Biblia paralela

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1 Á ESTO también se espanta mi corazón, Y salta de su lugar. POR eso también se estremece mi corazón, y salta de su lugar.
2 Oíd atentamente su voz terrible, y el sonido que sale de su boca. ¡Oíd, oíd el estruendo de su voz, el retumbante son que de su boca sale!
3 Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra. Lo dirige por debajo de todos los cielos; y sus relámpagos discurren hasta los cabos de la tierra.
4 Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene. Tras de ellos ruge una voz terrible; él truena con su voz de majestad; y no los deja retardar cuando es oída su voz.
5 Tronará Dios maravillosamente con su voz; Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos. ¡Truena Dios maravillosamente con su voz; él hace cosas grandes que no podemos comprender.
6 Porque á la nieve dice: Desciende á la tierra; También á la llovizna, Y á los aguaceros de su fortaleza. Porque a la nieve dice: ¡Cae sobre la tierra! asimismo a la lluvia abundante, y a los copiosos aguaceros de su fortaleza.
7 Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra. Embarga la mano de todo hombre, para que a él le conozcan todos los hombres que ha hecho.
8 La bestia se entrará en su escondrijo, Y estaráse en sus moradas. Las fieras también se meten en sus escondrijos, y en sus guaridas se acuestan.
9 Del mediodía viene el torbellino, Y el frío de los vientos del norte. De las cámaras del sur viene el huracán; y con los Nortes, el frío.
10 Por el soplo de Dios se da el hielo, Y las anchas aguas son constreñidas. Por el soplo de Dios se produce el hielo, y las anchas aguas se solidifican.
11 Regando también llega á disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla. También él carga las nubes de humedad, y extiende el nublado de su relámpago;
12 Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la haz del mundo, En la tierra, lo que él les mandara. que se torna en derredor bajo su dirección, para ejecutar todo aquello que les mandare, sobre toda la superficie del recinto de la tierra;
13 Unas veces por azote, otras pos causa de su tierra, Otras por misericordia las hará parecer. ora sea para corrección, ora para su tierra, ora para misericordia, que la haga venir.
14 Escucha esto, Job; Repósate, y considera las maravillas de Dios. ¡Presta atención a esto, oh Job, detente, y considera las obras maravillosas de Dios!
15 ¿Supiste tú cuándo Dios las ponía en concierto, Y hacía levantar la luz de su nube? ¿Entiendes tú cómo Dios les impone ley, y hace relampaguear la luz de su nublado?
16 ¿Has tú conocido las diferencias de las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría? ¿Comprendes tú los equilibrios de las nubes, las obras de Aquél que es perfecto en saber?
17 ¿Por qué están calientes tus vestidos Cuando se fija el viento del mediodía sobre la tierra? ¿Sabes cómo se ponen calientes tus vestidos, cuando él sosiega la tierra con el Austro?
18 ¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido? ¿Puedes tú con él extender los cielos, fuertes como un espejo fundido?
19 Muéstranos qué le hemos de decir; Porque nosotros no podemos componer las ideas á causa de las tinieblas. Haznos saber lo que debemos decirle, porque no podemos formular el pensamiento a causa de las tinieblas.
20 ¿Será preciso contarle cuando yo hablaré? Por más que el hombre razone, quedará como abismado. ¿Le ha de ser contado lo que yo hablare? ¿habrá acaso quien diga que quiere ser devorado?
21 He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia, Mas ahora ya no se ve el relampagueo, aquel fulgor de las nubes; que pasó el viento, y las ha dispersado.
22 Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible. Del norte viene un resplandor de oro; ¡Dios trae sobre sí aterradora majestad!
23 Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá. ¡Dios Todopoderoso! no le podemos investigar; ¡grande en poder y en juicio, y abundante en justicia; él no oprimirá!
24 Temerlo han por tanto los hombres: Él no mira á los sabios de corazón. Por tanto, témanle los hombres; él no hace aprecio de ninguno de los sabios de corazón.
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