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Apocalipsis 13

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El dragón da su poder, su trono y su autoridad a la bestia que sube del mar
Daniel 7:3-8, 19-25

1 Y vi una bestia que subía del mar, que tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre sus cuernos diez diademas, y sobre sus cabezas nombres de blasfemia. 2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus patas como de oso, y su boca como boca de león; y el dragón le dio su poder, su trono y gran autoridad. 3 Y vi una de sus cabezas como si hubiera sufrido una herida mortal; y su herida mortal fue sanada. Y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia. 4 Adoraron al dragón, porque había dado autoridad a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién puede luchar contra ella? 5 Y le fue dada una boca que profería palabras arrogantes y blasfemias; y le fue dada autoridad para actuar cuarenta y dos meses. 6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que habitan en el cielo. 7 Y le fue dado hacer la guerra a los santos y vencerlos; y le fue dada autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. 8 Y todos los habitantes de la tierra la adorarán, cuyos nombres no están escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero inmolado. 9 Si alguno tiene oído, que oiga. 10 Si alguno lleva a cautividad, a cautividad irá; si alguno mata con espada, él debe ser matado con espada. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.

El falso profeta al servicio de la bestia

11 Y vi otra bestia que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, y hablaba como un dragón. 12 Ejercía toda la autoridad de la primera bestia en su presencia. Y hacía que la tierra y los que en ella habitan adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 13 Y hacía grandes prodigios, de tal modo que hacía descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14 Y engañaba a los habitantes de la tierra con los milagros que se le había dado hacer en presencia de la bestia, diciendo a los que habitan en la tierra que hicieran una imagen de la bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió. 15 Y le fue dado dar vida a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia incluso hablara, y que hiciera que, cuantos no adoraran a la imagen de la bestia, fuesen matados. 16 Y hacía que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, tuviesen una marca sobre su mano derecha, o sobre su frente; 17 y que nadie pudiera comprar o vender, excepto el que tuviera la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre. 18 Aquí está la sabiduría. El que tiene entendimiento, calcule el número de la bestia; porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis.

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