Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Llegó también a Derbe y a Listra; y había allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego; DESPUÉS llegó á Derbe, y á Listra: y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía fiel, mas de padre Griego.
2 de quien los hermanos en Listra e Iconio daban buen testimonio. De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
3 Quiso Pablo que este fuese con él; y tomándolo, lo circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego. Éste quiso Pablo que fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era Griego.
4 Al pasar por las ciudades, entregaban los decretos que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén para que los observaran. Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.
5 Así que las iglesias eran fortalecidas en la fe, y su número aumentaba día tras día. Así que, las iglesias eran confirmadas en fe, y eran aumentadas en número cada día.
6 Pasaron por la región de Frigia y de Galacia, habiéndoles impedido el Espíritu Santo que predicasen la palabra en Asia; Y pasando á Phrygia y la provincia de Galacia, les fué prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.
7 y llegando frente a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia; mas el Espíritu no les dejó.
8 Pasando cerca de Misia, descendieron a Troas. Y pasando á Misia, descendieron á Troas.
9 Pablo tuvo una visión por la noche: un macedonio estaba de pie rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Y fué mostrada á Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa á Macedonia, y ayúdanos.
10 Cuando vio la visión, en el acto procuramos partir para Macedonia; concluyendo que Dios nos había llamado para predicarles el evangelio. Y como vió la visión, luego procuramos partir á Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
11 Zarpando de Troas, navegamos directamente a Samotracia; y al día siguiente a Neápolis; Partidos pues de Troas, vinimos camino derecho á Samotracia, y el día siguiente á Neápolis;
12 y de allí a Filipos, que es la primera ciudad del distrito de Macedonia y una colonia; y nos quedamos en esta ciudad algunos días. Y de allí á Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
13 El sábado salimos fuera de la puerta, junto a un río, donde suponíamos que habría un lugar de oración, y sentados, hablamos con las mujeres allí reunidas. Y un día de sábado salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos á las mujeres que se habían juntado.
14 Y una mujer llamada Lidia, negociante de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, escuchaba; y el Señor abrió su corazón para que prestara atención a las cosas dichas por Pablo. Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
15 Cuando fue bautizada con su familia, nos rogó diciendo: Si me habéis juzgado ser fiel al Señor, entrad en mi casa y quedaros en ella. Y nos obligó. Y cuando fué bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y constriñónos.
16 Yendo nosotros al lugar de oración, una muchacha que tenía espíritu de adivinación nos salió al encuentro, la cual daba a sus amos mucha ganancia adivinando. Y aconteció, que yendo nosotros á la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.
17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces diciendo: ¡Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, que anuncian el camino de salvación! Esta, siguiendo á Pablo y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.
18 Y repetía esto durante muchos días; hasta que Pablo, muy disgustado, se volvió y dijo al espíritu: Te ordeno en el nombre de Jesucristo que salgas de ella. Y al instante salió. Y esto hacía por muchos días; mas desagradando á Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
19 Sus amos, viendo desaparecer la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, los arrastraron a la plaza pública ante las autoridades, Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas, y los trajeron al foro, al magistrado;
20 y presentándolos ante los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, perturban nuestra ciudad Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni practicar a nosotros que somos romanos. Y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.
22 Se amotinó la multitud contra ellos; y los magistrados, desgarrándoles los vestidos, mandaron azotarlos con varas. Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.
23 Habiéndoles dado muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardara con seguridad. Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia:
24 Y habiendo recibido dicha orden, el carcelero los metió en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo. El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.
25 Hacia la media noche, Pablo y Silas, orando, cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban; Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
26 y de repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que fueron sacudidos los cimientos de la cárcel; al instante se abrieron todas las puertas de los calabozos y se les soltaron las cadenas a todos. Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
27 Despertando el carcelero, y viendo las puertas de la cárcel abiertas, sacó la espada e iba a matarse, pensando que los presos habían huido. Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
28 Pero Pablo gritó con fuerza, diciendo: ¡No te hagas ningún daño, porque todos estamos aquí! Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.
29 Él pidió luz, entró aprisa y, tembloroso, se postró ante Pablo y Silas; Él entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
30 los sacó fuera, y preguntó: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
31 Ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa. Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
32 Y le anunciaron la palabra de Dios a él y a todos los que estaban en su casa. Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que están en su casa.
33 Tomándolos en aquella hora de la noche, el carcelero les lavó las heridas, y en seguida fue bautizado él y todos los suyos. Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
34 Los llevó a su casa, les puso la mesa y se regocijaba en gran manera con todos los suyos, habiendo creído a Dios. Y llevándolos á su casa, les puso la mesa: y se gozó de que con toda su casa había creído á Dios.
35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron a los alguaciles a decir al carcelero que soltara a aquellos hombres. Y como fué, día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir á aquellos hombres.
36 El carcelero dijo a Pablo: Los magistrados han ordenado: Soltarlos; ¡ahora, pues, salid e id en paz! Y el carcelero hizo saber estas palabras á Pablo: Los magistrados han enviado á decir que seáis sueltos: así que ahora salid, é id en paz.
37 Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin juzgarnos, siendo nosotros romanos, nos metieron en la cárcel, ¿y ahora nos expulsan en secreto? ¡No, por cierto! Antes, vengan ellos mismos a soltarnos. Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin ser condenados, siendo hombres Romanos, nos echaron en la cárcel; y ¿ahora nos echan encubiertamente? No, de cierto, sino vengan ellos y sáquennos.
38 Los alguaciles contaron esto a los magistrados; y tuvieron miedo al oír que eran romanos; Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oído que eran Romanos.
39 vinieron y les suplicaron; y sacándolos fuera, les rogaron que salieran de la ciudad. Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.
40 Al salir de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto a los hermanos, los consolaron y se fueron. Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.
navigate_before Hechos 15 Hechos 17 navigate_next
arrow_upward Arriba