Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 Y EN este mismo tiempo estaban allí unos que le contaban acerca de los Galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con sus sacrificios. HABÍA presentes en aquel tiempo algunos que le contaron de aquellos galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con la de sus sacrificios.
2 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos Galileos, porque han padecido tales cosas, hayan sido más pecadores que todos los Galileos? Y él respondiendo, les dijo: ¿Pensáis acaso que esos galileos eran mayores pecadores que todos los galileos, por cuanto sufrieron estas cosas?
3 No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente. Os digo que no; antes bien, si vosotros no os arrepintiereis, todos pereceréis de igual manera.
4 Ó aquellos dieciocho, sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que ellos fueron más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalem? O aquellos diez y ocho, sobre quienes cayó la torre en Siloé y los mató ¿pensáis que ellos eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?
5 No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis asimismo. Os digo que no; antes bien, si vosotros no os arrepintiereis, todos asimismo pereceréis.
6 Y dijo esta parábola: Tenía uno una higuera plantada en su viña, y vino á buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo esta parábola: Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y vino buscando fruto en ella, mas no lo halló.
7 Y dijo al viñero: He aquí tres años ha que vengo á buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra? Dijo, pues, al viñero: He aquí, hace ya tres años que vengo buscando fruto en esta higuera, y no lo hallo: ¡córtala! ¿por qué también inutiliza la tierra?
8 Él entonces respondiendo, le dijo: Señor, déjala aún este año, hasta que la excave, y estercole. Mas él respondiendo, le dijo: Señor, déjala este año también, hasta que yo cave en derredor de ella, y le eche estiércol:
9 Y si hiciere fruto, bien; y si no, la cortarás después. y si con esto diere fruto, bien; mas si no, tú entonces la cortarás.
10 Y enseñaba en una sinagoga en sábado. Y estaba enseñando en una de las sinagogas en un día de sábado.
11 Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enhestar. Y he aquí una mujer que tenía un espíritu de enfermedad ya por diez y ocho años, y estaba agobiada, y no podía en manera alguna enderezarse.
12 Y como Jesús la vió, llamóla, y díjole: Mujer, libre eres de tu enfermedad. Y como Jesús la viese, llamóla a sí, y le dijo: Mujer, libre eres de tu enfermedad.
13 Y puso las manos sobre ella; y luego se enderezó, y glorificaba á Dios. Y puso sobre ella las manos; y al instante ella se enderezó, y glorificaba a Dios.
14 Y respondiendo el príncipe de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese curado en sábado, dijo á la compañía: Seis días hay en que es necesario obrar: en éstos, pues, venid y sed curados, y no en días de sábado. Mas el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hiciera curación en el sábado, respondió y dijo al pueblo: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos pues venid, y sed curados, y no en el día de sábado.
15 Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en sábado su buey ó su asno del pesebre, y lo lleva á beber? El Señor entonces le respondió, y dijo: ¡Hipócritas! ¿cada uno de vosotros, no desata del pesebre su buey o su asno en el sábado, y los lleva a abrevar?
16 Y á esta hija de Abraham, que he aquí Satanás la había ligado dieciocho años, ¿no convino desatar la de esta ligadura en día de sábado? ¿Y acaso esta mujer, siendo hija de Abraham, a quien, he aquí, hace diez y ocho años que Satanás la ligó, no debiera ser desatada de esta ligadura en día de sábado?
17 Y diciendo estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios: mas todo el pueblo se gozaba de todas las cosas gloriosas que eran por él hechas. Y diciendo él esto, todos sus adversarios quedaron avergonzados, y todo el pueblo se regocijaba de todas las cosas gloriosas que eran hechas por él.
18 Y dijo: ¿Á qué es semejante el reino de Dios, y á qué le compararé? Dijo entonces: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo he de asemejar?
19 Semejante es al grano de la mostaza, que tomándolo un hombre lo metió en su huerto; y creció, y fué hecho árbol grande, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas. Semejante es a un grano de mostaza, que un hombre tomó y lo sembró en su huerto; y creció, y vino a ser árbol; y las aves del cielo posaron en sus ramas.
20 Y otra vez dijo: ¿Á qué compararé el reino de Dios? Y dijo otra vez: ¿A qué semejaré el reino de Dios?
21 Semejante es á la levadura, que tomó una mujer, y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado. Semejante es a la levadura, que tomó una mujer y la encubrió en tres medidas de harina, hasta que el todo quedó fermentado.
22 Y pasaba por todas las ciudades y aldeas, enseñando, y caminando á Jerusalem. Y pasaba por entre las ciudades y aldeas, enseñando y caminando hacia Jerusalem.
23 Y díjole uno: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Y le dijo uno: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
24 Porfiad á entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Esforzaos para entrar por la puerta estrecha; porque yo os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
25 Después que el padre de familia se levantare, y cerrare la puerta, y comenzareis á estar fuera, y llamar á la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos; y respondiendo os dirá: No os conozco de dónde seáis. Una vez que se haya levantado el padre de familia, y haya cerrado la puerta, y comenzareis, estando fuera, a llamar a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos; y él respondiendo, os dijere: No os conozco ni sé de dónde sois.
26 Entonces comenzaréis á decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste; Entonces comenzaréis a decir: En tu presencia hemos comido y bebido, y tú has enseñado en nuestras plazas;
27 Y os dirá: Dígoos que no os conozco de dónde seáis; apartaos de mí todos los obreros de iniquidad. mas él dirá: Dígoos que no sé de dónde sois: apartaos de mí todos los obradores de iniquidad.
28 Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando viereis á Abraham, y á Isaac, y á Jacob, y á todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros excluídos. Allí será el lloro y el crujir de dientes, cuando viereis a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, y a todos los profetas en el reino de Dios, mas a vosotros echados fuera.
29 Y vendrán del Oriente y del Occidente, del Norte y del Mediodía, y se sentarán á la mesa en el reino de Dios. Y vendrán del Oriente y del Occidente, y del Norte y del Mediodía, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
30 Y he aquí, son postreros los que eran los primeros; y son primeros los que eran los postreros Y he aquí que hay postreros que serán primeros, y hay primeros que serán postreros.
31 Aquel mismo día llegaron unos de los Fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. En aquella misma hora vinieron ciertos fariseos que le decían: Sal, y véte de aquí; porque Herodes quiere matarte.
32 Y les dijo: Id, y decid á aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y acabo sanidades hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Mas él les dijo: Id y decid a aquella zorra: He aquí que echo fuera demonios, y hago curaciones hoy y mañana, y el tercer día soy hecho perfecto.
33 Empero es menester que hoy, y mañana, y pasado mañana camine; porque no es posible que profeta muera fuera de Jerusalem. Empero es menester que yo camine hoy, y mañana, y pasado mañana; porque no es posible que un profeta perezca fuera de Jerusalem.
34 ¡Jerusalem, Jerusalem! que matas á los profetas, y apedreas á los que son enviados á ti: ¡cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina sus pollos debajo de sus alas, y no quisiste! ¡Oh Jerusalem, Jerusalem! tú que matas a los profetas, y apedreas a los que a ti son enviados, ¡cuántas veces quise recoger tus hijos, como la gallina recoge sus polluelos debajo de sus alas; y no quisiste!
35 He aquí, os es dejada vuestra casa desierta: y os digo que no me veréis hasta que venga tiempo cuando digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor. He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y yo os digo: No me veréis más, hasta que venga el tiempo cuando digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
navigate_before Lucas 12 Lucas 14 navigate_next
arrow_upward Arriba