Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Sed imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo. SED imitadores de mí, así como yo de Cristo.
2 Os alabo, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las transmití. Y os alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé.
3 Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios. Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.
4 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. Todo varón que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza.
5 Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza; porque es igual que si se hubiese rapado. Mas toda mujer que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se rayese.
6 Porque si la mujer no se cubre, que también se rape; pero si le es vergonzoso a la mujer estar trasquilada o rapada, que se cubra. Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase.
7 Porque el hombre, siendo imagen y gloria de Dios, no debe cubrirse la cabeza; pero la mujer es gloria del hombre. Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la mujer es gloria del varón.
8 Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre; Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón.
9 y de hecho, el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. Porque tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
10 Por tanto, la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. Por lo cual, la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
11 Pero en el Señor, ni la mujer es sin el hombre, ni el hombre sin la mujer. Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.
12 Porque como la mujer procede del hombre, así también el hombre nace de la mujer; pero todas las cosas son de Dios. Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer: empero todo de Dios.
13 Juzgad por vosotros mismos: ¿Es apropiado que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta? Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta?
14 ¿La naturaleza misma no os enseña que si el hombre lleva la cabellera larga, es una deshonra para él, La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?
15 mientras que para la mujer es honroso llevar la cabellera larga? Porque la cabellera larga le es dada en lugar de velo. Por el contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
16 Pero si alguno cree poder discutir, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. Con todo eso, si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque os reunís no para lo mejor, sino para lo peor. Esto empero os denuncio, que no alabo, que no por mejor sino por peor os juntáis.
18 Ante todo, oigo decir que al reuniros en asamblea hay divisiones entre vosotros; y en parte lo creo. Porque lo primero, cuando os juntáis en la iglesia, oigo que hay entre vosotros disensiones; y en parte lo creo.
19 Porque también es necesario que las haya entre vosotros, para que se manifiesten los que son aprobados entre vosotros. Porque preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los que son probados se manifiesten entre vosotros.
20 Cuando, pues, os reunís, esto no es comer la Cena del Señor; Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor.
21 porque al comer, cada cual se adelanta a tomar su propia cena; uno tiene hambre, y otro está embriagado. Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado.
22 ¿Acaso no tenéis casas para comer y beber? ¿O despreciáis a la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que nada tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré? En esto no os alabo.
23 Porque yo recibí del Señor lo que también os enseñé: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan;
24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que es por vosotros. Haced esto en memoria de mí. Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí.
25 Asimismo, tomó también la copa, después de cenar, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto, siempre que la bebáis, en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí.
26 Porque siempre que comáis de este pan y bebáis de esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que él venga. Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.
27 Así, cualquiera que coma del pan o beba de la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, que cada uno se examine a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa; Por tanto, pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa.
29 porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí mismo. Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.
30 Por esto muchos de entre vosotros están enfermos y debilitados, y bastantes duermen. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.
31 Pero si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.
32 Pero siendo juzgados, somos educados por el Señor, para no ser condenados con el mundo. Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
33 Así que, hermanos míos, cuando os reunís para comer, esperaos unos a otros. Así, que, hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros.
34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa; para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando vaya. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare.
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