Biblia paralela

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1 CIERTAMENTE la plata tiene sus veneros, y el oro que acrisolan tiene su lugar. CIERTAMENTE la plata tiene sus veneros, Y el oro lugar donde se forma.
2 El hierro es sacado de la tierra, y de la piedra es fundido el cobre. El hierro se saca del polvo, Y de la piedra es fundido el metal.
3 El hombre pone término a las tinieblas, y hasta los últimos confines escudriña las piedras que están en densas tinieblas y sombra de muerte. Á las tinieblas puso término, Y examina todo á la perfección, Las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte.
4 Rompe para sí socavón, lejos de habitación humana: olvidados de los que pasan, se descuelgan allí los más pobres de los hombres, columpiándose de una parte a otra. Brota el torrente de junto al morador, Aguas que el pie había olvidado: Sécanse luego, vanse del hombre.
5 La tierra, de donde sale el pan, por debajo está revuelta como por fuego. De la tierra nace el pan, Y debajo de ella estará como convertida en fuego.
6 Sus piedras son el lugar de zafiros; ella contiene polvo de oro. Lugar hay cuyas piedras son zafiro, Y sus polvos de oro.
7 Esa senda no la conoce ave de rapiña, ni la ha visto ojo de halcón; Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vió:
8 no la han pisado las bestias soberbias, ni pasó jamás por ella león rugiente. Nunca la pisaron animales fieros, Ni león pasó por ella.
9 A la roca pedernal extiende el minero su mano; trastorna de raíz las montañas. En el pedernal puso su mano, Y trastornó los montes de raíz.
10 Por en medio de rocas, corta galerías; y todo lo precioso lo ve su ojo. De los peñascos cortó ríos, Y sus ojos vieron todo lo preciado.
11 Ataja las corrientes para que no fluyan, y saca a luz lo más escondido. Detuvo los ríos en su nacimiento, É hizo salir á luz lo escondido.
12 Pero la Sabiduría ¿en dónde podrá ser hallada? ¿y cuál es el lugar de la Inteligencia? Empero ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la prudencia?
13 No conoce el mortal su precio, ni ella se halla en la tierra de los vivientes. No conoce su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes.
14 El abismo dice: ¡No está en mi! y el mar dice: ¡Tampoco mora conmigo! El abismo dice: No está en mí: Y la mar dijo: Ni conmigo.
15 NO podrán darse tesoros por ella, ni se pesará plata como precio suyo. No se dará por oro, Ni su precio será á peso de plata.
16 No será avaluada con oro de Ofir, con el ónice precioso, ni con zafiros. No puede ser apreciada con oro de Ophir, Ni con onique precioso, ni con zafiro.
17 No se le igualará el oro, ni el vidrio, ni el cambio de ella se efectuará por alhajas de oro acrisolado. El oro no se le igualará, ni el diamante; Ni se trocará por vaso de oro fino.
18 En cuanto a los corales y el cristal, ni se mencionen, pues que el valor de la Sabiduría supera al de las perlas. De coral ni de perlas no se hará mención: La sabiduría es mejor que piedras preciosas.
19 No se le igualará el topacio de Etiopía, ni con el oro más puro se puede avaluar. No se igualará con ella esmeralda de Ethiopía; No se podrá apreciar con oro fino.
20 ¿De dónde pues viene la Sabiduría, y cuál es el lugar de la Inteligencia; ¿De dónde pues vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
21 ya que está encubierta a los ojos de todo viviente, y a las aves del cielo se oculta? Porque encubierta está á los ojos de todo viviente, y á toda ave del cielo es oculta.
22 La Perdición y la Muerte dicen: ¡Por nuestros oídos hemos sabido la fama de ella! El infierno y la muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos.
23 Dios solo entiende su camino, y sabe el lugar de ella. Dios entiende el camino de ella, Y él conoce su lugar.
24 Porque mira hasta los extremos de la tierra; ve cuanto está debajo de todo el cielo. Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve debajo de todo el cielo.
25 Cuando dió al viento su peso, y a las aguas las tasó por medida; Al dar peso al viento, Y poner las aguas por medida;
26 cuando prescribió ley a la lluvia, y sendero al rayo; Cuando él hizo ley á la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos:
27 entonces él la vió, y la dió a conocer; la estableció, y también la escudriñó, Entonces la veía él, y la manifestaba: Preparóla y descubrióla también.
28 y al hombre le dijo: ¡He aquí que el temor del Señor es la Sabiduría, y el apartarse del mal, la Inteligencia! Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal la inteligencia.
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