Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 ¡CUÁN hermosos son tus pies en los calzados, oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro. ¡CUÁN hermosas son las pisadas de tus pies en sandalias, oh hija de príncipe! Los contornos de tus caderas son como joyas, obra de manos de hábil artífice;
2 Tu ombligo, como una taza redonda, Que no le falta bebida. Tu vientre, como montón de trigo, Cercado de lirios. tu cintura, como un tazón elegantemente torneado, donde nunca falta vino bien sazonado; tu cuerpo, como montón de trigo revestido de azucenas;
3 Tus dos pechos, como dos cabritos Mellizos de gama. tus dos pechos como mellizas de gacela;
4 Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como las pesqueras de Hesbón junto á la puerta de Bat-rabbim; Tu nariz, como la torre del Líbano, Que mira hacia Damasco. tu cuello como una torre de marfil; tus ojos como los estanques de Hesbón, junto a la puerta de Batrabbim; tu nariz como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo; Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey Ligada en los corredores. Tu cabeza posa sobre ti como el Carmelo; y tu suelta cabellera es lustrosa como la púrpura: ¡un rey está preso en tus trenzas!
6 ¡Qué hermosa eres, y cuán suave, Oh amor deleitoso! ¡Cuán hermosa y cuán dulce eres, oh amada mía, entre todas las delicias!
7 Y tu estatura es semejante á la palma, Y tus pechos á los racimos! Esa tu talla es parecida a la palma, y tus pechos son como racimos de uvas.
8 Yo dije: Subiré á la palma, Asiré sus ramos: Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas; Subiré, digo para mí, en la palma, asiré las ramas de ella; ¡sean pues tus pechos como los racimos de la vid, y la fragancia de tu aliento como de manzanas,
9 Y tu paladar como el buen vino, Que se entra á mi amado suavemente, Y hace hablar los labios de los viejos. y tu paladar como el mejor vino... que fluye suavemente para mi amado, deslizándose por los labios de los dormidos!
10 Yo soy de mi amado, Y conmigo tiene su contentamiento. ¡Yo soy de mi amado, y su cariño es para mí!
11 Ven, oh amado mío, salgamos al campo, Moremos en las aldeas. ¡Ven, amado mío, salgamos al campo; alojémonos en las aldeas;
12 Levantémonos de mañana á las viñas; Veamos si brotan las vides, si se abre el cierne, Si han florecido los granados; Allí te daré mis amores. y, madrugando para salir a las viñas, veamos si las vides han brotado y están en cierne; si los ganados han echado sus flores: allí te daré mis caricias.
13 Las mandrágoras han dado olor, Y á nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y añejas. Que para ti, oh amado mío, he guardado. ¡Las mandrágoras despiden su fragancia, y junto a nuestras puertas están toda suerte de frutas exquisitas, tanto nuevas como añejas, que tengo guardadas para ti, oh amada mío!
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