Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 ¿SACARÁS tú al leviathán con el anzuelo, Ó con la cuerda que le echares en su lengua? ¿PODRÁS tú sacar al Leviatán con anzuelo, o apretarle con una cuerda la lengua?
2 ¿Pondrás tú garfio en sus narices, Y horadarás con espinas su quijada? ¿Podrás meterle una soga por las narices, u horadarle con un garfio la quijada?
3 ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Hablaráte él lisonjas? ¿Acaso te hará muchas súplicas, o te hablará palabras sumisas?
4 ¿Hará concierto contigo Para que lo tomes por siervo perpetuo? ¿Hará pacto contigo, para que le tomes por siervo para siempre?
5 ¿Jugarás tú con él como con pájaro, Ó lo atarás para tus niñas? ¿Juguetearás con él como con algún pajarillo, o le atarás para entretenimiento de tus niñas?
6 ¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Partiránlo entre los mercaderes? ¿Podrán ponerle trampas las cuadrillas de pescadores, y repartirle entre los pescaderos?
7 ¿Cortarás tú con cuchillo su cuero, Ó con asta de pescadores su cabeza? ¿Podrás llenarle el cuero de garrochas, o penetrar su cabeza con arpón de pescar?
8 Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás. ¡Pon siquiera en él tu mano! ¡acuérdate de la batalla! ¡no lo volverás a hacer!
9 He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; Porque aun á su sola vista se desmayarán. He aquí que la esperanza de cogerle es vana; ¿con sólo verle no desmaya cualquiera?
10 Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién pues podrá estar delante de mí? Ninguno hay tan osado que se atreva a despertarle: ¿quién pues es aquel que pueda mantenerse en pie delante de Mí?
11 ¿Quién me ha anticipado, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío. ¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo tenga que recompensarle? ¡Cuanto existe debajo de todo el cielo es mío!
12 Yo no callaré sus miembros, Ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición. No callaré sus partes admirables, ni lo de sus fuerzas, ni la gallardía de sus proporciones.
13 ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se llegará á él con freno doble? ¿Quién jamás abrió la delantera de su cota de malla? dentro de los dobleces de sus mandíbulas ¿quién se meterá?
14 ¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan. Las puertas de su rostro ¿quién las abrió jamás? las hileras de sus dientes ¡cuán espantosas!
15 La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente. Su orgullo son sus escudos acanalados; (él está encerrado como bajo de sello apretado);
16 El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos. uno a otro se acercan tanto, que el aire mismo no pasa entre ellos.
17 Pegado está el uno con el otro, Están trabados entre sí, que no se pueden apartar. Cada uno está pegado a su compañero; se traban entre sí; no se pueden separar.
18 Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba. Sus estornudos hacen resplandecer una luz, y sus ojos semejan los párpados de la aurora.
19 De su boca salen hachas de fuego, Centellas de fuego proceden. De su boca proceden antorchas encendidas, y centellas de fuego se escapan.
20 De sus narices sale humo, Como de una olla ó caldero que hierve. De sus narices sale humo, como de una olla soplada o de cañas que arden.
21 Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama. Su resoplido enciende ascuas, y llamas salen de su boca.
22 En su cerviz mora la fortaleza, Y espárcese el desaliento delante de él. En su cerviz reside la fuerza, y delante de él anda saltando el terror.
23 Las partes momias de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven. Las partes más flojas de su carne están endurecidas; firmes en él están; no se pueden mover.
24 Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo. Su corazón es firme como una piedra; sí, firme como la piedra inferior de un molino.
25 De su grandeza tienen temor los fuertes, Y á causa de su desfallecimiento hacen por purificarse. Cuando se levanta, se espantan los poderosos; y a causa de los terrores están fuera de sí.
26 Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, Ni lanza, ni dardo, ni coselete durará. Si alguno le acometiere con la espada, no hace efecto; de nada sirve la lanza, ni el dardo, ni la loriga.
27 El hierro estima por pajas, Y el acero por leño podrido. Reputa como paja el hierro, y como leña podrida el bronce.
28 Saeta no le hace huir; Las piedras de honda se le tornan aristas. Ningún arquero podrá hacerle huir; en hojarasca se le tornan las piedras de la honda.
29 Tiene toda arma por hojarascas, Y del blandir de la pica se burla. Como hojarasca le son reputadas las mazas, y se ríe del blandir del venablo.
30 Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudez en el suelo. Debajo de él, sus escamas son como agudos tiestos de olla: se extiende cual trillo sobre el cieno.
31 Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento. Hace hervir como olla el abismo; al Nilo lo pone como caldero de ungüento.
32 En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que la mar es cana. Tras de sí deja una estela reluciente: se creería que es canoso el abismo.
33 No hay sobre la tierra su semejante, Hecho para nada temer. No hay sobre la tierra quien se le parezca, animal hecho exento de temor.
34 Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios. A cuanto es alto lo mira con desprecio, como quien es rey de todas las bestias soberbias.
navigate_before Job 40 Job 42 navigate_next
arrow_upward Arriba