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ENTONCES envió Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraim y Manasés, convidándoles a que viniesen a la Casa de Jehová en Jerusalem, para celebrar la Pascua a Jehová, el Dios de Israel. |
Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel. |
ENVIÓ también Ezechîas por todo Israel y Judá, y escribió letras á Ephraim y Manasés, que viniesen á Jerusalem á la casa de Jehová, para celebrar la pascua á Jehová Dios de Israel. |
2 |
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Porque el rey y los príncipes y toda la Asamblea reunida en Jerusalem, habían tomado el acuerdo de celebrar la Pascua en el mes segundo; |
Y el rey había tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalén, para celebrar la pascua en el mes segundo; |
Y había el rey tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalem, para celebrar la pascua en el mes segundo: |
3 |
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pues no pudieron celebrarla en aquel tiempo, por cuanto los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente, ni el pueblo se había congregado en Jerusalem. |
porque entonces no la podían celebrar, por cuanto no había suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.a |
Porque entonces no la podían celebrar, por cuanto no había suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo estaba junto en Jerusalem. |
4 |
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Y el propósito pareció acertado al rey y a toda la Asamblea; |
Esto agradó al rey y a toda la multitud. |
Esto agradó al rey y á toda la multitud. |
5 |
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de manera que determinaron hacer correr la voz por todo Israel, desde Beer-seba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la Pascua a Jehová, el Dios de Israel en Jerusalem; porque hacía mucho tiempo que no la habían celebrado según estaba escrito. |
Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel, en Jerusalén; porque en mucho tiempo no la habían celebrado al modo que está escrito. |
Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel, desde Beer-seba hasta Dan, para que viniesen á celebrar la pascua á Jehová Dios de Israel, en Jerusalem: porque en mucho tiempo no la habían celebrado al modo que está escrito. |
6 |
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Fueron pues los correos, con cartas del rey y de sus príncipes, por todo Israel y Judá, y según orden del rey; las cuales cartas decían así: ¡Oh Israel, volveos a Jehová, el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que él se vuelva a los que os han quedado, escapados aún de la mano de los reyes de Asiria! |
Fueron, pues, correos con cartas de mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos a Jehová el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y él se volverá al remanente que ha quedado de la mano de los reyes de Asiria. |
Fueron pues correos con letras de mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos á Jehová el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, y él se volverá á las reliquias que os han quedado de la mano de los reyes de Asiria. |
7 |
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Y no seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se portaron traidoramente para con Jehová, el Dios de sus padres; de manera que él los ha entregado a la desolación, como vosotros lo veis. |
No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y él los entregó a desolación, como vosotros veis. |
No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y él los entregó á desolación, como vosotros veis. |
8 |
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Ahora pues, no endurezcáis vosotros la cerviz como vuestros padres; dad la mano a Jehová, y venid a su Santuario, que él ha santificado para siempre; y servid a Jehová vuestro Dios, para que se aparte de vosotros el ardor de su ira. |
No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová, y venid a su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y servid a Jehová vuestro Dios, y el ardor de su ira se apartará de vosotros. |
No endurezcáis pues ahora vuestra cerviz como vuestros padres: dad la mano á Jehová, y venid á su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y servid á Jehová vuestro Dios, y la ira de su furor se apartará de vosotros. |
9 |
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Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia en presencia de los que los cautivaron, y volverán a esta tierra; pues clemente y compasivo es Jehová vuestro Dios, y no os apartará su rostro, si os volviereis a él. |
Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra; porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él. |
Porque si os volviereis á Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán á esta tierra: porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no volverá de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis á él. |
10 |
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En efecto, los correos pasaban de ciudad en ciudad, por las tierras de Efraim y de Manasés, y hasta Zabulón; mas aquellas gentes se reían de ellos y les escarnecían. |
Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; mas se reían y burlaban de ellos. |
Pasaron pues los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Ephraim y Manasés, hasta Zabulón: mas se reían y burlaban de ellos. |
11 |
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Esto no obstante, algunos de Aser y de Manasés y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalem. |
Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron, y vinieron a Jerusalén. |
Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés, y de Zabulón, se humillaron, y vinieron á Jerusalem. |
12 |
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También en Judá estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón, para que cumpliesen el mandato del rey y de los príncipes, por orden de Jehová. |
En Judá también estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová. |
En Judá también fué la mano de Dios para darles un corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme á la palabra de Jehová. |
13 |
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De modo que se reunió en Jerusalem mucha gente para celebrar la fiesta de los Ázimos, en el mes segundo; una Asamblea sobre manera grande. |
Y se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes segundo, una vasta reunión. |
Y juntóse en Jerusalem mucha gente para celebrar la solemnidad de los ázimos en el mes segundo; una vasta reunión. |
14 |
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Entonces se levantaron, y quitaron los altares que había en Jerusalem; quitaron también todos los altares de incienso, y los echaron abajo al torrente de Cedrón. |
Y levantándose, quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso, y los echaron al torrente de Cedrón. |
Y levantándose, quitaron los altares que había en Jerusalem; quitaron también todos los altares de perfumes, y echáronlos en el torrente de Cedrón. |
15 |
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En seguida sacrificaron la pascua, a los catorce días del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas, avergonzados, se santificaron, y trajeron holocaustos a la Casa de Jehová. |
Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce días del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de vergüenza se santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová. |
Entonces sacrificaron la pascua, á los catorce del mes segundo; y los sacerdotes y los Levitas se santificaron con vergüenza, y trajeron los holocaustos á la casa de Jehová. |
16 |
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Y ocuparon sus puestos según su uso, conforme a la ley de Moisés, varón de Dios; y los sacerdotes rociaron la sangre que recibieron de mano de los levitas. |
Y tomaron su lugar en los turnos de costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios; y los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas. |
Y pusiéronse en su orden conforme á su costumbre, conforme á la ley de Moisés varón de Dios; los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los Levitas: |
17 |
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Porque hubo muchos de la Asamblea que no se habían santificado; por lo cual los levitas fueron encargados del degüello de los corderos pascuales para todos los que no estaban limpios, a fin de santificarlos a Jehová. |
Porque había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían purificado, para santificarlos a Jehová. |
Porque había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los Levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían limpiado, para santificarlos á Jehová. |
18 |
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Porque una gran multitud de gentes que vinieron de Efraim y Manasés, de Isacar y Zabulón, aunque no se habían purificado, comieron de la pascua, contrario a lo que está escrito. Ezequías empero oró por ellos, diciendo: ¡El bondadoso Jehová, conceda perdón a todo aquel |
Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a Dios, |
Porque una gran multitud del pueblo de Ephraim y Manasés, y de Issachâr y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme á lo que está escrito. Mas Ezechîas oró por ellos, diciendo: Jehová, que es bueno, sea propicio á todo aquel que ha apercibido su corazón para buscar á Dios, |
19 |
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que tiene puesto su corazón en buscar al Dios Jehová, el Dios de sus padres; aunque no se haya purificado según la purificación del Santuario! |
a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según los ritos de purificación del santuario. |
Á Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado según la purificación del santuario. |
20 |
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Y oyó Jehová a Ezequías, y sanó al pueblo. |
Y oyó Jehová a Ezequías, y sanó al pueblo. |
Y oyó Jehová á Ezechîas, y sanó al pueblo. |
21 |
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Así los hijos de Israel que se hallaban en Jerusalem celebraron la fiesta de los Azimos por siete días con grande regocijo; y los levitas y los sacerdotes alabaron a Jehová de día en día, cantando con instrumentos resonantes a Jehová. |
Así los hijos de Israel que estaban en Jerusalén celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días con grande gozo; y glorificaban a Jehová todos los días los levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos resonantes a Jehová. |
Así celebraron los hijos de Israel que se hallaron en Jerusalem, la solemnidad de los panes sin levadura por siete días con grande gozo: y alababan á Jehová todos los días los Levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos de fortaleza á Jehová. |
22 |
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Y Ezequías habló cariñosamente a todos los levitas que tenían buena inteligencia en las cosas de Jehová. Comieron pues de las ofrendas de la fiesta durante los siete días, sacrificando sacrificios de ofrendas pacíficas, y haciendo acciones de gracias a Jehová, el Dios de sus padres. |
Y habló Ezequías al corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete días, ofreciendo sacrificios de paz, y dando gracias a Jehová el Dios de sus padres. |
Y habló Ezechîas al corazón de todos los Levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la solemnidad por siete días, ofreciendo sacrificios pacíficos, y dando gracias á Jehová el Dios de sus padres. |
23 |
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Entonces toda la Asamblea tomó el acuerdo de celebrar la fiesta por siete días más; y en efecto la celebraron por otros siete días con alborozo. |
Y toda aquella asamblea determinó que celebrasen la fiesta por otros siete días; y la celebraron otros siete días con alegría. |
Y toda aquella multitud determinó que celebrasen otros siete días; y celebraron otros siete días con alegría. |
24 |
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Porque Ezequías rey de Judá presentó a toda la Asamblea mil novillos, y siete mil ovejas; también los príncipes presentaron a la Asamblea mil novillos y diez mil ovejas; y ya se habían santificado gran número de sacerdotes. |
Porque Ezequías rey de Judá había dado a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes ya se habían santificado. |
Porque Ezechîas rey de Judá había dado á la multitud mil novillos y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil ovejas: y muchos sacerdotes se santificaron. |
25 |
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Alegróse pues toda la Asamblea de Judá, juntamente con los sacerdotes y los levitas, y asimismo toda la Asamblea que había venido de Israel, y los extranjeros que vinieron de la tierra de Israel y los que habitaban en Judá. |
Se alegró, pues, toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y levitas, y toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los forasteros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá. |
Alegróse pues toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y Levitas, y toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los extranjeros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá. |
26 |
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De manera que hubo gran gozo en Jerusalem; porque desde los días de Salomón hijo de David, rey de Israel, no había habido cosa parecida en Jerusalem. |
Hubo entonces gran regocijo en Jerusalén; porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén. |
É hiciéronse grandes alegrías en Jerusalem: porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no había habido cosa tal en Jerusalem. |
27 |
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Por fin, los sacerdotes se pusieron en pie y bendijeron al pueblo; y su voz fué oída de Dios, y entró su oración en el cielo, santa morada suya. |
Después los sacerdotes y levitas, puestos en pie, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo. |
Levantándose después los sacerdotes y Levitas, bendijeron al pueblo: y la voz de ellos fué oída, y su oración llegó á la habitación de su santuario, al cielo. |