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Nuevo Testamento

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Mateo 24

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La continuación de los tiempos
Desde la destrucción de Jerusalén hasta la venida del Hijo del Hombre
Marcos 13:1-37; Lucas 21:5-30; 17:22-37

1 Salió Jesús y, mientras se alejaba del templo, sus discípulos se acercaron a él para mostrarle los edificios del templo. 2 Pero él les dijo: ¿No veis todo esto? En verdad os digo, que no quedará aquí una piedra sobre otra que no sea derribada. 3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se acercaron a él, aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo será esto? ¿Y cuál será la señal de tu venida, y de la consumación del siglo? 4 Y Jesús respondiendo, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. 6 Oiréis de guerras, y de rumores de guerras; no os alarméis, porque es necesario que esto suceda; pero todavía no será el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres y terremotos en diferentes lugares. 8 Todas estas cosas son el principio de dolores.

9 Entonces os entregarán a la tribulación y os matarán; y seréis aborrecidos por todas las naciones a causa de mi nombre. 10 Muchos entonces tropezarán y se entregarán unos a otros; y unos a otros se aborrecerán. 11 Muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos. 12 Por abundar la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. 13 Pero el que persevere hasta el fin será salvo. 14 Y este evangelio del reino será predicado en toda la tierra habitada, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

15 Por tanto, cuando veáis la abominación de la desolación, de que habló Daniel el profeta, en el lugar santo (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea huyan a las montañas; 17 y el que esté en la azotea, que no baje a sacar nada de su casa; 18 y el que esté en el campo, que no vuelva atrás a tomar su ropa. 19 Pero ¡ay de las que estén encinta, y de las que estén amamantando en aquellos días! 20 Orad para que vuestra huida no sea en invierno, ni en sábado; 21 porque habrá entonces gran tribulación, como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás la habrá. 22 Si no se acortaran aquellos días, nadie podría salvarse; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

23 Entonces, si alguno os dice: ¡Aquí está el Cristo!, o: ¡Allí está!, no lo creáis; 24 porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y darán grandes señales y prodigios, tratando de extraviar incluso a los escogidos si fuera posible. 25 Esto os he dicho de antemano. 26 Y si os dijeran que está en el desierto, no valláis. O: ¡Está en los aposentos!, no los creáis. 27 Porque como el relámpago sale del este, y brilla hasta el oeste, así será la venida del Hijo del hombre. 28 Dondequiera que esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.

29 Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos. 30 Entonces, aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que viene sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31 Enviará a sus ángeles con gran sonido de trompeta, y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, de un extremo del cielo hasta el otro.

32 Pero de la higuera aprended la parábola: Cuando su rama ya se hace tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca; 33 así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que él está cerca, a las puertas. 34 En verdad os digo, que no pasará esta generación, hasta que todo esto sea hecho. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Estar preparados
Marcos 13:32-37; Lucas 17:26, 30, 34-35

36 Pero sobre aquel día y hora, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, ni tampoco el Hijo, sino el Padre solamente. 37 Mas como eran los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día que Noé entró en el arca, 39 y no comprendieron hasta que vino el diluvio, y se los llevó a todos; así será también la venida del Hijo del hombre. 40 Entonces dos estarán en el campo; uno será tomado, y el otro dejado; 41 estarán dos mujeres moliendo en el molino, una será tomada y la otra dejada. 42 ¡Velad, pues, ya que no conocéis en qué día ha de venir vuestro Señor! 43 Pero sabed esto, que si el amo de casa hubiera sabido a qué hora llegara el ladrón, velaría, y no dejaría forzar su casa. 44 Por tanto, estad vosotros también preparados; porque a la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.

El siervo bueno y el malo
Lucas 12:41-48

45 ¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor ha puesto sobre los de su casa, para darles el alimento a su tiempo? 46 ¡Bienaventurado aquel siervo, a quien su señor cuando venga lo encuentre haciendo así! 47 De cierto os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 48 Pero, si es un siervo malo, que dice en su corazón: ¡Mi señor tarda!, 49 y comienza a pegar a sus compañeros y a comer y beber con los borrachos; 50 vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y a la hora que no conoce, 51 y lo castigará con gran severidad, y le asignará su parte con los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

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