Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Moderna 1929 close Reina-Valera revisada 1960 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 CARGA de Damasco: ¡He aquí que Damasco ha cesado de ser ciudad, y ha venido a ser montón de escombros! Profecía sobre Damasco.a He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas. CARGA de Damasco. He aquí que Damasco dejó de ser ciudad, y será montón de ruina.
2 Abandonadas están las ciudades de Aroer: para los rebaños serán, los cuales sestearán allí, y no habrá quien los espante. Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante. Las ciudades de Aroer desamparadas, en majadas se tornarán; dormirán allí, y no habrá quien los espante.
3 También la fortaleza dejará de existir en Efraim, y el reino en Damasco, y en lo que resta de la Siria: serán como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los Ejércitos. Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos. Y cesará el socorro de Ephraim, y el reino de Damasco; y lo que quedare de Siria, será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.
4 Y acontecerá que en aquel día la gloria de Jacob se marchitará, y se extenuará la gordura de su carne. En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne. Y será que en aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y enflaqueceráse la grosura de su carne.
5 Y será como cuando el segador recoge la mies, y su brazo recoge las espigas; , será como quien coge las espigas en el Valle de Refaim. Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim. Y será como cuando el segador coge la mies, y con su brazo siega las espigas: será también como el que coge espigas en el valle de Rephaim.
6 Pero quedarán en él rebuscos, así como, cuando se varea el olivo, quedan dos o tres aceitunas en la punta del ramo más alto, cuatro o cinco en las ramas fructíferas; dice Jehová el Dios de Israel. Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios de Israel. Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el aceituno, dos ó tres granos en la punta del ramo, cuatro ó cinco en sus ramas fructíferas, dice Jehová Dios de Israel.
7 En aquel día los hombres se dirigirán a su Hacedor, y sus ojos mirarán hacia el Santo de Israel; En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. En aquel día mirará el hombre á su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.
8 y ya no se dirigirán a los altares, obra de sus propias manos; ni mirarán a lo que han hecho sus mismos dedos; ni a las Asheras, ni a las imágenes del sol. Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol. Y no mirará á los altares que hicieron sus manos, ni mirará á lo que hicieron sus dedos, ni á los bosques, ni á las imágenes del sol.
9 En aquel día sus ciudades fortificadas serán como ruinas abandonadas, en el bosque, y sobre las cumbres de las montañas, que abandonaron los Cananeos delante de los hijos de Israel; y la tierra será desolada. En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación. En aquel día las ciudades de su fortaleza serán como los frutos que quedan en los pimpollos y en las ramas, las cuales fueron dejadas á causa de los hijos de Israel; y habrá asolamiento.
10 Porque has olvidado al Dios de tu salvación, y no te has acordado de la Roca de tu fortaleza; por tanto cultivarás plantíos de deleite, y los plantarás con los sarmientos de un dios extraño. Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. Porque te olvidaste del Dios de tu salud, y no te acordaste de la roca de tu fortaleza; por tanto plantarás plantas hermosas, y sembrarás sarmiento extraño.
11 En el día que los plantares, los harás crecer, y por la mañana harás que tus plantas echen su flor; pero huirá la mies en un día de tristeza y de dolor desesperado. El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado. El día que las plantares, las harás crecer, y harás que tu simiente brote de mañana; mas la cosecha será arrebatada en el día del coger, y del dolor desesperado.
12 ¡Ah! ¡el tumulto de muchos pueblos, (los cuales hacen estruendo como el estruendo de los mares), y el estrépito de las naciones! Rugen como rugido de poderosas aguas; ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo de la mar: y murmullo de naciones hará alboroto como murmurio de muchas aguas.
13 como rugido de muchas aguas rugen las naciones. Mas Dios reprende al enemigo, de modo que huye lejos, y es ahuyentado como el tamo de las colinas delante del viento, y como remolinos de polvo delante del huracán. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. Los pueblos harán estrépito á manera de ruido de grandes aguas: mas Dios le reprenderá, y huirá lejos; será ahuyentado como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.
14 A la hora de la tarde, ¡he aquí el espanto! mas antes de la mañana ¡el enemigo ya no existe! ¡Ésta es la porción de los que nos despojan, y la suerte de los que nos saquean! Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean. Al tiempo de la tarde he aquí turbación; y antes de la mañana ya no es. Ésta es la parte de los que nos huellan, y la suerte de los que nos saquean.
navigate_before Isaías 16 Isaías 18 navigate_next
arrow_upward Arriba