1 |
¡MI aliento se agota, mis días se acaban, los sepulcros me están aguardando! |
MI ALIENTO está corrompido, acórtanse mis días, Y me está aparejado el sepulcro. |
2 |
Ciertamente son mofadores los que están conmigo, y en sus amargas censuras han de detenerse mis ojos. |
No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya acrimonia se detienen mis ojos. |
3 |
¡Ruégote, Señor, que des fianza! ¡responde por mí ante ti mismo! ¿quién sino tú querrá dar la mano por mí? |
Pon ahora, dame fianza para litigar contigo: ¿Quién tocará ahora mi mano? |
4 |
Porque has escondido del corazón de ellos la inteligencia; por lo cual no los ensalzarás. |
Porque á éstos has tú escondido su corazón de inteligencia: Por tanto, no los ensalzarás. |
5 |
El que traiciona a sus amigos, para hacer presa de ellos, los ojos de sus mismos hijos desfallecerán. |
El que denuncia lisonjas á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan. |
6 |
Se me ha puesto por refrán del pueblo; sí, he venido a ser como a quien le escupen en la cara. |
Él me ha puesto por parábola de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril. |
7 |
Se han debilitado mis ojos con el dolor, y mis miembros todos están como una sombra. |
Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra. |
8 |
Se pasmarán los rectos a causa de esto, y el inocente se despertará contra el impío. |
Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el hipócrita. |
9 |
Como quiera que sea, el justo seguirá resueltamente su camino, y el que es de manos limpias se hará más y más fuerte. |
No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza. |
10 |
Empero en cuanto a todos vosotros, volveos: llegaos acá, si queréis; y no hallaré entre vosotros ni uno sabio. |
Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio. |
11 |
Mis días se pasaron ya, mis propósitos están desbaratados, los tesoros más preciosos de mi corazón; |
Pasáronse mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón. |
12 |
los cuales solían mudar para mi la noche en día: la luz cercana estaba a las tinieblas. |
Pusieron la noche por día, Y la luz se acorta delante de las tinieblas. |
13 |
Aun cuando espere, el sepulcro es mi casa; en las tinieblas tengo tendido mi lecho. |
Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas. |
14 |
A la corrupción digo: ¡Mi padre eres! y al gusano: ¡Mi madre y mi hermana! |
Á la huesa tengo dicho: Mi padre eres tú; Á los gusanos: Mi madre y mi hermana. |
15 |
Así que ¿en dónde hay esperanza para mí? y en cuanto a mi esperanza, ¿quién la verá? |
¿Dónde pues estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá? |
16 |
Bajen pues mis miembros a la sepultura: verdaderamente sólo en el polvo hay descanso para todos. |
Á los rincones de la huesa descenderán, Y juntamente descansarán en el polvo. |