Biblia paralela

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1 LA mujer sabia edifica su casa: Mas la necia con sus manos la derriba. TODA mujer sabia edifica su casa; pero la necia con sus mismas manos la derriba.
2 El que camina en su rectitud teme á Jehová: Mas el pervertido en sus caminos lo menosprecia. El que anda en su rectitud teme a Jehová; mas aquel que es perverso en su camino le desprecia.
3 En la boca del necio está la vara de la soberbia: Mas los labios de los sabios los guardarán. En la boca del necio hay una vara para su propia soberbia; mas la lengua de los sabios a ellos mismos les sirve de guarda.
4 Sin bueyes el granero está limpio: Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan. Donde no hay bueyes, la troje está vacía; pero la abundancia de las mieses está en la fuerza del buey.
5 El testigo verdadero no mentirá: Mas el testigo falso hablará mentiras. El testigo fiel no mentirá; pero el testigo falso respira falsedades.
6 Busca el escarnecedor la sabiduría, y no la halla: Mas la sabiduría al hombre entendido es fácil. El escarnecedor busca la sabiduría, y no la halla; pero la ciencia es fácil al hombre de entendimiento.
7 Vete de delante del hombre necio, Porque en él no advertirás labios de ciencia. Apártate de la presencia del hombre insensato; pues que nunca. advertiste en él los labios del saber.
8 La ciencia del cuerdo es entender su camino: Mas la indiscreción de los necios es engaño. La sabiduría del hombre prudente está en entender su camino; pero la necedad de los insensatos es el engaño de ellos mismos.
9 Los necios se mofan del pecado: Mas entre los rectos hay favor. Los insensatos se burlan del pecado; pero con los rectos está la complacencia del Señor.
10 El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entrometerá en su alegría. El corazón conoce su propia amargura, y en su gozo no se entromete el extraño.
11 La casa de los impíos será asolada: Mas florecerá la tienda de los rectos. La casa de los inicuos será arrasada; pero prosperará la morada de los rectos.
12 Hay camino que al hombre parece derecho; Empero su fin son caminos de muerte. Camino hay que al hombre le parece recto, cuyo fin son caminos de muerte.
13 Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja. Aun en la risa estará triste el corazón, y a su postre, se trueca la alegría en pesadumbre.
14 De sus caminos será harto el apartado de razón: Y el hombre de bien estará contento del suyo. De sus propios caminos se hartará el reincidente de corazón; y de sí mismo será saciado el hombre bueno.
15 El simple cree á toda palabra: Mas el avisado entiende sus pasos. El simple cree cuanto le dicen; pero el prudente mira bien sus pasos.
16 El sabio teme, y se aparta del mal: Mas el necio se arrebata, y confía. El sabio teme, y se aparta del mal; pero el insensato se muestra orgulloso y confiado.
17 El que presto se enoja, hará locura: Y el hombre malicioso será aborrecido. El que es pronto en airarse cometerá necedades; y el hombre de inicuas intrigas será odiado.,
18 Los simples heredarán necedad: Mas los cuerdos se coronarán de sabiduría. Los simples reciben por herencia la necedad; pero los juiciosos se coronan de ciencia.
19 Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos á las puertas del justo. Los malos se inclinan ante los buenos, y los inicuos ante las puertas del justo.
20 El pobre es odioso aun á su amigo: Pero muchos son los que aman al rico. Hasta de su mismo prójimo es odiado el pobre; pero los amigos del rico son muchos.
21 Peca el que menosprecia á su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado. El que desprecia a su prójimo peca; mas aquel que se compadece de los pobres es feliz.
22 ¿No yerran los que piensan mal? Misericordia empero y verdad alcanzarán los que piensan bien. ¿No van errados los que maquinan el mal? pero la misericordia y la verdad serán para los que piensan medios de hacer bien.
23 En toda labor hay fruto: Mas la palabra de los labios solamente empobrece. En todo trabajo hay provecho; mas la parlería de los labios conduce solamente a la indigencia.
24 Las riquezas de los sabios son su corona: Mas es infatuación la insensatez de los necios. Corona para los sabios son sus riquezas; mas la necedad de los insensatos es solamente necedad.
25 El testigo verdadero libra las almas: Mas el engañoso hablará mentiras. El testigo veraz libra las almas de los calumniados; mas el doloso respira falsedades.
26 En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos. En el temor de Jehová estriba una confianza fortísima, y sus hijos tendrán lugar de refugio.
27 El temor de Jehová es manantial de vida, Para apartarse de los lazos de la muerte. El temor de Jehová es fuente de vida, para que uno se aleje de los lazos de la muerte.
28 En la multitud de pueblo está la gloria del rey: Y en la falta de pueblo la flaqueza del príncipe. En la muchedumbre de su pueblo está la gloria del rey; y en la escasez de gente, la ruina del príncipe.
29 El que tarde se aira, es grande de entendimiento: Mas el corto de espíritu engrandece el desatino. El que es tardo en airarse es de grande entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu ensalza la necedad.
30 El corazón apacible es vida de las carnes: Mas la envidia, pudrimiento de huesos. El corazón sosegado es vida para la carne; pero la envidia es carcoma de los huesos.
31 El que oprime al pobre, afrenta á su Hacedor: Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra. El que oprime al pobre vitupera a su Hacedor; mas le honra aquel que se compadece del menesteroso.
32 Por su maldad será lanzado el impío: Mas el justo en su muerte tiene esperanza. El inicuo será desterrado en sus maldades; pero el justo tiene confianza en su muerte.
33 En el corazón del cuerdo reposa la sabiduría; Y es conocida en medio de los necios. La sabiduría se aposenta en el corazón del hombre de entendimiento; mas lo que está en el interior de los insensatos será prontamente conocido.
34 La justicia engrandece la nación: Mas el pecado es afrenta de las naciones. La justicia ensalza a la nación; mas el pecado es la afrenta de los pueblos.
35 La benevolencia del rey es para con el ministro entendido: Mas su enojo contra el que lo avergüenza. El favor del rey es para el servidor que obra con prudencia; pero su ira será para aquel que causa vergüenza.
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