Biblia paralela
# | Moderna 1929 actualizada 2020 | Moderna 1929 | Reina-Valera revisada 1960 | Reina-Valera revisada 1909 |
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1 | ¡CUÁN hermosas son las pisadas de tus pies en sandalias, oh hija de príncipe! Los contornos de tus caderas son como joyas, obra de manos de hábil artífice; | ¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, Oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro. |
¡CUÁN hermosos son tus pies en los calzados, oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro. | |
2 | tu cintura, como un tazón elegantemente torneado, donde nunca falta vino bien sazonado; tu cuerpo, como montón de trigo revestido de azucenas; | Tu ombligo como una taza redonda Que no le falta bebida. Tu vientre como montón de trigo Cercado de lirios. |
Tu ombligo, como una taza redonda, Que no le falta bebida. Tu vientre, como montón de trigo, Cercado de lirios. | |
3 | tus dos pechos como mellizas de gacela; | Tus dos pechos, como gemelos de gacela. | Tus dos pechos, como dos cabritos Mellizos de gama. | |
4 | tu cuello como una torre de marfil; tus ojos como los estanques de Hesbón, junto a la puerta de Batrabbim; tu nariz como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco. | Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; Tu nariz, como la torre del Líbano, Que mira hacia Damasco. |
Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como las pesqueras de Hesbón junto á la puerta de Bat-rabbim; Tu nariz, como la torre del Líbano, Que mira hacia Damasco. | |
5 | Tu cabeza posa sobre ti como el Carmelo; y tu suelta cabellera es lustrosa como la púrpura: ¡un rey está preso en tus trenzas! | Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey Suspendida en los corredores. |
Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey Ligada en los corredores. | |
6 | ¡Cuán hermosa y cuán dulce eres, oh amada mía, entre todas las delicias! | ¡Qué hermosa eres, y cuán suave, Oh amor deleitoso! |
¡Qué hermosa eres, y cuán suave, Oh amor deleitoso! | |
7 | Esa tu talla es parecida a la palma, y tus pechos son como racimos de uvas. | Tu estatura es semejante a la palmera, Y tus pechos a los racimos. |
Y tu estatura es semejante á la palma, Y tus pechos á los racimos! | |
8 | Subiré, digo para mí, en la palma, asiré las ramas de ella; ¡sean pues tus pechos como los racimos de la vid, y la fragancia de tu aliento como de manzanas, | Yo dije: Subiré a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas, |
Yo dije: Subiré á la palma, Asiré sus ramos: Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas; | |
9 | y tu paladar como el mejor vino... que fluye suavemente para mi amado, deslizándose por los labios de los dormidos! | Y tu paladar como el buen vino, Que se entra a mi amado suavemente, Y hace hablar los labios de los viejos. |
Y tu paladar como el buen vino, Que se entra á mi amado suavemente, Y hace hablar los labios de los viejos. | |
10 | ¡Yo soy de mi amado, y su cariño es para mí! | Yo soy de mi amado, Y conmigo tiene su contentamiento. |
Yo soy de mi amado, Y conmigo tiene su contentamiento. | |
11 | ¡Ven, amado mío, salgamos al campo; alojémonos en las aldeas; | Ven, oh amado mío, salgamos al campo, Moremos en las aldeas. |
Ven, oh amado mío, salgamos al campo, Moremos en las aldeas. | |
12 | y, madrugando para salir a las viñas, veamos si las vides han brotado y están en cierne; si los ganados han echado sus flores: allí te daré mis caricias. | Levantémonos de mañana a las viñas; Veamos si brotan las vides, si están en cierne, Si han florecido los granados; Allí te daré mis amores. |
Levantémonos de mañana á las viñas; Veamos si brotan las vides, si se abre el cierne, Si han florecido los granados; Allí te daré mis amores. | |
13 | ¡Las mandrágoras despiden su fragancia, y junto a nuestras puertas están toda suerte de frutas exquisitas, tanto nuevas como añejas, que tengo guardadas para ti, oh amada mío! | Las mandrágoras han dado olor, Y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, Nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado. |
Las mandrágoras han dado olor, Y á nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas. Que para ti, oh amado mío, he guardado. |