Apocalipsis 12
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La señal de la mujer encinta
Génesis 3:1, 15; Daniel 12:1; 1 Pedro 5:8-11
1 Y una gran señal fue vista en el cielo: Una mujer cubierta del sol, que tenía la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. 2 Y estando encinta, gritaba con los dolores y angustias del parto. 3 Y fue vista otra señal en el cielo: un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. 4 Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, para devorar a su hijo cuando ella diese a luz. 5 Y ella dio a luz un hijo varón, que va a dirigir todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios, hacia su trono. 6 Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten durante mil doscientos sesenta días. 7 Y hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón; y el dragón y sus ángeles lucharon, 8 pero no prevalecieron, ni fue hallado ya el lugar de ellos en el cielo. 9 Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás, el que engaña a todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. 10 Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha llegado la salvación, y el poder, y el reino de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Y ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos; y no amaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por eso, ¡alegraos cielos, y los que en ellos habitáis! ¡Ay de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido hacia vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. 13 Y cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón. 14 Las dos alas de la gran águila fueron dadas a la mujer para que volase al desierto, a su lugar, donde ella es sustentada por un tiempo y tiempos y la mitad de un tiempo, lejos de la presencia de la serpiente. 15 Y tras la mujer, la serpiente arrojó de su boca agua como un río, para hacer que el río la arrastrara. 16 Y la tierra socorrió a la mujer; abrió la tierra su boca y se tragó el río que había arrojado de su boca el dragón. 17 Y el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra el remanente de su descendencia, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.
18 Me paré sobre la arena del mar.