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VINIERON pues el rey y Hamán para hacer banquete con la reina Ester. |
Fue, pues, el rey con Amán al banquete de la reina Ester. |
VINO pues el rey con Amán á beber con la reina Esther. |
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Entonces el rey volvió a preguntar a Ester el día segundo, en el banquete de vino: ¿Cuál es tu petición, oh reina Ester? pues te será concedida; ¿y cuál es tu demanda? que hasta la mitad del reino te será otorgada. |
Y en el segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester: ¿Cuál es tu petición, reina Ester, y te será concedida? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será otorgada. |
Y también el segundo día dijo el rey á Esther en el convite del vino: ¿Cuál es tu petición, reina Esther, y se te concederá? ¿Cuál es pues tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, pondráse por obra. |
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A lo cual respondió la reina Ester y dijo: ¡Si he hallado gracia en tus ojos, oh rey, y si al rey le place, séame concedida mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda! |
Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda. |
Entonces la reina Esther respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda. |
4 |
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¡Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para que nos destruyan, y para que nos maten y nos exterminen! Que si para siervos y para siervas fuéramos vendidos, entonces hubiera yo callado; bien que el adversario no pudiera resarcir el perjuicio del rey. |
Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable. |
Porque vendidos estamos yo y mi pueblo, para ser destruídos, para ser muertos y exterminados. Y si para siervos y siervas fuéramos vendidos, callárame, bien que el enemigo no compensara el daño del rey. |
5 |
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Respondió pues el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está aquel que tenga la osadía para hacerlo así? |
Respondió el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para hacer esto? |
Y respondió el rey Assuero, y dijo á la reina Esther: ¿Quién es, y dónde está, aquél á quien ha henchido su corazón para obrar así? |
6 |
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A lo que dijo Ester: ¡El adversario y el enemigo es este malvado Hamán! Entonces Hamán quedó aterrado delante de la presencia del rey y de la reina. |
Ester dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina. |
Y Esther dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina. |
7 |
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Y el rey se levantó en ira del banquete de vino, y se fué al jardín del palacio: entretanto Hamán se puso en pie para rogar por su vida delante de la reina Ester; pues vió que había sido determinado el mal contra él de parte del rey. |
Luego el rey se levantó del banquete, encendido en ira, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para suplicarle a la reina Ester por su vida; porque vio que estaba resuelto para él el mal de parte del rey. |
Levantóse luego el rey del banquete del vino en su furor, y se fué al huerto del palacio: y quedóse Amán para procurar de la reina Esther por su vida; porque vió que estaba resuelto para él el mal de parte del rey. |
8 |
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Y cuando el rey volvió del jardín del palacio a la casa del banquete de vino, Hamán estaba caído sobre el lecho en que se reclinaba Ester. Y dijo el rey: ¿Aun querrá violentar a la reina, estando ella conmigo en mi casa? No bien salió la palabra de boca del rey, cuando cubrieron la cara de Hamán. |
Después el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir el rey esta palabra, le cubrieron el rostro a Amán. |
Volvió después el rey del huerto del palacio al aposento del banquete del vino, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Esther. Entonces dijo el rey: ¿También para forzar la reina, estando conmigo en casa? Como esta palabra salió de la boca del rey, el rostro de Amán fué cubierto. |
9 |
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Entonces Harbona, uno de los eunucos, dijo delante del rey: ¡También he allí plantada en casa de Hamán la horca de cincuenta codos de altura, que hizo Hamán para Mardoqueo, el cual habló tan en provecho del rey! Y dijo el rey: ¡Colgadle a él mismo en ella! |
Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella. |
Y dijo Harbona, uno de los eunucos de delante del rey: He aquí también la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardochêo, el cual había hablado bien por el rey, está en casa de Amán. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella. |
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Colgaron pues a Hamán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo: entonces se apaciguó la ira del rey. |
Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey. |
Así colgaron á Amán en la horca que él había hecho aparejar para Mardochêo; y apaciguóse la ira del rey. |