1 |
Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más riguroso; |
NO os hagáis muchos de vosotros maestros, hermanos míos, sabiendo que así recibiremos más riguroso juicio; |
Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. |
HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. |
2 |
porque en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, este es hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. |
pues que en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, el tal es hombre perfecto, capaz de refrenar además todo el cuerpo. |
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. |
Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo. |
3 |
Y si ponemos freno en la boca a los caballos para que nos obedezcan, también dirigimos todo su cuerpo. |
Pues si ponemos frenos en las bocas de los caballos, para que nos obedezcan, tornamos en derredor todo su cuerpo también. |
He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. |
He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo. |
4 |
Mirad también las naves, siendo tan grandes e impulsadas por vientos muy fuertes, son dirigidas por un muy pequeño timón, por donde el piloto quiere. |
He aquí también las naves, las cuales, siendo tan grandes, y estando impelidas por vientos muy fuertes, sin embargo, por medio de un pequeñísimo timón, se les da vuelta a dondequiera que quisiere el impulso del piloto. |
Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. |
Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna. |
5 |
Así también la lengua es un miembro pequeño y se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡cuán gran bosque enciende un poco de fuego! |
Así la lengua también es un miembro pequeño, y se jacta de grandes cosas. He aquí, un poco de fuego ¡cuán grande bosque enciende! |
Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! |
Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende! |
6 |
La lengua es un fuego, un mundo de iniquidad; puesta en medio de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por el gehena, inflama el curso de nuestra vida. |
Sí, porque la lengua es un fuego; un mundo de iniquidad es la lengua, puesta en medio de nuestros miembros; la cual contamina todo el cuerpo, y enciende la rueda de la naturaleza, y ella misma es encendida del infierno. |
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. |
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno. |
7 |
Porque toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de animales marinos se doma y ha sido domada por el género humano; |
Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, es domado y ha sido domado por el género humano: |
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; |
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana: |
8 |
pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal desordenado, llena de veneno mortal. |
mas la lengua no la puede ningún hombre domar: es un mal veleidoso, lleno de veneno mortal. |
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. |
Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal. |
9 |
Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a semejanza de Dios. |
Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la semejanza de Dios: |
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.a |
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios. |
10 |
De la misma boca sale bendición y maldición. No conviene, hermanos míos, que esto suceda así. |
¡de una misma boca salen bendición y maldición! Hermanos, no conviene que estas cosas sean así. |
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. |
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas. |
11 |
¿Acaso una fuente echa por la misma abertura agua dulce y amarga? |
¿Acaso una fuente arroja por una misma abertura, agua dulce y amarga? |
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? |
¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga? |
12 |
Hermanos míos, ¿puede una higuera dar olivas, o la vid higos? La fuente salada tampoco puede dar agua dulce. |
¿Puede, hermanos míos, la higuera producir aceitunas, o la vid, higos? Ni tampoco puede la fuente salada dar agua dulce. |
Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. |
Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce. |
13 |
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que por una buena conducta muestre sus obras con la dulzura de la sabiduría. |
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre el tal, por medio de una vida buena, sus obras en mansedumbre de sabiduría. |
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. |
¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría. |
14 |
Pero si tenéis en vuestros corazones celos amargos y rivalidad, no os jactéis, mintiendo contra la verdad. |
Pero si tenéis en vuestros corazones amargos celos y espíritu faccioso, no os gloriéis, mintiendo contra la verdad. |
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; |
Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriéis, ni seáis mentirosos contra la verdad: |
15 |
Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino terrenal, natural, diabólica. |
¡No es ésta la sabiduría que desciende de arriba; sino antes, es cosa terrenal, sensual, diabólica! |
porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. |
Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica. |
16 |
Porque donde hay celos y rivalidad, allí hay confusión y toda práctica perversa. |
Porque en donde hay celos y espíritu faccioso, allí hay confusión y toda obra mala. |
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. |
Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. |
17 |
Pero la sabiduría de arriba es primeramente pura, luego pacífica, moderada, complaciente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera. |
Pero la sabiduría que es de arriba, es primeramente pura, luego pacífica, apacible, propensa a complacer, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad, sin hipocresía. |
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. |
Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida. |
18 |
Y el fruto de justicia se siembra en paz para los que procuran la paz. |
Y el fruto de la justicia es sembrado en paz, por los que promueven la paz. |
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. |
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz. |