Biblia paralela

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1 ENTONCES Jehová dijo á Moisés: Entra á Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los Hebreos, dice así: Deja ir á mi pueblo, para que me sirvan; ENTONCES Jehová dijo a Moisés: Entra a donde está Faraón y dile: Así dice Jehová, el Dios de los Hebreos: Deja ir a mi pueblo, para que ellos me sirvan.
2 Porque si no lo quieres dejar ir, y los detuvieres aún, Porque si aún rehusas dejarles ir, y todavía los detienes con violencia,
3 He aquí la mano de Jehová será sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con pestilencia gravísima: he aquí, la mano de Jehová descargará sobre tu ganado que está en el campo, sobre tus caballos, sobre tus asnos, sobre tus camellos, sobre tus vacadas, y sobre tus rebaños, con peste gravísima.
4 Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y hará Jehová distinción entre el ganado de Israel y el ganado de los Egipcios, de modo que no morirá nada de todo lo que sea de los hijos de Israel.
5 Y Jehová señaló tiempo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra. Y Jehová señaló plazo, diciendo: Mañana Jehová hará esto en la tierra.
6 Y el día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno. E hizo Jehová aquello al día siguiente, de manera que murió todo el ganado de los Egipcios; mas del ganado de los hijos de Israel no murió ni uno solo.
7 Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo. Y envió Faraón a ver; y he aquí que no había muerto del ganado de Israel ni siquiera uno. Pero obstinóse el corazón de Faraón, y no dejó ir al pueblo.
8 Y Jehová dijo á Moisés y á Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y espárzala Moisés hacia el cielo delante de Faraón: Entonces Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Coge puñados de ceniza de horno, y espárzala Moisés hacia el cielo, a vista de Faraón;
9 Y vendrá á ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, el cual originará sarpullido que cause tumores apostemados en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. y se convertirá en polvo menudo en toda la tierra de Egipto; de lo cual resultarán tumores apostemados, así en los hombres como en las bestias, por toda la tierra de Egipto.
10 Y tomaron la ceniza del horno, y pusiéronse delante de Faraón, y esparcióla Moisés hacia el cielo; y vino un sarpullido que causaba tumores apostemados así en los hombres como en las bestias. Y ellos tomaron ceniza de horno, y poniéndose Moisés delante de Faraón, esparcióla hacia el cielo; y hubo tumores apostemados así en los hombres como en las bestias.
11 Y los magos no podían estar delante de Moisés á causa de los tumores, porque hubo sarpullido en los magos y en todos los Egipcios. Y no podían los magos presentarse delante de Moisés a causa de los tumores; porque los tumores estaban en los magos y en todos los Egipcios.
12 Y Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó; como Jehová lo había dicho á Moisés. Mas Jehová endureció el corazón de Faraón, de modo que no les escuchó: como Jehová lo había dicho a Moisés.
13 Entonces Jehová dijo á Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los Hebreos, dice así: Deja ir á mi pueblo, para que me sirva. Dijo entonces Jehová a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Así dice Jehová, el Dios de los Hebreos: Deja ir a mi pueblo, para que ellos me sirvan.
14 Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas á tu corazón, sobre tus siervos, y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. Porque en esta ocasión voy a enviar todas mis plagas sobre tu corazón, y sobre tus siervos, y sobre tu pueblo, para que sepas que ninguno hay como yo en toda la tierra.
15 Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte á ti y á tu pueblo de pestilencia, y serás quitado de la tierra. Que ahora, si yo hubiera extendido mi mano para herirte a ti y a tu pueblo con peste, ya habrías desaparecido de la tierra.
16 Y á la verdad yo te he puesto para declarar en ti mi potencia, y que mi Nombre sea contado en toda la tierra. Empero yo te he mantenido en pie para esto mismo, para hacerte ver mi poder, y para que sea celebrado mi nombre en toda la tierra.
17 ¿Todavía te ensalzas tú contra mi pueblo, para no dejarlos ir? ¿Te ensoberbeces todavía contra mi pueblo para no dejarle ir?
18 He aquí que mañana á estas horas yo haré llover granizo muy grave, cual nunca fué en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora. Pues he aquí que el día de mañana, como a estas horas, haré llover granizo de tal manera grave, que nunca habrá habido otro como éste en Egipto, desde el día que se fundó hasta el presente.
19 Envía, pues, á recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre ó animal que se hallare en el campo, y no fuere recogido á casa, el granizo descenderá sobre él, y morirá. Ahora pues, envía y haz que se ponga a cubierto tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque sobre todos los hombres y animales que fueren hallados en el campo, y que no estuvieren recogidos bajo techumbre, caerá el granizo, y morirán.
20 De los siervos de Faraón el que temió la palabra de Jehová, hizo huir sus criados y su ganado á casa: Aquel de entre los siervos de Faraón que temió la palabra de Jehová, hizo que sus siervos y su ganado huyesen a las casas;
21 Mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo. mas aquel que no hizo caso de la palabra de Jehová, dejó a sus siervos y su ganado en el campo.
22 Y Jehová dijo á Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. Y dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre toda clase de plantas en la tierra de Egipto.
23 Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego discurría por la tierra; y llovió Jehová granizo sobre la tierra de Egipto. Extendió pues Moisés su vara hacia el cielo, y Jehová envió truenos y granizo, y el fuego descargó sobre tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
24 Hubo pues granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fué habitada. De suerte que hubo granizo, y fuego fulgurando en medio del granizo, sobremanera grave, cual nunca había habido en toda la tierra de Egipto desde que fué nación.
25 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo hirió el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. Y el granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo cuanto había en el campo, desde el hombre hasta la bestia; el granizo hirió también toda planta del campo, y quebró todo árbol del campo.
26 Solamente en la tierra de Gosén, donde los hijos de Israel estaban, no hubo granizo. Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
27 Entonces Faraón envió á llamar á Moisés y á Aarón, y les dijo: He pecado esta vez: Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos. Entonces Faraón envió y llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es el justo, y yo y mi pueblo somos los inicuos.
28 Orad á Jehová: y cesen los truenos de Dios y el granizo; y yo os dejaré ir, y no os detendréis más. Suplicad a Jehová; porque ya ha habido lo bastante de grandes truenos y granizo; y yo os dejaré ir, y no os detendréis más.
29 Y respondióle Moisés: En saliendo yo de la ciudad extenderé mis manos á Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra. Le dijo pues Moisés: Cuando yo saliere de la ciudad, extenderé mis manos hacia Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo: para que sepas que de Jehová es la tierra.
30 Mas yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia del Dios Jehová. Mas en cuanto a ti y a tus siervos, yo ya sé que no temeréis todavía delante del Dios Jehová.
31 El lino, pues, y la cebada fueron heridos; porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña. Y el lino y la cebada fueron heridos; porque la cebada estaba en espiga, y el lino en flor.
32 Mas el trigo y el centeno no fueron heridos; porque eran tardíos. Mas el trigo y la espelta no fueron heridos, porque eran tardíos.
33 Y salido Moisés de con Faraón de la ciudad, extendió sus manos á Jehová, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra. Moisés entonces salió de la presencia de Faraón, afuera de la ciudad, y extendió las manos hacia Jehová; con lo cual cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no se derramó más sobre la tierra.
34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y agravó su corazón, él y sus siervos. Pero cuando vió Faraón que había cesado la lluvia, y el granizo, y los truenos, volvió a pecar, e hizo obstinado su corazón, así él como sus siervos.
35 Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir á los hijos de Israel; como Jehová lo había dicho por medio de Moisés. De manera que se endureció el corazón de Faraón, y no dejó ir a los hijos de Israel; como Jehová lo había dicho por conducto de Moisés.
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