Biblia paralela

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1 ¿NO clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia? ¿NO clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?
2 En los altos cabezos, junto al camino, Á las encrucijadas de las veredas se para; En las más elevadas cimas, junto al camino, puesta de pie donde se juntan los senderos;
3 En el lugar de las puertas, á la entrada de la ciudad, Á la entrada de las puertas da voces: a un lado de las puertas, a la entrada de la ciudad, en la desembocadura de las calles, levanta ella la voz.
4 Oh hombres, á vosotros clamo; Y mi voz es á los hijos de los hombres. Dice; ¡A vosotros, oh hombres, estoy clamando, y mi voz se dirige a los hijos de Adam!
5 Entended, simples, discreción; Y vosotros, locos, entrad en cordura. ¡Entended, oh simples, la cordura, y vosotros, oh insensatos, sed de inteligente corazón!
6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes; Y abriré mis labios para cosas rectas. Escuchad, porque voy a hablar de cosas excelentísimas, y lo que sale de mis labios serán cosas rectas.
7 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios. Porque mi boca proferirá la verdad, y la maldad es abominación a mis labios.
8 En justicia son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida. En la justicia se apoyan todos los dichos de mi boca; no hay en ellos cosa torcida ni perversa.
9 Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables á los que han hallado sabiduría. Todos ellos son derechos para el hombre entendido, y rectos para los que hallan la ciencia.
10 Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido. Recibid mi instrucción, y no la plata; la ciencia también antes que el oro más escogido.
11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella. Porque la sabiduría vale más que los rubíes; y todas las cosas más deseables no pueden compararse con ella.
12 Yo, la sabiduría, habito con la discreción, Y hallo la ciencia de los consejos. Yo, la Sabiduría, habito con la cordura, y hallo el conocimiento de los consejos sagaces.
13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, y el mal camino Y la boca perversa, aborrezco. El temor de Jehová es aborrecer la maldad; el orgullo la soberbia y el camino, y la boca engañosa yo aborrezco.
14 Conmigo está el consejo y el ser; Yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza. Míos son el consejo y la sana razón; yo soy la inteligencia, yo tengo potencia.
15 Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia. Por mí reinan los reyes y los príncipes decretan la justicia.
16 Por mí dominan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra. Por mí mandan los caudillos, los nobles y todos los jueces de la, tierra.
17 Yo amo á los que me aman; Y me hallan los que madrugando me buscan. Yo amo a los que me aman, y los que me buscan temprano me hallarán.
18 Las riquezas y la honra están conmigo; Sólidas riquezas, y justicia. La riqueza y la honra están conmigo, sustancia duradera y justicia.
19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida. Mejor es mi fruto que el oro, sí, que el oro acrisolado, y mi producto, que la plata escogida.
20 Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio; Yo ando en el camino de la justicia, en medio de los senderos de la equidad;
21 Para hacer heredar á mis amigos el ser, Y que yo hincha sus tesoros. para hacer que los que me aman hereden posesiones verdaderas, y para que yo hinche sus tesoros.
22 Jehová me poseía en el principio de su camino, Ya de antiguo, antes de sus obras. Jehová me engendró en el principio de su carrera, antes de sus obras de tiempo antiquísimo.
23 Eternalmente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra. Desde la eternidad fuí yo ungida, desde el principio, antes que existiera la tierra.
24 Antes de los abismos fuí engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. Cuando no había abismos, fuí dada a luz; cuando no había manantiales abundantes en aguas,
25 Antes que los montes fuesen fundados, Antes de los collados, era yo engendrada: antes que se afirmasen las montañas, antes de haber collados, fui dada a luz;
26 No había aún hecho la tierra, ni las campiñas, Ni el principio del polvo del mundo. cuando no se había hecho todavía la tierra, ni los campos, ni el principio de la materia térrea del mundo.
27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando señalaba por compás la sobrefaz del abismo; Cuando Jehová estableció los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la haz del abismo;
28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; cuando fortaleció las nubes allá arriba; cuando dió resistencia a las fuentes del abismo;
29 Cuando ponía á la mar su estatuto, Y á las aguas, que no pasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra; cuando impuso al mar su decreto, para que las aguas no traspasasen su mandato; cuando ordenó los cimientos de la tierra;
30 Con él estaba yo ordenándolo todo; Y fuí su delicia todos los días, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo. entonces estaba yo a su lado, como el arquitecto de todo; y era su delicia de día en día, regocijándome siempre delante de él;
31 Huélgome en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres. regocijándome en su tierra habitada, y mis delicias, el estar con los hijos de los hombres.
32 Ahora pues, hijos, oídme: Y bienaventurados los que guardaren mis caminos. ¡Ahora pues, oh hijos, escuchadme! porque Felices son los que guardan mis caminos.
33 Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis. ¡Oíd la instrucción, y sed sabios; no la desechéis)
34 Bienaventurado el hombre que me oye, Velando á mis puertas cada día, Guardando los umbrales de mis entradas. ¡Bienaventurado el hombre que me escucha, velando diariamente a mis umbrales, aguardando a los postes de mis puertas!
35 Porque el que me hallare, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. porque los que me hallan, hallan la vida, y alcanzarán favor por parte de Jehová.
36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte. Mas aquel que peca contra mí hace agravio a su propia alma: ¡todos los que me odian, aman la muerte!
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