La Buena Semilla
Versículos de diciembre 2024
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor… Por tanto, también vosotros estad preparados.
(Mateo 24:42-44)
Vestíos… como escogidos de Dios… de entrañable misericordia, de benignidad… soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
(Colosenses 3:12-13)
A la noche siguiente se le presentó el Señor (a Pablo) y le dijo: Ten ánimo.
(Hechos 23:11)
En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon… Pero el Señor estuvo a mi lado.
(2 Timoteo 4:16-17)
(Jesús dijo:) De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
(Mateo 18:3)
Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.
(Hechos 3:19)
Dios… bajo cuyas alas has venido a refugiarte.
(Rut 2:12)
Los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
(Salmo 36:7)
Os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
(Éxodo 19:4)
¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
(Santiago 4:14)
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
(Salmo 90:12)
Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho.
(Isaías 28:23)
¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra del Señor.
(Jeremías 22:29)
Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios.
(Lucas 11:28)
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
(Apocalipsis 1:8)
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
(Juan 6:68)
Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
(Romanos 10:9)
(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mateo 11:28)
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
(Mateo 25:41)
Mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.
(Job 33:12-13)
(Jesús dijo:) Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
(Juan 13:13)
¡Oh Señor! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti.
(Jeremías 32:17)
El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos.
(Deuteronomio 33:27)
El anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
(Romanos 10:1)
Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
(Hechos 12:5)
La tierra… debajo de ella está como convertida en fuego.
(Job 28:5)
Los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
(2 Pedro 3:10)
Porque has puesto al Señor… al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal… A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
(Salmo 91:9-11)
Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.
(Salmo 95:7-8)
Vuelve ahora en amistad con él (Dios), y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.
(Job 22:21)
Quédate conmigo, no temas… pues conmigo estarás a salvo.
(1 Samuel 22:23)
El Señor te guardará de todo mal; el guardará tu alma.
(Salmo 121:7)
Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
(Juan 11:40)
En quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso.
(1 Pedro 1:8)
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro… En tu presencia hay plenitud de gozo… Tu rostro buscaré, oh Señor.
(Salmos 4:6, 16:11, 27:8)
No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.
(Romanos 1:16)
Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.
(Salmo 61:1-4)
Yo me acosté y dormí, y desperté, porque el Señor me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí.
(Salmo 3:5-6)
Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios.
(Salmo 45:2)
¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! (Jesús)
(Juan 7:46)
Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
(Juan 17:3)
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
(1 Juan 5:13)
Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
(2 Timoteo 1:12)
(Dios) es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.
(Efesios 3:20)
Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
(2 Corintios 8:9)
Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad.
(Tito 2:13-14)
(Jesús dijo:) Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
(Mateo 28:18)
Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
(Juan 20:28-29)
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay… Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
(Juan 14:1-3)
El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.
(Jeremías 10:23)
Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano.
(Salmo 37:23-24)
Así dijo el Señor… : yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida.
(Isaías 49:8, 15-16)
No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
(Isaías 43:1)