Biblia paralela

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1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más riguroso; NO os hagáis muchos de vosotros maestros, hermanos míos, sabiendo que así recibiremos más riguroso juicio; Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
2 porque en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, este es hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. pues que en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, el tal es hombre perfecto, capaz de refrenar además todo el cuerpo. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
3 Y si ponemos freno en la boca a los caballos para que nos obedezcan, también dirigimos todo su cuerpo. Pues si ponemos frenos en las bocas de los caballos, para que nos obedezcan, tornamos en derredor todo su cuerpo también. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves, siendo tan grandes e impulsadas por vientos muy fuertes, son dirigidas por un muy pequeño timón, por donde el piloto quiere. He aquí también las naves, las cuales, siendo tan grandes, y estando impelidas por vientos muy fuertes, sin embargo, por medio de un pequeñísimo timón, se les da vuelta a dondequiera que quisiere el impulso del piloto. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna.
5 Así también la lengua es un miembro pequeño y se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡cuán gran bosque enciende un poco de fuego! Así la lengua también es un miembro pequeño, y se jacta de grandes cosas. He aquí, un poco de fuego ¡cuán grande bosque enciende! Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!
6 La lengua es un fuego, un mundo de iniquidad; puesta en medio de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por el gehena, inflama el curso de nuestra vida. Sí, porque la lengua es un fuego; un mundo de iniquidad es la lengua, puesta en medio de nuestros miembros; la cual contamina todo el cuerpo, y enciende la rueda de la naturaleza, y ella misma es encendida del infierno. Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
7 Porque toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de animales marinos se doma y ha sido domada por el género humano; Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, es domado y ha sido domado por el género humano: Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana:
8 pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal desordenado, llena de veneno mortal. mas la lengua no la puede ningún hombre domar: es un mal veleidoso, lleno de veneno mortal. pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a semejanza de Dios. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la semejanza de Dios: Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.a Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios.
10 De la misma boca sale bendición y maldición. No conviene, hermanos míos, que esto suceda así. ¡de una misma boca salen bendición y maldición! Hermanos, no conviene que estas cosas sean así. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas.
11 ¿Acaso una fuente echa por la misma abertura agua dulce y amarga? ¿Acaso una fuente arroja por una misma abertura, agua dulce y amarga? ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede una higuera dar olivas, o la vid higos? La fuente salada tampoco puede dar agua dulce. ¿Puede, hermanos míos, la higuera producir aceitunas, o la vid, higos? Ni tampoco puede la fuente salada dar agua dulce. Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce.
13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que por una buena conducta muestre sus obras con la dulzura de la sabiduría. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre el tal, por medio de una vida buena, sus obras en mansedumbre de sabiduría. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.
14 Pero si tenéis en vuestros corazones celos amargos y rivalidad, no os jactéis, mintiendo contra la verdad. Pero si tenéis en vuestros corazones amargos celos y espíritu faccioso, no os gloriéis, mintiendo contra la verdad. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriéis, ni seáis mentirosos contra la verdad:
15 Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino terrenal, natural, diabólica. ¡No es ésta la sabiduría que desciende de arriba; sino antes, es cosa terrenal, sensual, diabólica! porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y rivalidad, allí hay confusión y toda práctica perversa. Porque en donde hay celos y espíritu faccioso, allí hay confusión y toda obra mala. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
17 Pero la sabiduría de arriba es primeramente pura, luego pacífica, moderada, complaciente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera. Pero la sabiduría que es de arriba, es primeramente pura, luego pacífica, apacible, propensa a complacer, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad, sin hipocresía. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para los que procuran la paz. Y el fruto de la justicia es sembrado en paz, por los que promueven la paz. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
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