1 |
Entonces vinieron a Jesús desde Jerusalén unos fariseos y escribas, diciendo: |
ENTONCES llegaron á Jesús ciertos escribas y Fariseos de Jerusalem, diciendo: |
2 |
¿Por qué desobedecen tus discípulos la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. |
¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los ancianos? porque no se lavan las manos cuando comen pan. |
3 |
Él, les contestó: Y vosotros, ¿por qué desobedecéis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? |
Y él respondiendo, les dijo: ¿Por qué también vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? |
4 |
Porque Dios dijo: «Honra a padre y a madre,» [Éxodo 20:12] y «el que maldiga al padre o a la madre, que sea condenado a muerte.» [Éxodo 21:17] |
Porque Dios mandó, diciendo: Honra al padre y á la madre, y, El que maldijere al padre ó á la madre, muera de muerte. |
5 |
Pero vosotros decís: El que diga al padre o a la madre: He ofrecido a Dios en ofrenda todo lo que hubiera podido darte; |
Mas vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre ó á la madre: Es ya ofrenda mía á Dios todo aquello con que pudiera valerte; |
6 |
de ningún modo honrará a su padre o a su madre. Así habéis invalidado la palabra de Dios por vuestra tradición. |
No deberá honrar á su padre ó á su madre con socorro. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. |
7 |
¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo: |
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo: |
8 |
«Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está lejos de mí; |
Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón lejos está de mí. |
9 |
y en vano me adoran, enseñando como doctrina preceptos de hombres.» [Isaías 29:13] |
Mas en vano me honran, Enseñando doctrinas y mandamientos de hombres. |
10 |
Llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: |
Y llamando á sí las gentes, les dijo: Oíd, y entended: |
11 |
No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de la boca; eso contamina al hombre. |
No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. |
12 |
Entonces los discípulos, acercándose, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos al oír esta palabra se ofendieron? |
Entonces llegándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los Fariseos oyendo esta palabra se ofendieron? |
13 |
Pero él les respondió: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será arrancada de raíz. |
Mas respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. |
14 |
Dejadlos, son ciegos, guías de ciegos; y si el ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. |
Dejadlos: son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. |
15 |
Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. |
Y respondiendo Pedro, le dijo: Decláranos esta parábola. |
16 |
Él dijo: ¿También a vosotros os falta aún entendimiento? |
Y Jesús dijo: ¿Aun también vosotros sois sin entendimiento? |
17 |
¿No comprendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? |
¿No entendéis aún, que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina? |
18 |
Pero lo que sale de la boca, del corazón viene; y eso contamina al hombre. |
Mas lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. |
19 |
Porque del corazón proceden pensamientos malos, homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias. |
Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias. |
20 |
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con manos no lavadas no contamina al hombre. |
Estas cosas son las que contaminan al hombre: que comer con las manos por lavar no contamina al hombre. |
21 |
Saliendo Jesús de allí, se marchó a la región de Tiro y de Sidón. |
Y saliendo Jesús de allí, se fué á las partes de Tiro y de Sidón. |
22 |
Entonces una mujer cananea, que había salido de aquella región, gritaba diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está gravemente atormentada por un demonio. |
Y he aquí una mujer Cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija es malamente atormentada del demonio. |
23 |
Pero él no le respondió palabra; y acercándose sus discípulos le rogaron, diciendo: Despídela, porque nos persigue gritando. |
Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros. |
24 |
Pero él, respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. |
Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino á las ovejas perdidas de la casa de Israel. |
25 |
Pero ella se acercó y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, ayúdame! |
Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor socórreme. |
26 |
Pero él le respondió: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perros. |
Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo á los perrillos. |
27 |
Ella dijo: ¡Así es, Señor; pero hasta los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos! |
Y ella dijo: Sí, Señor; mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores. |
28 |
Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: ¡Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres! Y su hija quedó sana desde aquella hora. |
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres. Y fué sana su hija desde aquella hora. |
29 |
Salió Jesús de allí y fue junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. |
Y partido Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea: y subiendo al monte, se sentó allí. |
30 |
Vino a él una gran multitud, que traía consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos, y los pusieron a sus pies; y él los sanó; |
Y llegaron á él muchas gentes, que tenían consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos: y los echaron á los pies de Jesús, y los sanó: |
31 |
de modo que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los lisiados sanados, a los cojos andar, a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel. |
De manera que se maravillaban las gentes, viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos: y glorificaron al Dios de Israel. |
32 |
Jesús, llamando a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión por la multitud, ya hace tres días que permanecen conmigo, y no tienen qué comer; no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino. |
Y Jesús llamando á sus discípulos, dijo: Tengo lástima de la gente, que ya hace tres días que perseveran conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos ayunos no quiero, porque no desmayen en el camino. |
33 |
Pero sus discípulos le dijeron: ¿De dónde conseguiremos aquí, en un desierto, tantos panes para saciar a tanta gente? |
Entonces sus discípulos le dicen: ¿Dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, que hartemos á tan gran compañía? |
34 |
Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos respondieron: Siete, y unos pocos pescaditos. |
Y Jesús les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. |
35 |
Mandó a la multitud que se recostase en la tierra. |
Y mandó á las gentes que se recostasen sobre la tierra. |
36 |
Tomó los siete panes y los pescados y, después de dar gracias, los partió y dio a los discípulos, y los discípulos a la multitud. |
Y tomando los siete panes y los peces, haciendo gracias, partió y dió á sus discípulos; y los discípulos á la gente. |
37 |
Comieron todos, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que sobraron siete cestos llenos. |
Y comieron todos, y se hartaron: y alzaron lo que sobró de los pedazos, siete espuertas llenas. |
38 |
Los que habían comido eran cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. |
Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin las mujeres y los niños. |
39 |
Despedida la multitud, subió en la barca, y se fue a los confines de Magadán. |
Entonces, despedidas las gentes, subió en el barco: y vino á los términos de Magdalá. |