yo no sea bautizado? | Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? | Y yendo por el camino, llegaron á cierta agua; y dijo el eunuco: He aquí agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? |
37 | [Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, bien puedes. Y él respondiendo, dijo: ¡Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios!] | Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. | Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. | |
38 | Mandó parar el carro, y bajaron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y [Felipe] lo bautizó. | Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, así Felipe como el eunuco: y le bautizó. | Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. | Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y bautizóle. |
39 | Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. Y el eunuco no lo vio más, y continuó su camino gozoso. | Y cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe: y el eunuco no le vió más. Y prosiguió su camino gozoso. | Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. | Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató á Felipe; y no le vió más el eunuco, y se fué por su camino gozoso. |
40 | Pero Felipe fue hallado en Azoto; y pasando [por el país], evangelizaba por todas las ciudades, hasta llegar a Cesarea. | Pero Felipe fué hallado después en Azoto; y pasando por el país, predicó el evangelio en todas las ciudades, hasta llegar a Cesarea. | Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea. | Felipe empero se halló en Azoto: y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó á Cesarea. |