Biblia paralela

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1 Y AVISARON a Joab, diciendo: ¡He aquí que el rey está llorando y lamentándose a causa de Absalom! Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón. Y DIERON aviso á Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalom.
2 Y fué el caso que la victoria en aquel día se trocó en duelo para con todo el pueblo; porque el pueblo oyó decir en aquel día: ¡Acongojado está el rey por su hijo! Y se volvió aquel día la victoria en luto para todo el pueblo; porque oyó decir el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo. Y volvióse aquel día la victoria en luto para todo el pueblo; porque oyó decir el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo.
3 Por lo cual el pueblo se entró en la ciudad a hurtadillas en aquel día; lo mismo que suele entrar a hurtadillas la gente avergonzada cuando huye en la batalla. Y entró el pueblo aquel día en la ciudad escondidamente, como suele entrar a escondidas el pueblo avergonzado que ha huido de la batalla. Entróse el pueblo aquel día en la ciudad escondidamente, como suele entrar á escondidas el pueblo avergonzado que ha huído de la batalla.
4 Mientras tanto el rey se cubría la cara, y clamaba el rey a grandes voces: ¡Hijo mío, Absalom! ¡oh Absalom, hijo mío, hijo mío! Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío! Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalom, Absalom, hijo mío, hijo mío!
5 Entonces Joab llegóse al rey, dentro de la casa, y le dijo: ¡Has hecho avergonzar el rostro de todos tus siervos, los cuales hoy han salvado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida dé tus mujeres y la vida de tus concubinas, Entonces Joab vino al rey en la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que hoy han librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres, y la vida de tus concubinas, Y entrando Joab en casa al rey, díjole: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que han hoy librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres, y la vida de tus concubinas,
6 amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te aman! Porque has puesto de manifiesto hoy que nada te son a ti ni príncipes, ni siervos; pues que ya yo sé que si Absalom viviera, y nosotros todos estuviéramos muertos hoy ¡entonces eso te agradara bien! amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te aman; porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy me has hecho ver claramente que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muertos, entonces estarías contento. Amando á los que te aborrecen, y aborreciendo á los que te aman: porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy echo de ver que si Absalom viviera, bien que nosotros todos estuviéramos hoy muertos, entonces te contentaras.
7 Ahora pues, levántate y sal fuera, y habla cariñosamente a tus siervos; ¡porque juro por Jehová que si no salieres, no quedará hombre contigo esta noche! y esto te sería peor que todo el mal que te ha sobrevenido desde tu mocedad hasta ahora. Levántate pues, ahora, y ve afuera y habla bondadosamente a tus siervos; porque juro por Jehová que si no sales, no quedará ni un hombre contigo esta noche; y esto te será peor que todos los males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta ahora. Levántate pues ahora, y sal fuera, y halaga á tus siervos: porque juro por Jehová, que si no sales, ni aun uno quede contigo esta noche; y de esto te pesará más que de todos los males que te han sobrevenido desde tu mocedad hasta ahora.
8 Con esto se levantó el rey, y se sentó a la puerta; y avisaron a todo el pueblo, diciendo: He aquí que el rey está sentado a la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey.
Israel empero había huído cada cual a su estancia.
Entonces se levantó el rey y se sentó a la puerta, y fue dado aviso a todo el pueblo, diciendo: He aquí el rey está sentado a la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; pero Israel había huido, cada uno a su tienda. Entonces se levantó el rey, y sentóse á la puerta; y fué declarado á todo el pueblo, diciendo: He aquí el rey está sentado á la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; mas Israel había huído, cada uno á sus estancias.
9 Y todo el pueblo estaba en contienda por entre todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos libró de mano de nuestros enemigos, y él nos salvó de mano de los Filisteos; mas ahora se ha huído del país con motivo de Absalom. Y todo el pueblo disputaba en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y nos ha salvado de mano de los filisteos; y ahora ha huido del país por miedo de Absalón. Y todo el pueblo porfiaba en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y él nos ha salvado de mano de los Filisteos; y ahora había huído, de la tierra por miedo de Absalom.
10 Y Absalom a quien ungimos por rey sobre nosotros, ha muerto en la batalla. Ahora pues, ¿por qué estáis callados respecto de hacer volver al rey? Y Absalón, a quien habíamos ungido sobre nosotros, ha muerto en la batalla. ¿Por qué, pues, estáis callados respecto de hacer volver al rey? Y Absalom, á quien habíamos ungido sobre nosotros, es muerto en la batalla. ¿Por qué pues os estáis ahora quedos en orden á hacer volver al rey?
11 Por tanto el rey David envió a Sadoc y a Abiatar, los sumos sacerdotes, diciendo: Hablad con los ancianos de Judá, diciendo: ¿Por qué sois vosotros los postreros en hacer volver al rey a su casa? pues que la palabra de todo Israel viene llegando al rey, para hacerle volver a su casa. Y el rey David envió a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, diciendo: Hablad a los ancianos de Judá, y decidles: ¿Por qué seréis vosotros los postreros en hacer volver el rey a su casa, cuando la palabra de todo Israel ha venido al rey para hacerle volver a su casa? Y el rey David envió á Sadoc y á Abiathar sacerdotes, diciendo: Hablad á los ancianos de Judá y decidles: ¿Por qué seréis vosotros los postreros en volver el rey á su casa, ya que la palabra de todo Israel ha venido al rey de volverle á su casa?
12 Mis hermanos sois vosotros; mi hueso y mi carne sois: ¿por qué pues sois los postreros en hacer volver al rey? Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y mi carne sois. ¿Por qué, pues, seréis vosotros los postreros en hacer volver al rey? Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y mi carne sois: ¿por qué pues seréis vosotros los postreros en volver al rey?
13 También decid a Amasa: ¿No eres tú mi hueso y mi carne? ¡Así haga conmigo Dios, y más aún, si no has de ser jefe del ejército en mi presencia perpetuamente, en lugar de Joab! Asimismo diréis a Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y aun me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab. Asimismo diréis á Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y así me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab.
14 E inclinó hacia sí el corazón de todos los hombres de Judá, como de un solo hombre: y enviaron al rey, diciendo: Vuelve tú y todos tus siervos. Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen a decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos. Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen á decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos.
15 Por manera que volvió el rey, y vino al Jordán; y Judá fué hasta Gilgal para ir a recibir al rey, a fin de hacer pasar al rey el Jordán. Volvió, pues, el rey, y vino hasta el Jordán. Y Judá vino a Gilgal para recibir al rey y para hacerle pasar el Jordán. Volvió pues el rey, y vino hasta el Jordán. Y Judá vino á Gilgal, á recibir al rey y pasarlo el Jordán.
16 Entonces Simei hijo de Gera, benjamita, que era de Bahurim, se dió prisa, y descendió con los hombres de Judá al encuentro del rey David; Y Simeia hijo de Gera, hijo de Benjamín, que era de Bahurim, se dio prisa y descendió con los hombres de Judá a recibir al rey David. Y Semei hijo de Gera, hijo de Benjamín, que era de Bahurim, dióse priesa á venir con los hombres de Judá á recibir al rey David;
17 y trajo consigo mil hombres de Benjamín. Siba también, siervo de la casa de Saúl, vino y trajo consigo sus quince hijos y sus veinte siervos; y pasaron el Jordán en presencia del rey. Con él venían mil hombres de Benjamín; asimismo Siba, criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey. Y con él venían mil hombres de Benjamín; asimismo Siba criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey.
18 Cruzó también una barca para pasar la familia del rey, y hacer lo que a éste le pareciera bien. Entonces Simei hijo de Gera cayó delante del rey, luego que atravesó el Jordán, Y cruzaron el vado para pasar a la familia del rey, y para hacer lo que a él le pareciera. Entonces Simei hijo de Gera se postró delante del rey cuando él hubo pasado el Jordán, Atravesó después la barca para pasar la familia del rey, y para hacer lo que le pluguiera. Entonces Semei hijo de Gera se postró delante del rey cuando él había pasado el Jordán.
19 y dijo al rey: ¡No me impute mi señor iniquidad, y no se acuerde de lo que hice perversamente en el día que mi señor el rey salió de Jerusalem, para que el rey haga caso de ello! y dijo al rey: No me culpe mi señor de iniquidad, ni tengas memoria de los males que tu siervo hizo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén; no los guarde el rey en su corazón. Y dijo al rey: No me impute mi señor iniquidad, ni tengas memoria de los males que tu siervo hizo el día que mi señor el rey salió de Jerusalem, para guardarlos el rey en su corazón;
20 Porque sabe tu siervo que yo he pecado; por eso, he aquí que he venido hoy, el primero de toda la casa de José, para descender a recibir a mi señor el rey. Porque yo tu siervo reconozco haber pecado, y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para descender a recibir a mi señor el rey. Porque yo tu siervo conozco haber pecado, y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para descender á recibir á mi señor el rey.
21 Pero Abisai hijo de Sarvia le respondió, diciendo: ¿No ha de ser muerto Simei, por cuanto ha maldecido al ungido de Jehová? Respondió Abisai hijo de Sarvia y dijo: ¿No ha de morir por esto Simei, que maldijo al ungido de Jehová? Y Abisai hijo de Sarvia respondió y dijo: ¿No ha de morir por esto Semei, que maldijo al ungido de Jehová?
22 Entonces contestó David: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia, para que os pongáis hoy por adversarios míos? ¿Acaso ha de morir hombre alguno hoy en Israel? ¿pues no acabo de saber que hoy mismo soy hecho rey sobre Israel? David entonces dijo: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia, para que hoy me seáis adversarios? ¿Ha de morir hoy alguno en Israel? ¿Pues no sé yo que hoy soy rey sobre Israel? David entonces dijo: ¿Qué tenéis vosotros conmigo, hijos de Sarvia, que me habéis de ser hoy adversarios? ¿ha de morir hoy alguno en Israel? ¿no conozco yo que hoy soy rey sobre Israel?
23 Y dijo el rey a Simei: ¡No morirás! y se lo juró el rey. Y dijo el rey a Simei: No morirás. Y el rey se lo juró. Y dijo el rey á Semei: No morirás. Y el rey se lo juró.
24 También Mefiboset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; y no se había curado los pies, ni compuesto la barba, ni se había hecho lavar sus ropas, desde el día que salió el rey hasta el día que volvió en paz. También Mefi-bosetb hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz. También Mephi-boseth hijo de Saúl descendió á recibir al rey: no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día que el rey salió hasta el día que vino en paz.
25 Y aconteció que cuando vino con los de Jerusalem para recibir al rey, éste le dijo: ¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset? Y luego que vino él a Jerusalén a recibir al rey, el rey le dijo: Mefi-boset, ¿por qué no fuiste conmigo? Y luego que vino él á Jerusalem á recibir al rey, el rey le dijo: Mephi-boseth, ¿Por qué no fuiste conmigo?
26 Y él respondió: ¡Oh rey, señor mío! mi siervo me engañó; porque dijo tu siervo: Me aparejaré el asno, y subiré en él, para que vaya con el rey: por cuanto tu siervo es cojo. Y él respondió: Rey señor mío, mi siervo me engañó; pues tu siervo había dicho: Enalbárdame un asno, y montaré en él, e iré al rey; porque tu siervo es cojo. Y él dijo: Rey señor mío, mi siervo me ha engañado; pues había tu siervo dicho: Enalbardaré un asno, y subiré en él, é iré al rey; porque tu siervo es cojo.
27 Además, ha calumniado a tu siervo delante de mi señor el rey: mas mi señor el rey es como un ángel de Dios: haz pues lo que sea bueno a tus ojos. Pero él ha calumniado a tu siervo delante de mi señor el rey; mas mi señor el rey es como un ángel de Dios; haz, pues, lo que bien te parezca. Empero él revolvió á tu siervo delante de mi señor el rey; mas mi señor el rey es como un ángel de Dios: haz pues lo que bien te pareciere.
28 Porque aun cuando todos los de la casa de mi padre no éramos sino dignos de muerte para con mi señor el rey, sin embargo pusiste a tu siervo entre los que comen a tu mesa: ¿qué derecho pues me queda todavía para reclamar más de parte del rey? Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados a tu mesa. ¿Qué derecho, pues, tengo aún para clamar más al rey? Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste á tu siervo entre los convidados de tu mesa. ¿Qué derecho pues tengo aún para quejarme más contra el rey?
29 A lo cual le contestó el rey: ¿Por qué hablas más de tus asuntos? he dicho ya que tú y Siba dividáis las tierras. Y el rey le dijo: ¿Para qué más palabras? Yo he determinado que tú y Siba os dividáis las tierras. Y el rey le dijo: ¿Para qué hablas más palabras? Yo he determinado que tú y Siba partáis las tierras.
30 Entonces dijo Mefiboset al rey: Y aun tómeselas él todas, ya que ha vuelto mi señor el rey en paz a su casa Y Mefi-boset dijo al rey: Deja que él las tome todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa. Y Mephi-boseth dijo al rey: Y aun tómelas él todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz á su casa.
31 También Barzillai galaadita descendió desde Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle más allá del Jordán. También Barzilaic galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle al otro lado del Jordán. También Barzillai Galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle de la otra parte del Jordán.
32 Y era Barzillai muy anciano, de edad de ochenta años; y había proveído al rey de sustento el tiempo que pasó en Mahanaim; porque era hombre muy rico. Era Barzilai muy anciano, de ochenta años, y él había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico. Y era Barzillai muy viejo, de ochenta años, el cual había dado provisión al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.
33 Entonces dijo el rey a Barzillai: Pasa adelante conmigo, y te sustentaré conmigo en Jerusalem. Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén. Y el rey dijo á Barzillai: Pasa conmigo, y yo te daré de comer conmigo en Jerusalem.
34 Pero Barzillai respondió al rey: ¿Cuántos serán ya los días de los años de mi vida, para que yo suba con el rey a Jerusalem? Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén? Mas Barzillai dijo al rey: ¿Cuántos son los días del tiempo de mi vida, para que yo suba con el rey á Jerusalem?
35 De edad de ochenta años soy el día de hoy: ¿podré acaso distinguir más entre lo bueno y lo malo? ¿o podrá tu siervo gustar ya lo que come y lo que bebe? ¿o puedo más oír la voz de cantores y de cantoras? ¿Para qué pues ha de ser tu siervo una carga a mi señor el rey? De edad de ochenta años soy este día. ¿Podré distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para mi señor el rey? Yo soy hoy día de edad de ochenta años, que ya no haré diferencia entre lo bueno y lo malo: ¿tomará gusto ahora tu siervo en lo que comiere ó bebiere? ¿oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿para qué, pues, sería aún tu siervo molesto á mi señor el rey?
36 Un corto trecho más allá del Jordán pasará tu siervo con el rey; ¿y por qué quiere el rey recompensarme con un galardón tan grande? Pasará tu siervo un poco más allá del Jordán con el rey; ¿por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa? Pasará tu siervo un poco el Jordán con el rey: ¿por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa?
37 Ruégote permitas que se vuelva tu siervo, para que muera en mi propia ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Empero he ahí a tu siervo Camaam; pase él con mi señor el rey, y haz con él lo que bien te parezca. Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Mas he aquí a tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere. Yo te ruego que dejes volver á tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. He aquí tu siervo Chimham; que pase él con mi señor el rey, y hazle lo que bien te pareciere.
38 A lo que respondió el rey: Camaam pasará adelante conmigo, y yo haré con él lo que bien te pareciere a ti; y todo lo que quisieres encargarme yo lo haré por ti. Y el rey dijo: Pues pase conmigo Quimam, y yo haré con él como bien te parezca; y todo lo que tú pidieres de mí, yo lo haré. Y el rey dijo: Pues pase conmigo Chimham, y yo haré con él como bien te parezca: y todo lo que tú pidieres de mí, yo lo haré.
39 Por manera que todo el pueblo pasó el Jordán; el rey también pasó: entonces besó el rey a Barzillai y le bendijo; y éste volvió a su lugar. Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego que el rey hubo también pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo; y él se volvió a su casa. Y todo el pueblo pasó el Jordán: y luego que el rey hubo también pasado, el rey besó á Barzillai, y bendíjolo; y él se volvió á su casa.
40 Entonces el rey pasó adelante a Gilgal, y Camaam pasó adelante con él; y todo el pueblo de Judá acompañaba al rey, y también la mitad del pueblo de Israel. El rey entonces pasó a Gilgal, y con él pasó Quimam; y todo el pueblo de Judá acompañaba al rey, y también la mitad del pueblo de Israel. El rey entonces pasó á Gilgal, y con él pasó Chimham; y todo el pueblo de Judá, con la mitad del pueblo de Israel, pasaron al rey.
41 En esto, he aquí a todos los hombres de Israel que venían al rey; y dijeron al rey: ¿Por qué tan a hurtadillas te han tomado nuestros hermanos, los hombres de Judá, para hacer pasar el Jordán al rey y a su casa, y a todos los hombres de David con él? Y he aquí todos los hombres de Israel vinieron al rey, y le dijeron: ¿Por qué los hombres de Judá, nuestros hermanos, te han llevado, y han hecho pasar el Jordán al rey y a su familia, y a todos los siervos de David con él? Y he aquí todos los varones de Israel vinieron al rey, y le dijeron: ¿Por qué los hombres de Judá, nuestros hermanos, te han llevado, y han hecho pasar el Jordán al rey y á su familia, y á todos los varones de David con él?
42 Entonces respondieron todos los hombres de Judá a los hombres de Israel: Por lo mismo que el rey es pariente cercano nuestro; ¿por qué pues habéis de irritaros por eso? ¿Por ventura nosotros hemos comido algo a costa del rey? ¿o nos ha hecho él algún regalo? Y todos los hombres de Judá respondieron a todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por qué os enojáis vosotros de eso? ¿Hemos nosotros comido algo del rey? ¿Hemos recibido de él algún regalo? Y todos los varones de Judá respondieron á todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por qué os enojáis vosotros de eso? ¿hemos nosotros comido algo del rey? ¿hemos recibido de él algún don?
43 Y respondieron los hombres de Israel a los hombres de Judá; diciendo: ¡Diez partes tenemos nosotros en el rey, y también más derecho tenemos nosotros en David que vosotros! ¿Por qué pues nos habéis despreciado? y en efecto, ¿no fué nuestra palabra la primera para hacer volver a nuestro rey? Y era más duro el hablar de los hombres de Judá que el hablar de los hombres de Israel. Entonces respondieron los hombres de Israel, y dijeron a los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes, y en el mismo David más que vosotros. ¿Por qué, pues, nos habéis tenido en poco? ¿No hablamos nosotros los primeros, respecto de hacer volver a nuestro rey? Y las palabras de los hombres de Judá fueron más violentas que las de los hombres de Israel. Entonces respondieron los varones de Israel, y dijeron á los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes, y en el mismo David más que vosotros: ¿por qué pues nos habéis tenido en poco? ¿no hablamos nosotros primero en volver á nuestro rey? Y el razonamiento de los varones de Judá fué más fuerte que el de los varones de Israel.
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