Biblia paralela

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1 Y TUVE revelación de Jehová, que decía: Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:
2 Anda y clama a oídos de Jerusalem, diciendo: Así dice Jehová: Acuérdome a tu favor, de la ternura de tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando me seguiste por el desierto, en una tierra que no se sembraba. Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. Anda, y clama á los oídos de Jerusalem, diciendo: Así dice Jehová: Heme acordado de ti, de la misericordia de tu mocedad, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada.
3 Israel era entonces santidad a Jehová, sus primicias de los frutos: a ¡todos los que le devoran serán tenidos por culpables; vendrá sobre ellos el mal! dice Jehová. Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová. Santidad era Israel á Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoran pecarán; mal vendrá sobre ellos, dice Jehová.
4 ¡Oye el oráculo de Jehová, oh casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel! Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.
5 Así dice Jehová: ¿Qué injusticia hallaron en mí vuestros padres, cuando se alejaron de mí, y anduvieron tras la vanidad, y se hicieron vanos? Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos? Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y tornáronse vanos?
6 Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, el que nos hizo subir de la tierra de Egipto, el que nos condujo por el desierto, por una tierra de yermos y de hoyos, por una tierra de sequía y de sombra de muerte, tierra por donde nadie pasa, y donde ningún hombre habita? Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de tierra de Egipto, que nos hizo andar por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?
7 Y os introduje a una tierra de abundancia, para que comieseis el fruto de ella y el bien de ella; mas cuando entrasteis, contaminasteis mi tierra, y convertisteis mi herencia en una abominación. Y os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. Y os metí en tierra de Carmelo, para que comieseis su fruto y su bien: mas entrasteis, y contaminasteis mi tierra, é hicisteis mi heredad abominable.
8 Los sacerdotes no decían: ¿Dónde está Jehová? y los que se ocupaban de la ley no me conocieron; los pastores también se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron por Baal, y se fueron tras de las cosas que no aprovechan. Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.
9 Por tanto entraré aún en juicio con vosotros dice Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. Por tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. Por tanto entraré aún en juicio con vosotros, dijo Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé.
10 ¡Pues pasad a las islas de Kitim, y ved! ¡enviad también a Cedar, e informaos bien, y ved si jamás ha habido cosa parecida a ésta! Porque pasad a las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante a esta. Porque pasad á las islas de Chîttim y mirad; y enviad á Cedar, y considerad cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante á ésta:
11 ¿acaso nación alguna ha trocado sus dioses; los cuales con todo no son dioses? mas mi pueblo ha trocado su Gloria por lo que no aprovecha. ¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. Si alguna gente ha mudado sus dioses, bien que ellos no son dioses. Pero mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha.
12 ¡Asombraos; oh cielos, a causa de esto, y horripilaos y pasmaos sobremanera! dice Jehová; Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová.
13 porque dos males ha hecho mi pueblo: a mí me han dejado, fuente de aguas vivas, labrando a pico para sí aljibes, aljibes rajados, que no pueden retener las aguas. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. Porque dos males ha hecho mi pueblo: dejáronme á mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no detienen aguas.
14 ¿Acaso Israel no es un siervo? ¿no es por ventura siervo nacido en casa? ¿por qué pues ha venido a ser presa? ¿Es Israel siervo? ¿Es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa? ¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿por qué ha sido dado en presa?
15 Contra él rugieron los leoncillos, y dieron sus bramidos; y convirtieron su tierra en una desolación: sus ciudades han sido quemadas; quedan sin habitante. Los cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador. Los cachorros de los leones bramaron sobre él, dieron su voz; y pusieron su tierra en soledad; quemadas están sus ciudades, sin morador.
16 También los hijos de Nof y de Tafnes han consumido la coronilla de tu cabeza. Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla. Aun los hijos de Noph y de Taphnes te quebrantaron la mollera.
17 ¿Acaso no has procurado esto para ti mismo, dejando a Jehová tu Dios, mientras él te conducía por el verdadero camino? ¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino? ¿No te acarreó esto tu dejar á Jehová tu Dios, cuando te hacía andar por camino?
18 Ahora pues ¿qué tienes que ver con el camino de Egipto, para que bebas las aguas del Nilo? o ¿qué tienes que ver con el camino de la Asiria, para que bebas de las aguas del río Eufrates? Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Éufrates? Ahora pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del río?
19 Tu misma maldad te reprenderá, y tus propias apostasías te corregirán; para que sepas y veas que es cosa mala y amarga el haber tú dejado a Jehová tu Dios, y el no estar mi temor en ti, dice el Señor Jehová de los Ejércitos. Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos. Tu maldad te castigará, y tu apartamiento te condenará: sabe pues y ve cuán malo y amargo es tu dejar á Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor Jehová de los ejércitos.
20 Porque de tiempo muy atrás yo quebré tu yugo, y rompí tus coyundas; y tú dijiste: No transgrediré; en tanto que sobre todo collado elevado, y debajo de todo árbol frondoso, te prostituías, ¡oh ramera! Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. Porque desde muy atrás he quebrado tu yugo, y roto tus ataduras; y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol umbroso, corrías tú, oh ramera.
21 Y yo te había plantado vid escogidísima, toda ella de buen veduño; ¿cómo pues te me has convertido en sarmientos degenerados de una vid extraña? Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? Y yo te planté de buen vidueño, simiente verdadera toda ella: ¿cómo pues te me has tornado sarmientos de vid extraña?
22 Pues aunque te laves con lejía, y tomes para ti mucho jabón, tu iniquidad queda grabada delante de mí, dice Jehová el Señor. Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor. Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, tu pecado está sellado delante de mí, dijo el Señor Jehová.
23 ¿Cómo puedes decir: No me he profanado; tras de los Baales no he andado? ¡Mira tus caminos en el valle! ¡sabe lo que has hecho! eres una dromedaria en celo, que enreda sus carreras; ¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, ¿Como dices: No soy inmunda, nunca anduve tras los Baales? Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que frecuentas sus carreras;
24 o una asna montés, habituada al desierto, que en el ardor de su apetito, con sus narices toma el viento; en su ocasión ¿quién la puede detener? todos los que la buscaren no se cansarán; en su mes la hallarán. asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. Asna montés acostumbrada al desierto, que respira como quiere; ¿de su ocasión quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se cansarán; hallaránla en su mes.
25 Guarda tu pie de andar descalzo, y tu garganta de arder en sed: mas tú dijiste: ¡No hay remedio, no; pues amo a los extraños, y en pos de ellos me iré! Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir. Defiende tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: Hase perdido la esperanza; en ninguna manera: porque extraños he amado y tras ellos tengo de ir.
26 Como se avergüenza el ladrón cuando es hallado, así están avergonzados los de la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas; Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto, así se avergonzará la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, Como se avergüenza el ladrón cuando es tomado, así se avergonzarán la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas;
27 los cuales dicen al leño: ¡Mi padre eres! y a la piedra: ¡Tú me has dado a luz! porque me han vuelto las espaldas y no la cara: mas en el tiempo de su calamidad, dirán: ¡Levántate y sálvanos! que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos. Que dicen al leño: Mi padre eres tú; y á la piedra: Tú me has engendrado: pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.
28 ¿Pero en dónde están tus dioses que has hecho para ti? ¡levántense ellos, si te pueden salvar en el tiempo de tu calamidad! porque conforme al número de tus ciudades son tus dioses, ¡oh Judá! ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses. ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense, á ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción: porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.
29 ¿Por qué contendéis conmigo? todos vosotros os habéis rebelado contra mí, dice Jehová. ¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová. ¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice Jehová.
30 En vano he castigado a vuestros hijos; pues no reciben la corrección: vuestra misma espada ha devorado a vuestros profetas, como un león asolador. En vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador. Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Cuchillo devoró vuestros profetas como león destrozador.
31 ¡Oh generación perversa, atended al oráculo de Jehová! ¿Por ventura he sido yo un yermo para Israel, o una tierra de densas tinieblas? ¿por qué pues ha dicho mi pueblo: ¡Sacudimos el yugo! ¡no volveremos más a ti! ¡Oh generación! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti? ¡Oh generación! ved vosotros la palabra de Jehová. ¿He sido yo á Israel soledad, ó tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos á ti?
32 ¿Podrá acaso una virgen olvidarse de sus adornos, o una novia de sus galas? pero mi pueblo se ha olvidado de mí por días que no tienen cuenta. ¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días. ¿Olvídase la virgen de su atavío, ó la desposada de sus sartales? mas mi pueblo se ha olvidado de mí por días que no tienen número.
33 ¿Por qué hermoseas tu camino para buscar amor? por esto hasta a las malvadas has enseñado tus caminos. ¿Por qué adornas tu camino para hallar amor? Aun a las malvadas enseñaste tus caminos. ¿Por qué abonas tu camino para hallar amor, pues aun á las malvadas enseñaste tus caminos?
34 También en tus faldas ha sido hallada la sangre de la vida de los inocentes pobres; no porque los hallaste forzando entrada en tu casa, sino a causa de todas estas maldades tuyas. Aun en tus faldas se halló la sangre de los pobres, de los inocentes. No los hallaste en ningún delito; sin embargo, en todas estas cosas dices: Aun en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres, de los inocentes: no la hallé en excavación, sino en todas estas cosas.
35 Y con todo has dicho: Inocente soy; ciertamente su ira se ha apartado de mí. He aquí que estoy para entrar en juicio contigo, por cuanto dices: No he pecado. Soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado. Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado.
36 ¿Por qué corres tan afanada, de uno a otro, cambiando tu camino? De Egipto también te avergonzarás, así como te has avergonzado de Asiria. ¿Para qué discurres tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. ¿Para qué discurres tanto, mudando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria.
37 De aquél también te apartarás con las manos sobre tu cabeza; por cuanto Jehová ha rechazado con desdén los objetos de tu confianza, y no podrás sacar partido de ellos. También de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás por ellos. También saldrás de él con tus manos sobre tu cabeza: porque Jehová desechó tus confianzas, y en ellas no tendrás buen suceso.
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