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Nuevo Testamento

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Hechos 3

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La curación de un cojo
Hechos 14:8-10

1 Pedro y Juan subían un día al templo a la hora de la oración, la hora novena. 2 Y había un hombre, cojo desde el vientre de su madre, a quien traían y ponían cada día a la puerta del templo llamada la Hermosa para pedir limosna a los que entraban allí; 3 este, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les pidió limosna. 4 Pedro, mirándolo fijamente, como Juan, le dijo: Míranos. 5 Él les estaba atento, esperando recibir algo de ellos. 6 Y Pedro dijo: Plata y oro no tengo, pero lo que tengo te doy: ¡En el nombre de Jesucristo el Nazareno, levántate y anda! 7 Tomándole de la mano derecha, lo levantó; y al instante se fortalecieron sus pies y tobillos; 8 y de un salto se puso en pie y caminaba; y entró con ellos en el templo, andando, saltando y alabando a Dios. 9 Todo el pueblo lo vio andando y alabando a Dios. 10 Y lo reconocían que era el que para pedir limosna se sentaba en la puerta la Hermosa del templo, y se llenaron de estupor y asombro a causa de lo sucedido. 11 Estando él agarrado a Pedro y a Juan, todo el pueblo, admirado, corrió hacia ellos al pórtico llamado de Salomón.

El discurso de Pedro

12 Al ver esto Pedro, les dijo: Varones israelitas, ¿por qué os asombráis de esto? ¿o por qué fijáis la vista en nosotros, como si por nuestro propio poder o piedad hubiésemos hecho andar a este hombre? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis ante Pilato, cuando él había decidido soltarlo. 14 Pero vosotros negasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se liberara a un homicida; 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de entre los muertos; de lo cual nosotros somos testigos. 16 Por la fe en su nombre, a este que vosotros veis y conocéis, ese nombre lo ha fortalecido; y la fe que es mediante Jesús le ha dado esta perfecta salud en presencia de todos vosotros. 17 Ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo hicisteis, como también vuestros gobernantes; 18 pero Dios ha cumplido lo que había anunciado por boca de todos los profetas, que su Cristo debía padecer. 19 Arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan tiempos de alivio de la presencia del Señor°, 20 y para que él envíe a Jesucristo, que previamente os fue designado; 21 a quien es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas desde la antigüedad. 22 Moisés, en verdad, dijo: «El Señor° vuestro Dios, os levantará un Profeta semejante a mí de entre vuestros hermanos; a él escucharéis conforme a todo lo que os hable. 23 Toda alma que no escuche a este Profeta, será exterminada del pueblo.» [Deuteronomio 18:15-19] 24 Y todos los profetas, desde Samuel y los que le sucedieron, todos los que han hablado, también han anunciado estos días. 25 Vosotros sois hijos de los profetas y del pacto que hizo Dios con nuestros padres, diciendo a Abraham: «En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra.» [Génesis 22:18] 26 Después de manifestar a su siervo, Dios os lo envió primero a vosotros para bendeciros, apartando a cada uno de sus iniquidades.

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