Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando acabó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Y ACONTECIÓ que estando él orando en un lugar, como acabó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos á orar, como también Juan enseñó á sus discípulos.
2 Les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Y les dijo: Cuando orareis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos; sea tu nombre santificado. Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
3 Danos hoy nuestro pan cotidiano. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
4 Perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en la tentación. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos á todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo.
5 Y les dijo: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, y acudirá a él a medianoche y le dirá: Amigo, préstame tres panes; Díjoles también: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, é irá á él á media noche, y le dirá: Amigo, préstame tres panes,
6 porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo qué ofrecerle; Porque un amigo mío ha venido á mí de camino, y no tengo que ponerle delante;
7 y aquel, respondiendo desde adentro, le dirá: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos están conmigo en la cama; no puedo levantarme y dártelos? Y el de dentro respondiendo, dijere: No me seas molesto; la puerta está ya cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y darte?
8 Os digo que, aunque no se levante a darle por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad se levantará y le dará cuantos necesite. Os digo, que aunque no se levante á darle por ser su amigo, cierto por su importunidad se levantará, y le dará todo lo que habrá menester.
9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto.
10 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abre.
11 ¿Y quién de vosotros que sea padre, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, en su lugar le dará una serpiente? ¿Y cuál padre de vosotros, si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra?, ó, si pescado, ¿en lugar de pescado, le dará una serpiente?
12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Ó, si le pidiere un huevo, ¿le dará un escorpión?
13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo á los que lo pidieren de él?
14 Estaba expulsando a un demonio que era mudo; y sucedió que, al salir el demonio, el mudo habló, y las multitudes se maravillaron. Y estaba él lanzando un demonio, el cual era mudo: y aconteció que salido fuera el demonio, el mudo habló y las gentes se maravillaron.
15 Pero algunos de ellos dijeron: Por Beelzebú, el príncipe de los demonios, echa fuera a los demonios. Mas algunos de ellos decían: En Beelzebub, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.
16 Mientras otros, para tentarlo, le pedían una señal del cielo. Y otros, tentando, pedían de él señal del cielo.
17 Pero él, que conocía sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumba. Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.
18 Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? Porque decís que por Beelzebú yo expulso a los demonios. Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reino? porque decís que en Beelzebub echo yo fuera los demonios.
19 Si, pues, yo por Beelzebú expulso a los demonios, vuestros hijos ¿por quién los expulsan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Pues si yo echo fuera los demonios en Beelzebub, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
20 Pero si yo con el dedo de Dios expulso a los demonios, entonces os ha llegado el reino de Dios. Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, cierto el reino de Dios ha llegado á vosotros.
21 Cuando el fuerte bien armado guarda su casa, todos sus bienes están seguros. Cuando el fuerte armado guarda su atrio, en paz está lo que posee.
22 Pero cuando viene otro más poderoso que él y lo vence, le quitará su armadura en la que confiaba y repartirá su botín. Mas si sobreviniendo otro más fuerte que él, le venciere, le toma todas sus armas en que confiaba, y reparte sus despojos.
23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares áridos buscando reposo; al no encontrarlo, dice: Regresaré a mi casa de donde salí. Cuando el espíritu inmundo saliere del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Me volveré á mi casa de donde salí.
25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Y viniendo, la halla barrida y adornada.
26 Entonces va y toma consigo a otros siete espíritus peores que él; y entrando, se establecen allí; y el estado final de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, habitan allí: y lo postrero del tal hombre es peor que lo primero.
27 Aconteció que, mientras él decía esto, una mujer en medio de la multitud levantó la voz y le dijo: ¡Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste! Y aconteció que diciendo estas cosas, una mujer de la compañía, levantando la voz, le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste.
28 Pero él respondió: Antes, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y se guían por ella. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
29 Como las multitudes se agrupaban, comenzó a decirles: Esta es una generación perversa; busca una señal, y no se le dará señal, sino la de Jonás. Y juntándose las gentes á él, comenzó á decir: Esta generación mala es: señal busca, mas señal no le será dada, sino la señal de Jonás.
30 Porque como Jonás fue señal para los ninivitas, así será también el Hijo del hombre para esta generación. Porque como Jonás fué señal á los Ninivitas, así también será el Hijo del hombre á esta generación.
31 La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y hay más que Salomón en este lugar. La reina del Austro se levantará en juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque vino de los fines de la tierra á oír la sabiduría de Salomón; y he aquí más que Salomón en este lugar.
32 Los ninivitas se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y mirad, hay algo más que Jonás aquí. Los hombres de Nínive se levantarán en juicio con esta generación, y la condenarán; porque á la predicación de Jonás se arrepintieron; y he aquí más que Jonás en este lugar.
33 Nadie que enciende una lámpara la oculta, ni la pone debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz. Nadie pone en oculto la antorcha encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz.
34 La lámpara del cuerpo es tu ojo; cuando tu ojo es simple, también todo tu cuerpo está iluminado; pero cuando es malo, también todo tu cuerpo está oscuro. La antorcha del cuerpo es el ojo: pues si tu ojo fuere simple, también todo tu cuerpo será resplandeciente; mas si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso.
35 Mira, pues, que la luz que hay en ti, no sea tinieblas. Mira pues, si la lumbre que en ti hay, es tinieblas.
36 Por tanto, si todo tu cuerpo está iluminado, sin tener oscura ninguna parte, estará totalmente lleno de luz, como cuando una lámpara te ilumina con su fulgor. Así que, siendo todo tu cuerpo resplandeciente, no teniendo alguna parte de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una antorcha de resplandor te alumbra.
37 Mientras él hablaba, un fariseo le rogó que comiera con él; y al entrar, se puso a la mesa. Y luego que hubo hablado, rogóle un Fariseo que comiese con él: y entrado Jesús, se sentó á la mesa.
38 Pero al ver esto el fariseo, se extrañó de que no se hubiera lavado antes de comer. Y el Fariseo, como lo vió, maravillóse de que no se lavó antes de comer.
39 Entonces el Señor le dijo: Así vosotros, los fariseos, limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero vuestro interior está lleno de codicia y de maldad. Y el Señor le dijo: Ahora vosotros los Fariseos lo de fuera del vaso y del plato limpiáis; mas lo interior de vosotros está lleno de rapiña y de maldad.
40 ¡Insensatos! ¿El que hizo lo de fuera, no hizo también lo de dentro? Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de dentro?
41 Antes, dad más bien limosna de lo que tenéis dentro, y todo os será puro. Empero de lo que os resta, dad limosna; y he aquí todo os será limpio.
42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos! Porque dais el diezmo por la menta, la ruda y toda hortaliza; y desatendéis la justicia y el amor de Dios. Esto debíais hacer sin desatender aquello. Mas ¡ay de vosotros, Fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza; mas el juicio y la caridad de Dios pasáis de largo. Pues estas cosas era necesario hacer, y no dejar las otras.
43 ¡Ay de vosotros, fariseos!, que amáis los primeros asientos en las sinagogas y los saludos en las plazas. ¡Ay de vosotros, Fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.
44 ¡Ay de vosotros! Porque sois como sepulturas disimuladas, y los hombres que andan por encima no lo saben. ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.
45 Respondiendo entonces uno de los doctores de la ley, le dijo: ¡Maestro, diciendo esas cosas nos ofendes también a nosotros! Y respondiendo uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas á nosotros.
46 Él entonces dijo: ¡Ay de vosotros también, los doctores de la ley! Porque imponéis a los hombres cargas insoportables, y vosotros ni siquiera las tocáis con un dedo. Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, doctores de la ley! que cargáis á los hombres con cargas que no pueden llevar; mas vosotros ni aun con un dedo tocáis las cargas.
47 ¡Ay de vosotros! Porque edificáis los sepulcros de los profetas a quienes vuestros padres mataron. ¡Ay de vosotros! que edificáis los sepulcros de los profetas, y los mataron vuestros padres.
48 ¡Así que sois testigos y consentidores de las obras de vuestros padres; porque en verdad ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros! De cierto dais testimonio que consentís en los hechos de vuestros padres; porque á la verdad ellos los mataron, mas vosotros edificáis sus sepulcros.
49 Por esto también la sabiduría de Dios dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y a muchos de ellos matarán y perseguirán; Por tanto, la sabiduría de Dios también dijo: Enviaré á ellos profetas y apóstoles; y de ellos á unos matarán y á otros perseguirán;
50 para que sea reclamada a esta generación la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la fundación del mundo; Para que de esta generación sea demandada la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la fundación del mundo;
51 desde la sangre de Abel, hasta la sangre de Zacarías, que falleció entre el altar y el santuario; en verdad os digo que esto le será reclamado a esta generación. Desde la sangre de Abel, hasta la sangre de Zachârías, que murió entre el altar y el templo: así os digo, será demandada de esta generación.
52 ¡Ay de vosotros doctores de la ley! Porque habéis quitado la llave del conocimiento; vosotros no entrasteis, y a los que estaban entrando se lo impedisteis. ¡Ay de vosotros, doctores de la ley! que habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y á los que entraban impedisteis.
53 Mientras les decía estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a fustigarlo con dureza y a provocarlo para que hablase de muchas cosas; Y diciéndoles estas cosas, los escribas y los Fariseos comenzaron á apretar le en gran manera, y á provocarle á que hablase de muchas cosas;
54 acechándolo para cazar alguna palabra suya y poder acusarlo. Acechándole, y procurando cazar algo de su boca para acusarle.
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