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ACUÉRDATE pues de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan aquellos días aciagos, y se acerquen aquellos años; de los cuales dirás: ¡No tengo ya complacencia en ellos! |
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; |
Y ACUÉRDATE de tu Criador en los días de tu juventud, antes que vengan los malos días, y lleguen los años, de los cuales digas, No tengo en ellos contentamiento; |
2 |
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antes de que se obscurezca el sol, y la luz, y la luna, y las estrellas; y vuelvan las nubes tras la lluvia: |
antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; |
Antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y las nubes se tornen tras la lluvia: |
3 |
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día en que temblarán los guardas de la casa y se encorvarán los hombres robustos, y cesarán las que muelen, por ser pocas, y se ofuscarán las que miran por las ventanas; |
cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; |
Cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuído, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; |
4 |
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cuando se cerrarán las puertas que dan a la calle, por lo débil del sonido del molino; cuando se levantará a la voz del pájaro, y estarán abatidas todas las hijas de canción; |
y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; |
Y las puertas de afuera se cerrarán, por la bajeza de la voz de la muela; y levantaráse á la voz del ave, y todas las hijas de canción serán humilladas; |
5 |
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se temerá también de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y el almendro echará sus blancas flores, y la langosta vendrá a ser una carga, y las ganas se acabarán; porque se va el hombre a su casa duradera, y los plañidores andarán por las calles: |
cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; |
Cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florecerá el almendro, y se agravará la langosta, y perderáse el apetito: porque el hombre va á la casa de su siglo, y los endechadores andarán en derredor por la plaza: |
6 |
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antes que se reviente el cordón de plata, y se quiebre el tazón de oro, y se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la polea junto al pozo; |
antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; |
Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto á la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; |
7 |
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y el polvo torne al polvo como antes era, y el espíritu se vuelva a Dios, que lo dió. |
y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. |
Y el polvo se torne á la tierra, como era, y el espíritu se vuelva á Dios que lo dió. |
8 |
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¡Vanidad de vanidades! dice el Predicador ¡todo es vanidad! |
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad. |
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo vanidad. |
9 |
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Y además, por cuanto era sabio el Predicador, siguió enseñando al pueblo la ciencia, y puso atención, y escudriñó, y compuso muchos proverbios. |
Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. |
Y cuanto más sabio fué el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; é hizo escuchar, é hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. |
10 |
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Procuró el Predicador hallar palabras que agradasen, y escribir, como se debe, palabras de verdad. |
Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. |
Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escritura recta, palabras de verdad. |
11 |
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Las palabras de los sabios son aguijones; y como clavos profundamente hincados son las palabras de los maestros de las asambleas, las cuales son dadas por parte de un solo Pastor. |
Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. |
Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. |
12 |
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Y además, por estas palabras, hijo mío, sé amonestado: de hacer muchos libros no hay fin, y el mucho estudio es cansancio de la carne. |
Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. |
Ahora, hijo mío, á más de esto, sé avisado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio aflicción es de la carne. |
13 |
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Oigamos pues la conclusión de todo el asunto: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es la suma del deber humano. |
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. |
El fin de todo el discurso oído es éste: Teme á Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. |
14 |
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Pues que Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. |
Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. |
Porque Dios traerá toda obra á juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena ó mala. |