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Capítulo 1

1 Y El día primero del mes segundo, en el segundo año de haber salido los hijos de Israel de la tierra de Egipto, estando ellos en el desierto de Sinaí, Jehová habló a Moisés en el Tabernáculo de Reunión, diciendo: 2 Formad el censo de toda la Congregación de los hijos de Israel, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres; es decir, de todos los varones por sus cabezas; 3 de edad de veinte años arriba; todos los que pueden salir a la guerra en Israel: tú y Aarón los contaréis por sus escuadrones. 4 Y habrá con vosotros un hombre de cada tribu, siendo cada uno cabeza de las casas paternas de su tribu. 5 Y estos son los nombres de los varones que estarán con vosotros: De Rubén; Elizur hijo de Sedeur; 6 de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai; 7 de Judá, Naasón hijo de Aminadab; 8 de Isacar, Natanael hijo de Zuar; 9 de Zabulón, Eliab hijo de Helón; 10 de los hijos de José: de Efraim, Elisama hijo de Amiud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedazur; 11 de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni; 12 de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai; 13 de Aser, Pagiel hijo de Ocrán; 14 de Gad, Eliasaf hijo de Deuel; 15 de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 16 Estos fueron los designados de entre la Congregación, príncipes de las tribus de sus padres, cabezas de los millares de Israel.

17 Entonces Moisés y Aarón tomaron a estos hombres que habían sido designados por nombre, 18 y reunieron a toda la Congregación el día primero del mes segundo: y los varones de ella fueron inscritos en genealogías, según sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, por sus cabezas. 19 De la manera que había mandado Jehová a Moisés, así los contó éste en el desierto de Sinaí.

20 Y los hijos de Rubén, el primogénito de Israel, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, por sus cabezas, todos los varones de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 21 los alistados de ellos, de la tribu de Rubén, fueron cuarenta y seis mil quinientos.

22 De los hijos de Simeón, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, los alistados de él, conforme a la cuenta de los nombres, por sus cabezas, todos los varones de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 23 los alistados de ellos, de la tribu de Simeón, fueron cincuenta y nueve mil trescientos.

24 De los hijos de Gad, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 25 los alistados de ellos, de la tribu de Gad, fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.

26 De los hijos de Judá, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 27 los alistados de ellos, de la tribu de Judá, fueron setenta y cuatro mil seiscientos.

28 De los hijos de Isacar, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 29 los alistados de ellos, de la tribu de Isacar, fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.

30 De los hijos de Zabulón, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 31 los alistados de ellos, de la tribu de Zabulón, fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.

32 De los hijos de José: a saber, de los hijos de Efraim, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 33 los alistados de ellos, de la tribu de Efraim, fueron cuarenta mil quinientos.

34 De los hijos de Manasés, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 35 los alistados de ellos, de la tribu de Manasés, fueron treinta y dos mil doscientos.

36 De los hijos de Benjamín, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 37 los alistados de ellos, de la tribu de Benjamín, fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.

38 De los hijos de Dan, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 39 los alistados de ellos, de la tribu de Dan, fueron sesenta y dos mil setecientos.

40 De los hijos de Aser, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 41 los alistados de ellos, de la tribu de Aser, fueron cuarenta y un mil quinientos.

42 De los hijos de Neftalí, sus linajes, por sus parentelas, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, de edad de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; 43 los alistados de ellos, de la tribu de Neftalí, fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.

44 Estos pues son los que fueron contados, a quienes contaron Moisés y Aarón, con los doce príncipes de Israel: cada uno era príncipe de las casas paternas de su tribu. 45 Y fueron todos los alistados de los hijos de Israel, según sus casas paternas, de edad de veinte años arriba, todos los que en Israel podían salir a la guerra: 46 es decir, todos los alistados fueron seiscientos y tres mil quinientos cincuenta.

47 Mas los Levitas, según la tribu de sus padres, no fueron alistados entre ellos; 48 porque Jehová habló a Moisés, diciendo: 49 Empero no alistarás la tribu de Leví, y no formarás su censo entre los demás hijos de Israel; 50 sino que encargarás a los Levitas la guarda de la Habitación del Testimonio, con todos sus utensilios, y todo lo que le pertenece: ellos llevarán la Habitación y todos sus utensilios, y ministrarán acerca de ella; y acamparán al rededor de la Habitación. 51 Y cuando la Habitación haya de removerse, los Levitas la desarmarán; y cuando se asiente la Habitación, los Levitas la armarán; y el extraño que se acercare será muerto. 52 Y los hijos de Israel acamparán cada cual en su propio campamento, y cada uno junto a su propia bandera, según sus escuadrones: 53 mas los Levitas acamparán en derredor de la Habitación del Testimonio, para que no haya explosión de ira contra la Congregación de los hijos de Israel; de modo que los Levitas tendrán el cargo de guardar la Habitación del Testimonio. 54 Y lo hicieron así los hijos de Israel: conforme a todo lo que había mandado Jehová a Moisés, así lo hicieron.

Capítulo 2

1 Y HABLÓ Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Los hijos de Israel acamparán cada cual junto a su propia bandera, bajo el estandarte de las casas paternas de su misma tribu; dando frente al Tabernáculo de Reunión, acamparán en su derredor. 3 Y los acampados de la parte del oriente, hacia donde se levanta el sol, serán los de la bandera del campamento de Judá, repartidos según sus escuadrones; siendo el príncipe de los hijos de Judá, Naasón hijo de Aminadab; 4 y su escuadrón, los alistados de ellos, fueron setenta y cuatro mil seiscientos. 5 Y los acampados junto a él serán los de la tribu de Isacar; siendo el príncipe de los hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar; 6 y su escuadrón, los alistados de éste, fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. 7 Luego la tribu de Zabulón, siendo el príncipe de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón; 8 y su escuadrón, los alistados de éste, fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos. 9 Todos los alistados del campamento de Judá fueron ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, repartidos según sus escuadrones: éstos se pondrán en marcha los primeros.

10 Los de la bandera del campamento de Rubén estarán al mediodía, repartidos según sus escuadrones, siendo el príncipe de los hijos de Rubén, Elizur hijo de Sedeur; 11 y su escuadrón, es decir, los alistados de éste, fueron cuarenta y seis mil quinientos. 12 Y los acampados junto a él serán los de la tribu de Simeón, siendo el príncipe de las hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai; 13 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron cincuenta y nueve mil trescientos. 14 Luego la tribu de Gad, siendo el príncipe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Reuel; 15 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta. 16 Y todos los alistados del campamento de Rubén fueron ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, repartidos según sus escuadrones: y ellos se pondrán en marcha los segundos.

17 En seguida se pondrá en marcha el Tabernáculo de Reunión, con el campamento de los Levitas, en medio de los demás campamentos: conforme acampen, así se pondrán en marcha; cada uno en su propio lugar, junto a su bandera.

18 Los de la bandera del campamento de Efraim, repartidos según sus escuadrones, estarán al occidente, siendo el príncipe de los hijos de Efraim, Elisama hijo de Amiud; 19 Y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron cuarenta mil quinientos. 20 Y junto a él estará la tribu de Manasés, siendo el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedazur; 21 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron treinta y dos mil doscientos. 22 Luego la tribu de Benjamín, siendo el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni; 23 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron treinta y cinco mil cuatrocientos. 24 Todos los alistados del campamento de Efraim fueron ciento y ocho mil y ciento, repartidos según sus escuadrones: y ellos se pondrán en marcha los terceros.

25 Los de la bandera del campamento de Dan estarán al aquilón, repartidos según sus escuadrones, siendo el príncipe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai; 26 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron sesenta y dos mil setecientos. 27 Y los acampados junto a él serán lo de la tribu de Aser, siendo el príncipe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán; 28 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron cuarenta y un mil quinientos. 29 Luego la tribu de Neftalí, siendo el príncipe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán; 30 y su escuadrón, es decir, los alistados de ellos, fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos. 31 Todos los alistados del campamento de Dan fueron ciento cincuenta y siete mil seiscientos. Ellos se pondrán en marcha los postreros, conforme a sus banderas respectivas.

32 Estos fueron los alistados de los hijos de Israel, por sus casas paternas: todos los alistados de los campamentos, repartidos según sus escuadrones, fueron seiscientos y tres mil quinientos cincuenta. 33 Mas los Levitas no fueron alistados entre los demás hijos de Israel, como Jehová había mandado a Moisés.

34 E hicieron los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehová había mandado a Moisés; de manera que acamparon junto a sus banderas respectivas; y así emprendieron la marcha cada cual conforme a sus parentelas, según sus casas paternas.

Capítulo 3

1 Y ESTAS fueron las generaciones de Aarón y de Moisés, en el día que Jehová habló con Moisés en el monte Sinaí: 2 estos pues son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab, el primogénito, y Abiú, Eleazar e Itamar. 3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, los sacerdotes que fueron ungidos, a quienes Jehová hizo consagrar para que ministrasen como sacerdotes. 4 Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová, cuando ofrecieron un fuego extraño ante la presencia de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos: y Eleazar e Itamar ministraron como sacerdotes delante de Aarón su padre.

5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Haz que se presente la tribu de Leví, y ponla delante de Aarón el sumo sacerdote, para que le asistan. 7 Y se ocuparán en el servicio de él, y en el servicio de toda la Congregación, delante del Tabernáculo de Reunión, haciendo en lugar de ella el servicio de la Habitación. 8 Y tendrán la custodia de todos los utensilios del Tabernáculo de Reunión, y se ocuparán en el servicio de los hijos de Israel, haciendo en lugar de ellos el servicio de la Habitación. 9 Harás pues donación de los Levitas a Aarón y a sus hijos; ellos le son enteramente cedidos de entre los hijos de Israel. 10 Mas encargarás a Aarón y a sus hijos que ellos solos se ocupen en su sacerdocio; y el extraño que se acercare será muerto.

11 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 12 Y en cuanto a mí, he aquí que he tomado a los Levitas de en medio de los hijos de Israel, en lugar de todos los primogénitos (los que abren la matriz) de entre los hijos de Israel; y serán míos los Levitas. 13 Porque todos los primogénitos son míos: pues en el día que herí a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí todos los primogénitos de Israel, así de hombres como de bestias; míos serán. Yo Jehová.

14 Y Jehová habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo: 15 Cuenta los hijos de Leví por sus casas paternas, por sus parentelas: contarás a todos los varones de edad de un mes arriba. 16 Moisés pues los contó por orden de Jehová, como le fué mandado. 17 Y estos fueron los hijos de Leví por sus nombres: Gersón y Coat y Merari. 18 Y estos son los nombres de los hijos de Gersón, por sus parentelas: Libni y Simei. 19 Y los hijos de Coat, por sus parentelas, Amram e Izhar, Hebrón y Uziel. 20 Y los hijos de Merari por sus parentelas, Mahali y Musi. Estas son las parentelas de los Levitas por sus casas paternas.

21 De Gersón fué la parentela de los Libnitas, y la parentela de los Simeítas. Estas son las parentelas de los Gersonitas. 22 Los contados de ellos, conforme a la cuenta de todos los varones, de edad de un mes arriba, los contados de ellos fueron siete mil y quinientos. 23 Las parentelas de los Gersonitas acamparán detrás de la Habitación, a la parte del oeste. 24 Y el príncipe de la casa paterna de los Gersonitas será Eliasaf hijo de Lael. 25 Y el cargo de los hijos de Gersón, en cuanto al Tabernáculo de Reunión, será la Habitación y el Tabernáculo, su cubierta y la cortina de la entrada del Tabernáculo de Reunión, 26 y las colgaduras del atrio, y la cortina de la entrada del atrio que está al rededor de la Habitación y del altar, juntamente con las cuerdas del Tabernáculo para todo su servicio.

27 Y de Coat fué la parentela de los Amramitas y la parentela de los Izharitas, y la parentela de los Hebronitas, y la parentela de los Uzielitas. Estas son las parentelas de los Coatitas. 28 Por la cuenta de todos los varones, de edad de un mes arriba, fueron ocho mil y seiscientos; los cuales tenían a su cargo la guarda del Santuario. 29 Las parentelas de los hijos de Coat acamparán al costado de la Habitación, a la parte del mediodía. 30 Y el príncipe de la casa paterna de las parentela de los Coatitas será Elizafán hijo de Uziel. 31 Y el cargo de ellos será el Arca, y la mesa, y el candelabro, y los dos altares, y los utensilios del Santuario, (con los cuales ministran los sacerdotes), y la cortina, y todo lo perteneciente al servicio del Santuario. 32 Y el principal de los príncipes de los Levitas será Eleazar hijo de Aarón el sumo sacerdote, el cual tendrá la superintendencia de los que hacen la guardia del Santuario.

33 De Merari fué la parentela de los Mahalitas, y la parentela de los Musitas: estas son las parentelas de Merari. 34 Y los contados de ellos, conforme a la cuenta de todos los varones, de edad de un mes arriba, fueron seis mil doscientos. 35 Y el príncipe de la casa paterna de las parentelas de Merari será Zuriel hijo de Abihail. Estos acamparán al costado de la Habitación a la parte del aquilón. 36 Y el cargo especial de los hijos de Merari será los tablones de la Habitación, sus travesaños, y sus columnas, y sus basas, y todos sus enseres, con todo lo perteneciente a su servicio, 37 y las columnas de al rededor del atrio, y sus basas, y sus estacas, y sus cuerdas.

38 Y los acampados al frente de la Habitación, a la parte del oriente, delante del Tabernáculo de Reunión, hacia donde se levanta el sol, serán Moisés y Aarón y los hijos de éste; los cuales harán la guardia del Santuario, para cumplir con la obligación de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare será muerto.

39 Todos los contados de los Levitas, que por orden de Jehová contaron Moisés y Aarón, por sus parentelas, todos los varones de un mes arriba, fueron veinte y dos mil.

40 Entonces Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los varones primogénitos de los hijos de Israel, de edad de un mes arriba, y forma el censo de sus nombres. 41 Pues tomarás para mí los Levitas, (yo Jehová), en lugar de todos los primogénitos de entre los hijos de Israel; y tomarás los ganados de los Levitas en lugar de todos los primogénitos de entre los ganados de los hijos de Israel. 42 Moisés pues contó, como había mandado Jehová, todos los primogénitos de los hijos de Israel. 43 Y eran todos los varones primogénitos, por la cuenta de los nombres, de edad de un mes arriba, según los contados de ellos, veinte y dos mil doscientos setenta y tres.

44 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 45 Toma los Levitas en lugar de todos los primogénitos de entre los hijos de Israel; y los ganados de los Levitas en lugar de los primogénitos de sus ganados; y los Levitas serán míos. Yo Jehová. 46 Y respecto de los doscientos setenta y tres que han de ser redimidos, es decir, los que de entre los primogénitos de Israel exceden del número de los Levitas; 47 tomarás cinco siclos de cada uno, por cabeza; según el siclo del Santuario los tomarás; (veinte geras son un siclo); 48 y darás a Aarón y a sus hijos el dinero con que han de ser redimidos los que exceden del número de ellos. 49 Moisés pues tomó el dinero de los rescates, de los que resultaron demás de los redimidos por los Levitas; 50 de parte de los primogénitos de los hijos de Israel tomó el dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos, en siclos del Santuario. 51 Y Moisés dió el dinero de los que fueron redimidos a Aarón y a sus hijos, por orden de Jehová; como había mandado Jehová a Moisés.

Capítulo 4

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Formad el censo de los hijos de Coat, de entre los hijos de Leví, por sus parentelas, por sus casas paternas, 3 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años, todos los que entran en la milicia sagrada para servir en lo relativo al Tabernáculo de Reunión. 4 Este será el oficio de los hijos de Coat acerca del Tabernáculo de Reunión, a saber, lo relativo a las cosas más santas.

5 Siempre que se hubiere de levantar el campamento, entrará Aarón con sus hijos, y bajarán el velo de separación, y cubrirán con él el Arca del Testimonio. 6 Luego pondrán sobre éste una cubierta de pieles de foca, y extenderán por encima de ella un paño todo de jacinto; y colocarán sus varas.

7 Y sobre la mesa de la proposición extenderán un paño de jacinto, y pondrán sobre éste los platos, y las cucharas, y los tazones, y las tazas para hacer las libaciones; y el pan continuo estará sobre él. 8 Luego extenderán sobre ellos un paño de escarlata; y cubrirán éste con una cubierta de pieles de foca; y colocarán sus varas.

9 Y tomarán un paño de jacinto, y cubrirán el candelabro del alumbrado, juntamente con las lámparas, y sus despabiladeras, y sus platillos, y todos sus vasos para el aceite, con que le sirven. 10 Y lo pondrán, con todos sus utensilios, dentro de una cubierta de pieles de foca; y lo pondrán sobre las parihuelas.

11 Asimismo sobre el altar de oro extenderán un paño de jacinto, y cubrirán éste con una cubierta de pieles de foca; y colocarán sus varas.

12 Y tomarán todos los utensilios del ministerio, con los cuales se hace el servicio en el Santuario, y los pondrán en un paño de jacinto, y los cubrirán con una cubierta de pieles de foca; y los pondrán sobre las parihuelas.

13 Y quitarán las cenizas del altar del holocausto, y extenderán sobre él un paño de púrpura; 14 y pondrán sobre éste todos los utensilios del altar con los cuales le sirven, a saber, los braseros, y los garfios, y las palas, y los tazones, en fin, todos los utensilios del altar; y extenderán sobre él una cubierta de pieles de foca; y colocarán sus varas.

15 Y cuando Aarón y sus hijos hubieren acabado de cubrir el Santuario y todos los enseres del Santuario, siempre que hubiere de levantarse el campamento, entonces, después de esto, se llegarán los hijos de Coat para alzarlos: mas no tocarán al Santuario, no sea que mueran. Estos objetos constituirán la carga de los hijos de Coat en cuanto al Tabernáculo de Reunión.

16 Y el cargo especial de Eleazar hijo de Aarón el sacerdote, será el aceite para el alumbrado, y el incienso aromático, y la ofrenda vegetal continua, y el aceite de la unción; a más de la superintendencia de toda la Habitación y de todo lo que está en ella; el Santuario con sus enseres.

17 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 18 No hagáis que el linaje de las parentelas de los Coatitas sea cortado de en medio de los demás Levitas. 19 Haced pues así con ellos, para que vivan y no mueran, cuando se lleguen a las cosas santísimas: Aarón y sus hijos vendrán y señalarán a cada cual su propio oficio y su propia carga. 20 Pero ellos no han de entrar para ver las cosas santas, ni aun por un momento, no sea que mueran.

21 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 22 Forma también el censo de los hijos de Gersón, por sus casas paternas, por sus parentelas; 23 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años los contarás; todos los que entran para tomar parte en la milicia sagrada, para hacer el servicio del Tabernáculo de Reunión. 24 Este es el servicio de las parentelas de los Gersonitas, así para servir como para llevar cargas: 25 a saber, llevarán las cortinas de la Habitación, y el Tabernáculo de Reunión, su cubierta, y la cubierta de pieles de foca que está encima de ésta, y la cortina para la entrada del Tabernáculo de Reunión, 26 y las colgaduras del atrio, y la cortina para la entrada de la puerta del atrio que está al rededor de la Habitación y del altar; y sus cuerdas, y todos los utensilios de su servicio, y todo lo que se debe hacer con ellos; y en esto servirán. 27 A las órdenes de Aarón y de sus hijos estará todo el servicio de los hijos de los Gersonitas, relativo a toda su carga y a todo su servicio: y vosotros les señalaréis lo que es de su obligación, todo lo que han de llevar. 28 Este es el servicio de las parentelas de los hijos de los Gersonitas, en cuanto al Tabernáculo de Reunión: y el cargo de ellos estará bajo la dirección de Itamar hijo de Aarón el sacerdote.

29 Contarás también a los hijos de Merari por sus parentelas, por sus casas paternas; 30 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años, los contarás; todos los que entran en la milicia sagrada, para hacer el servicio del Tabernáculo de Reunión. 31 Y esto será lo que es de su obligación llevar, tocante a todo su servicio acerca del Tabernáculo de Reunión, a saber: los tablones de la Habitación, y sus travesaños, sus columnas, y sus basas, 32 y las columnas del atrio a su rededor, y sus basas, y sus estacas, y sus cuerdas con todos sus utensilios, y con todo lo concerniente a su servicio: y les designarás por nombre los enseres que es de su obligación llevar. 33 Este es el oficio de las parentelas de los hijos de Merari, conforme a todo su servicio acerca del Tabernáculo de Reunión, bajo la dirección de Itamar hijo de Aarón el sacerdote.

34 Asimismo Moisés y Aarón y los príncipes de la Congregación contaron a los hijos de los Coatitas, por sus parentelas y por sus casas paternas, 35 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años, todos los que entraban en la milicia sagrada para servir en lo relativo al Tabernáculo de Reunión. 36 Y fueron los contados de ellos, por sus parentelas, dos mil setecientos cincuenta. 37 Estos son los contados de las parentelas de los Coatitas, los que servían en lo relativo al Tabernáculo de Reunión, a quienes contaron Moisés y Aarón, conforme a la orden de Jehová por conducto de Moisés.

38 Y los contados de los hijos de Gersón, por sus parentelas y por sus casas paternas, 39 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años, todos los que entraban en la milicia sagrada para servir en lo relativo al Tabernáculo de Reunión; 40 los contados de ellos, por sus parentelas, por sus casas paternas, fueron dos mil seiscientos treinta. 41 Estos son los contados de las parentelas de los hijos de Gersón, todos los que servían en cuanto al Tabernáculo de Reunión, a quienes contaron Moisés y Aarón, por orden de Jehová.

42 Y los contados de las parentelas de los hijos de Merari, por sus parentelas, por sus casas paternas, 43 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años, todos los que entraban en la milicia sagrada para servir en lo relativo al Tabernáculo de Reunión; 44 los contados de ellos, por sus parentelas, fueron tres mil doscientos. 45 Estos son los contados de las parentelas de los hijos de Merari, a quienes contaron Moisés y Aarón, por orden de Jehová, por conducto de Moisés.

46 Todos los contados de los Levitas, a quienes contaron Moisés y Aarón y los príncipes de Israel, por sus parentelas y por sus casas paternas, 47 de edad de treinta años arriba, hasta la edad de cincuenta años, todos los que entraban para hacer la obra del servicio y la obra de llevar cargas, en lo relativo al Tabernáculo de Reunión, 48 es decir, los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta. 49 Conforme a la orden de Jehová, por conducto de Moisés, se le asignó a cada uno su oficio y a cada uno su carga. Así fueron contados por él, del modo que Jehová había mandado a Moisés.

Capítulo 5

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que echen fuera del campamento a todo leproso, y a todo aquel que padece flujo, así como a todo contaminado por causa de muerto; 3 echadlos, tanto a hombres como a mujeres; a las afueras del campamento los echaréis; para que no contaminen los campamentos de aquellos en medio de quienes yo habito. 4 Y los hijos de Israel lo hicieron así, echándolos a las afueras del campamento: según Jehová había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 6 Di a los hijos de Israel: Cuando algún hombre o mujer cometiere cualquier pecado de los que suelen cometer los hombres, prevaricando contra Jehová, se tendrá por culpable la tal persona; 7 y confesará contra sí el pecado que hubiere cometido, y restituirá íntegramente aquello en que haya delinquido, añadiendo la quinta parte sobre ello; y lo dará a aquel contra quien ha cometido la culpa. 8 Mas, muerto el hombre agraviado, si no le quedare pariente cercano a quien restituirse aquello en que ha delinquido el otro, la restitución por la culpa que debiera hacerse a Jehová, será hecha al sacerdote; además del carnero de las expiaciones con que se ha de hacer la expiación por el culpable. 9 También toda ofrenda alzada de todas las cosas santificadas de los hijos de Israel, que ellos presentaren al sacerdote, será suya. 10 Asimismo las cosas santificadas de cualquiera persona serán de él: lo que cualquiera persona diere al sacerdote, será suyo. 11 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 12 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando la mujer de un hombre se desviare, portándose deslealmente para con él, 13 y otro hombre tuviere ayuntamiento carnal con ella, y esto fuere encubierto al conocimiento de su marido, y la cosa quedare oculta, (porque cuando se amancilló no hubo testigo contra ella, ni fué sorprendida en el acto;) 14 sin embargo cuando viniere espíritu de celos sobre él, de modo que tenga celos de su mujer, siendo ella amancillada; o viniere espíritu de celos sobre él, de modo que tenga celos de su mujer, aunque ella no fuere amancillada; 15 entonces aquel hombre llevará su mujer al sacerdote; y llevará por ella, como oblación suya, la décima parte de un efa de harina de cebada; no derramará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella olíbano; porque es ofrenda vegetal de celos, ofrenda vegetal de recordación, que renueva la memoria del pecado. 16 Entonces el sacerdote presentará la mujer, y la hará estar en pie delante de Jehová. 17 Luego tomará el sacerdote agua santa en una vasija de barro, y del polvo que hubiere en el suelo de la Habitación tomará el sacerdote, y lo echará en el agua. 18 El sacerdote pues hará que la mujer esté en pie delante de Jehová, y soltará la cabellera de la mujer, y pondrá en sus manos la ofrenda vegetal de recordación, que es ofrenda vegetal de celos: entretanto estarán en la mano del sacerdote las aguas amargas que acarrean maldición. 19 En seguida el sacerdote la juramentará, y dirá a la mujer: Si no se ha acostado contigo otro varón, y si no te has desviado a inmundicia con uno que no es tu marido, entonces queda ilesa de estas aguas amargas que acarrean maldición. 20 Mas si es verdad que te has desviado con alguno que no es tu marido, y te has amancillado, acostándose contigo algún hombre fuera de tu marido, 21 (entonces el sacerdote juramentará a la mujer con juramento de maldición, y le dirá el sacerdote): ¡Jehová te ponga a ti por maldición y por imprecación en medio del pueblo, haciendo Jehová que se te caiga el muslo y que se hinche tu vientre; 22 y entren en tus entrañas estas aguas que acarrean maldición, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo! Y dirá la mujer: ¡Amén¡ ¡amén! 23 Entonces el sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas. 24 Y hará que beba la mujer las aguas amargas que acarrean maldición; y entrarán en ella las aguas que acarrean maldición, para convertirse en amargas. 25 En seguida el sacerdote tomará de mano de la mujer la ofrenda vegetal de celos, y mecerá la ofrenda vegetal delante de Jehová, y la presentará delante del altar. 26 Entonces tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda vegetal, por memorial de ella, y lo hará consumir en el altar; y después de esto hará que la mujer beba aquellas aguas. 27 La hará pues beber las aguas; y sucederá que si ella fuere amancillada, y se hubiere portado deslealmente con su marido, en tal caso entrarán en ella las aguas que acarrean maldición para convertirse en amargas; y se le hinchará el vientre y caerá su muslo; y será aquella mujer una execración en medio de su pueblo. 28 Pero si la mujer no fuere amancillada, sino pura, quedará ilesa y tendrá hijos.

29 Esta es la ley de los celos, cuando una mujer se desviare con hombre que no es su marido, y así fuere amancillada; 30 o cuando viniere sobre un hombre espíritu de celos, de modo que tenga celos de su mujer; entonces él la hará estar en pie delante de Jehová, y el sacerdote hará con ella conforme a toda esta ley. 31 Y el marido será libre de iniquidad; pero la mujer pecadora llevará su iniquidad.

Capítulo 6

1 Y HABLÓ Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando algún hombre o mujer hiciere un voto especial, voto de nazareo, dedicándose a Jehová; 3 se abstendrá de vino y de licor fermentado; ni tampoco beberá vinagre de vino, ni vinagre de licor fermentado; ni tomará ninguna bebida hecha de uvas, ni comerá uvas frescas ni pasas. 4 En todos los días de su nazareato no comerá de ninguna cosa que produce la vid, desde los granillos hasta el hollejo. 5 Todo el tiempo que durare su voto de nazareato, no pasará navaja por su cabeza; hasta cumplirse los días por los cuales se hubiere separado para Jehová, quedará santo, y dejará crecer las guedejas de su cabellera. 6 En todos los días de su separación no entrará donde hubiere cuerpo muerto. 7 Ni aun por su padre, ni por su madre, ni por su hermano, ni por su hermana se ha de contaminar, cuando ellos murieren; porque la consagración de su Dios está sobre su cabeza. 8 Todo el tiempo de su nazareato él será santo a Jehová. 9 Y si alguno muriere junto a él muy de repente, de modo que se contamine la cabeza de su nazareato, raerá su cabeza el día en que se purificare; en el día séptimo la raerá. 10 Y en el día octavo traerá dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la entrada del Tabernáculo de Reunión. 11 Y el sacerdote ofrecerá el uno como ofrenda por el pecado, y el otro como holocausto; así se hará expiación por él, de lo que ha pecado con motivo del muerto; y él volverá a santificar su cabeza en aquel mismo día. 12 Y consagrará de nuevo a Jehová los días de su nazareato, y traerá un cordero del primer año para ofrenda por la culpa; y los primeros días serán nulos, porque fué contaminado su nazareato.

13 Y esta es la ley respecto del nazareo, cuando se cumplieren los días de su nazareato: Será conducido a la entrada del Tabernáculo de Reunión; 14 y presentará como su oblación a Jehová un cordero del primer año, sin tacha, para holocausto, y una cordera del primer año, sin tacha, para ofrenda por el pecado, y un carnero sin tacha para sacrificio de las paces; 15 y un canasto de panes ázimos, tortas de flor de harina mezclada con aceite, y hojaldres sin levadura untados de aceite, juntamente con la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones. 16 Y los presentará el sacerdote delante de Jehová, y ofrecerá su ofrenda por el pecado y su holocausto: 17 asimismo ofrecerá el carnero como sacrificio de paces a Jehová, juntamente con el canasto de los panes ázimos; el sacerdote ofrecerá también la ofrenda vegetal de ellos y su libación. 18 Luego el nazareo raerá la cabeza de su nazareato, a la entrada del Tabernáculo de Reunión; y tomará el pelo de la cabeza de su nazareato y lo pondrá sobre el fuego que está debajo del sacrificio de las paces. 19 Entonces el sacerdote tomará la espaldilla cocida del carnero, y del canasto tomará una torta sin levadura y un hojaldre sin levadura, y los pondrá en las manos del nazareo, después que se hubiere raído la cabeza de su nazareato; 20 y los mecerá el sacerdote por ofrenda mecida delante de Jehová; (cosa santa es para el sacerdote, a más del pecho mecido y la espaldilla alzada); y después de esto podrá el nazareo beber vino.

21 Esta es la ley respecto de aquel que ha hecho voto de nazareo, y de su oblación a Jehová con motivo de su nazareato, a más de lo que alcanzaren sus recursos: al tenor de su voto que ha hecho, así ha de hacer, además de lo que exige la ley de su nazareato. 22 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: De esta manera habéis de bendecir a los hijos de Israel; les diréis: 24 ¡Jehová te bendiga, y te guarde! 25 ¡Haga Jehová resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti compasión! 26 ¡Alce Jehová su rostro sobre ti, y te conceda la paz! 27 Así ellos pondrán mi Nombre subre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

Capítulo 7

1 Y ACONTECIÓ en el día que Moisés hubo acabado de erigir la Habitación, y la hubo ungido y santificado con todos sus enseres, y hubo ungido y santificado el altar con todos sus utensilios, 2 que presentaron entonces sus ofrendas los príncipes de Israel, las cabezas de las casas paternas: ellos eran los príncipes de las tribus, los mismos que estaban encargados del alistamiento. 3 Trajeron pues delante de Jehová, como oblación suya, seis carros cubiertos y doce bueyes; un carro de parte de cada dos príncipes, y un buey de parte de cada uno de ellos; y los presentaron delante de la Habitación. 4 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 5 Recíbelo de ellos, y sea para hacer el servicio del Tabernáculo de Reunión; y lo darás a los Levitas, a cada cual según su servicio. 6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dió a los Levitas. 7 Dió dos carros con cuatro bueyes a los hijos de Gersón, según su servicio; 8 y cuatro carros con ocho bueyes dió a los hijos de Merari, según el servicio de ellos, bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón. 9 Pero a los hijos de Coat no les dió ninguno, porque el servicio de las cosas más santas tocaba a ellos; sobre sus hombros las habían de llevar.

10 Los príncipes también presentaron sus ofrendas para la dedicación del altar, el día en que fué ungido, presentando los príncipes sus oblaciones delante del altar; 11 pues que Jehová había dicho a Moisés: Presenten ellos mismos sus oblaciones, cada príncipe en su día, para la dedicación del altar.

12 Y el que presentó su oblación el primer día fué Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. 13 Y era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el ciclo del Santuario; ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 14 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 15 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 16 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 17 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco corderos, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Naasón hijo de Aminadab.

18 El día segundo presentó su ofrenda Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar. 19 Él presentó como oblación suya una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el ciclo del Santuario; ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 20 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 21 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año para holocausto; 22 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 23 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Natanael hijo de Zuar.

24 El día tercero presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón. 25 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario; ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 26 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 27 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 28 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 29 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Eliab hijo de Helón.

30 El día cuarto presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Rubén, Elizur hijo de Sedeur. 31 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario; ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 32 una cuchara de diez siclos de oro llena de incienso; 33 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 34 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 35 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Elizur hijo de Sedeur.

36 El día quinto presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. 37 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario; ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 38 una cuchara de diez siclos de oro; llena de incienso; 39 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 40 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 41 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos; y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Selumiel hijo de Zurisadai.

42 El día sexto presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel. 43 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento y treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 44 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 45 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 46 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 47 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Eliasaf hijo de Deuel.

48 El día séptimo presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Efraim, Elisama hijo de Amiud. 49 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata, de setenta siclos, según el siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 50 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 51 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 52 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 53 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Elisama hijo de Amiud.

54 El día octavo presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedazur. 55 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 56 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 57 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 58 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 59 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Gamaliel hijo de Pedazur.

60 El día noveno presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. 61 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el siclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 62 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 63 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 64 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 65 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Abidán hijo de Gedeoni.

66 El día décimo presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai 67 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el ciclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 68 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 69 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 70 un macho cabrío por ofrenda por el pecado; 71 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Ahiezer hijo de Amisadai.

72 El día undécimo presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán. 73 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta ciclos, según el ciclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 74 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 75 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 76 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 77 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Pagiel hijo de Ocrán.

78 El día duodécimo presentó su ofrenda el príncipe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán. 79 Era su oblación una fuente de plata, siendo su peso ciento treinta siclos, un tazón de plata de setenta siclos, según el ciclo del Santuario, ambos llenos de flor de harina mezclada con aceite, para ofrenda vegetal; 80 una cuchara de diez siclos de oro, llena de incienso; 81 un novillo joven, un carnero, un cordero del primer año, para holocausto; 82 un macho cabrío para ofrenda por el pecado; 83 y para sacrificio de paces, dos novillos, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos del primer año. Tal fué la oblación de Ahira hijo de Enán.

84 Esta fué la ofrenda para la dedicación del altar, el día en que fué ungido, ofrenda hecha de parte de los príncipes de Israel: Doce fuentes de plata, doce tazones de plata, doce cucharas de oro; 85 ciento y treinta siclos fué el peso de cada fuente de plata, y setenta el de cada tazón: toda la plata de estos vasos fué dos mil cuatrocientos siclos, según el siclo del Santuario: 86 doce cucharas de oro llenas de incienso; de diez siclos cada cuchara, según el ciclo del Santuario: todo el oro de las cucharas fué ciento veinte siclos: 87 todos los novillos para holocaustos fueron doce; doce los carneros, doce los corderos del primer año, con sus ofrendas vegetales, y doce los machos cabríos para ofrenda por el pecado: 88 y todos los novillos de los sacrificios pacíficos fueron veinte y cuatro novillos, sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, sesenta los corderos del primer año. Tal fué la oblación para la dedicación del altar, después que fué ungido.

89 Y cuando Moisés entró en el Tabernáculo para hablar con el Señor, oyó una Voz que le hablaba desde encima del Propiciatorio, que estaba sobre el Arca del Testimonio, de entre los dos querubines; la cual Voz hablaba con él.

Capítulo 8

1 HABLÓ pues Jehová con Moisés, diciendo: 2 Habla a Aarón y dile: Cuando encendieres las lámparas, han de alumbrar las siete lámparas hacia la parte de enfrente del candelabro. 3 Y Aarón lo hizo así; encendió las lámparas de modo que alumbrasen hacia la parte de enfrente del candelabro, como Jehová había mandado a Moisés. 4 Y esta era la hechura del candelabro: De oro labrado a martillo; así su tronco como sus flores, todo era labrado a martillo: conforme al diseño que Jehová había mostrado a Moisés, así fué hecho el candelabro. 5 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 6 Toma a los Levitas de en medio de los hijos de Israel y purifícalos. 7 Y de esta manera harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua de la ofrenda por el pecado; y hagan ellos pasar navaja por toda su carne, y laven sus vestidos, y purifíquense. 8 Luego tomarán un novillo joven, con su ofrenda vegetal de flor de harina mezclada con aceite; tú también tomarás otro novillo joven para ofrenda por el pecado; 9 y harás que los Levitas se presenten delante del Tabernáculo de Reunión, y reunirás a toda la Congregación de los hijos de Israel. 10 Luego harás que los Levitas se presenten delante de Jehová, e impondrán los hijos de Israel sus manos sobre los Levitas; 11 y Aarón ofrecerá los Levitas por ofrenda mecida delante de Jehová, de parte de los hijos de Israel; para que hagan el servicio de Jehová. 12 Entonces los Levitas pondrán sus manos sobre la cabeza de los novillos; y ofrecerás el uno como ofrenda por el pecado, y el otro como holocausto a Jehová, para hacer expiación por los Levitas. 13 En seguida harás que los Levitas estén en pie delante de Aarón y sus hijos, y los ofrecerás por ofrenda mecida a Jehová. 14 De este modo separarás a los Levitas de en medio de los hijos de Israel; y serán míos los Levitas. 15 Y después de esto entrarán los Levitas para hacer el servicio del Tabernáculo de Reunión: los purificarás pues, y me los ofrecerás a mí como ofrenda mecida. 16 Porque me son enteramente cedidos a mí de en medio de los hijos de Israel; en lugar de todos los que abren la matriz, los primogénitos de todos los hijos de Israel, los he tomado para mí. 17 Porque míos son todos los primogénitos de entre los hijos de Israel así de hombres como de animales; el día en que herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí. 18 Pero yo he tomado a los Levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel. 19 Y he dado los Levitas enteramente a Aarón y sus hijos, de en medio de los hijos de Israel, para hacer el servicio de los hijos de Israel con respecto al Tabernáculo de Reunión, y para poner a cubierto a los hijos de Israel, para que no haya plaga en medio de los hijos de Israel, llegándose los hijos de Israel al Santuario. 20 Y Moisés y Aarón y toda la Congregación de los hijos de Israel lo hicieron así con los Levitas: conforme a todo lo que Jehová había mandado a Moisés, respecto de los Levitas, así hicieron con ellos los hijos de Israel. 21 Pues en efecto, los Levitas se limpiaron del pecado, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció por ofrenda mecida delante de Jehová; e hizo Aarón expiación por ellos, para purificarlos. 22 Y después de esto entraron los Levitas a hacer su servicio con respecto al Tabernáculo de Reunión, en presencia de Aarón y sus hijos: conforme había mandado Jehová a Moisés acerca de los Levitas, así hicieron con ellos.

23 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 24 Esto es lo que toca a los Levitas: De edad de veinte y cinco años arriba entrará el levita para tomar parte en la milicia sagrada; en el servicio del Tabernáculo de Reunión: 25 y de edad de cincuenta años cesará de la milicia sagrada de este servicio, y no servirá más en ella. 26 Asistirá en verdad a sus hermanos en lo relativo al Tabernáculo de Reunión, haciendo la guardia de él; pero no harán el servicio. Así harás con los Levitas en cuanto a las cosas que son de su obligación.

Capítulo 9

1 Y HABLÓ Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el mes primero del segundo año de haber salido los hijos de Israel de la tierra de Egipto, diciendo: 2 Celebren los hijos de Israel la Pascua en su tiempo señalado. 3 En el día catorce de este mes, a la caída de la tarde, la celebrarán en su tiempo señalado; conforme a todos sus reglamentos y conforme a todas sus observancias la celebraréis. 4 Y habló Moisés a los hijos de Israel para que celebrasen la Pascua. 5 Celebraron pues la Pascua en el mes primero, en el día catorce del mes, a la caída de la tarde, en el desierto de Sinaí: conforme a todo lo que había mandado Jehová a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

6 Mas hubo algunos hombres que estaban inmundos a causa de un cadáver, de modo que no podían celebrar la Pascua en aquel día. Por lo cual se presentaron delante de Moisés y Aarón en aquel día, 7 y les dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos a causa de un cadáver, ¿por qué hemos de ser impedidos de modo que no presentemos la oblación de Jehová en su tiempo señalado, entre los demás hijos de Israel? 8 Y les respondió Moisés: Esperad, para que yo sepa lo que ordenare Jehová acerca de vosotros.

9 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cualquier hombre de vosotros, o de vuestras generaciones, que estuviere inmundo a causa de un cadáver, o se hallare en algún viaje lejano, sin embargo de esto celebrará la Pascua a Jehová. 11 En el mes segundo, el día catorce del mes, a la caída de la tarde, los tales la celebrarán; con panes ázimos y con yerbas amargas la comerán. 12 Nada dejarán de ella hasta la mañana, ni quebrarán hueso de ella; conforme a todo el reglamento de la Pascua la han de celebrar. 13 Mas el hombre que estuviere limpio, y no estuviere de camino, y sin embargo dejare de celebrar la Pascua, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo; porque no presentó la oblación de Jehová en su tiempo señalado: aquel hombre llevará su pecado. 14 Y cuando morare entre vosotros algún extranjero que quisiere celebrar la Pascua a Jehová, conforme al reglamento de la Pascua y conforme a su ordenanza, así la celebrará. Tendréis un mismo reglamento, tanto para el extranjero como para los de vuestra nación.

15 Y en el día en que se erigió la Habitación, la nube cubrió la Habitación por encima del Tabernáculo del Testimonio; y al anochecer, permanecía sobre la Habitación como si fuese la apariencia de fuego, hasta la mañana. 16 Así era de continuo; la nube la cubría de día, y la apariencia de fuego de noche. 17 Y siempre que se alzaba la nube de sobre el Tabernáculo, los hijos de Israel levantaban en seguida el campamento; y en el sitio donde se detenía la nube, allí mismo acampaban los hijos de Israel. 18 Por orden de Jehová se ponían en marcha, y por orden de Jehová acampaban: y todo el tiempo que permanecía la nube sobre la Habitación, ellos continuaban acampados. 19 Y cuando la nube se detenía sobre la Habitación muchos días, los hijos de Israel guardaban lo dispuesto por Jehová, y no se movían. 20 Mas también había veces en que permanecía la nube muy pocos días sobre la Habitación. Por orden de Jehová acampaban, y por orden de Jehová levantaban el campamento. 21 También había veces en que sólo se detenía la nube desde la tarde hasta la mañana; mas cuando se alzaba la nube por la mañana, ellos se ponían en marcha. Ora de día, ora de noche que se alzase, en el acto ellos levantaban el campamento. 22 Ora fuese dos días, ora un mes o un año que se detuviese la nube sobre la Habitación, permaneciendo sobre ella, continuaban acampados los hijos de Israel y no se movían; mas al alzarse ella, se ponían en marcha. 23 Por orden de Jehová acampaban, y por orden de Jehová levantaban el campamento; guardando lo dispuesto por Jehová, según la orden de Jehová, por conducto de Moisés.

Capítulo 10

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo: 2 Hazte dos trompetas de plata; batidas a martillo las harás; y te servirán para convocar la Congregación, y para hacer levantar el campamento. 3 Cuando pues las tocaren ambas a dos, se reunirá a ti toda la Congregación a la entrada del Tabernáculo de Reunión. 4 Mas si tocaren una sola, se reunirán a ti los príncipes, las cabezas de los millares de Israel. 5 Y cuando tocareis alarma, se pondrán en marcha los campamentos que están acampados a la parte del oriente. 6 Y cuando tocareis alarma la segunda vez, se pondrán en marcha los campamentos que están acampados a la parte del mediodía: tocarán alarma para la partida de los distintos campamentos. 7 Pero cuando se hubiere de convocar la Asamblea, tocaréis, mas no tocaréis alarma. 8 Y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas; y esto os será estatuto perpetuo durante vuestras generaciones.

9 Asimismo cuando saliereis a campaña en vuestra tierra contra el adversario que os oprima, haréis tocar alarma con las trompetas; y vendréis en memoria delante de Jehová vuestro Dios, y seréis salvados de vuestros enemigos. 10 También en los días de vuestra alegría, y en vuestras fiestas solemnes, y al principio de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos y sobre los sacrificios de vuestras ofrendas pacíficas; y esto os servirá de recuerdo delante d Jehová vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios. 11 Y aconteció que en el año segundo, en el mes segundo, a los veinte del mes, se alzó la nube de encima de la Habitación del Testimonio. 12 Entonces los hijos de Israel se pusieron en marcha, conforme a sus jornadas, del desierto de Sinaí; y vino 1a nube a posar en el desierto de Parán. 13 Así los hijos de Israel comenzaron sus jornadas, conforme a la orden de Jehová, por conducto de Moisés.

14 Y emprendió la marcha primero la bandera del campamento de los hijos de Judá, repartido según sus escuadrones; y sobre su escuadrón estaba Naasón hijo de Aminadab. 15 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Isacar estaba Natanael hijo de Zuar. 16 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Zabulón estaba Eliab hijo de Helón.

17 Entretanto fué desarmada la Habitación; y emprendieron la marcha los hijos de Gersón y los hijos de Merari, cargando con la Habitación.

18 Luego emprendió la marcha la bandera del campamento de Rubén, repartido según sus escuadrones: y sobre su escuadrón estaba Elizur hijo de Sedeur. 19 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Simeón estaba Selumiel hijo de Zurisadai. 20 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Gad estaba Eliasaf hijo de Deuel.

21 Luego emprendieron la marcha los Coatitas, cargando con las cosas más santas; y los otros levantaban la Habitación en tanto que ellos llegaban.

22 En seguida emprendió la marcha la bandera del campamento de los hijos de Efraim, repartido según sus escuadrones: y sobre su escuadrón estaba Elisama hijo de Amiud. 23 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Manasés estaba Gamaliel hijo de Pedazur. 24 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Benjamín estaba Abidán hijo de Gedeoni.

25 Después emprendió la marcha la bandera del campamento de los hijos de Dan, (retaguardia de todos los campamentos), repartido según sus escuadrones: y sobre su escuadrón estaba Ahiezer hijo de Amisadai. 26 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Aser estaba Pagiel hijo de Ocrán. 27 Y sobre el escuadrón de la tribu de los hijos de Neftalí estaba Ahira hijo de Enán. 28 De esta manera se ordenaron las partidas de los hijos de Israel, por sus escuadrones: así emprendieron la marcha.

29 Entonces dijo Moisés á Hobab, hijo de Raguel madianita, suegro de Moisés: Estamos de partida para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel. 30 Mas él le respondió: No iré; sino que volveré a mi tierra y al lugar de mi nacimiento. 31 A lo cual dijo Moisés: Ruégote que no nos dejes; porque tu conoces los sitios en donde debemos acampar en el desierto, y podrás sernos en lugar de ojos. 32 Y será, si tú vinieres can nosotros, sí, ciertamente será, que el mismo bien que Jehová hiciere con nosotros, lo haremos nosotros contigo.

33 De manera que partieron del Monte de Jehová, y prosiguieron una jornada de tres días; y el Arca del Pacto de Jehová iba delante de ellos durante la jornada de tres días, para buscarles lugar donde descansasen. 34 Y la nube de Jehová permanecía sobre ellos de día, siempre que partieron del campamento. 35 Y fué así que al partir el Arca, decía Moisés: ¡Levántate, oh Jehová, y sean disipados tus enemigos, y huyan delante de ti los que te aborrecen! 36 Y cuando ella asentaba, decía: ¡Vuélvete, oh Jehová, a los millares de los millares de Israel!

Capítulo 11

1 MAS sucedió que murmuró el pueblo, hablando perversamente en oídos de Jehová; lo cual oyó Jehová, y encendióse su ira; de modo que ardió en medio de ellos el fuego de Jehová, y devoraba por todo el campamento. 2 Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se a apagó. 3 Y se le dió a aquel lugar el nombre de Tabera, porque había ardido entre ellos el fuego de Jehová.

4 Y la chusma que de Egipto venía en medio del pueblo, se dejó llevar de una codicia vehementísima; y también los hijos de Israel tornaron y lloraron, diciendo: ¿Quién nos dará a comer carne? 5 ¡Nos acordamos del pescado que en Egipto comíamos de balde, de los cohombros, y de los melones, y de los puerros, y de las cebollas, y de los ajos! 6 ¡Mas ahora, nuestra alma se seca; que no hay nada ante nuestra vista, sino este maná! 7 Es de saber que el maná semejaba la semilla de cilantro, y su color era como el color de bedelio. 8 El pueblo pasaba en derredor, y lo recogía: y lo pulverizaban en molinos, o lo machacaban en morteros; y lo cocían en ollas, o hacían de él tortas: y era su sabor como el sabor de bollos dulces hechos con aceite. 9 Y de noche, cuando descendía el rocío sobre el campamento, descendía el maná juntamente con él.

10 Y oyó Moisés al pueblo, cómo familias enteras lloraban, cada cual a la entrada de su tienda; y encendióse la ira de Jehová en gran manera; y también a Moisés le pareció cosa intolerable. 11 Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿y por qué he hallado tan poca gracia en tus ojos que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Acaso he concebido yo a todo este pueblo, y le he dado yo a luz, para que tú me digas: Llévalos en tu seno, como suele llevar la nodriza al niño de pecho, a la tierra que prometí con juramento a sus padres? 13 ¿De dónde conseguiré carne para dar a toda esta gente que está llorando al rededor de mí, diciendo: ¡Danos carne que comamos! 14 No soy capaz, yo solo, de llevar a toda esta gente; porque es demasiado pesada la carga para mí. 15 Y si tú lo haces así conmigo, ¡mátame de una vez, te lo ruego, si he hallado gracia en tus ojos, y no vea yo más mi desdicha!

16 Y Jehová respondió a Moisés: Reúneme setenta hombres de los ancianos de Israel, de los que tú sabes que son ancianos del pueblo y magistrados suyos; y los traerás al Tabernáculo de Reunión, y los harás estar en pie allí contigo. 17 Y yo descenderé y hablaré contigo allí; y tomaré del Espíritu que está sobre ti, y lo pondré sobre ellos; para que ellos lleven juntamente contigo la carga del pueblo, y no la lleves tú solo. 18 Y dirás al pueblo: Santificaos para el día de mañana, y comeréis carne; ya que habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¿Quién nos dará a comer carne? ¡que mejor nos iba en Egipto! Jehová pues os dará carne para que comáis. 19 No por un día la comeréis, ni por dos días, ni por cinco días, ni por diez días, ni por veinte días; 20 sino por todo un mes, hasta que os salga por las narices y os cause asco; por cuanto habéis tratado con desprecio a Jehová que está en medio de vosotros; y habéis llorado delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos de Egipto? 21 Pero Moisés respondió: Seiscientos mil hombres de a pie son el pueblo en medio de quien estoy; y sin embargo tú dices: ¡Yo les daré carne para que coman por todo un mes! 22 ¿Por ventura se han de degollar para ellos rebaños y vacadas, para que les baste? ¿o se juntarán todos los peces del mar para ellos, para que les baste? 23 Y Jehová respondió a Moisés: ¿Hase acortado la mano de Jehová? Ahora verás tú si mi palabra se cumple o no.

24 Moisés pues salió, y refirió al pueblo las palabras de Jehová; y reunió setenta hombres de los ancianos del pueblo, y los hizo estar en pie al rededor del Tabernáculo. 25 Entonces Jehová descendió en la nube y habló con él; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo puso sobre los setenta ancianos; y aconteció que como descansase sobre ellos el Espíritu, profetizaron; mas no volvieron a hacerlo. 26 Pero se habían quedado dos de aquellos hombres en el campamento, siendo el nombre del uno Eldad y el nombre del segundo Medad; y descansó sobre ellos el Espíritu (pues fueron contados entre los inscritos, mas no habían salido al Tabernáculo), y ellos profetizaron en medio del campamento. 27 Corrió por tanto un mancebo, y lo hizo presente a Moisés, diciendo: ¡Eldad y Medad están profetizando en medio del campamento! 28 Y respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus mancebos escogidos, y dijo: ¡Señor mío Moisés, hazles callar! 29 Pero Moisés le respondió: ¿Eres celoso por mi causa? antes bien ¡ojalá que todo el pueblo de Jehová fuesen profetas, y que pusiera Jehová su Espíritu sobre ellos! 30 Y recogióse Moisés al campamento, él y los ancianos de Israel.

31 Entonces salió un viento de parte de Jehová, que arrebató codornices desde el Mar Rojo, y las dejó caer sobre el campamento, como espacio de un día de camino de ésta parte, y como espacio de un día de camino de aquélla parte del campamento; y volaban como a dos codos de altura sobre la superficie de la tierra. 32 Y el pueblo estuvo levantado todo aquel día, y toda aquella noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices: el que menos, recogió diez homeres; y las tendieron a secar, cada cual para sí, en los alrededores del campamento. 33 Empero la carne estaba todavía entre sus dientes, aún no habían acabado de mascarla, cuando se encendió la ira de Jehová contra el pueblo, y Jehová hirió al pueblo con una plaga sobremanera grande. 34 Y fué llamado aquel lugar Kibrot-hataava; porque allí enterraron al pueblo codicioso. 35 Y de Kibrot-hataava caminaron a Hazerot; y se quedaron en Hazerot.

Capítulo 12

1 Y HABLARON María y Aarón contra Moisés, con motivo de la mujer cusita que él se había tomado; pues que se había tomado una mujer cusita. 2 Y dijeron: ¿Acaso tan sólo por Moisés ha hablado Jehová? ¿no ha hablado también por nosotros? Y oyólo Jehová. 3 (Y aquel varón Moisés era muy manso, más manso que ningún hombre de cuantos había sobre la faz de la tierra.) 4 Y al momento habló Jehová a Moisés y a Aarón y a María, diciendo: ¡Salid vosotros al Tabernáculo de Reunión! y salieron ellos tres. 5 Entonces descendió Jehová en la columna de nube, y púsose a la entrada del Tabernáculo de Reunión; y llamó a Aarón y a María, y ellos dos se presentaron. 6 Él entonces les dijo: Escuchad mis palabras: Si hubiese profeta tal como vosotros, yo Jehová me daría a conocer a él en visión, o en sueños le hablaría. 7 No es así mi siervo Moisés, el cual es fiel en toda mi casa. 8 Boca a boca hablaré con él; manifiestamente, y no por medio de símiles; y mirará la semejanza de Jehová. ¿Por qué pues no temisteis hablar contra mi siervo Moisés? 9 Y enardecióse la ira de Jehová contra ellos; y se fué. 10 Y la nube se apartó de sobre el Tabernáculo; y ¡he aquí que María era leprosa, blanca como la nieve! Y Aarón volvió el rostro hacia María, y ¡he aquí que era leprosa! 11 Entonces Aarón dijo a Moisés: ¡Ah, señor mío! ¡Ruégote no nos imputes este pecado; porque hemos obrado insensatamente y hemos pecado! 12 ¡Ruégote no sea ella como un muerto, como un aborto, que al salir del seno de su madre, tiene ya consumida la mitad de su carne! 13 Moisés pues clamó a Jehová, diciendo: ¡Ruégote, oh Dios! ¡sánala, te lo ruego!

14 Mas Jehová respondió a Moisés: Si su padre le hubiera apenas escupido en la cara, ¿no se avergonzaría ella por siete días? Sea excluída del campamento por siete días, y después sea recogida. 15 María pues fué excluída del campamento por siete días; y el pueblo no siguió la marcha hasta que fué recogida María. 16 Y después de esto, el pueblo emprendió la marcha desde Hazerot; y acamparon en el desierto de Parán.

Capítulo 13

1 ENTONCES habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Envía hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual voy a dar a los hijos de Israel; un hombre de cada una de las tribus de sus padres enviaréis, siendo cada uno príncipe en ellas. 3 Moisés pues los envió desde el desierto de Parán, por mandamiento de Jehová: todos ellos eran hombres principales de los hijos de Israel. 4 Y estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samua hijo de Zacur. 5 De la tribu de Simeón, Safat hijo de Hori. 6 De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 7 De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. 8 De la tribu de Efraim, Oseas hijo de Nun. 9 De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. 10 De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. 11 De la tribu de José, es decir, de Manasés, Gadi hijo de Susi. 12 De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. 13 De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. 14 De la tribu de Neftalí, Nahabi hijo de Vapsi. 15 De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. 16 Estos son los nombres de los varones que envió Moisés a reconocer la tierra: y Moisés puso a Oseas hijo de Nun el nombre de Josué. 17 Los envió pues Moisés a reconocer la tierra de Canaán, y les dijo: Subid por acá a la tierra del Mediodía; luego subiréis a la serranía. 18 Y ved la tierra, qué tal es; y el pueblo que habita en ella, si es fuerte o débil, si es poco o mucho; 19 y qué tal es la tierra en donde habitan, si es buena o mala; y qué tales las ciudades en que habitan, si viven en campamentos o en plazas fuertes; 20 y qué tal es el terreno, si es feraz o es estéril; y si hay allí leña o no. Esforzaos pues; y traednos de los frutos de la tierra. El tiempo era la sazón de las primeras uvas.

21 Ellos entonces subieron y reconocieron la tierra, desde el desierto de Zin hasta Rehob, a la entrada de Hamat. 22 Pues que subieron por la tierra del Mediodía, y llegaron a Hebrón, endonde estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. (Hebrón fué edificada siete años antes de Zoán en Egipto.) 23 Y llegaron al Valle de Escol; y cortaron de allí un sarmiento con un racimo de uvas: y lo llevaron en un palo entre dos; trajeron también de las granadas y de los higos. 24 Aquel sitio fué llamado Valle de Escol, a causa del racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.

25 Y volvieron de la exploración de la tierra al cabo de cuarenta días. 26 Y anduvieron, y vinieron a Moisés y a Aarón y a toda la Congregación de los hijos de Israel, al desierto de Parán, es decir, a Cades; y les trajeran respuesta, a ellos y a toda la Congregación; y les mostraron el fruto de la tierra. 27 Y le contaron a Moisés, diciendo: Llegamos a la tierra adonde nos enviaste, la cual ciertamente mana leche y miel; y este es el fruto de ella. 28 Empero es fuerte el pueblo que habita en aquella tierra; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Y también a los hijos de Anac hemos visto allí. 29 Los Amalecitas habitan en la tierra del Mediodía; y el Heteo y el Jebuseo y el Amorreo habitan en la Serranía; y el Cananeo habita a lo largo del Mar Grande y en las riberas del Jordán.

30 Y Caleb acalló al pueblo que murmuraba contra Moisés; y les dijo: ¡Subamos de una vez, y tomemos posesión de ella; porque muy bien podemos conquistarla! 31 Pero los hombres que habían subido con él respondieron: No podremos subir contra esta gente, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y trajeron a los hijos de Israel noticia infamatoria contra la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde hemos pasado para explorarla es tierra que consume a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí a los gigantes, hijos de Anac, de la raza de los gigantes: y éramos nosotros a nuestros propios ojos como langostas; y así también éramos a los ojos de ellos.

Capítulo 14

1 ENTONCES toda la Congregación alzó la voz y gritó; y lloró el pueblo aquella noche. 2 Y murmuraron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les decía toda la Congregación: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! u ¡ojalá hubiéramos muerto en este desierto! 3 Y ¿a qué intento nos introduce Jehová en esta tierra, para que caigamos a espada, y para que nuestras mujeres y nuestros hijos vengan a ser una presa? ¿No nos sería mejor volver a Egipto? 4 En efecto, dijéronse unos a otros: ¡Constituyámonos un capitán, y volvámonos a Egipto! 5 Moisés y Aarón cayeron entonces sobre sus rostros delante de toda la Asamblea de la Congregación de los hijos de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los exploradores de la tierra, rasgaron sus vestidos; 7 y hablaron a toda la Congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde hemos pasado para explorarla es una tierra buena en gran manera: 8 si Jehová se complace en nosotros, nos llevará a la tierra aquella y nos la dará; tierra que mana leche y miel. 9 Empero no os rebeléis contra Jehová, ni temáis al pueblo de esa tierra, porque no son más que pan para nosotros: su amparo se ha apartado de ellos, mientras que Jehová es con nosotros; no los temáis. 10 Mas toda la Congregación trató de matarlos a pedradas; y la gloria de Jehová apareció en el Tabernáculo de Reunión, a vista de todos los hijos de Israel.

11 Jehová dijo entonces a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de tratar este pueblo con desprecio? ¿y hasta cuándo no creerán en mí, a pesar de todas las señales que he hecho en medio de él? 12 Los heriré con peste y los desheredaré, y haré de ti una nación más grande y más fuerte que ellos. 13 Pero Moisés respondió a Jehová: Entonces lo oirán los Egipcios, de en medio de quienes hiciste subir con tu poder a este pueblo; 14 y se lo dirán a los habitantes de esta tierra: porque ellos han oído decir que tú, oh Jehová, estás en medio de este pueblo; y que tú, oh Jehová, te dejas ver de él cara a cara; y que tu nube permanece sobre ellos; y que en una columna de nube vas delante de ellos de día, y de noche en una columna de fuego. 15 Si pues tú dieres muerte a este pueblo, como a un solo hombre, las naciones que han oído tu fama hablarán, diciendo: 16 Porque Jehová no era poderoso para introducir a este pueblo en la tierra que les había prometido con juramento, por eso los destruyó en el desierto. 17 Ahora pues sea grande, te lo ruego, el poder de mi Señor, conforme a lo que has hablado, diciendo; 18 Jehová es lento en iras y grande en misericordia; que perdona la iniquidad y la transgresión, bien que de ningún modo tendrá por inocente al rebelde; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y hasta la cuarta generación. 19 Ruégote perdones la iniquidad de este pueblo según es grande tu misericordia, y según has sido indulgente para con este pueblo desde Egipto hasta aquí. 20 Y respondió Jehová: Yo he perdonado conforme a tu palabra: 21 empero tan ciertamente como yo vivo, y como toda la tierra ha de llenarse de mi gloria: 22 por cuanto todos aquellos hombres que han visto mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, no obstante de esto me han tentado estas diez veces, y no han obedecido mi voz, 23 de seguro que ninguno de ellos verá la tierra que prometí con juramento a sus padres; ni ninguno de los que me han tratado con desprecio la verá. 24 Mas a mi siervo Caleb, por cuanto hubo otro espíritu en él, de modo que siguió cumplidamente en pos de mí, yo le introduciré a él en la tierra adonde ha ido, y su descendencia la heredará. 25 Ya pues que los Amalecitas y los Cananeos habitan en el valle, mudad de rumbo mañana, y emprended viaje para el desierto, camino del Mar Rojo.

26 Jehová habló además a Moisés y Aarón, diciendo: 27 ¿Hasta cuándo tengo de sufrir a esta Congregación perversa, que sigue murmurando contra mí? Yo he oído las murmuraciones que los hijos de Israel profieren contra mí. 28 Diles: ¡Vivo yo! dice Jehová, que conforme hablasteis en mis oídos, asimismo os voy a hacer. 29 En este desierto caerán vuestros cadáveres; y todos vosotros que fuisteis alistados, según el total del censo hecho de vosotros, de edad de veinte años arriba, los cuales habéis murmurado contra mí, 30 ciertamente que no entraréis en la tierra respecto de la cual alcé mi mano jurando haceros habitar en ella; salvo Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun. 31 Mas en cuanto a vuestros pequeñitos, de los cuales dijisteis que iban a ser una presa, a éstos introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros habéis rechazado con desprecio. 32 En cuanto a vosotros, pues, vuestros cadáveres caerán en este desierto; 33 y vuestros hijos andarán errantes por el desierto cuarenta años, y llevarán la pena de vuestras iniquidades hasta que acaben de caer vuestros cadáveres en el desierto. 34 Según el número de los días que explorasteis la tierra, es decir, cuarenta días, (por cada día un año), así llevaréis la pena de vuestras iniquidades cuarenta años, y conoceréis mi desagrado. 35 Yo Jehová he hablado: ¡Juro que haré esto a esta perversa Congregación, que se ha levantado contra mí! en este desierto se irán consumiendo, y en él morirán.

36 Y los hombres que Moisés había enviado a reconocer la tierra, y que al volver hicieron murmurar a toda la Congregación contra él, trayendo noticia infamatoria contra la tierra, 37 aquellos hombres que trajeron la noticia infamatoria murieron de plaga delante de Jehová. 38 Mas Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida; los únicos de entre aquellos hombres que habían ido a explorar la tierra.

39 Y cuando Moisés refirió todas estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo hizo grande lamentación. 40 Y por la mañana madrugaron y subieron a lo alto de la serranía, diciendo: ¡Henos aquí! subiremos pues al lugar de que habló Jehová; porque hemos pecado. 41 Pero les dijo Moisés: ¿A qué fin traspasáis el mandamiento de Jehová, visto que no puede saliros bien? 42 No subáis, pues Jehová no está en medio de vosotros; para que no seáis heridos delante de vuestros enemigos. 43 Porque los Amalecitas y los Cananeos están allá en frente de vosotros, y caeréis a cuchillo; por cuanto os habéis vuelto de en pos de Jehová, y Jehová no estará con vosotros. 44 Sin embargo ellos tuvieron la presunción de subir a lo alto de la serranía; mas el Arca del Pacto de Jehová y Moisés no salieron del campamento. 45 Y descendieron los Amalecitas y los Cananeos que habitaban en aquella serranía, y los hirieron y los acuchillaron hasta Horma.

Capítulo 15

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra de vuestras habitaciones, que os voy a dar, 3 y ofreciereis a Jehová ofrenda encendida de la vacada o del rebaño; sea holocausto u otro sacrificio en cumplimiento de voto, o como ofrenda voluntaria, o sea en vuestras fiestas solemnes, para hacer olor grato a Jehová; 4 el que presentare su oblación traerá a Jehová, como ofrenda vegetal, la décima parte de un efa de flor de harina mezclada con la cuarta parte de un hin de aceite; 5 y para libación, la cuarta parte de un hin de vino: ofrecerás esto además del holocausto o del sacrificio, pasa cada cordero. 6 Y para un carnero ofrecerás como ofrenda vegetal, dos décimas de un efa de flor de harina mezclada con la tercera parte de un hin de aceite; 7 y para libación, la tercera parte de un hin de vino; ofrecerás esto por olor grato a Jehová. 8 Y cuando ofrecieres un novillo por holocausto u otro sacrificio en cumplimiento de voto, o por ofrenda pacífica a Jehová, 9 se presentará además del novillo, como ofrenda vegetal, tres décimas de un efa de flor de harina mezclada con la mitad de un hin de aceite; 10 y presentarás como libación la mitad de un hin de vino: ofrenda encendida de olor grato a Jehová. 11 Así se ha de hacer con un novillo, o con un carnero, o con cada res, sea de las ovejas o de las cabras. 12 Conforme al número que vais a ofrecer, así haréis con cada uno según el número de ellos.

13 Toda persona de vuestra nación lo hará así, al presentar ofrenda encendida de olor grato a Jehová. 14 Y cuando habitare con vosotros algún extranjero, o cualquier otro que estuviere en medio de vosotros, durante vuestras generaciones, que quisiere hacer ofrenda encendida de olor grato a Jehová, del mismo modo que hacéis vosotros, hará él. 15 Un mismo estatuto habrá para vosotros, los que sois de la Congregación, y para el extranjero que morare entre vosotros; estatuto perpetuo es para todas vuestras generaciones: Como sois vosotros, así será el extranjero delante de Jehová. 16 Una misma ley y un mismo reglamento habrá para vosotros y para el extranjero que habitare con vosotros.

17 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 18 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra adonde os llevo, 19 entonces ha de ser que al comer del pan del país, ofreceréis una ofrenda alzada a Jehová. 20 De lo primero de vuestra harina ofreceréis una torta por ofrenda alzada: como la ofrenda alzada de la era, así habéis de ofrecer ésta. 21 De lo primero de vuestras harinas presentaréis a Jehová ofrenda alzada durante vuestras generaciones.

22 Y cuando pecareis por ignorancia, y dejareis de cumplir cualquiera de estos mandamientos que ha dicho Jehová a Moisés; 23 es decir, todo lo que os ha mandado Jehová por conducto de Moisés, desde el día en que Jehová os dió mandamiento, y lo que en adelante mandare a vuestras generaciones venideras; 24 entonces será que si fuese cometido algún pecado por ignorancia, sin saberlo la Congregación, ofrecerá toda la Congregación un novillo joven por holocausto de olor grato a Jehová, con su ofrenda vegetal y su libación, conforme al reglamento, y un macho cabrío para ofrenda por el pecado. 25 Y el sacerdote hará expiación por toda la Congregación de los hijos de Israel; y les será perdonado; porque fué pecado de ignorancia, y por su error habrán traído su oblación, ofrenda encendida a Jehová, y su ofrenda por el pecado delante de Jehová. 26 Así será perdonado a toda la Congregación de los hijos de Israel, y al extranjero que morare en medio de vosotros, cuando por parte de toda la Congregación el pecado fuere cometido por ignorancia.

27 Y si algún individuo pecare por ignorancia, traerá una cabra del primer año como ofrenda por el pecado; 28 y el sacerdote hará expiación por la persona que pecare por ignorancia, cuando realmente pecare por ignorancia delante de Jehová, haciendo así expiación por ella, y le será perdonado. 29 Una misma ley tendréis para el natural entre los hijos de Israel, y para el extranjero que habita en medio de vosotros, en cuanto a aquel que pecare por ignorancia. 30 Empero la persona que obrare con mano alzada, sea de los de vuestra nación, o sea de los extranjeros, ese tal es blasfemador de Jehová; y la tal persona será cortada de en medio de su pueblo. 31 Por cuanto ha tratado con desprecio la palabra de Jehová y ha quebrantado su mandamiento, será enteramente cortada aquella persona: recaiga su iniquidad sobre ella.

32 Y mientras estaban los hijos de Israel en el desierto, hallaron un hombre que estaba recogiendo leña en día de sábado. 33 Y los que le hallaron recogiendo leña le presentaron ante Moisés y Aarón y toda la Congregación. 34 Y le pusieron en prisión, porque no se había declarado qué habían de hacer con él. 35 Entonces Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente será muerto el hombre; mátele a pedradas toda la Congregación, fuera del campamento. 36 Y toda la Congregación le sacó fuera del campamento, y le apedrearon de modo que murió; como Jehová había mandado a Moisés.

37 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 38 Habla a los hijos de Israel y diles que se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, durante sus generaciones; y que pongan sobre el fleco de cada borde un cordón de jacinto. 39 Esto pues os será para fleco, a fin de que al mirarlo os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, y los cumpláis; y que no vayáis tras las codicias de vuestros corazones, y de vuestros ojos; en pos de los cuales soléis andar idolatrando: 40 a fin de que os acordéis de mí, y cumpláis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. 41 Yo soy Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser el Dios vuestro. Yo Jehová vuestro Dios.

Capítulo 16

1 MAS Coré hijo de Izar, hijo de Coat, hijo de Leví, con Datán y Abiram, hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, hijos de Rubén, tomaron gente, 2 y levantáronse en presencia de Moisés y Aarón, con doscientos cincuenta hombres de los hijos de Israel, príncipes de la Congregación, personas escogidas de la Asamblea, varones de renombre; 3 y juntándose contra Moisés y Aarón, les dijeron: ¡Mucho os arrogáis, ya que toda la Congregación, cada individuo de ella, es santo, y Jehová está en medio de ellos! ¿por qué pues os ensalzáis sobre la Asamblea de Jehová? 4 Y cuando Moisés lo oyó, cayó sobre su rostro. 5 Y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Esperad hasta mañana; entonces Jehová mismo hará saber quién sea suyo, y quién sea el santo, y a quién él quiera dar entrada a sí; pues al que escogiere, a éste hará llegar a sí. 6 Haced esto: Tomad incensarios, Coré y todos los de su séquito, 7 y echad fuego en ellos, y poned sobre ellos incienso delante de Jehová, mañana: y será que el hombre a quien Jehová escogiere, éste será el santo. ¡Os arrogáis mucho, oh hijos de Leví!

8 Moisés dijo además a Coré: Oíd, os ruego, hijos de Leví: 9 ¿Os parece acaso poca cosa el que el Dios de Israel os haya separado de entre la Congregación de Israel, a fin de haceros llegar a sí, para hacer el servicio de la Habitación de Jehová, y para estar delante de la Congregación, ministrando por ellos; 10 y el que a ti, Coré, y a todos tus hermanos, los hijos de Leví contigo, os haya hecho acercar a sí, para que pretendáis al sacerdocio también? 11 Por eso es que tú, y todo tu séquito os habéis juntado contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que murmuréis contra él?

12 En seguida, envió Moisés a llamar a Datán y a Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: ¡No iremos! 13 ¿Por ventura te parece poca cosa el que nos hayas hecho subir de una tierra que mana leche y miel, para hacernos morir en este desierto, para que quieras también hacerte señor absoluto de nosotros? 14 Ni tampoco nos has traído a una tierra que mana leche y miel; ni nos has dado posesiones de campos y de viñas. ¿Acaso quieres sacar los ojos a estos hombres? ¡No iremos!

15 Entonces se le encendió la ira a Moisés en gran manera, y dijo a Jehová: ¡No mires su ofrenda! Yo no he tomado ni un asno suyo, y no he hecho mal a ninguno de ellos. 16 Luego dijo Moisés a Coré: Presentaos tú y todo tu séquito delante de Jehová; es decir, tú y ellos y Aarón, mañana. 17 Y tomad cada cual su incensario, y poned incienso en ellos; y traed delante de Jehová cada uno su incensario, doscientos cincuenta incensarios; tú también y Aarón, traed cada cual su incensario. 18 En efecto, tomaron cada uno su incensario, y echaron en ellos fuego, y pusieron sobre ellos incienso, y estuvieron en pie a la entrada del Tabernáculo de Reunión, juntamente con Moisés y Aarón. 19 Y Coré juntó contra ellos toda la Congregación, a la entrada del Tabernáculo de Reunión. Entonces apareció la gloria de Jehová a toda la Congregación.

20 Y Jehová habló a Moisés y Aarón, diciendo: 21 ¡Separaos de en medio de esta Congregación, para que yo los consuma en un momento! 22 Mas ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, el Dios de los espíritus de toda carne, ¿ha de ser que pecando un solo hombre, tú estalles en ira contra toda la Congregación?

23 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 24 Habla a la Congregación y diles: ¡Retiraos de en derredor de las habitaciones de Coré, Datán y Abiram! 25 Levantóse pues Moisés y fué hacia Datán y Abiram; y en pos de él siguieron los ancianos de Israel. 26 Y habló Moisés a la Congregación, diciendo: Ruégoos que os alejéis de las tiendas de esos malos hombres, y no toquéis ninguna cosa de lo suyo, para que no seáis arrebatados con ellos en todos sus pecados. 27 Ellos pues se retiraron de las habitaciones de Coré, Datán y Abiram, por todos lados; y Datán y Abiram salieron y estuvieron en pie a la entrada de sus tiendas, con sus mujeres y sus hijos y sus pequeñuelos. 28 Entonces dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado a hacer todas estas obras, y que no las he inventado de mi propio corazón. 29 Si de la muerte común de todos los hombres murieren éstos, y si con la visitación común de todos los hombres fuere visitado sobre ellos su pecado, no me ha enviado Jehová. 30 Empero si Jehová hiciere una cosa nueva, de modo que la tierra abriere con violencia su boca y los tragare a ellos con todo lo que les pertenece, y descendieren vivos al abismo, entonces entenderéis que estos hombres han tratado con desprecio a Jehová.

31 Y aconteció que como acabase de hablar todas estas palabras, partióse el suelo que estaba debajo de ellos; 32 y la tierra abriendo su boca, tragólos a ellos con sus familias, y a todos los hombres que eran de la facción de Coré, con todos sus haberes: 33 y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al abismo; y cubriólos la tierra. Así perecieron de en medio de Israel. 34 Y todo Israel, es decir, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: ¡No sea que la tierra nos trague a nosotros también! 35 Y de la presencia de Jehová salió fuego que devoró a los doscientos cincuenta hombres que presentaron el incienso.

36 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 37 Habla a Eleazar hijo de Aarón, el sumo sacerdote, para que recoja los incensarios de en medio del incendio, y esparza allá el fuego; porque son santos. 38 En cuanto a los incensarios de aquellos pecadores contra sus mismas almas, háganse de ellos láminas extendidas, para cubierta del altar, (porque los han presentado delante de Jehová, por tanto son santificados), para que sirvan de escarmiento a los hijos de Israel. 39 Tomó pues el sacerdote Eleazar los incensarios de bronce que habían presentado los que fueron quemados, y los extendieron a martillo para cubierta del altar; 40 como memorial a los hijos de Israel, a fin de que ningún hombre extraño, que no sea del linaje de Aarón, se acerque para quemar incienso delante de Jehová; a fin de que no sea como Coré y su séquito: como había dicho Jehová, por conducto de Moisés.

41 Mas aconteció que al día siguiente toda la Congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: ¡Vosotros habéis muerto al pueblo de Jehová! 42 Y sucedió que como iba juntándose la Congregación contra Moisés y Aarón, volvieron el rostro hacia el Tabernáculo de Reunión; y, he aquí, la nube lo había cubierto, y apareció la gloria de Jehová. 43 Y acudieron Moisés y Aarón al frente del Tabernáculo. 44 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 45 ¡Retiraos de en medio de esta Congregación, para que yo la consuma en un momento! Mas ellos cayeron sobre sus rostros. 46 Luego dijo Moisés a Aarón ¡Toma tu incensario, y echa en él fuego de encima del altar, y pon incienso, y vé prontamente a la Congregación, y ponlos a cubierto; porque de la presencia de Jehová ha salido explosión de ira; ha comenzado ya la mortandad! 47 Tomólo entonces Aarón, como Moisés le había dicho, y corrió en medio de la Asamblea: y, he aquí, la mortandad había en efecto comenzado entre el pueblo: y echó incienso, y puso a cubierto al pueblo. 48 Pues se colocó entre los muertos y los vivos; y así se detuvo la mortandad. 49 Y fueron los muertos por la plaga catorce mil setecientos; sin contar los que murieron por el asunto de Coré. 50 Y Aarón se volvió a Moisés, a la entrada del Tabernáculo de Reunión, cuando se hubo detenido la mortandad.

Capítulo 17

1 ENTONCES Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y toma de parte de cada uno de los jefes de ellos una vara de casa paterna; las tomarás de todos los príncipes de las casas paternas de su tribu; es decir, doce varas: escribirás el nombre de cada uno en su propia vara. 3 Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque habrá una sola vara por cada cabeza de las casas paternas de su tribu. 4 Y las depositarás en el Tabernáculo de Reunión, delante del Arca del Testimonio, donde yo suelo tener entrevistas con vosotros a tiempos señalados. 5 Y sucederá que la vara del hombre a quien yo escogiere, florecerá; así me libraré de las murmuraciones de los hijos de Israel, con que ellos murmuran de vosotros. 6 Habló pues Moisés a los hijos de Israel; y todos sus príncipes le dieron varas, una por cada príncipe, conforme a las casas paternas de sus tribus, es decir, doce varas: y la vara de Aarón estaba en medio de las varas de ellos. 7 Y Moisés depositó las varas delante de Jehová en el Tabernáculo del Testimonio. 8 Y sucedió que al día siguiente entró Moisés en el Tabernáculo del Testimonio; y he aquí que había florecido la vara de Aarón, la de la casa de Leví; y echando botones, había brotado flores y producido almendras. 9 Y Moisés sacó todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de Israel; y ellos las miraron, y cada príncipe tomó su propia vara. 10 Entonces dijo Jehová a Moisés: Vuelve a poner la vara de Aarón delante del Arca del Testimonio, para guardarla como señal contra los hijos de rebelión; así concluirás con sus murmuraciones contra mí, para que no mueran. 11 Y Moisés lo hizo así: conforme a todo lo que le había mandado Jehová, así lo hizo.

12 Entonces hablaron los hijos de Israel a Moisés, diciendo: ¡He aquí que perecemos; perdidos somos; todos nosotros somos perdidos! 13 ¡Cualquiera que de manera alguna se acercare a la Habitación de Jehová, muere! ¿Acaso hemos de perecer completamente?

Capítulo 18

1 Y JEHOVÁ dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, cargaréis con la iniquidad de las cosas santas; y tú y tus hijos contigo cargaréis con la iniquidad de vuestro sacerdocio. 2 Y también a tus hermanos de la tribu de Leví, la tribu de tu padre, los harás acercar a ti, y ellos se te unirán, y te asistirán; mas tú y tus hijos contigo estaréis delante del Tabernáculo del Testimonio. 3 Y ellos estarán a tus órdenes, y se ocuparán en la custodia de todo el Tabernáculo; solamente que no se lleguen a los utensilios santos, ni al altar; no sea que mueran, nosolo ellos sino también vosotros. 4 Pero se unirán con vosotros, y se ocuparán en la custodia del Tabernáculo de Reunión, en lo relativo a todo el servicio del Tabernáculo; y ningún extraño se llegará a vosotros. 5 Mas vosotros solos tendréis a vuestro cargo el Santuario y el altar, para que no haya más explosión de ira contra los hijos de Israel. 6 Porque he aquí que yo he tomado a vuestros hermanos, los Levitas, de entre los hijos de Israel; os son una donación, dados a Jehová, para hacer el servicio del Tabernáculo de Reunión. 7 Pero tú y tus hijos juntamente contigo os encargaréis de vuestro sacerdocio en todo lo concerniente al altar y a lo que está adentro del velo, y en esto serviréis. Como servicio donado os he dado vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare será muerto. 8 Jehová dijo también a Aarón: He aquí que yo te he dado cargo de mis ofrendas alzadas, es decir, de todas las cosas santificadas de los hijos de Israel; a ti las he dado, como propias de la unción que has recibido, y a tus hijos, como porción legal vuestra para siempre. 9 Esto pues será tuyo de las cosas sacratísimas y de las ofrendas encendidas: todas las oblaciones de los hijos de Israel, de todas sus ofrendas vegetales, y de todas sus ofrendas por el pecado, y de todas sus ofrendas por la culpa, que ellos me devolvieren, serán cosa sacratísima para ti y para tus hijos. 10 En lugar muy sagrado lo comeréis: todo varón podrá comerlo; cesa santa será para ti. 11 Esto también será tuyo: Las ofrendas alzadas que ellos presenten, a más de todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel: a ti las he dado, y a tus hijos y a tus hijas contigo, como porción legal para siempre: toda persona limpia en tu casa podrá comer de ellas. 12 Todo lo mejor del aceite, y todo lo mejor del vino y del trigo, las primicias de todas estas cosas que ellos dieren a Jehová, a ti las he dado. 13 Los primeros frutos maduros de todo lo que hay en tu tierra, que ellos trajeren a Jehová, tuyos serán: toda persona limpia en tu casa podrá comer de ellos. 14 Toda cosa apartada irrevocablemente para Jehová en Israel, será tuya. 15 Todos los primer nacidos de toda carne que se pueda presentar a Jehová, así de hombres como de bestias, tuyos serán; pero ciertamente redimirás a los primer nacidos de hombres; también los primer nacidos de bestias inmundas redimirás. 16 Los que hayan de redimirse de aquéllos, los redimirás desde la edad de un mes, conforme a tu estimación, por cinco siclos de plata, según el siclo del Santuario; que son veinte geras. 17 Mas los primerizos del ganado vacuno, o de las ovejas, o de las cabras, no podrás redimir; santos son; la sangre de ellos has de rociar sobre mi altar, y harás consumir sus sebos como ofrendas encendidas de olor grato a Jehová: 18 pero sus carnes serán tuyas, así como el pecho de la ofrenda mecida y la pierna derecha, tuyas serán. 19 Toda ofrenda alzada de las cosas santas que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado a ti, y a tus hijos y a tus hijas contigo, como porción legal para siempre: pacto de sal es para siempre delante de Jehová, para ti y para tu simiente contigo. 20 Jehová dijo además a Aarón: En la tierra de ellos tú no tendrás herencia alguna, ni habrá porción para ti entre ellos; yo soy tu porción y tu herencia en medio de los hijos de Israel.

21 Y he aquí que he dado a los hijos de Leví todo el diezmo en Israel, por herencia suya, en recompensa del servicio que ellos hacen, es decir, del servicio del Tabernáculo de Reunión. 22 Y los hijos de Israel no se acercarán más al Tabernáculo de Reunión para que no lleven pecado y así mueran; 23 sino que solos los Levitas harán el servicio del Tabernáculo de Reunión, y ellos llevarán su iniquidad: estatuto perpetuo es durante vuestras generaciones; y en medio de los hijos de Israel no tendrán ellos herencia. 24 Porque los diezmos de los hijos de Israel, que ellos han de ofrecer como ofrenda alzada a Jehová, yo se los he dado a los Levitas por herencia suya; por lo mismo he dicho respecto de ellos: No tendrán herencia en medio de los hijos de Israel.

25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 26 Habla también a los Levitas, y diles: Cuando recibiereis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de parte de ellos por herencia vuestra, ofreceréis de ellos, como ofrenda alzada a Jehová, el diezmo del diezmo; 27 y os será reputado como ofrenda alzada vuestra, así como lo son el grano de la era y el producto del lagar. 28 Así vosotros también ofreceréis la ofrenda alzada de Jehová, de todos vuestros diezmos que recibiereis de los hijos de Israel; y de ellos daréis la ofrenda alzada de Jehová a Aarón el sacerdote. 29 De todos vuestros dones recibidos ofreceréis todas las ofrendas alzadas de Jehová; es decir, de todo lo mejor de ellos ofreceréis su parte consagrada, tomada de ellos. 30 Les dirás también: Cuando hubiereis ofrecido lo mejor de ellos, entonces lo restante será reputado a vosotros, los Levitas, como producto de la era y como producto del lagar. 31 Y comeréis de ello en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; porque es vuestro sueldo, en recompensa de vuestro servicio en cuanto al Tabernáculo de Reunión. 32 Y no llevaréis pecado por esto cuando hubiereis ofrendado lo mejor de ellos. Y no profanaréis las cosas santificadas de los hijos de Israel, no sea que muráis.

Capítulo 19

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Este es estatuto de ley que ha prescrito Jehová, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una novilla perfectamente roja, que no tenga defecto, sobre la cual nunca se haya puesto yugo; 3 y la daréis al sacerdote Eleazar, el cual la sacará fuera del campamento, y será degollada en su presencia. 4 Luego el sacerdote Eleazar tomará de la sangre de ella con el dedo, y rociará de esa sangre hacia el frente del Tabernáculo de Reunión siete veces. 5 En seguida será quemada a vista de él la novilla: su cuero y sus carnes y su sangre, a más de su estiércol, serán quemados. 6 Luego el sacerdote tomará madera de cedro e hisopo y lana escarlata, y los echará en medio de la quema de la novilla. 7 Entonces el sacerdote lavará sus vestidos, lavará también su carne con agua, y después entrará en el campamento: pero el sacerdote quedará inmundo hasta la tarde. 8 Asimismo aquel que la hubiere quemado lavará sus vestidos en agua, y lavará su carne con agua, y quedará inmundo hasta la tarde. 9 En seguida un hombre limpio recogerá las cenizas de la novilla, y las depositará fuera del campamento en un lugar limpio; y serán guardadas para la Congregación de los hijos de Israel, a fin de preparar aguas para la impureza: es ofrenda por el pecado. 10 Y el que recoge las cenizas de la novilla lavará sus vestidos, y quedará inmundo hasta la tarde. Y esto les será a los hijos de Israel, y al extranjero que habitare en medio de ellos, un estatuto perpetuo.

11 El que tocare cadáver humano, quedará inmundo siete días. 12 El tal se purificará del pecado con aquellas cenizas el día tercero, y el día séptimo estará limpio. Mas si no se purificare en el día tercero, entonces en el día séptimo no estará limpio. 13 Todo aquel que habiendo tocado cadáver humano, no se limpiare del pecado, ha contaminado la Habitación de Jehová; la tal persona será cortada de en medio de Israel. Por lo mismo que las aguas para la impureza no fueron rociadas sobre él, inmundo está; permanece todavía en su inmundicia.

14 Esta es la ley: Cuando un hombre muriere en una tienda, todos los que entraren en la tienda, y todos los que estuvieren en la tienda, quedarán inmundos siete días. 15 Y toda vasija abierta, que no tuviere tapadera bien ajustada, estará inmunda. 16 Asimismo todo aquel que sobre la haz del campo tocare algún muerto a espada, o algún difunto, o hueso humano, o una sepultura, quedará inmundo siete días.

17 Y para la persona inmunda, tomarán de las cenizas de la quema de aquella ofrenda por el pecado, y sobre ella echarán aguas corrientes, en una vasija; 18 y un hombre limpio tomará un hisopo, y mojándolo en el agua, la rociará sobre la tienda, y sobre todos sus muebles, y sobre todas las personas que estuvieren allí; y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o al hombre muerto, o al difunto, o la sepultura. 19 Rociará pues el limpio al inmundo con aquellas aguas en el día tercero, y en el día séptimo: y cuando se hubiere limpiado del pecado en el día séptimo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y estará limpio a la tarde. 20 Y el hombre que, estando inmundo, no se purificare del pecado, aquella persona será cortada de en medio de la Asamblea; porque ha contaminado el Santuario de Jehová: las aguas para la inmundicia no fueron rociadas sobre él; por tanto él queda inmundo. 21 Y esto les será estatuto perpetuo. Aquel también que rociare las aguas para la inmundicia lavará sus vestidos; asimismo el que tocare las aguas para la inmundicia, quedará inmundo hasta la tarde. 22 Y todo lo que el inmundo tocare quedará inmundo; y la persona que tocare esto, quedará inmunda hasta la tarde.

Capítulo 20

1 Y VINO toda la Congregación de los hijos de Israel al desierto de Zin, en el mes primero; y el pueblo hizo mansión en Cades; y allí murió María, y fué allí sepultada. 2 Y no hubo agua para la Congregación; por lo cual ellos se juntaron contra Moisés y Aarón. 3 Y contendió el pueblo con Moisés, y hablaron, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos perecido cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! 4 ¿Y a qué intento habéis traído la Asamblea de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestros ganados? 5 ¿Y por qué nos hicisteis subir de Egipto, para traernos a este lugar detestable? ¡No es lugar de sementeras, ni de higueras, ni de viñas, ni de granados; y ni aun hay agua para beber! 6 Entonces se retiraron Moisés y Aarón de delante de la Asamblea a la entrada del Tabernáculo de Reunión, y cayeron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová se les apareció.

7 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 8 Toma la vara, y reune la Congregación, tú y Aarón tu hermano; y hablad a la peña, a vista de ellos, y ella dará sus aguas; así les sacarás agua de la peña, y darás de beber a la Congregación y a sus ganados. 9 Tomó pues Moisés la vara de delante de Jehová, como él se lo había mandado. 10 Y reuniendo Moisés y Aarón a toda la Asamblea enfrente de la peña, Moisés les dijo: ¡Oíd, rebeldes! ¿de esta peña hemos de sacaros aguas? 11 Entonces alzó Moisés la mano, e hirió la peña con su vara dos veces: y salieron aguas abundantes; y bebió la Congregación y sus ganados. 12 Jehová empero dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creisteis en mí para santificarme en presencia de los hijos de Israel, por tanto vosotros no introduciréis esta Congregación en la tierra que yo les he dado. 13 Estas son aquellas aguas de Meriba, donde contendieron los hijos de Israel con Jehová; y él vindicó su santidad en ellos.

14 Y Moisés envió mensajeros desde Cades al rey de Edom, diciendo: Así dice tu hermano Israel: Tú sabes todos los trabajos que nos han sobrevenido; 15 cómo descendieron nuestros padres a Egipto, y habitamos en Egipto mucho tiempo: y nos maltrataron los Egipcios a nosotros y a nuestros padres. 16 Mas cuando clamamos a Jehová, él oyó nuestra voz, y envió un Angel que nos sacó de Egipto; y henos aquí en Cades, ciudad al extremo de tu territorio. 17 Permite que pasemos por tu tierra: no pasaremos por los campos ni por las viñas, y no beberemos del agua de los pozos. Por el camino real nos iremos, sin apartarnos a la derecha ni a la izquierda, hasta que hayamos pasado tu territorio. 18 Pero Edom le contestó: ¡No pases por mi país, no sea que yo salga a recibirte con espada! 19 Mas los hijos de Israel le respondieron: Por la calzada subiremos; y si bebiéremos de tus aguas, yo y mi ganado, te pagaré el valor de ellas: solamente pasaré a pie sin más ni más. 20 Pero él dijo: No pasarás. Y salió Edom a encontrarle con mucha gente, y con mano fuerte. 21 Así Edom rehusó permitir a Israel pasar por su territorio: Israel por tanto se apartó de él.

22 Entonces levantaron el campamento de Cades, y vino toda la Congregación de los hijos de Israel al monte Hor. 23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte Hor, junto a los confines de la tierra de Edom, diciendo: 24 Aarón será agregado a su pueblo aquí, porque no podrá entrar en la tierra que he dado a los hijos de Israel; por cuanto fuisteis rebeldes a mis órdenes junto a las aguas de Meriba. 25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir a este monte Hor. 26 Luego despojarás a Aarón de sus vestiduras sacerdotales, y se las vestirás a Eleazar su hijo; y Aarón será agregado a su pueblo y morirá allí. 27 Moisés pues hizo como le había mandado Jehová, y ellos tres subieron al monte Hor, a vista de toda la Congregación. 28 Y Moisés despojó a Aarón de sus vestiduras sacerdotales, y se las vistió a Eleazar su hijo; y murió Aarón allí, en la cumbre del monte; luego Moisés y Eleazar descendieron del monte. 29 Y cuando vió toda la Congregación que había muerto Aarón, toda la casa de Israel lloró a Aarón por espacio de treinta días.

Capítulo 21

1 Y CUANDO el Cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el país del mediodía, oyó decir que Israel iba llegando por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y se llevó cautivos algunos de ellos. 2 Entonces Israel hizo voto a Jehová, diciendo: Si en verdad entregares esta gente en mi mano, destruiré completamente sus ciudades. 3 Y oyó Jehová la voz de Israel, y entregó al Cananeo en sus manos; e Israel destruyó completamente a ellos y a sus ciudades; y fué llamado aquel lugar Horma.

4 Y levantaron el campamento del monte Hor, tomando el camino del Mar Rojo, para dar la vuelta a la tierra de Edom. E impacientóse el alma del pueblo a causa del camino. 5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés, diciendo: ¿Por qué nos habéis hecho subir de Egipto para morir en el desierto? que no hay pan, y no hay agua; ¡y nuestra alma tiene ya aborrecido este pan detestable! 6 Por lo cual Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, las cuales mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel. 7 Entonces acudió el pueblo a Moisés, diciendo: ¡Hemos pecado, pues que hemos hablado contra Jehová y contra ti! ruega a Jehová para que quite de nosotros las serpientes. Moisés pues rogó por el pueblo. 8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla en un palo alto; y sucederá que toda persona mordida, cuando la mirare, vivirá. 9 Hizo pues Moisés una serpiente de bronce, y la puso sobre un palo alto; y sucedió que cuando una serpiente había mordido a alguno entonces miraba a la serpiente de bronce y vivía.

10 Y levantaron el campamento de allí los hijos de Israel, y volvieron a acampar en Obot. 11 Y levantaron el campamento de Obot, y volvieron a acampar en Iyé-abarim, en el desierto que está frente a Moab, de la parte donde se levanta el sol. 12 De allí levantaron el campamento, y volvieron a acampar en el valle de Zared. 13 De allí levantaron el campamento, y volvieron a acampar más allá del torrente Arnón, (sitio que está en el desierto), el cual sale de los términos del Amorreo: porque el Arnón es el término de Moab, entre los Moabitas y los Amorreos. 14 Por tanto se dice en el Libro de las Guerras de Jehová: Vaheb en Sufa, y los valles del Arnón; 15 y el declive de los valles que se extiende al asiento de Ar, y recuesta sobre el borde de Moab. 16 Y de allí caminaron a Beer. Este fué aquel pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Junta al pueblo para que yo le dé agua. 17 Entonces Israel rompió a cantar este cántico: ¡Sube, oh pozo! ¡entonadle la canción! 18 pozo que cavaron los príncipes; lo ahondaron los nobles del pueblo con sus báculos, por orden del legislador.

Y del desierto caminaron a Matana; 19 y de Matana, a Nahaliel; y de Nahaliel a Bamot; 20 y de Bamot al valle que está en el país de Moab, por la cumbre del Pisga que mira hacia Jesimón.

21 Entonces Israel envió mensajeros a Sehón, rey de los Amorreos, diciendo: 22 Quiero pasar por tu tierra. No nos apartaremos del camino a los campos ni a las viñas, ni beberemos agua de ningún pozo: por el camino real iremos hasta que hayamos pasado tus términos. 23 Mas no quiso Sehón permitir que Israel pasase por su territorio; antes bien, reuniendo Sehón a todo su pueblo, salió al desierto al encuentro de Israel; y vino hasta Jahaz, donde peleó contra Israel. 24 Mas Israel le hirió a filo de espada, y posesionóse de su tierra, desde el Arnón hasta el Jaboe, es decir, hasta los hijos de Ammón; porque era fuerte la frontera de los hijos de Ammón. 25 Y tomó Israel todas estas ciudades; y habitó Israel en todas las ciudades de los Amorreos, en Hesbón y en todas sus aldeas. 26 Porque Hesbón era la ciudad de Sehón, rey amorreo, el cual había peleado contra el anterior rey de Moab, y había quitado de su mano toda su tierra hasta el Arnón. 27 Por tanto dicen los cancionistas: Venid a Hesbón; edifíquese y establézcase la ciudad de Sehón. 28 Porque salió fuego de Hesbón, y una llama de la plaza fuerte de Sehón, que ha devorado a Ar de Moab, a los señores de las alturas del Arnón. 29 ¡Ay de tí, Moab! eres destruído, oh pueblo de Cemos, el cual entregó sus hijos a la fuga, y sus hijas al cautiverio, en mano de Sehón, rey amorreo. 30 Hémoslos asaeteado; Hesbón ha sido destruído hasta Dibón, y hémosle asolado hasta Nofa; asolamiento que alcanza hasta Medeba. 31 Así vino a habitar Israel en la tierra de los Amorreos.

32 Entonces Moisés envió a reconocer a Jazer; y tomaron sus aldeas, y desposeyeron a los Amorreos que allí había. 33 Luego volvieron, y subieron por el camino del Basán. Y salió Og, rey del Basán, a encontrarlos en batalla, él y todo su pueblo, en Edrei. 34 Mas Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo; porque a él y a todo su pueblo y su tierra los he entregado en tu mano. Y harás con él como hiciste con Sehón, rey amorreo, que habitaba en Hesbón. 35 En efecto, hiriéronlo a él y a sus hijos y a todo su pueblo, hasta no quedar de él quien escapase; y tomaron posesión de su tierra.

Capítulo 22

1 ENTONCES levantaron el campamento los hijos de Israel, y volvieron a acampar en los llanos de Moab, de este lado del Jordán, frente a Jericó. 2 Y Balac hijo de Zipor vió todo lo que había hecho Israel al Amorreo; 3 y atemorizóse Moab en gran manera a causa del pueblo, porque era mucho; y Moab estaba perturbado con motivo de los hijos de Israel. 4 Entonces dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora esta multitud lamerá cuanto está en derredor nuestro, cual lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era rey de Moab a la sazón. 5 Envió pues mensajeros a Balaam hijo de Beor, hasta Petor, (que está sobre el río Eufrates), hasta la tierra de los hijos de su pueblo, para llamarle, diciendo: He aquí un pueblo que acaba de salir de Egipto; he aquí que cubre la haz de la tierra; y están asentados enfrente de mí. 6 Ahora pues, ruégote vengas y me maldigas a esta gente, porque es demasiado fuerte para mí; quizás así prevaleceré, y podremos batirla, y lograré arrojarla del país: porque sé que aquel que tú bendijeres es bendito, y aquel que tú maldijeres es maldito.

7 Fueron pues los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, con las recompensas de la adivinación en su mano; y llegando a donde estaba Balaam, le refirieron las palabras de Balac. 8 Y él les dijo: Pasad la noche aquí, y os traeré respuesta según me hablare Jehová. Quedáronse pues los príncipes con Balaam. 9 Entonces vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Quiénes son estos hombres que están contigo? 10 Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme: 11 He aquí un pueblo salido de Egipto, y que cubre la haz de la tierra. Ahora pues ven, maldícemele; quizás podré así pelear contra él y arrojarle del país. 12 Y dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos; no has de maldecir al pueblo, porque es bendito. 13 Levantóse pues Balaam por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: Id a vuestra tierra; porque Jehová rehusa permitirme ir con vosotros. 14 Y levantándose los príncipes de Moab, volvieron a Balac, y le dijeron: rehusó Balaam venir con nosotros.

15 Entonces Balac tornó a enviar otros príncipes a Balaam, en mayor número y más distinguidos que aquellos; 16 los cuales llegado que hubieron, le dijeron: Así dice Balac hijo de Zipor: Ruégote no permitas que ninguna cosa te estorbe de venir a mí; 17 porque te honraré con muy grandes honores, y todo lo que me dijeres lo haré. Ahora pues ruégote que vengas y me maldigas a esta gente. 18 Pero Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aun cuando Balac me diere su casa llena de plata y de oro, no podré traspasar la palabra de Jehová mi Dios, para hacer cosa alguna, ni chica ni grande. 19 Ahora pues, ruégoos os quedéis aquí, vosotros también, esta noche, para que yo sepa qué más me dice Jehová.

20 Y vino Dios de noche a Balaam, y le dijo: Si a llamarte han venido aquellos hombres, levántate, vé con ellos; mas solamente lo que yo te dijere has de hacer. 21 Levantóse pues Balaam por la mañana, y aparejó su asna, y fué con los príncipes de Moab. 22 Pero encendióse la ira de Dios por cuanto él se iba; y colocóse el Ángel de Jehová en el camino para oponérsele. Y él iba montado sobre su asna, y dos mozos suyos le acompañaban. 23 Y el asna vió al Ángel de Jehová puesto de pie en mitad del camino, con su espada desenvainada en la mano; por lo cual desvióse el asna del camino, y, se iba por el campo. Y Balaam dió de palos al asna para hacerla volver al camino. 24 Entonces el Ángel se puso en una senda angosta entre las viñas, con una pared de un lado y otra pared del otro. 25 Y cuando el asna vió al Ángel de Jehová, apretóse contra la pared, y apretó el pie de Balaam contra la pared; y él volvió a darle de palos. 26 Y el Ángel de Jehová pasó adelante otra vez aún, y se puso en un lugar tan estrecho que no había espacio para ladearse ni a la derecha ni a la izquierda. 27 Y como viese el asna al Ángel de Jehová, cayó en tierra debajo de Balaam. Encendióse entonces la ira de Balaam, e hirió al asna con su báculo. 28 En esto abrió Dios la boca del asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, para que me dieses de palos estas tres veces? 29 Y Balaam respondió al asna: Porque has querido hacer burla de mí. ¡Ojalá hubiera en mi mano alguna espada, que ahora mismo te mataría! 30 Preguntó pues el asna a Balaam: ¿Acaso no soy yo tu asna, en que has cabalgado desde que soy tuya hasta ahora? ¿He solido por ventura hacer contigo de esta manera? Y él respondió: No. 31 Entonces Jehová quitó el velo de los ojos de Balaam, de modo que vió al Ángel de Jehová puesto de pie en mitad del camino, con su espada desenvainada en la mano; e inclinó la cabeza y postróse sobre su rostro. 32 Y le dijo el Ángel: ¿Por qué has dado de palos a tu asna estas tres veces? He aquí que yo había salido para ponerme en contra de ti, porque tu camino es perverso delante de mí; 33 pero me vió el asna y desvióse de mi presencia estas tres veces. Si ella no se hubiera desviado de mi presencia, cierto que yo te hubiera matado, y a ella dejara con vida. 34 Y respondió Balaam: Yo he pecado: golpeé la bestia porque no sabía que tú te habías apostado contra mí en el camino. Mas ahora si te parece mal, yo me volveré. 35 Pero el Ángel de Jehová dijo a Balaam: Vé con los hombres; sin embargo no has de hablar otra cosa sino lo que yo te dijere. Fué pues Balaam con los príncipes de Balac.

36 Y cuando Balac oyó decir que venía Balaam, salióle a recibir en Irmoab, situada en el término del Arnón, que estaba en lo más remoto de su territorio. 37 Y dijo Balac a Balaam: ¿Acaso no envié a ti con urgencia para llamarte? ¿Por qué pues no viniste a mí? ¿No es cierto que yo puedo honrarte? 38 Y respondió Balaam a Balac: He aquí, he venido a ti; ¿acaso podré yo ahora decir algo? La palabra que pusiere Dios en mi boca esa tengo de hablar.

39 Y fué Balaam con Balac, y vinieron a Kiryat-huzot. 40 Entonces sacrificó Balac novillos y ovejas; y envió a convidar a Balaam y a los príncipes que estaban con él. 41 Y aconteció que al otro día, tomando Balac a Balaam, hízole subir a Bamot-baal, de donde divisó la totalidad del pueblo.

Capítulo 23

1 ENTONCES dijo Balaam a Balac: Edifícame aquí siete altares, y tenme prevenidos aquí siete novillos y siete carneros. 2 E hizo Balac como había dicho Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un novillo y un carnero sobre cada altar. 3 Luego Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, en tanto que yo me vaya; por si acaso Jehová viniere a mi encuentro: y cualquiera cosa que él me revelare, te lo avisaré. Se fué pues al páramo. 4 Y vino Jehová a encontrar a Balaam, y éste le dijo: Los siete altares ya los he arreglado, y he ofrecido un novillo y un carnero en cada altar. 5 Y Jehová puso palabra en boca de Balaam, y dijo: Vuelve a Balac, y así le hablarás.

6 En efecto volvió a él, y he aquí que estaba colocado junto a su holocausto, él con todos los príncipes de Moab. 7 Entonces Balaam entonó su canción, y dijo: Desde Aram me ha traído Balac, el rey de Moab, desde las montañas de Oriente, diciendo: ¡Ven, maldíceme a Jacob, y, ven, derrama tus imprecaciones sobre Israel! 8 ¿Cómo maldeciré a quien no ha maldecido Dios? ¿y cómo derramaré imprecaciones donde no las ha derramado Jehová? 9 Que desde la cúspide de las peñas le veo, y desde las alturas le estoy contemplando: he aquí que este pueblo habitará solo, y entre las demás naciones no será contado. 10 ¿Quién computó jamás el polvo de Jacob, ni siquiera el número de la cuarta parte de Israel? ¡Muera yo de la muerte de los justos, y sea mi postrimería como la suya! 11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué has hecho por mí? ¡Para maldecir a mis enemigos te llamé, y he aquí que tú les has colmado de bendiciones! 12 Mas él respondió, diciendo: ¿Acaso no tengo que poner cuidado en no hablar sino lo que Jehová pusiere en mi boca?

13 Balac pues le dijo: Ruégote que vengas conmigo a otro sitio, desde donde podrás ver al pueblo; no verás sino el cabo de él, que no le verás todo; y maldícemele desde allí. 14 Le llevó entonces al campo de los Atalayas, a la cumbre del Pisga; y edificó allí siete altares, y ofreció un novillo y un carnero sobre cada altar. 15 Y él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, mientras yo procure encontrarme con El allá. 16 Y vino Dios a encontrar a Balaam, y poniendo palabra en su boca, dijo: Vuelve a Balac, y así le dirás. 17 Volvió pues a él; y he aquí que estaba colocado junto a su holocausto, y los príncipes de Moab con él. Y le dijo Balac: ¿Qué te ha dicho Jehová? 18 Entonces él entonó su canción, y dijo: ¡Levántate, Balac, y oye; préstame atención, oh hijo de Zipor! 19 Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de Adam, para que mude de propósito. ¿Ha dicho él, y acaso no lo hará? ¿o ha hablado, y dejará de cumplir su palabra? 20 He aquí que yo he recibido comisión para bendecir; sí, él ha bendecido, y no podré yo revocarlo. 21 Él no ha reparado la iniquidad en Jacob, y no ha mirado la perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él; y en medio de él suenan vítores de rey. 22 Es Dios quien le saca de Egipto; tiene Israel como la fortaleza del uro. 23 Que no hay hechizo contra Jacob, ni hay adivinación contra Israel. A su tiempo será dicho de Jacob y de Israel: ¡Mirad lo que ha hecho Dios! 24 He aquí que el pueblo como leona se levantará, y cual león se ensalzará en poder: no se acostará hasta que comiere de la presa, y bebiere de la sangre de los degollados. 25 Entonces dijo Balac a Balaam: ¡Ni le maldigas, ni tampoco le bendigas! 26 Pero Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te hablé yo diciendo: Todo cuanto hablare Jehová eso tengo de hacer?

27 Dijo entonces Balac a Balaam: Ven pues, que te llevaré a otro sitio, por si acaso pluguiere a Dios me le maldigas desde allí. 28 Balac entonces llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que domina la extensión de Jesimón. 29 Y dijo Balaam a Balac: Edifícame aquí siete altares, y tenme prevenidos aquí siete novillos y siete carneros. 30 E hizo Balac según le había dicho Balaam, y ofreció un novillo y un carnero sobre cada altar.

Capítulo 24

1 EMPERO como hubiese ya visto Balaam que era del agrado de Jehová bendecir a Israel, no se fué, como las otras veces, a buscar maleficios, sino que fijó su rostro, mirando hacia el desierto. 2 Luego alzó Balaam los ojos, y vió a Israel acampado conforme a sus tribus; y estuvo sobre él el Espíritu de Dios; 3 entonó pues su canción, y dijo: Dice Balaam hijo de Beor, y dice el varón cuyos ojos están abiertos, 4 dice el que oye los dichos de Dios, aquel que ve visión del Todopoderoso, caído en éxtasis, y que tiene quitado el velo de los ojos: 5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, oh Israel! 6 Como los valles, están extendidas, como las huertas junto al río; como lináloes que ha plantado Jehová, como los cedros junto a las aguas. 7 El agua fluye perennemente de sus arcaduces; su simiente será sembrada en muchas aguas; también su Rey se ensalzará más que Agag, y será encumbrado su reino. 8 Es Dios quien le saca de Egipto; tiene Israel fuerzas como de uro: devorará las naciones, sus adversarios, y les desmenuzará los huesos, y con sus saetas los atravesará. 9 Se agachó, se acostó como león, y cual leona; ¿quién osará despertarle? ¡Sean benditos los que te bendicen, y malditos los que te maldicen!

10 Encendióse entonces la ira de Balac contra Balaam; y batiendo las manos, dijo Balac a Balaam: ¡Para maldecir a mis enemigos te llamé, y he aquí que tú los has colmado de bendiciones estas tres veces! 11 Huye pues ahora a tu lugar: yo pensaba promoverte a grandes honores, mas he aquí que Jehová te ha retraído del honor. 12 Entonces Balaam respondió a Balac: ¿Por ventura no hablé a tus mensajeros también, a quienes enviaste a mí, diciendo: 13 Aun cuando Balac me diere su casa llena de plata y de oro, no podré traspasar la palabra de Jehová, para hacer de mi propio arbitrio cosa buena ni mala; sino que lo que hablare Jehová eso tengo que decir? 14 Y ahora, he aquí, ya me voy a mi pueblo; ven pues, que te avisaré lo que este pueblo hará a tu pueblo en los días venideros. 15 Luego entonó su canción, y dijo: Dice Balaam hijo de Beor, y dice el varón cuyos ojos están abiertos, 16 dice el que oye los dichos de Dios, y entiende la ciencia del Altísimo, aquel que ve visión del Todopoderoso, caído en éxtasis, y que tiene quitado el velo de los ojos: 17 ¡Le estoy viendo, mas no es de ahora, le estoy mirando, mas no en tiempos cercanos: de Jacob ha salido una ESTRELLA, y de Israel se ha levantado un CETRO, que hiere los costados de Moab, y destruye a todos los hijos de tumulto! 18 Y Edom se ha hecho posesión suya, sí, Seir se ha hecho posesión de sus enemigos; en tanto que Israel hace proezas. 19 Pues que ya domina UNO del linaje de Jacob, el cual ha hecho destruir los restos de Ir-moab.

20 Luego mirando a Amalec, entonó su canción, y dijo: ¡La primera de las naciones era Amalec, mas su fin será eterna perdición!

21 Mirando entonces al Cineo, entonó su canción, y dijo: Fuerte es tu morada, y colocado en la peña está tu nido; 22 sin embargo el Cineo se irá consumiendo, hasta tanto que Asur te lleve cautivo.

23 Volvió a entonar su canción, y dijo: ¡Ay! ¿quién podrá vivir cuando Dios hiciere esto? 24 pues vendrán galeras de las costas de Kitim, que afligirán a Asur, afligirán también a Heber; pero él asimismo vendrá a perdición!

25 En seguida, levantóse Balaam y se fué, y volvió a su lugar; y Balac también se fué por su camino.

Capítulo 25

1 Y MIENTRAS habitaba Israel en Sitim, comenzó el pueblo a cometer fornicación con las hijas de Moab. 2 Porque éstas convidaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y comió el pueblo, y postróse ante los dioses de ellas. 3 Por manera que Israel entregóse a Baal-peor; y encendióse la ira de Jehová contra Israel. 4 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los jefes del pueblo, y ahórcalos delante del sol, en desagravio a Jehová, para que la ardiente ira de Jehová se aparte de Israel. 5 También Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad vosotros cada cual a aquellos de los suyos que se han entregado a Baal-peor. 6 En esto, he aquí un hombre de los hijos de Israel el cual venía trayendo a sus hermanos una mujer madianita, a vista de Moisés y a vista de toda la Congregación de los hijos de Israel, estando ellos llorando a la entrada del Tabernáculo de Reunión. 7 Y como viese esto Finees, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, levantóse de en medio de la Congregación, y tomando una lanza en la mano, 8 entró en el pabellón de lascivia tras el hombre de Israel, y atravesó a entrambos, al hombre de Israel y a la mujer, cosiéndole a él al vientre de ella: con lo cual se detuvo la plaga que asolaba a los hijos de Israel. 9 Y fueron los muertos en aquella plaga veinte y cuatro mil personas.

10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 11 Finees, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho volver mi ardiente indignación de en contra de los hijos de Israel, por cuanto ardió en celo por mi causa en medio de ellos, de manera que yo no acabé con los hijos de Israel en el ardor de mis celos. 12 Por tanto diles; He aquí que yo le doy a él mi pacto de paz; 13 el cual será para él, y para sus descendientes después de él, pacto de sacerdocio perdurable; por cuanto él fué celoso por su Dios, y puso a cubierto a los hijos de Israel. 14 Y el israelita que fué muerto, el que fué muerto con la madianita, era llamado Zimri, hijo de Salú, príncipe de una casa paterna de los Simeonitas. 15 Y el nombre de la mujer madianita que fué muerta, era Cozbi, hija de Zur; el cual era jefe de pueblos, príncipe de una casa paterna en Madián.

16 Entonces habló Jehová a Moisés, diciendo: 17 Hostilizad a los Madianitas, y heridlos; 18 porque ellos os hostilizan con sus ardides, con los cuales os engañaron en el asunto de Baal-peor, y en el asunto de Cozbi, hija del príncipe de Madián, hermana de ellos, la cual fué muerta en el día de la plaga ocurrida con motivo de Baal-peor.

Capítulo 26

1 Y ACONTECIÓ, después de aquella plaga, que habló Jehová a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, diciendo: 2 Tomad el censo de toda la Congregación de los hijos de Israel, de edad de veinte años arriba, por sus casas paternas; todos los que pueden salir a la guerra en Israel. 3 Entonces Moisés y Eleazar, el sumo sacerdote, hablaron con ellos, en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: 4 Contad al pueblo salido de la tierra de Egipto, de edad de veinte años arriba, como ha mandado Jehová a Moisés y a los hijos de Israel.

5 Rubén, primogénito de Israel: los hijos de Rubén: De Enoc, la parentela de los Enoquitas; de Fallú, la parentela de los Falluítas; 6 de Hesrón, la parentela de los Hesronitas; de Carmi, la parentela de los Carmitas. 7 Estas son las parentelas de los Rubenitas; y los alistados de ellos fueron cuarenta y tres mil setecientos treinta. 8 Y los hijos de Fallú, Eliab. 9 Y los hijos de Eliab, Nemuel, y Datán y Abiram. Estos fueron aquel Datán y aquel Abiram, hombres escogidos de la Congregación, que contendieron contra Moisés y Aarón, en la facción de Coré, cuando ellos contendieron contra Jehová; 10 y la tierra abrió su boca, y los tragó a ellos y a Coré, criando murieron los de aquella facción, al mismo tiempo que devoró el fuego a doscientos cincuenta hombres, los cuales fueron hechos escarmiento. 11 Mas los hijos de Coré no murieron.

12 Los hijos de Simeón, por sus parentelas: De Nemuel, la parentela de los Nemuelitas; de Jaquín, la parentela de los Jaquinitas; 13 de Zera, la parentela de los Zeraítas; de Saúl, la parentela de los Saulitas. 14 Estas son las parentelas de los Simeonitas, veinte y dos mil doscientos.

15 Los hijos de Gad, por sus parentelas: De Zefón, la parentela de los Zefonitas; de Hagui, la parentela de los Haguitas; de Suni, la parentela de los Sunitas; 16 de Ozni, la parentela de los Oznitas; de Eri, la parentela de los Eritas; 17 de Arod, la parentela de los Aroditas; de Areli, la parentela de los Arelitas. 18 Estas son las parentelas de los hijos de Gad, conforme a los alistados de ellos, cuarenta mil quinientos.

19 Los hijos de Judá: Er y Onán; pero murieron Er y Onán en la tierra de Canaán. 20 De modo que fueron los hijos de Judá, por sus parentelas: De Sela, la parentela de los Selanitas; de Farés, la párentela de los Faresitas; de Zara, la parentela de los Zaritas. 21 Y fueron los hijos de Farés: De Hezrón, la parentela de los Hezronitas; de Hamuel, la parentela de los Hamuelitas. 22 Estas son las parentelas de Judá, conforme a los alistados de ellos, setenta y seis mil quinientos.

23 Los hijos de Isacar, por sus parentelas: De Tola, la parentela de los Tolaítas; de Pua, la parentela de los Punitas; 24 de Jasub, la parentela de los Jasubitas; de Simrón, la parentela de los Simronitas. 25 Estas son las parentelas de Isacar, conforme a los alistados de ellos, sesenta y cuatro mil trescientos.

26 Los hijos de Zabulón, por sus parentelas: De Sered, la parentela de los Sereditas; de Elón, la parentela de los Elonitas; de Jahleel, la parentela de los Jahleelitas. 27 Estas son las parentelas de los Zabulonitas, conforme a los alistados de ellos, sesenta mil quinientos.

28 Los hijos de José, por sus parentelas: Manasés y Efraim. 29 Los hijos de Manasés: De Maquir, la familia de los Maquiritas. Y Maquir engendró a Galaad: De Galaad, la familia de los Galaaditas. 30 Estos son los hijos de Galaad: De Jezer, la parentela de los Jezeritas; de Helec, la parentela de los Helecitas; 31 y de Asriel, la parentela de los Asrielitas; y de Siquem, la parentela de los Siquemitas; 32 y de Semida, la parentela de los Semidaítas; y de Hefer, la parentela de los Heferitas. 33 Pero Zelofehad, hijo de Hefer, no tuvo hijos sino hijas; y los nombres de las hijas de Zelofehad fueron Maala y Noa, Hogla, Milca y Tirsa. 34 Estas son las parentelas de Manasés; y fueron los alistados de ellos cincuenta y dos mil setecientos.

35 Estos son los hijos de Efraim, por sus parentelas: De Sutela, la parentela de los Sutelaítas; de Bequer, la parentela de los Bequeritas; de Tahán, la parentela de los Tahanitas. 36 Estos también son de Sutela: De Erán, la parentela de los Eranitas. 37 Estas son las parentelas de los hijos de Efraim, conforme a los alistados de ellos, treinta y dos mil quinientos. Éstos son los hijos de José, por sus parentelas.

38 Los hijos de Benjamín, por sus parentelas: De Bela, la parentela de los Belaítas; de Asbel, la parentela de los Asbelitas; de Ahiram, la parentela de los Ahiramitas; 39 de Sufam, la parentela de los Sufamitas; de Hufam, la parentela de los Hufamitas. 40 Y los hijos de Bela fueron Ard y Naamán: De Ard, la parentela de los Arditas; de Naamán, la parentela de los Naamanitas. 41 Éstos son los hijos de Benjamín, por sus parentelas; y los alistados de ellos fueron cuarenta y cinco mil seiscientos.

42 Estos son los hijos de Dan, por sus parentelas: De Suham, la parentela de los Suhamitas. Estas son las parentelas de Dan, por sus parentelas. 43 Todas las parentelas de los Suhamitas, conforme a los alistados de ellos, ascendieron a sesenta y cuatro mil cuatrocientos hombres.

44 Los hijos de Aser, por sus parentelas: De Imna, la parentela de los Imnitas; de Isvi, la parentela de los Isvitas; de Bería, la parentela de los Beritas. 45 De los hijos de Bería: De Heber, la parentela de los Heberitas; de Malquiel, la parentela de los Malquielitas: 46 y el nombre de la hija de Aser fué Sera. 47 Estas son las parentela de los hijos de Aser, conforme a los alistados de ellos, es a saber, cincuenta y tres mil cuatrocientos hombres.

48 Los hijos de Neftalí, por sus parentelas: De Jahziel, la parentela de los Jahzielitas; de Guni, la parentela de los Gunitas; 49 de Jezer, la parentela de los Jezeritas; de Silem, la parentela de los Silemitas. 50 Estas son las parentelas de Neftalí, por sus parentelas; y los alistados de ellos fueron cuarenta y cinco mil cuatrocientos. 51 Estos fueron los alistados de los hijos de Israel, seiscientos y un mil setecientos treinta.

52 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 53 Entre éstos será repartida la tierra por herencia, según este censo de los nombres. 54 A la tribu grande darás mayor herencia, y a la pequeña darás menos herencia: a cada una, a proporción de los alistados de ella, se le dará su herencia. 55 Pero por suerte será repartida la tierra; conforme a los nombres de las tribus de sus padres, la han de heredar. 56 Por la decisión de la suerte será repartida a cada tribu su herencia, según sea grande o pequeña.

57 Estos también son los contados de Leví, por sus parentelas: De Gersón, la familia de los Gersonitas; de Coat, la familia de los Coatitas; de Merarí, la familia de los Meraritas. 58 Estas son las parentelas de los Levitas: La parentela de los Libnitas; la parentela de los Hebronitas; la parentela de los Mahlitas; la parentela de los Musitas; la parentela de los Coritas. Y Coat engendró a Amram. 59 Y el nombre de la mujer de Amram fué Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto. Y ella de Amram parió a Aarón, a Moisés y a María, hermana de ellos. 60 Y a Aarón le nacieron Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar. 61 Pero murieron Nadab y Abiú cuando ofrecieron un fuego extraño ante la presencia de Jehová. 62 Y fueron los contados de los Levitas veinte y tres mil, es decir, todos los varones de un mes arriba; porque no fueron contados entre los demás hijos de Israel; pues que no se les había de dar herencia entre los hijos de Israel.

63 Éstos fueron pues los contados por Moisés y Eleazar, el sumo sacerdote, los cuales contaron a los hijos de Israel en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 64 Y entre todos estos no había hombre alguno de los contados anteriormente por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí: 65 porque acerca de ellos había dicho Jehová: Morirán irremisiblemente en el desierto. En efecto, no quedó ni uno de ellos, salvo Caleb hijo de Jefone, y Josué hijo de Nun.

Capítulo 27

1 ENTONCES se acercaron las hijas de Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés, hijo de José; (y estos fueron los nombres de sus hijas: Maala y Noa, y Hogla y Milca y Tirsa); 2 y se presentaron delante de Moisés y de Eleazar el sacerdote, y delante de todos los príncipes de toda la Congregación, a la entrada del Tabernáculo de Reunión, diciendo: 3 Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en el motín de los que se juntaron contra Jehová, en el séquito de Coré; sino que murió en su propio pecado, y no tuvo hijos varones. 4 ¿Por qué ha de ser borrado el nombre de nuestro padre de en medio de su parentela, por no haber tenido hijo varón? Danos a nosotras herencia entre los hermanos de nuestro padre. 5 Y Moisés presentó la causa de ellas delante de Jehová.

6 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: 7 Dicen bien las hijas de Zelofehad; ciertamente les darás posesión de herencia en medio de los hermanos de su padre, haciendo pasar la herencia de su padre a ellas. 8 Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: Siempre que alguno muriere sin tener hijo varón, haréis pasar su herencia a su hija. 9 Y si no tuviere hija, daréis su herencia a sus hermanos. 10 Y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su padre. 11 Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia al más cercano pariente suyo, uno de su linaje, y éste la poseerá. Y será esto un principio de derecho; como ha mandado Jehová a Moisés.

12 Y dijo Jehová a Moisés: Sube a este monte Abarim, y mira la tierra que he dado a los hijos de Israel; 13 y cuando la hayas visto, tú también serás agregado a tu pueblo, como fué agregado Aarón tu hermano; 14 por cuanto fuisteis rebeldes a mis órdenes en el desierto de Zin, en aquella contienda de la Congregación, no santificándome delante de los ojos de ellos, en el asunto de las aguas. Estas son las aguas de Meriba-cades, en el desierto de Zin.

15 Entonces Moisés habló a Jehová, diciendo: 16 Nombre Jehová, el Dios de los espíritus de toda carne, un hombre que esté sobre la Congregación, 17 que salga delante de ellos, y que entre delante de ellos, y que los haga a ellos salir y entrar; para que no sea la Congregación de Jehová como ovejas que no tienen pastor. 18 Por lo cual Jehová dijo a Moisés: Toma contigo a Josué hijo de Nun, hombre en quien está el Espíritu, y pon tu mano sobre él. 19 Luego le presentarás delante de Eleazar sumo sacerdote, y delante de toda la Congregación, y le darás el cargo delante de ellos. 20 Y pondrás parte de tu honra sobre él, a fin de que le obedezca toda la Congregación de los hijos de Israel. 21 Y él se presentará delante de Eleazar el sacerdote, quien inquirirá por él, por medio del Urim, delante de Jehová. Por su respuesta ha de salir, y por su respuesta ha de entrar, así él como todos los hijos de Israel juntamente con él; es decir, toda la Congregación. 22 E hizo Moisés como le había mandado Jehová; pues tomó a Josué y le presentó delante de Eleazar el sacerdote, y delante de toda la Congregación; 23 y puso sobre él sus manos, y le dió el cargo; como había ordenado Jehová por conducto de Moisés.

Capítulo 28

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel, y diles: Cuidaréis de presentar mis oblaciones en sus tiempos señalados, el pábulo de mis ofrendas encendidas, de olor grato. 3 Y les dirás: Estas son las ofrendas encendidas que presentaréis a Jehová: Dos corderos del primer año, sin tacha, día por día, como holocausto perpetuo. 4 Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde, 5 con la décima parte de un efa de flor de harina, mezclada con la cuarta parte de un hin de aceite batido, por ofrenda vegetal. 6 Es holocausto continuo, que fué ordenado en el monte Sinaí, por sacrificio de olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 7 Y su libación, será la cuarta parte de un hin de vino, por cada cordero. En el recinto del Santuario harás derramar libaciones de licor fermentado a Jehová. 8 Y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde: conforme a la ofrenda vegetal de la mañana, y conforme a su libación, has de ofrecer éste; ofrenda encendida de olor grato a Jehová.

9 Asimismo en el día del sábado ofreceréis dos corderos sin tacha del primer año, con dos décimas partes de un efa de flor de harina mezclada con aceite, por ofrenda vegetal, juntamente con su libación. 10 Este será el holocausto de cada sábado, además del holocausto continuo y su libación.

11 Asimismo al principio de vuestros meses presentaréis en holocausto a Jehová dos novillos jóvenes y un carnero, con siete corderos del primer año, sin tacha; 12 y tres décimas de un efa de flor de harina mezclada con aceite, como ofrenda vegetal, por cada novillo; y dos décimas de flor de harina mezclada con aceite, como ofrenda vegetal, por el carnero; 13 y una décima de flor de harina mezclada con aceite, como ofrenda vegetal, por cada cordero; holocausto es de olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 14 Y sus libaciones serán la mitad de un hin de vino por cada novillo, y la tercera parte de un hin por el carnero, y la cuarta parte de un hin por cada cordero. Esto será el holocausto de cada nueva luna en su mes, por todos los meses del año: 15 presentaréis también a Jehová un macho cabrío para ofrenda por el pecado. Se ofrecerá esto además del holocausto continuo y su libación.

16 Asimismo en el mes primero; a los catorce días del mes, se celebrará la Pascua a Jehová. 17 Y en el día quince de este mes habrá una fiesta solemne: por siete días habéis de comer panes ázimos. 18 En el día primero tendréis una convocación santa; ningún trabajo servil habéis de hacer. 19 Y presentaréis por ofrenda encendida, en holocausto a Jehová, dos novillos jóvenes y un carnero y siete corderos del primer año, (sin tacha serán), 20 con sus ofrendas vegetales de flor de harina mezclada con aceite. Tres décimas de un efa ofreceréis por cada novillo, y dos décimas por el carnero, 21 y una décima ofrecerás por cada uno de los siete corderos: 22 también un macho cabrío como ofrenda por el pecado, para hacer expiación por vosotros. 23 Ofreceréis éstos, además del holocausto de la mañana, que es el holocausto continuo. 24 Del mismo modo lo ofreceréis diariamente durante siete días; pábulo es de las ofrendas encendidas, de olor grato a Jehová: se ha de ofrecer esto además del holocausto continuo y su libación. 25 Y en el día séptimo tendréis otra convocación santa; ningún trabajo servil habéis de hacer.

26 Asimismo en el día de los primeros frutos, cuando ofrecéis ofrenda vegetal nueva a Jehová, en vuestra fiesta de las Semanas, tendréis una convocación santa; ningún trabajo servil haréis. 27 Y presentaréis en olor grato a Jehová dos novillos jóvenes, un carnero, y siete corderos del primer año; 28 con sus ofrendas vegetales de flor de harina mezclada con aceite: tres décimas de un efa por cada novillo, dos décimas por el carnero, 29 y una décima por cada uno de los siete corderos: 30 un macho cabrío también para hacer expiación por vosotros; 31 además del holocausto continuo y su ofrenda vegetal, los habéis de ofrecer, (sin tacha serán), con sus libaciones.

Capítulo 29

1 ASIMISMO en el mes séptimo, al primero del mes, tendréis una convocación santa; ningún trabajo servil haréis; os será día de tocar trompetas. 2 Y ofreceréis en holocausto de olor grato a Jehová, un novillo joven, un carnero, siete corderos del primer año, sin tacha, 3 con sus ofrendas vegetales de flor de harina mezclada con aceite: tres décimas de un efa por el novillo, dos décimas por el carnero, 4 y una décima por cada uno de los siete corderos: 5 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, para hacer expiación por vosotros: 6 además del holocausto de la nueva luna y su ofrenda vegetal, y el holocausto continuo y su ofrenda vegetal; juntamente con sus libaciones, conforme al reglamento de ellas; por sacrificio de olor grato, ofrenda encendida a Jehová.

7 Asimismo el diez de este mes séptimo tendréis una convocación santa, y afligiréis vuestras almas; ninguna clase de trabajo haréis. 8 Y presentaréis en holocausto a Jehová, como sacrificio de olor grato, un novillo joven, un carnero, siete corderos del primer año, (sin tacha serán), 9 y la ofrenda vegetal de ellos, de flor de harina mezclada con aceite: tres décimas de un efa por el novillo, dos décimas por el carnero, 10 y una décima por cada uno de los siete corderos: 11 un macho cabrío también como ofrenda por el pecado; además de la ofrenda por el pecado del Día de Expiación, y el holocausto continuo y su ofrenda vegetal, y las libaciones de ellos.

12 Asimismo el día quince del mes séptimo tendréis una convocación santa; ningún trabajo servil haréis; y guardaréis una fiesta solemne a Jehová por siete días. 13 Y presentaréis en holocausto, como ofrenda encendida de olor grato a Jehová, trece novillos jóvenes, dos carneros, catorce corderos del primer año, (sin tacha serán), 14 y la ofrenda vegetal de ellos de flor de harina mezclada con aceite: tres décimas de un efa por cada uno de los trece novillos, dos décimas por cada uno de los dos carneros, 15 y una décima por cada uno de los catorce corderos: 16 y un macho de cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo, y su ofrenda vegetal y su libación.

17 Y en el día segundo ofreceréis doce novillos jóvenes, dos carneros, catorce corderos del primer año, sin tacha; 18 y la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones, serán correspondientes a los novillos, a los carneros y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 19 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo y su ofrenda vegetal y sus libaciones.

20 Y en el día tercero ofreceréis once novillos, dos carneros, catorce corderos del primer año, sin tacha; 21 y la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones serán correspondientes a los novillos, a los carneros y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 22 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo, y su ofrenda vegetal y su libación.

23 Y en el día cuarto ofreceréis diez novillos, dos carneros, catorce corderos del primer año, sin tacha; 24 y la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones serán correspondientes a los novillos, a los carneros, y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 25 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo, su ofrenda vegetal y su libación.

26 Y en el día quinto ofreceréis nueve novillos, dos carneros, catorce corderos del primer año, sin tacha; 27 y la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones serán correspondientes a los novillos, a los carneros y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 28 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo, su ofrenda vegetal y su libación.

29 Y en el día sexto ofreceréis ocho novillos, dos carneros, catorce corderos del primer año, sin tacha; 30 y la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones serán correspondientes a los novillos, a los carneros y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 31 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo, su ofrenda vegetal y sus libaciones.

32 Y en el día séptimo ofreceréis siete novillos, dos carneros, catorce corderos del primer año, sin tacha; 33 y la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones serán correspondientes a los novillos, a los carneros y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 34 y un macho cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo, su ofrenda vegetal y su libación.

35 En el día octavo tendréis la asamblea más solemne; ningún trabajo servil haréis. 36 Y presentaréis en holocausto, como ofrenda encendida de olor grato a Jehová, un novillo, un carnero, siete corderos del primer año, sin tacha; 37 la ofrenda vegetal de ellos y sus libaciones serán correspondientes al novillo, al carnero y a los corderos, según el número de ellos, conforme al reglamento: 38 y un macho de cabrío como ofrenda por el pecado; además del holocausto continuo y su ofrenda vegetal y su libación.

39 Estos sacrificios ofreceréis a Jehová en vuestras fiestas solemnes; además de vuestros votos y vuestras ofrendas voluntarias, constando de vuestros holocaustos, vuestras ofrendas vegetales y vuestras libaciones, y de vuestros sacrificios pacíficos. 40 Y Moisés lo refirió a los hijos de Israel, conforme a todo lo que Jehová había mandado a Moisés.

Capítulo 30

1 Y MOISÉS habló a las cabezas de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado: 2 Cuando un hombre hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento para obligar su alma con algún entredicho, no ha de violar su palabra, antes hará conforme a todo lo que saliere de sus labios. 3 Empero la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, o se obligare con entredicho en casa de su padre, en su mocedad, 4 si su padre oyere su voto, o el entredicho con que ha obligado su alma, y su padre guardare silencio, subsistirán todos sus votos; y todo entredicho con que ha obligado su alma subsistirá. 5 Mas si su padre se lo vedare en el día que oyere hablar de ello, ninguno de sus votos ni de sus entredichos con que ha obligado su alma subsistirá; y Jehová se lo perdonará, por cuanto su padre se lo ha vedado. 6 Y si ella se casare mientras tuviere sobre sí sus votos, o alguna inconsiderada promesa de sus labios con que ha obligado su alma, 7 y lo oyere su marido, y guardare silencio en el día que lo oyere, entonces subsistirán sus votos; y sus entredichos con que ha obligado su alma subsistirán. 8 Mas si en el día que lo oyere su marido se lo vedare, quedará derogado su voto que ella tiene sobre sí y la inconsiderada promesa de sus labios con que ha obligado su alma; y Jehová se lo perdonará. 9 Empero el voto de viuda, o de repudiada, cualquiera que sea, con que haya obligado su alma, subsistirá contra ella. 10 Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, o hubiere obligado su alma con entredicho, por juramento, 11 y lo oyó su marido y guardó silencio, y no se lo vedó; entonces subsistirán todos sus votos; y cualquier entredicho con que obligó su alma subsistirá. 12 Mas si su marido lo derogó terminantemente en el día que oyó hablar de ello, ninguna cosa salida de los labios de ella respecto de sus votos, o respecto de obligar su alma, subsistirá: su marido los ha derogado, y Jehová se lo perdonará. 13 Todo voto, o todo entredicho que se impusiere con juramento, para afligir su alma, su marido lo puede confirmar, o su marido lo puede anular. 14 Mas si su marido guardare entero silencio de día en día, entonces él mismo confirma todos sus votos o todos sus entredichos que estuvieren sobre ella: los ha confirmado por lo mismo que guardó silencio en el día que oyó hablar de ellos. 15 Y si de cualquiera manera él los derogare después de haberlos oído callando, él llevará la iniquidad de ella. 16 Estos son los estatutos que mandó Jehová a Moisés, que deben regir entre el hombre y su mujer, y entre el padre y su hija, estando ésta todavía en su mocedad, en casa de su padre.

Capítulo 31

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo: 2 Venga a los hijos de Israel de los Madianitas; después de esto serás agregado a tu pueblo. 3 Moisés pues habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián, para ejecutar la venganza de Jehová contra Madián. 4 Mil hombres de cada tribu, de entre todas las tribus de Israel, enviaréis a la guerra. 5 Y fueron escogidos de entre los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil armados para la guerra. 6 De manera que los envió Moisés a la guerra, mil de cada tribu; enviólos a la guerra, a ellos y a Finees, hijo de Eleazar sumo sacerdote, llevando él en su mano los instrumentos santos, y las trompetas para tocar alarma. 7 E hicieron la guerra contra Madián, como había mandado Jehová a Moisés; y mataron a todos los varones. 8 Mataron también a los reyes de Madián, a más de los hombres suyos que mataron; a saber, Evi, y Requem, y Zur, y Hur, y Reba, cinco reyes de Madián: a Balaam también, hijo de Beor, le pasaron a cuchillo. 9 Pero los hijos de Israel tomaron cautivas a las mujeres de Madián y sus niños: hicieron presa también de todas sus bestias, y de todas sus posesiones de ganado, con todos sus haberes. 10 Asimismo quemaron a fuego todas las ciudades en que habitaban, y todos sus aduares. 11 Tomaron pues todo el despojo, y toda la presa así de personas como de bestias. 12 Y trajeron los cautivos y la presa y el despojo a Moisés y a Eleazar el sacerdote, y a la Congregación de los hijos de Israel, al campamento, en los llanos de Moab, que están junto al Jordán, frente a Jericó.

13 Entonces Moisés, y Eleazar el sacerdote, y todos los príncipes de la Congregación salieron a recibirlos, a las afueras del campamento. 14 Y Moisés estalló en indignación contra los oficiales del ejército, los jefes de miles y los jefes de cientos que volvían del servicio de la guerra. 15 Y les dijo Moisés: ¿Habéis guardado la vida a todas las mujeres? 16 He aquí que ellas, por consejo de Balaam, fueron motivo para que los hijos de Israel se apartaran traidoramente de Jehová, en el asunto de Baal-peor; de modo que hubo plaga entre la Congregación de Jehová. 17 Ahora pues, matad a todo varón entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido ayuntamiento de varón; 18 pero a todas las niñas que no han conocido ayuntamiento de varón las guardaréis vivas para vosotros. 19 Y quedaos vosotros fuera del campamento por siete días: todos los que hubiereis matado persona, y todos los que hubiereis tocado algún muerto, os limpiaréis del pecado en el día tercero, y en el día séptimo, así vosotros como vuestras cautivas. 20 Asimismo todo vestido, y todo ajuar de pieles, y toda obra de pelos de cabra, y todo utensilio de madera, los limpiaréis del pecado para vuestro uso.

21 Y dijo el sacerdote Eleazar a los hombres del ejército que habían ido a la guerra: Este es el mandamiento de la ley que Jehová ha mandado a Moisés. 22 Ciertamente el oro, y la plata, y el bronce, y el hierro, y el estaño, y el plomo, 23 en fin, toda cosa que aguanta el fuego, la haréis pasar por el fuego, y así quedará limpia, con tal que sea purificada con las aguas para la impureza; mas todo lo que no aguanta el fuego, lo haréis pasar por agua. 24 También lavaréis vuestros vestidos en el día séptimo, y así quedaréis limpios; y después de esto podréis entrar en el campamento.

25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 26 Haz el inventario de la presa, de lo que se ha cogido, así de personas como de bestias, tú con Eleazar el sacerdote y las cabezas de las casas paternas de la Congregación. 27 Y partirás la presa por mitad entre los que hicieron la guerra, saliendo a campaña, y toda la Congregación. 28 Y de parte de los hombres de guerra que salieron a campaña, tomarás para Jehová un tributo, es decir, un individuo de cada quinientos, así de personas como de ganado vacuno y de asnos y de ganado menor; 29 de la mitad que a ellos toca lo tomarás, y lo darás a Eleazar el sacerdote, como ofrenda a Jehová. 30 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel, tomarás, cual se presentare, uno de cada cincuenta; así de personas como de ganado vacuno y de asnos y de ganado menor, en fin, de todas las bestias; y lo darás a los Levitas, los que hacen la guardia de la Habitación de Jehová.

31 Y Moisés y Eleazar el sacerdote hicieron como Jehová había mandado a Moisés. 32 Y era la presa (además del botín que había saqueado para sí la gente del ejército), de ganado menor, setecientos setenta y cinco mil; 33 y de ganado vacuno, setenta y dos mil; 34 y de asnos, sesenta y un mil; 35 y de personas, de las mujeres que no habían conocido ayuntamiento de varón; todas las personas fueron treinta y dos mil. 36 Y la mitad que fué la porción de los que habían salido a campaña, llegaba al número de trescientos treinta y siete mil quinientos, de ganado menor; 37 de los cuales el tributo para Jehová era, de ganado menor, seiscientos setenta y cinco: 38 y de ganado vacuno, treinta y seis mil; de los cuales el tributo para Jehová era setenta y dos: 39 y de asnos, treinta mil quinientos, de los cuales el tributo para Jehová era sesenta y uno: 40 y de personas, diez y seis mil; de las cuales el tributo para Jehová era treinta y dos personas. 41 Y dió Moisés el tributo de la ofrenda de Jehová a Eleazar el sacerdote; como Jehová había mandado a Moisés.

42 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel, la cual Moisés había apartado, quitándola de los hombres que hicieron la guerra; 43 (la mitad que correspondía a la Congregación, era, de ganado menor, trescientos treinta y siete mil quinientos, 44 y de ganado vacuno, treinta y seis mil, 45 y de asnos, treinta mil quinientos, 46 y de personas, diez y seis mil); 47 de la mitad pues que era de los hijos de Israel tomó uno de cada cincuenta, según se presentaba, así de las personas como de las bestias; y los dió a los Levitas, que hacían la guardia de la Habitación de Jehová; como Jehová había mandado a Moisés.

48 Entonces se llegaron a Moisés los oficiales, que habían tenido el mando de los millares del ejército, los jefes de miles y los jefes de cientos; 49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado la cuenta de los hombres de guerra que estaban a nuestras órdenes, y no falta ni uno de nosotros. 50 Por lo cual presentamos como oblación a Jehová, cada uno de lo que ha cogido en alhajas de oro, como cadenillas para los tobillos y brazaletes, anillos, pendientes y collares de cuentas, por la protección de nuestras vidas delante de Jehová. 51 Y Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron de ellos el oro, constando todo él de alhajas labradas. 52 Y todo el oro de la ofrenda alzada que presentaron a Jehová fué diez y seis mil setecientos cincuenta siclos, de parte de los jefes de miles y de los jefes de cientos; 53 porque los hombres de guerra habían saqueado cada cual para sí. 54 Moisés y Eleazar pues recibieron el oro de los jefes de miles y de los de cientos, y lo metieron dentro del Tabernáculo de Reunión, por memorial de los hijos de Israel delante de Jehová.

Capítulo 32

1 MAS los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían inmensa muchedumbre de ganado; y al mirar la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, vieron que el lugar era lugar a propósito para ganado. 2 Entonces vinieron los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron con Moisés, y con el sacerdote Eleazar, y con los príncipes de la Congregación, diciendo: 3 Atarot, y Dibón, y Jazer, y Nimra, y Hesbón, y Eleale, y Sebam, y Nebo, y Beón, 4 la tierra que hirió Jehová delante de la Congregación de Israel, es tierra propia para ganado, y tus siervos tienen ganado. 5 Dijeron pues: Si hemos hallado gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos por posesión suya, y no nos hagas pasar el Jordán.

6 Entonces Moisés respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Por ventura vuestros hermanos irán a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí? 7 ¿Y por qué queréis desalentar el corazón de los hijos de Israel, para que no pasen adelante a la tierra que les ha dado Jehová? 8 Así hicieron vuestros padres cuando los envié desde Cades-barnea para reconocer la tierra; 9 pues subieron hasta el Valle de Escol y reconocieron la tierra; y luego hicieron desalentar el corazón de los hijos de Israel, para que no entrasen en la tierra que les había dado Jehová, 10 y encendióse la ira de Jehová en aquel día, y juró diciendo: 11 De seguro que aquellos hombres que subieron de Egipto, de edad de veinte años arriba, no verán la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob; porque no me han seguido cumplidamente; 12 salvo Caleb, hijo de Jefone cenizeo, y Josué hijo de Nun; porque ellos han seguido cumplidamente a Jehová. 13 Por tanto se encendió la ira de Jehová contra Israel, de modo que los hizo andar errantes por el desierto cuarenta años, hasta que fuese acabada aquella generación que había hecho este mal a los ojos de Jehová. 14 Y ahora, he aquí que vosotros os habéis levantado en lugar de vuestros padres, una prole de hombres pecadores, para aumentar todavía más el ardor de la ira de Jehová contra Israel. 15 Porque si os volviereis de en pos de él, él volverá a dejar otra vez a los hijos de Israel en el desierto; y así vosotros seréis la perdición de todo este pueblo.

16 Entonces ellos se acercaron a él, y le dijeron: Edificaremos aquí rediles para nuestro ganado, y ciudades para nuestras familias; 17 pero nosotros nos armaremos para marchar al frente de los hijos de Israel, hasta que los hayamos introducido en su lugar; en el entretanto habitarán nuestras familias en las ciudades fortificadas, a causa de los moradores del país. 18 No nos volveremos a nuestras casas hasta que los demás hijos de Israel tengan en posesión cada uno su propia herencia. 19 Porque nosotros no tendremos herencia con ellos de la otra parte del Jordán y más allá; pues que nos ha tocado ya nuestra herencia de ésta parte del Jordán, hacia donde nace el sol.

20 Entonces les dijo Moisés: Si hiciereis esto, si os armareis para marchar delante de Jehová a la guerra, 21 y todo hombre armado de vosotros pasare el Jordán delante de Jehová hasta que él haya desposeído a sus enemigos delante de sí, 22 y la tierra esté sojuzgada delante de Jehová, entonces después de esto podréis volver, y seréis sin culpa para con Jehová y para con Israel; y será esta tierra posesión vuestra delante de Jehová. 23 Mas si no lo hiciereis así, he aquí que habréis pecado contra Jehová; y tened por cierto que vuestro pecado os alcanzará. 24 Edificaos pues ciudades para vuestras familias y rediles para vuestros rebaños; y haced lo que ha proferido vuestra boca.

25 Y respondieron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán del modo que mi señor nos manda. 26 Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestro ganado y todas nuestras bestias se quedarán ahí en las ciudades de Galaad; 27 mas tus siervos, todos los hombres armados del ejército, pasarán delante de Jehová a la guerra, conforme a lo que dice mi señor.

28 Moisés pues mandó acerca de ellos a Eleazar el sumo sacerdote, y a Josué hijo de Nun, y a las cabezas de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel; 29 y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasaren con vosotros el Jordán, todos los armados para la guerra, delante de Jehová, hasta que esté sojuzgada la tierra delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad por posesión suya. 30 Mas si no pasaren armados con vosotros, habrán de tomar posesión en medio de vosotros en la tierra de Canaán 31 A lo que respondieron los hijos de Gad y los hijos de Rubén, diciendo: Según lo que ha dicho Jehová respecto de tus siervos, asimismo haremos. 32 Pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y quedará para nosotros la posesión de nuestra herencia de este lado del Jordán.

33 De manera que Moisés dió a los hijos de Gad, y a los hijos Rubén, y a la media tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sehón, rey amorreo, y el reino de Og, rey de Basán, la tierra conforme a las ciudades de ella dentro de sus términos, es decir, las ciudades del país todo en derredor. 34 Entonces los hijos de Gad reedificaron a Dibón, y a Atarot, y a Aroer, 35 y a Atarot-sofán, y a Jazer y Jogbeha, 36 y a Bet-nimra y a Bet-harán, ciudades fortificadas; hicieron también rediles para los rebaños. 37 Asimismo los hijos de Rubén reedificaron a Hesbón, y a Eleale, y a Kiryataim, 38 y a Nebo, y a Baalmeón, (mudados los nombres), y a Sibma; y pusieron nuevos nombres a las ciudades que reedificaron. 39 Fueron también los hijos de Maquir, hijo de Manasés, a la tierra de Galaad, y la tomaron, y desposeyeron a los Amorreos que habitaban en ella. 40 Y Moisés dió la tierra de Galaad a Maquir, hijo de Manasés, el cual habitó en ella. 41 Asimismo Jaír hijo de Manasés fué y tomó las villas de aquellas gentes, y las llamó Villas de Jaír. 42 Noba también fué y tomó a Kenat con sus aldeas, y la llamó Noba, según su mismo nombre.

Capítulo 33

1 ESTAS son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de Egipto por sus escuadrones, bajo la mano de Moisés y Aarón. 2 Y escribió Moisés las partidas de ellos conforme a sus jornadas, por orden de Jehová; siendo estas sus jornadas, conforme a sus partidas:

3 Levantaron pues el campamento de Ramesés, en el mes primero, el día quince del mes primero: al otro día de la Pascua salieron los hijos de Israel con mano alzada, a vista de todos los Egipcios, 4 mientras que los Egipcios estaban enterrando a los que Jehová había muerto de entre ellos, es decir, todos los primogénitos; también en todos los dioses de ellos Jehová había ejecutado juicios. 5 Los hijos de Israel pues levantaron el campamento de Ramesés, y acamparon en Sucot. 6 Y levantaron el campamento de Sucot, y acampara en Etam, que está en el confín del desierto. 7 Y levantaron el campamento de Etam, y dieron una vuelta hacia Pi-hahirot, que está en frente de Baal-zefón, y acamparon delante de Migdol. 8 Y levantaron el campamento de delante de Pi-hahirot, y pasaron por en medio del mar al desierto; y anduvieron camino de tres días en el desierto de Etam, y acamparon en Mara. 9 Y levantaron el campamento de Mara, y vinieron a Elim; y en Elim había doce fuentes de agua y setenta palmas; y acamparon allí. 10 Y levantaron el campamento de Elim, y acamparon junto al Mar Rojo. 11 Y levantaron el campamento del Mar Rojo, y acamparon en el desierto de Sin. 12 Y levantaron el campamento del desierto de Sin, y acamparon en Dofca. 13 Y levantaron el campamento de Dofca, y acamparon en Alús. 14 Y levantaron el campamento de Alús, y acamparon en Refidim, donde no había agua para que bebiese el pueblo. 15 Y levantaron el campamento de Refidim, y acamparon en el desierta de Sinaí. 16 Y levantaron el campamento de Sinaí, y acamparon en Kibrot-hataava. 17 Y levantaron el campamento de Kibrot-hataava, y acamparon en Hazerot. 18 Y levantaron el campamento de Hazerot, y acamparon en Ritma. 19 Y levantaron el campamento de Ritma, y acamparon en Rimón-farés. 20 Y levantaron el campamento de Rimón-farés, y acamparon en Libna 21 Y levantaron el campamento de Libna, y acamparon en Rissa. 22 Y levantaron el campamento de Rissa, y acamparon en Ceelata. 23 Y levantaron el campamento de Ceelata, y acamparon en el monte Sefer. 24 Y levantaron el campamento del monte Sefer, y acamparon en Harada. 25 Y levantaron el campamento de Harada, y acamparon en Maquelot. 26 Y levantaron el campamento de Maquelot, y acamparon en Tahat. 27 Y levantaron el campamento de Tahat, y acamparon en Taré. 28 Y levantaron el campamento de Taré, y acamparon en Mitca. 29 Y levantaron el campamento de Mitca, y acamparon en Asmona. 30 Y levantaron el campamento de Asmona, y acamparon en Moserot. 31 Y levantaron el campamento de Moserot, y acamparon en Bené-yaacán. 32 Y levantaron el campamento de Bené-yaacán, y acamparon en Hor-Haguidgad 33 Y levantaron el campamento de Hor-Haguidgad, y acamparon en Jotebata. 34 Y levantaron el campamento del Jotebata, y acamparon en Abrona. 35 Y levantaron el campamento de Abrona, y acamparon en Ezión-geber. 36 Y levantaron el campamento de Ezión-geber, y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades. 37 Y levantaron el campamento de Cades, y acamparon en el monte Hor, en los confines de la tierra de Edom. 38 Y subió el sacerdote Aarón al monte Hor, por orden de Jehová, y murió allí, a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, el día primero del mes. 39 Y era Aarón de edad de ciento veinte y tres años cuando murió en el monte Hor. 40 Y entonces fué cuando el Cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Mediodía, en la tierra de Canaán, oyó hablar de la venida de los hijos de Israel.

41 Y levantaron el campamento del monte Hor, y acamparon en Zalmona. 42 Y levantaron el campamento de Zalmona, y acamparon en Punón. 43 Y levantaron el campamento de Punón, y acamparon en Obot. 44 Y levantaron el campamento de Obot, y acamparon en Iyé-abarim, en los confines de Moab. 45 Y levantaron el campamento de Iyim, y acamparon en Dibón-gad. 46 Y levantaron el campamento de Dibón-gad, y acamparon en Almón-diblataim. 47 Y levantaron el campamento de Almón-diblataim, y acamparon en las montañas de Abarim, frente a Nebo. 48 Y levantaron el campamento de las montañas de Abarim, y acamparon en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 49 Acamparon pues junto al Jordán, desde Bet-jesimón hasta Abel-sitim, en los llanos de Moab.

50 Y Jehová habló a Moisés en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: 51 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis pasado el Jordán, a la tierra del Cananeo, 52 entonces desposeeréis a todos los habitantes de la tierra de delante de vosotros, y destruiréis todas sus piedras pintadas; y todas sus imágenes fundidas destruiréis; y arruinaréis todos sus altos. 53 Y tomaréis posesión de la tierra y habitaréis en ella, porque a vosotros os he dado la tierra para poseerla. 54 Y os repartiréis la tierra en herencia por sorteo, entre vuestras parentelas; a las más numerosas daréis mayor extensión, por herencia suya, y a las poco numerosas daréis menos, por herencia suya; dondequiera que cayere a cada una la suerte, allí mismo estará su posesión; con arreglo a las tribus de vuestros padres, os repartiréis la herencia. 55 Empero si no desposeyereis a los habitantes de la tierra de delante de vosotros, entonces sucederá que aquellos que dejareis de ellos os serán como aguijones en vuestros ojos, y como espinas en vuestros costados; y os serán por adversarios en la tierra en donde habitáis. 56 Y acontecerá que conforme yo pensaba hacer con ellos, asimismo haré con vosotros.

Capítulo 34

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel y les dirás: Cuando entrareis en la tierra de Canaán, (ésta es la tierra que se os dará en herencia por sorteo, es decir, la tierra de Canaán conforme a sus términos), 3 entonces vuestro término meridional se extenderá desde el desierto de Zin a lo largo del costado de Edom; pues que vuestro término meridional comenzará desde el extremo del Mar Salado, de la parte del oriente; 4 y vuestro término torcerá al sur de la subida de Acrabim, y pasará adelante hasta Zin, y llegarán sus extremos al sur de Cades-barnea; de allí subirá a Hazaradar, y pasará adelante hasta Azmón, 5 y torcerá el término desde Azmón hacia el arroyo de Egipto, y llegarán sus extremos al Mar Grande. 6 Y vuestro término occidental será el Mar Grande, y su territorio adyacente. Este será vuestro término occidental. 7 Y este será vuestro término septentrional: Desde el Mar Grande trazaréis la línea hasta el monte Hor del Norte. 8 Desde el monte Hor la trazaréis hasta la entrada de Hamat; y será el curso del término hacia Zedad; 9 y seguirá el término hasta Zifrón; y llegarán sus extremos a Hazar-enán. Este será vuestro término septentrional. 10 Y os señalaréis el término de la parte del oriente así: Desde Hazar-enán a Sefam; 11 y descenderá el término desde Safam a Ribla, al oriente de Ayin, y descenderá el término y tocará sobre el costado del Mar de Cineret, de la parte del oriente; 12 luego descenderá el término al Jordán; y llegarán sus extremos al Mar Salado. Esta será vuestra tierra, por sus términos al contorno.

13 Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en herencia por sorteo, la cual mandó Jehová dar a las nueve tribus y a la media tribu de Manasés: 14 porque ya recibieron la suya la tribu de los hijos de Rubén, por sus casas paternas, y la tribu de los hijos de Gad, por sus casas paternas; también la otra media tribu de Manasés ha recibido su herencia: 15 estas dos tribus y la media tribu ya han recibido su herencia de esta parte del Jordán, frente a Jericó, de la parte del oriente, hacia donde se levanta el sol.

16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán la herencia de la tierra: Eleazar el sumo sacerdote y Josué hijo de Nun. 18 Tomaréis también un príncipe de cada tribu para repartir la herencia de la tierra. 19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 20 Y de la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud. 21 De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Cislón. 22 Y de la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui, hijo de Jogli. 23 De los hijos de José, de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel, hijo de Efod; 24 y de la tribu de los hijos de Efraim, el príncipe Kemuel, hijo de Siftán. 25 Y de la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elisafán, hijo de Parnah. 26 Y de la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel, hijo de Azán. 27 Y de la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud, hijo de Selomi. 28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael, hijo de Amiud. 29 Estos son a los que mandó Jehová, que repartieran la herencia a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.

Capítulo 35

1 Y JEHOVÁ habló a Moisés en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que de la herencia de su propia porción den a los Levitas ciudades en qué habitar; también los ejidos de aquellas ciudades, al rededor de ellas, daréis a los Levitas. 3 Serán las ciudades para que habiten en ellas, y sus ejidos serán para sus bestias, y para sus propiedades, y para todos sus animales. 4 Y los ejidos de las ciudades que daréis a los Levitas se extenderán desde el muro de la ciudad para afuera mil codos en derredor. 5 Luego mediréis fuera de la ciudad, al lado del oriente, dos mil codos, y al lado del sur dos mil codos, y al lado del occidente dos mil codos, y al lado del norte dos mil codos; y la ciudad estará en medio. Esto deben tener por los ejidos de las ciudades. 6 Y las ciudades que daréis a los Levitas serán las seis ciudades de refugio, las cuales señalaréis para que huya allá el homicida involuntario; y además de éstas daréis cuarenta y dos ciudades. 7 Todas la ciudades que habéis de dar a los Levitas serán cuarenta y ocho ciudades; las daréis con sus ejidos. 8 Y las ciudades que daréis a los Levitas de la posesión de los demás hijos de Israel, las tomaréis en mayor número de las tribus que tienen muchas, y las tomaréis en menor número de las que tienen pocas: cada tribu a proporción de su herencia que ellas hayan de heredar, dará de sus ciudades a los Levitas.

9 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis pasado el Jordán a la tierra de Canaán, 11 os designaréis ciudades convenientes que sean ciudades de refugio para vosotros; para que huya allá el homicida que quitare la vida por yerro. 12 Tendréis pues ciudades de refugio contra el vengador de la sangre, para que no muera el homicida antes que se presente delante de la Congregación para ser juzgado. 13 De las ciudades pues que habéis de dar, seis en número os serán ciudades de refugio. 14 Tres de las ciudades señalaréis de ésta parte del Jordán, y tres de las ciudades señalaréis en la tierra de Canaán; ciudades de refugio os serán. 15 Así para los hijos de Israel como para el extranjero y para el transeunte en medio de ellos, estas ciudades servirán de asilo, para que huya allá cualquiera persona que quitare la vida por yerro.

16 Empero si hubiere herido a su prójimo con instrumento de hierro de modo que muera, homicida es; el homicida será muerto irremisiblemente. 17 Y si le hubiere herido tirándole una piedra, por la cual uno pueda morir, y en efecto muriere, homicida es; el homicida será muerto irremisiblemente. 18 O si le hubiere herido con instrumento manual de palo, por el cual uno pueda morir, y en efecto muriere, homicida es; el homicida será muerto irremisiblemente. 19 El mismo vengador de la sangre dará muerte al homicida; dondequiera que le encontrare, le dará muerte. 20 También si con odio le hubiere empujado, o hubiere echado algo sobre él, de modo que muera, 21 será muerto irremisiblemente aquel que le dió el golpe; homicida es; el vengador de la sangre, al encontrarle, hará morir al homicida. 22 Mas si por accidente, sin enemistad, le hubiere empujado, o echado sin intento sobre cualquiera cosa; 23 o si, sin verle, hubiere dejado caer sobre él cualquiera piedra, de cuyo golpe uno pueda morir, y en efecto muriere, sin que fuese enemigo suyo y sin procurar su daño; 24 entonces la Congregación juzgará entre el que le mató y el vengador de la sangre, de acuerdo con estos estatutos. 25 Y la Congregación librará al homicida involuntario de mano del vengador de la sangre, y la Congregación le hará volver a su ciudad de refugio, adonde haya huído; y habitará en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fué ungido con el aceite santo. 26 Mas si por cualquiera causa el homicida saliere fuera del recinto de su ciudad de refugio adonde haya huído, 27 y el vengador de la sangre le hallare fuera del recinto de su ciudad de refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no incurrirá en delito de sangre; 28 porque el homicida debía permanecer en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote; mas después de la muerte del sumo sacerdote, podrá volver el homicida a la tierra de su posesión. 29 Y serán estos ejemplos por principios de derecho para vuestras generaciones venideras, en todas vuestras moradas.

30 Siempre que alguna persona quitare a otro la vida, por el testimonio de testigos el homicida será muerto; pero un solo testigo no podrá deponer contra ninguno de modo que le haga morir. 31 Y no aceptaréis rescate por la vida del homicida que es digno de muerte; sino que será muerto irremisiblemente. 32 Ni tampoco aceptaréis rescate por aquel que ha huído a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su país, hasta que muera el sumo sacerdote. 33 No amancilléis pues la tierra en donde moráis: porque es la sangre lo que más amancilla la tierra; y no se puede hacer expiación por la tierra para limpiarla de la sangre que se ha derramado en ella, sino con la sangre de aquel que la derramó. 34 Por lo cual no contaminéis la tierra en donde moráis, en medio de la cual yo también habito, porque yo, Jehová, habito en medio de los hijos de Israel.

Capítulo 36

1 Y SE acercaron las cabezas de las casas paternas de la parentela de los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las parentelas de los hijos de José, y hablaron delante de Moisés y delante de los príncipes las cabezas de las casas paternas de los hijos de Israel, 2 y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo se diese la tierra en herencia a los hijos de Israel; también fué mandado por Jehová a mi señor que se diese la herencia de nuestro hermano Zelofehad a las hijas de éste. 3 Mas puede ser que ellas se casen con algunos de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel; y así la herencia de ellas será quitada de la herencia de nuestros padres, y agregada a la herencia de la tribu de la cual ellas hayan venido a ser, y será quitada de la suerte de nuestra herencia. 4 Y cuando suceda el jubileo de los hijos do Israel, la herencia de ellas será agregada a la herencia de la tribu de la cual ellas entonces serán, y la herencia de ellas será quitada de la herencia de la tribu de nuestros padres.

5 Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel, por orden de Jehová, diciendo: La tribu de los hijos de José dice bien. 6 Esto es lo que manda Jehová respecto de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense como bien les pareciere, con tal que se casen dentro de la familia de la tribu de su padre; 7 para que no ande rodando la herencia de los hijos de Israel de tribu en tribu; sino que los hijos de Israel se adhieran cada uno a la herencia de la tribu de sus padres. 8 Asimismo toda hija que tenga herencia en cualquier tribu de los hijos de Israel, debe casarse dentro de familia de la tribu de su padre; a fin de que los hijos de Israel sigan poseyendo cada uno la herencia de sus padres. 9 Así no andará rodando la herencia de a tribu en otra, sino que las tribus de los hijos de Israel se adherirán cada una a su propia herencia. 10 Conforme había mandado Jehová a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad; 11 pues que Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, las hijas de Zelofehad, se casaron con los hijos de sus tíos paternos: 12 se casaron en familias de los hijos de Manasés, hijo de José; y quedó la herencia de ellas con la tribu de la familia de su padre.

13 Estos son los mandamientos y las leyes que prescribió Jehová, por conducto de Moisés, a los hijos de Israel, en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

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