Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 EN esto, juntándose muchas gentes, tanto que unos á otros se hollaban, comenzó á decir á sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los Fariseos, que es hipocresía. ENTRETANTO, habiéndose juntado a millares y millares las gentes, de manera que unos a otros se atropellaban, comenzó Jesús a decir a sus discípulos primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía;
2 Porque nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que no haya de ser sabido. pues nada hay encubierto que no haya de ser descubierto, ni escondido, que no haya de saberse.
3 Por tanto, las cosas que dijisteis en tinieblas, á la luz serán oídas; y lo que hablasteis al oído en las cámaras, será pregonado en los terrados. Por eso, cuanto habéis dicho en tinieblas, en la luz del día será oído; y lo que habéis hablado al oído en las alcobas, será pregonado sobre los terrados.
4 Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que matan el cuerpo, y después no tienen más que hacer. Mas yo os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después no tienen más que puedan hacer.
5 Mas os enseñaré á quién temáis: temed á aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en la Gehenna: así os digo: á éste temed. Os enseñaré empero a quién debéis temer: Temed a Aquel que después de matar, tiene poder de echar en el infierno; en verdad os digo: Temedle a él.
6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos blancas? pues ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? y ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
7 Y aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis pues: de más estima sois que muchos pajarillos. Mas aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. ¡No temáis: vosotros valéis más que muchos pajarillos!
8 Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; Y yo os digo, que todo aquel que me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre también a él le confesará delante de los ángeles de Dios.
9 Mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
10 Y todo aquel que dice palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado. Y cualquiera que dijere palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
11 Y cuando os trajeren á las sinagogas, y á los magistrados y potestades, no estéis solícitos cómo ó qué hayáis de responder, ó qué hayáis de decir; Y cuando os trajeren ante las sinagogas, y a los magistrados, y a las autoridades, no tengáis cuidado de cómo o de qué hayáis de responder, o de lo que hayáis de decir:
12 Porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que será necesario decir. porque el Espíritu Santo os enseñará en aquella misma hora lo que conviene decir.
13 Y díjole uno de la compañía: Maestro, di á mi hermano que parta conmigo la herencia. Y uno de en medio de la multitud le dijo: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez ó partidor sobre vosotros? Mas él le dijo: Hombre ¿quién me ha puesto a mí sobre vosotros por juez o repartidor?
15 Y díjoles: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Les dijo, pues: Mirad, y guardaos de toda suerte de codicia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
16 Y refirióles una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado mucho; También les habló una parábola, diciendo: El campo de cierto hombre rico había producido mucho:
17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo donde juntar mis frutos? y él discurría dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré? porque no tengo donde pueda recoger mis frutos.
18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; Y dijo: Haré esto: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores; y allí recogeré todos mis productos y mis bienes:
19 Y diré á mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, huélgate. y diré a mi alma: ¡Alma, tienes muchos bienes almacenados para muchos años! ¡descansa! ¡come, bebe, huélgate!
20 Y díjole Dios: Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será? Pero Dios le dijo: ¡Insensato! esta noche tu alma te será demandada; y lo que has prevenido ¿de quién será?
21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios. Así es el que atesora para sí, y no es rico para con Dios.
22 Y dijo á sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis. Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, sobre lo que habéis de comer; ni por vuestro cuerpo, sobre lo que habéis de vestir.
23 La vida más es que la comida, y el cuerpo que el vestido. Porque la vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen cillero, ni alfolí; y Dios los alimenta. ¿Cuánto de más estima sois vosotros que las aves? Considerad los cuervos, que ellos ni siembran ni siegan; los cuales no tienen almacén ni troje; y Dios los alimenta: ¿cuánto más valéis vosotros que las aves?
25 ¿Y quién de vosotros podrá con afán añadir á su estatura un codo? Y ¿quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a lo largo de su vida?
26 Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás? Pues si ni siquiera una cosa tan mínima así podéis hacer, ¿por qué os afanáis respecto de lo demás?
27 Considerad los lirios, cómo crecen: no labran, ni hilan; y os digo, que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Considerad los lirios, cómo crecen: no trabajan ni hilan; mas yo os digo que ni aun Salomón, en toda su gloria, fué vestido como uno de éstos.
28 Y si así viste Dios á la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada en el horno; ¿cuánto más á vosotros, hombres de poca fe? Y si a la hierba, que está hoy en el campo, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
29 Vosotros, pues, no procuréis qué hayáis de comer, ó qué hayáis de beber: ni estéis en ansiosa perplejidad. Así que no andéis buscando qué hayáis de comer, o qué hayáis de beber, ni seáis de ánimo dudoso.
30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; que vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. Porque las naciones del mundo buscan ansiosamente todas estas cosas: y vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
31 Mas procurad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. Antes bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y estas cosas os serán dadas por añadidura.
32 No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino. No temáis, manada pequeña, porque al Padre le place daros el reino.
33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca se agota, donde ladrón no llega, ni polilla consume:
34 Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón. porque donde estuviere vuestro tesoro allí estará vuestro corazón.
35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras antorchas encendidas; Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
36 Y vosotros semejantes á hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y llamare, luego le abran. y sed vosotros mismos como hombres que aguardan a su señor, cuando haya de volver de las bodas; a fin de que cuando venga y llame, le abran al instante.
37 Bienaventurados aquellos siervos, á los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten á la mesa, y pasando les servirá. ¡Bienaventurados aquellos siervos, a quienes su señor, cuando viniere, los hallare velando! en verdad os digo, que él mismo se ceñirá, y haciendo que ellos se sienten a la mesa, se llegará y les servirá.
38 Y aunque venga á la segunda vigilia, y aunque venga á la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son los tales siervos. Y si viniere en la segunda vigilia, o en la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.
39 Esto empero sabed, que si supiese el padre de familia á qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Esto empero sabed, que si supiera el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría, y no dejaría minar su casa.
40 Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá. Estad vosotros también prevenidos; porque a la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.
41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola á nosotros, ó también á todos? Pedro entonces dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?
42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para que á tiempo les dé su ración? Y el Señor dijo: ¿Quién es pues el mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su familia, para darles la ración a su tiempo?
43 Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando el señor viniere, hallare haciendo así. Bienaventurado aquel siervo, a quien su señor cuando viniere, le hallare haciendo así.
44 En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes. En verdad os digo, que le pondrá sobre todos sus bienes.
45 Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir: y comenzare á herir á los siervos y á las criadas, y á comer y á beber y á embriagarse; Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a pegar a los criados y a las criadas, y a comer, y a beber, y a embriagarse;
46 Vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera, y á la hora que no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles. vendrá el señor de aquel siervo en el día que él no espera, y a la hora que él no sabe; y le azotará con la mayor severidad, y le señalará su parte con los criados infieles.
47 Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme á su voluntad, será azotado mucho. Pues el siervo que conoció la voluntad de su señor, y no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, será castigado con muchos azotes:
48 Mas el que no entendió, é hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco: porque á cualquiera que fué dado mucho, mucho será vuelto á demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido. mas el que no supo, e hizo cosas dignas de azotes, será castigado con pocos azotes: porque a todo aquel a quien se ha dado mucho, mucho le será exigido; y a quien se ha encomendado mucho, más será demandado de él.
49 Fuego vine á meter en la tierra: ¿y qué quiero, si ya está encendido? Vine a echar fuego en la tierra; ¿y qué quiero, si ya está encendido?
50 Empero de bautismo me es necesario ser bautizado: y ¡cómo me angustio hasta que sea cumplido! Empero yo tengo un bautismo de que he de ser bautizado; ¡y cómo me angustio hasta que se cumpla!
51 ¿Pensáis que he venido á la tierra á dar paz? No, os digo; mas disensión. ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo que no, sino antes división.
52 Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres. Porque de ahora en adelante habrá cinco en una misma casa divididos, tres contra dos, y dos contra tres.
53 El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra. Serán divididos padre contra hijo, e hijo contra padre; madre contra hija, e hija contra madre; suegra contra nuera, y nuera contra suegra.
54 Y decía también á las gentes: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así. Decía también a las gentes: Cuando veis una nube que se eleva desde el poniente, decís luego: Viene una tempestad; y así sucede.
55 Y cuando sopla el austro, decís: Habrá calor; y lo hay. Y cuando sopla el Austro, decís: Hará calor; y lo hace.
56 ¡Hipócritas! Sabéis examinar la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo no reconocéis este tiempo? ¡Hipócritas! sabéis interpretar la variada apariencia de la tierra y del cielo, ¿pues cómo no sabéis interpretar las señales de este tiempo?
57 ¿Y por qué aun de vosotros mismos no juzgáis lo que es justo? ¿Y también por qué de vosotros mismos no juzgáis lo que es justo?
58 Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; porque no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. Cuando vas, pues, con tu adversario ante el magistrado, haz lo posible en el camino por librarte de él; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te eche en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allá, hasta que hayas pagado hasta el último maravedí. Yo te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último maravedí.
navigate_before Lucas 11 Lucas 13 navigate_next
arrow_upward Arriba