Biblia paralela

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1 Viendo a la multitud, subió al monte; y cuando se sentó, se le acercaron sus discípulos, Y VIENDO las gentes, subió al monte; y sentándose, se llegaron á él sus discípulos.
2 y él tomando la palabra, les enseñaba, diciendo: Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios.
9 Bienaventurados los que procuran la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando os injurien y persigan, y digan de vosotros, mintiendo, toda clase de mal por mi causa. Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo.
12 ¡Alegraos y llenaos de júbilo; porque grande es vuestra recompensa en los cielos! Porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros.
13 Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve ya para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre una montaña no se puede esconder, Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 ni se enciende una lámpara para ponerla debajo del almud. Más bien se pone en el candelero; y alumbra a todos los que están en la casa. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa.
16 Así resplandezca vuestra luz delante de los hombres; de modo que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos.
17 No penséis que vine a revocar la Ley, o los Profetas; no vine a revocar, sino a cumplir. No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir.
18 Porque en verdad os digo, que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.
19 Por tanto, cualquiera que quebrante uno solo de estos mandamientos por pequeño que sea, y enseñe a los hombres a hacer lo mismo será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los cumpla y enseñe, será llamado grande en el reino de los cielos. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, de ninguna manera entraréis en el reino de los cielos. Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
21 Habéis oído que fue dicho a los antepasados: «No matarás; y aquel que mate quedará expuesto al juicio.» [Éxodo 20:13] Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás; mas cualquiera que matare, será culpado del juicio.
22 Mas yo os digo, que todo aquel que se enoja contra su hermano quedará expuesto al juicio; y el que diga a su hermano ¡imbécil!, quedará expuesto al Sanedrín; y el que le diga ¡insensato!, quedará expuesto al fuego de la gehena. Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego.
23 Por tanto, si estás presentando tu ofrenda sobre el altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja allí tu ofrenda ante el altar, y ve a reconciliarte primero con tu hermano, y luego regresa, y presenta tu ofrenda. Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente.
25 Ponte de acuerdo con tu adversario sin tardanza, mientras estás con él en el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino; porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión.
26 De cierto te digo que de ninguna manera saldrás de allí, sin que hayas pagado hasta el último céntimo. De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
27 Oísteis que fue dicho: «No cometerás adulterio.» [Éxodo 20:14] Oísteis que fué dicho: No adulterarás:
28 Pero yo os digo, que todo aquel que mira a una mujer y la desea, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
29 Si tu ojo derecho te es causa de tropiezo, sácalo y échalo lejos de ti; porque te es provechoso que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado a la gehena. Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
30 Si tu mano derecha te es causa de tropiezo, córtala, y échala de ti; porque más te vale perder uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya a la gehena. Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
31 Fue dicho: «El que repudie a su mujer, que le dé carta de divorcio.» [Deuteronomio 24:1] También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio:
32 Pero yo os digo, que todo aquel que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, hace que ella cometa adulterio; y el que se case con la repudiada, comete adulterio. Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.
33 También oísteis que fue dicho a los antiguos: «No perjurarás, sino que cumplirás al Señor° tus juramentos.» [Éxodo 20:7Levítico 19:12Números 30:3] Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás; mas pagarás al Señor tus juramentos.
34 Pero yo os digo: No juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni hacia Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey; Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey.
36 ni por tu cabeza jures, porque no puedes hacer un solo cabello blanco o negro. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro.
37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí. no, no; y lo que excede de esto del Maligno procede. Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
38 Oísteis que fue dicho: «Ojo por ojo y diente por diente.» [Éxodo 21:23, 24] Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resistáis al malvado; antes bien si alguno te hiere en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;
40 Al que quiere pleitear contigo y tomar tu túnica, déjale también la capa. Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa;
41 Si alguno te obliga a llevar carga una milla, ve con él dos. Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.
42 Da al que te pida; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda. Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.
43 Oísteis que fue dicho: «Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.» [Levítico 19:18] Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen; Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que así seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; pues él hace que su sol se levante sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos?
47 Si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen así también los gentiles? Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
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