Biblia paralela

# Moderna 1929 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 PABLO, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que esta en Corinto, juntamente con todos los santos que están en toda la Acaya: PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Timoteo el hermano, á la iglesia de Dios que está en Corinto, juntamente con todos los santos que están por toda la Acaya:
2 Gracia a vosotros y paz, de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación; Bendito sea el Dios y Padre del Señor Jesucristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,
4 el cual nos consuela en toda nuestra aflicción, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios. El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar á los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios.
5 Porque de la manera que abundan los padecimientos de Cristo para con nosotros, así también nuestra consolación abunda por medio de Cristo. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
6 Mas ora sea que suframos, es para vuestra consolación y salvación; ora que seamos consolados, es para vuestra consolación, la cual obra en el sufrir con paciencia los mismos padecimientos que nosotros también sufrimos. Mas si somos atribulados, es por vuestra consolación y salud; la cual es obrada en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos: ó si somos consolados, es por vuestra consolación y salud;
7 Y nuestra esperanza en lo tocante a vosotros es firme; sabiendo que, así como sois participantes en los padecimientos, así también lo seréis en la consolación. Y nuestra esperanza de vosotros es firme; estando ciertos que como sois compañeros de las aflicciones, así también lo sois de la consolación.
8 Pues no queremos que estéis en ignorancia, hermanos, respecto de nuestra aflicción, que nos sucedió en la provincia de Asia, en grado tal, que estábamos excesivamente abrumados, sobre nuestras fuerzas, de manera que desesperábamos aun de la vida. Porque hermanos, no queremos que ignoréis de nuestra tribulación que nos fué hecha en Asia; que sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas de tal manera que estuviésemos en duda de la vida.
9 En verdad, nosotros mismos teníamos dentro de nosotros la sentencia de muerte; para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos:
10 El cual nos libró de tan terrible muerte, y aun nos libra; en quien confiamos que aun todavía nos seguirá librando; El cual nos libró y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará;
11 cooperando también vosotros, con vuestra súplica, a favor nuestro; para que de parte de muchas personas sean dadas gracias por este beneficio, concedido a nosotros a instancias de muchos. Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros, para que por la merced hecha á nos por respeto de muchos, por muchos sean hechas gracias por nosotros.
12 Porque nuestro regocijo es esto: El testimonio de nuestra conciencia, que con santidad, y con sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino por la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mayormente para con vosotros. Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, mas con la gracia de Dios, hemos conversado en el mundo, y muy más con vosotros.
13 Porque no os escribimos otra cosa fuera de las que leéis, y también reconocéis, y yo espero que también las reconoceréis hasta el fin; Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, ó también conocéis: y espero que aun hasta el fin las conoceréis:
14 según también nos habéis reconocido a nosotros, en parte, que somos vuestro regocijo, así como también vosotros seréis el nuestro, en el día de nuestro Señor Jesús. Como también en parte habéis conocido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
15 Y en esta confianza me propuse ir primero a vosotros, para que recibieseis un segundo beneficio; Y con esta confianza quise primero ir á vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia;
16 y pasar por vosotros a Macedonia, y otra vez venir desde Macedonia a vosotros, y ser por vosotros encaminado para Judea. Y por vosotros pasar á Macedonia, y de Macedonia venir otra vez á vosotros, y ser vuelto de vosotros á Judea.
17 Teniendo pues este propósito, ¿acaso usé de ligereza? ¿o las cosas que determino hacer, las determino según la carne, de modo que haya conmigo el Sí, sí y el No, no? Así que, pretendiendo esto, ¿usé quizá de liviandad? ó lo que pienso hacer, ¿piénsolo según la carne, para que haya en mí Sí y No?
18 Mas como Dios es fiel, nuestra palabra para con vosotros no es Sí y No. Antes, Dios fiel sabe que nuestra palabra para con vosotros no es Sí y No.
19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que entre vosotros fué predicado por nosotros, es decir, por mí y Silvano y Timoteo, no fué Sí y No, sino que nuestra palabra en él ha sido siempre Sí. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que por nosotros ha sido entre vosotros predicado, por mí y Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él.
20 Pues por muchas que sean las promesas de Dios, en él está el Sí de ellas; y en él el Amén, para gloria de Dios por medio de nosotros. Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por nosotros á gloria de Dios.
21 Y el que nos confirma juntamente con vosotros en Cristo, y nos ha ungido, es Dios; Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios;
22 el cual nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. El cual también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazones.
23 Empero llamo a Dios por testigo sobre mi alma, que ha sido para perdonaros que no he ido todavía a Corinto. Mas yo llamo á Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía á Corinto.
24 No que tengamos señorío sobre vuestra fe, sino que somos ayudadores de vuestro gozo: porque por la fe estáis en pie. No que nos enseñoreemos de vuestra fe, mas somos ayudadores de vuestro gozo: porque por la fe estáis firmes.
navigate_before 1 Corintios 16 2 Corintios 2 navigate_next
arrow_upward Arriba