Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Moderna 1929 close Reina-Valera revisada 1960 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Así, que todo hombre nos considere como siervos de Cristo y administradores de los misterios de Dios. ASÍ considérenos cada uno como ministros de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. TÉNGANNOS los hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.
2 Aquí, además, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel. Aquí, además, se requiere en los administradores que sea uno fiel. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. Mas ahora se requiere en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel.
3 Para mí, en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por un tribunal humano. Ni aun a mí mismo me juzgo. Mas en cuanto a mí, es cosa de poquísima importancia el que sea yo juzgado por vosotros, o por juicio humano: más aún, yo no me juzgo a mí mismo. Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, ó de juicio humano; y ni aun yo me juzgo.
4 Mi conciencia de nada me acusa, pero no por esto soy justificado; el que me juzga es el Señor. Pues nada sé yo contra mí mismo; mas no soy por esto justificado, sino que el que me juzga es el Señor. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas el que me juzga, el Señor es.
5 Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, quien sacará a la luz las cosas ocultas de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; entonces, para cada uno, la alabanza vendrá de Dios. Así pues no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones; y entonces cada cual tendrá su alabanza de Dios, y no del hombre. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.
6 Hermanos, si me he aplicado todo esto a mí mismo y a Apolos, es por vosotros; para que en nosotros aprendáis a no sobrepasar lo que está escrito; para que ninguno de vosotros sea altivo a favor del uno contra el otro. Y estas cosas, hermanos, las he transferido en figura a mí mismo y a Apolos, por vuestra causa; para que en nosotros aprendieseis a no pasar mas allá de lo arriba escrito; para que ninguno de vosotros se engría a favor de uno en contra de otro. Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. Esto empero, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros; para que en nosotros aprendáis á no saber más de lo que está escrito, hinchándoos por causa de otro el uno contra el otro.
7 Porque, ¿quién te diferencia de otro? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Pero si lo recibiste, ¿por qué te glorías, como si no lo hubieses recibido? Porque ¿quién hace que tú te diferencies de otro? ¿o qué tienes tú que no hayas recibido? Mas si lo recibiste, ¿por qué te glorías, como si no lo hubieses recibido? Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? Porque ¿quién te distingue? ¿ó qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no hubieras recibido?
8 Ya estáis saciados; ya os enriquecisteis; ya reináis sin nosotros. Y ojalá reinaseis, para que también nosotros reinemos con vosotros. Ya estáis saciados; ya os habéis enriquecido; sin nosotros habéis llegado a reinar: y yo quisiera que en efecto reinaseis, para que nosotros también reinásemos con vosotros. Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros! Ya estáis hartos, ya estáis ricos, sin nosotros reináis; y ojalá reinéis, para que nosotros reinemos también juntamente con vosotros.
9 Pienso, en efecto, que Dios nos exhibió los últimos, a nosotros los apóstoles, como destinados a muerte; porque hemos sido hechos un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. Pues yo pienso que Dios nos ha puesto a nosotros, los apóstoles, en exhibición, los postreros de todos, como hombres condenados a muerte: porque hemos venido a ser espectáculo al universo, tanto a los ángeles como a los hombres. Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. Porque á lo que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles por los postreros, como á sentenciados á muerte: porque somos hechos espectáculo al mundo, y á los ángeles, y á los hombres.
10 Nosotros somos insensatos por causa de Cristo, pero vosotros sabios en Cristo; nosotros somos débiles, pero vosotros fuertes; vosotros tenéis gloria, pero nosotros deshonra. Nosotros somos insensatos por causa de Cristo, mas vosotros sois sabios en Cristo; nosotros somos débiles, mas vosotros sois fuertes; vosotros tenéis gloria, mas nosotros deshonra. Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados. Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.
11 Hasta esta hora padecemos hambre y tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, andamos errantes, Hasta la hora presente, padecemos hambre, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos abofeteados, y no tenemos morada fija, Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. Hasta esta hora hambreamos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos heridos de golpes, y andamos vagabundos;
12 y penamos trabajando con nuestras manos; somos insultados, y bendecimos; somos perseguidos, y lo soportamos; y estamos rendidos de cansancio, trabajando con nuestras propias manos: siendo vilipendiados, bendecimos; siendo perseguidos, lo sufrimos; Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos;a nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Y trabajamos, obrando con nuestras manos: nos maldicen, y bendecimos: padecemos persecución, y sufrimos:
13 somos difamados, y suplicamos; hemos llegado a ser como la basura del mundo, el desecho de todos hasta hoy. siendo infamados, rogamos: hemos venido a ser como el desecho del mundo, y la escoria de todas las cosas, hasta el día de hoy. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos. Somos blasfemados, y rogamos: hemos venido á ser como la hez del mundo, el desecho de todos hasta ahora.
14 No escribo estas cosas para avergonzaros, sino que os amonesto como a mis amados hijos. No escribo estas cosas para avergonzaros, sino que, como a mis hijos amados, os amonesto. No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. No escribo esto para avergonzaros: mas amonéstoos como á mis hijos amados.
15 Porque aunque tengáis 10.000 maestros en Cristo, sin embargo, no tenéis muchos padres; porque yo os engendré en Cristo Jesús, por medio del evangelio. Pues aunque tuvierais diez mil ayos en Cristo, sin embargo no tenéis muchos padres; porque en Cristo Jesús, por medio del evangelio yo os engendré. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el evangelio.
16 Os suplico que seáis imitadores míos. Ruégoos pues que seáis imitadores míos. Por tanto, os ruego que me imitéis.b Por tanto, os ruego que me imitéis.
17 Por eso os envié a Timoteo, que es mi amado hijo y fiel en el Señor; él os recordará mi conducta en Cristo, tal como enseño por todas partes, en cada iglesia. Por esto envié a vosotros a Timoteo, el cual es mi hijo amado, y fiel en el Señor; quien os recordará mis caminos en Cristo, así como yo los enseño por todas partes, en cada iglesia. Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias. Por lo cual os he enviado á Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os amonestará de mis caminos cuáles sean en Cristo, de la manera que enseño en todas partes en todas las iglesias.
18 Algunos están envanecidos, como si yo no hubiese de ir a vosotros. Mas algunos están engreídos, como si yo mismo no hubiese de ir a vosotros. Mas algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. Mas algunos están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir á vosotros.
19 Pero pronto iré a vosotros, si el Señor quiere; y conoceré, no las palabras de esos envanecidos, sino su poder. Iré empero en breve a vosotros, si el Señor quiere; y conoceré, no la palabra de los que están engreídos, sino el poder. Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos. Empero iré presto á vosotros, si el Señor quisiere; y entenderé, no las palabras de los que andan hinchados, sino la virtud.
20 Porque el reino de Dios no es en palabras, sino en poder. Porque no en palabra es el reino de Dios, sino en poder. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud.
21 ¿Qué queréis? ¿Que vaya a vosotros con vara, o con amor y espíritu apacible? ¿Qué queréis? ¿que yo vaya a vosotros con vara de castigo, o en amor, y con espíritu de dulzura? ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre? ¿Qué queréis? ¿iré á vosotros con vara, ó con caridad y espíritu de mansedumbre?
navigate_before 1 Corintios 3 1 Corintios 5 navigate_next
arrow_upward Arriba