Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Moderna 1929 close Reina-Valera revisada 1960 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Os ruego por la mansedumbre y la bondad de Cristo, yo mismo, Pablo, que en persona soy poca cosa entre vosotros, pero estando ausente soy atrevido para con vosotros; YO Pablo os ruego, por la mansedumbre y la dulzura de Cristo, yo que en persona soy humilde entre vosotros, mas estando ausente, soy osado para con vosotros; Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; EMPERO yo Pablo, os ruego por la mansedumbre y modestia de Cristo, yo que presente ciertamente soy bajo entre vosotros, mas ausente soy confiado entre vosotros:
2 sí, os ruego que, cuando esté presente, no tenga que usar de osadía con el mismo rigor con el que pienso proceder contra algunos que estiman que andamos según la carne. sí, yo os ruego que, estando presente, no tenga que ser osado con aquel rigor con que pienso proceder resueltamente contra algunos, que piensan de nosotros como si anduviésemos según la carne. ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne. Ruego pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con la confianza con que estoy en ánimo de ser resuelto para con algunos, que nos tienen como si anduviésemos según la carne.
3 Porque, aunque andamos en la carne, no combatimos según la carne. Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.
4 Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destruir fortalezas, (porque las armas de nuestra milicia no son carnales, mas son poderosas en Dios para demoler fortalezas,) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;)
5 derribando razonamientos y todo lo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, derribando razonamientos soberbios, y toda cosa elevada que se ensalza contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo; derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento á la obediencia, de Cristo;
6 y estando preparados para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea completa. y estando preparados para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere cumplida. y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. Y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere cumplida.
7 ¡Miráis las cosas según la apariencia! Si alguno tiene la convicción de pertenecer a Cristo, considere otra vez esto por sí mismo: que, así como él es de Cristo, así también lo somos nosotros. Miráis las cosas según la apariencia exterior. Si alguno tiene confianza en sí mismo, que él es de Cristo, considere otra vez esto consigo mismo: que así como él es de Cristo, así también lo somos nosotros. Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está confiado en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
8 Porque, aunque yo me gloríe algo más acerca de nuestra autoridad (la cual nos dio el Señor para edificaros, y no para derribaros), no seré avergonzado, Pues aunque yo me gloriase algo más todavía respecto de nuestra autoridad (que nos dió el Señor para edificaros, y no para derribaros), no sería avergonzado. Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré; Porque aunque me glorié aun un poco de nuestra potestad (la cual el Señor nos dió para edificación y no para vuestra destrucción), no me avergonzaré;
9 porque no deseo que parezca que os quiero atemorizar con mis cartas. Pero me detengo, para que no parezca como que os quiero aterrar con mis cartas. para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas. Porque no parezca como que os quiero espantar por cartas.
10 Pues las cartas, dicen, son duras y fuertes; pero su presencia personal es débil, y su palabra despreciable. Porque dice alguno: Sus cartas son de peso y fuertes; mas su presencia corporal es débil, y su palabra despreciable. Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. Porque á la verdad, dicen, las cartas son graves y fuertes; mas la presencia corporal flaca, y la palabra menospreciable.
11 Que piense dicha persona, que lo que somos en palabra por cartas, estando ausentes, tales seremos en hechos, estando presentes. Piense quien tal dice, que cuales somos en palabra, por medio de cartas, estando ausentes, tales seremos también en obra, estando presentes. Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes. Esto piense el tal, que cuales somos en la palabra por cartas estando ausentes, tales seremos también en hechos, estando presentes.
12 Porque no nos atrevemos a contarnos con algunos que se recomiendan a sí mismos, o a compararnos con ellos; pero ellos, midiéndose entre sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son sensatos. Porque no nos atrevemos a numerarnos o a compararnos con ciertos de aquellos que se encomian a sí mismos: mas ellos, midiéndose entre sí mismos, y comparándose consigo mismos, son faltos de buen sentido. Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. Porque no osamos entremeternos ó compararnos con algunos que se alaban á sí mismos: mas ellos, midiéndose á sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos no son juiciosos.
13 Pero nosotros no nos gloriaremos con exceso, sino según la medida de la norma que nos asignó el Dios de medida, para llegar también hasta vosotros. Nosotros empero no nos gloriaremos de lo que está fuera de nuestros linderos, sino antes, según los linderos de la provincia que nos ha repartido Dios, linderos que llegan aun hasta vosotros. Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros. Nosotros empero, no nos gloriaremos fuera de nuestra medida, sino conforme á la medida de la regla, de la medida que Dios nos repartió, para llegar aun hasta vosotros.
14 Si no hubiésemos estado ya entre vosotros, se podría decir que nos extralimitamos; pero fuimos los primeros en llegar hasta vosotros para anunciaros el evangelio de Cristo. Porque no es cierto (como si no alcanzásemos a vosotros), que nos hemos excedido de nuestros linderos; porque hasta vosotros también llegamos en la predicación del evangelio de Cristo; Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo. Porque no nos extendemos sobre nuestra medida, como si no llegásemos hasta vosotros: porque también hasta vosotros hemos llegado en el evangelio de Cristo:
15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos que otros han hecho; al contrario, esperamos que, al ir creciendo vuestra fe, nuestro campo de acción se extenderá entre vosotros, no gloriándonos de lo que está fuera de nuestros linderos, metiéndonos en labores ajenas; mas teniendo esperanza que, al paso que se aumente vuestra fe, por medio de vosotros sean nuestros términos extendidos aun más; No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla; No gloriándonos fuera de nuestra medida en trabajos ajenos; mas teniendo esperanza del crecimiento de vuestra fe, que seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme á nuestra regla.
16 según nuestra norma, para predicar el evangelio más allá de vuestras regiones; y no gloriarnos en el trabajo ya hecho por otros en territorio ajeno. para predicar el evangelio en las regiones más allá de vosotros, y no gloriarnos, en provincia ajena, de cosas ya preparadas. y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado. Y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la medida de otro para gloriarnos en lo que ya estaba aparejado.
17 Pero aquel que se gloría, que se gloríe en el Señor. Mas el que se gloría, gloríese en el Señor. Mas el que se gloría, gloríese en el Señor;a Mas el que se gloría, gloríese en el Señor.
18 Porque no es aprobado aquel que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien el Señor recomienda. Pues no es aprobado el que se encomia a sí mismo, sino aquel a quien encomia el Señor. porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. Porque no el que se alaba á sí mismo, el tal es aprobado; mas aquel á quien Dios alaba.
navigate_before 2 Corintios 9 2 Corintios 11 navigate_next
arrow_upward Arriba