Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 Y MIRÉ, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos. ENTONCES miré, y he aquí que en la expansión que estaba sobre las cabezas de los querubines, fué vista por encima de ellos una como piedra de zafiro, como si fuese la apariencia de la semejanza de un trono.
2 Y habló al varón vestido de lienzos, y díjole: Entra en medio de la ruedas debajo de los querubines, é hinche tus manos carbones encendidos de entre los querubines, y derrama sobre la ciudad. Y entró á vista mía. Y aquel que estaba sentado en él habló al varón vestido de lino blanco, diciendo: Entra en medio de las ruedas, por debajo del querubín, y llena tus manos de ascuas de fuego de en medio de los querubines, y espárcelas sobre la ciudad. Y él entró delante de mi vista.
3 Y los querubines estaban á la mano derecha de la casa cuando este varón entró; y la nube henchía el atrio de adentro. Y estaban los querubines de pie a la derecha de la Casa, cuando entró aquel varón; y la nube llenaba el atrio interior.
4 Y la gloria de Jehová se levantó del querubín al umbral de la puerta; y la casa fué llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová. Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del querubín, y se paró encima del umbral de la Casa; y llenóse la Casa de la nube, y el atrio fué lleno del resplandor de la gloria de Jehová.
5 Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla. Y el ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Todopoderoso, cuando él habla.
6 Y aconteció que, como mandó al varón vestido de lienzos, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y paróse entre las ruedas. Y fué así, cuando mandó al varón vestido de lino blanco, diciendo: Toma fuego de adentro de as ruedas, de en medio de los querubines, que él entró, y se quedó en pie junto a una de las ruedas.
7 Y un querubín extendió su mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines, y tomó, y puso en las palmas del que estaba vestido de lienzos, el cual lo tomó y salióse. Entonces extendió el querubín su mano de en medio de los querubines, al fuego que estaba en medio de los querubines, y tomó de él, y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino blanco; el cual lo tomó, y salió.
8 Y apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas. Y se vió en los querubines la forma de la mano de un hombre, por debajo de sus alas.
9 Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto á los querubines, junto á cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como el de piedra de Tarsis. Y miré, y he aquí que había cuatro ruedas junto a los querubines, una rueda junto a un querubín, y otra rueda junto a otro querubín; y la apariencia de las ruedas era como el resplandor de una piedra de crisólito.
10 Cuanto al parecer de ellas, las cuatro eran de una forma, como si estuviera una en medio de otra. Y en cuanto a su apariencia, las cuatro tenían una misma semejanza; como si una rueda estuviese atravesada en medio de otra rueda.
11 Cuando andaban, sobre sus cuatro costados andaban: no se tornaban cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía el primero, en pos de él iban; ni se tornaban cuando andaban. Cuando iban, caminaban sobre sus cuatro lados indistintamente; no mudaban de frente cuando caminaban, sino que andaban hacia la parte adonde miraba la cabeza de cada cual, siguiendo tras de ella: no mudaban de frente cuando caminaban.
12 Y toda su carne, y sus costillas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas, lleno estaba de ojos alrededor en sus cuatro ruedas. Y todo su cuerpo, y sus espaldas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas, llenos estaban de ojos por todos lados, es decir, las ruedas que tenían los cuatro querubines.
13 Á las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda! En cuanto a las ruedas, oyéndolo yo, fueron llamadas: Torbellino.
14 Y cada uno tenía cuatro rostros. El primer rostro era de querubín; el segundo rostro, de hombre; el tercer rostro, de león; el cuarto rostro, de águila. Y cada uno de los seres vivientes tenía cuatro caras: la primera cara, cara de querubín, y la segunda cara, cara de hombre, y a tercera cara, de león, y la cuarta cara, de águila.
15 Y levantáronse los querubines; éste es el animal que vi en el río de Chebar. Luego se remontaron los querubines. Éste fué el ser viviente que yo había visto junto al río Kebar.
16 Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas también no se volvían de junto á ellos. Y al caminar los querubines, caminaban las ruedas junto a ellos; y al alzar los querubines sus alas para remontarse sobre la tierra, las ruedas también no se apartaban de junto a ellos.
17 Cuando se paraban ellos, parábanse ellas, y cuando ellos se alzaban, alzábanse con ellos: porque el espíritu de los animales estaba en ellas. Al detenerse aquéllos, éstas se detenían; y al remontarse aquéllos, éstas se remontaban juntamente con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas.
18 Y la gloria de Jehová se salió de sobre el umbral de la casa, y paró sobre los querubines. Entonces se elevó la gloria de Jehová de encima del umbral de la Casa, y se puso encima de los querubines.
19 Y alzando los querubines sus alas, levantáronse de la tierra delante de mis ojos: cuando ellos salieron, también las ruedas al lado de ellos: y paráronse á la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos. Luego los querubines alzaron sus alas, y se remontaron de sobre la tierra delante de mi vista, cuando salieron, y las ruedas de consuno con ellos: y esta como carroza se detuvo a la entrada de la puerta oriental de la Casa de Jehová; y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.
20 Éste era el animal que vi debajo del Dios de Israel en el río de Chebar; y conocí que eran querubines. Éste fué el ser viviente que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Kebar: y yo conocía que eran querubines.
21 Cada uno tenía cuatro rostros, y cada uno cuatro alas, y figuras de manos humanas debajo de sus alas. Todos ellos tenían cuatro caras cada uno, y cuatro alas tenían cada uno; y había la semejanza de manos de un hombre por debajo de sus alas.
22 Y la figura de sus rostros era la de los rostros que vi junto al río de Chebar, su mismo parecer y su ser; cada uno caminaba en derecho de su rostro. Y en cuanto a la semejanza de sus caras, eran las mismas caras que yo había visto junto al río Kebar; y lo mismo sus apariencias y ellos mismos. Todos ellos caminaban en derechura de sus cuatro caras.
navigate_before Ezequiel 9 Ezequiel 11 navigate_next
arrow_upward Arriba