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Nuevo Testamento

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Apocalipsis 3

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Quinta carta: a la iglesia en Sardis
Mateo 7:21-23; 24:42-51; Santiago 2:14-26

1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas: Conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. 2 Sé vigilante y consolida lo que queda, que está a punto de morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de mi Dios. 3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; obsérvalo y arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4 Pero tienes unos pocos nombres en Sardis que no han ensuciado sus ropas; y andarán conmigo en [vestiduras] blancas, porque son dignos. 5 El que venciere será vestido con vestiduras blancas; y jamás borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. 6 El que tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Sexta carta: a la iglesia en Filadelfia
2 Pedro 2:9; 1:10-11

7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9 He aquí, entrego [a algunos] de la sinagoga de Satanás, de los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; y los haré venir y postrarse ante tus pies, para que sepan que yo te he amado. 10 Porque has guardado y perseverado en mi palabra, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los que habitan sobre la tierra. 11 Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona. 12 Al que venciere, haré que sea una columna en el templo de mi Dios, y no saldrá más de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Séptima carta: a la iglesia en Laodicea
Oseas 12:9; Lucas 14:34-35

14 Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: 15 Conozco tus obras, que no eres frío ni caliente. ¡Quisiera yo que fueras frío o caliente! 16 Así, porque eres tibio, y ni caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. 17 Porque dices: ¡Soy rico, me he enriquecido, y de nada tengo necesidad! Y no sabes que tú eres el desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo; 18 te aconsejo que compres de mí oro acrisolado en el fuego, para que seas rico; y vestiduras blancas, para que te vistas, y no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y colirio, para ungirte los ojos, para que veas. 19 Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; ten fervor, pues, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias.

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