Biblia paralela

# Moderna 1929 actualizada 2020 close Reina-Valera revisada 1909 close
1 Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, Y COMO fueron cerca de Jerusalem, de Bethphagé, y de Bethania, al monte de las Olivas, envía dos de sus discípulos,
2 y les dijo: Id a la aldea que está frente a vosotros, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, que nadie ha montado todavía; desatadlo y traedlo. Y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallaréis un pollino atado, sobre el cual ningún hombre ha subido; desatadlo y traedlo.
3 Si alguien os pregunta ¿Por qué hacéis esto? Decid: El Señor lo necesita; y al instante os lo enviará. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo ha menester: y luego lo enviará acá.
4 Fueron y hallaron un pollino atado a una puerta, fuera, en la calle; y lo desataron. Y fueron, y hallaron el pollino atado á la puerta fuera, entre dos caminos; y le desataron.
5 Algunos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Y unos de los que estaban allí, les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino?
6 Ellos les dijeron tal y como Jesús había dicho; y los dejaron ir. Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado: y los dejaron.
7 Trajeron el pollino a Jesús. Echaron sobre el pollino sus mantos, y Jesús se sentó sobre él. Y trajeron el pollino á Jesús, y echaron sobre él sus vestidos, y se sentó sobre él.
8 Muchos tendieron asimismo sus mantos por el camino y, otros, ramas, habiéndolas cortado en el campo. Y muchos tendían sus vestidos por el camino, y otros cortaban hojas de los árboles, y las tendían por el camino.
9 Tanto los que iban delante como los que seguían, gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor°! Y los que iban delante, y los que iban detrás, daban voces diciendo: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor.
10 ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas! Bendito el reino de nuestro padre David que viene: ¡Hosanna en las alturas!
11 Entró en Jerusalén, en el templo; y después de mirar todo a su alrededor, siendo ya tarde, se dirigió hacia Betania con los doce. Y entró Jesús en Jerusalem, y en el templo: y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, salióse á Bethania con los doce.
12 Al día siguiente, cuando salían de Betania, él tuvo hambre. Y el día siguiente, como salieron de Bethania, tuvo hambre.
13 Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, fue por si algo podía encontrar en ella. Y cuando llegó, nada halló, sino hojas, porque no era el tiempo de higos. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si quizá hallaría en ella algo: y como vino á ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos.
14 Al darse cuenta, le dijo: De aquí en adelante que nadie coma fruto de ti jamás. Y sus discípulos lo oyeron. Entonces Jesús respondiendo, dijo á la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos.
15 Llegaron a Jerusalén. Y entrando en el templo, comenzó a echar a los que vendían y a los que compraban en el templo; volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas; Vienen, pues, á Jerusalem; y entrando Jesús en el templo, comenzó á echar fuera á los que vendían y compraban en el templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
16 y no permitía que nadie transportara objeto alguno por el templo. Y no consentía que alguien llevase vaso por el templo.
17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: «Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones?» [Isaías 56:7] Pero vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones. Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi casa, casa de oración será llamada por todas las gentes? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
18 Lo oyeron los jefes de los sacerdotes y los escribas, y buscaban cómo matarlo; porque le temían, pues la multitud estaba asombrada de su enseñanza. Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarían; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.
19 Al atardecer, salieron de la ciudad. Mas como fué tarde, Jesús salió de la ciudad.
20 Por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.
21 Acordándose Pedro, le dijo: Mira, Rabí, la higuera que maldijiste se ha secado. Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado.
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios.
23 En verdad os digo: El que diga a esta montaña: Quítate, y échate en el mar, y no dude en su corazón, sino crea que se cumple lo que dice, lo tendrá. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.
24 Por eso os digo que todo por lo que oráis y pedís, creed que lo habéis recibido, y lo tendréis. Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
25 Cuando estéis en pie orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien; para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras ofensas. Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también á vosotros vuestras ofensas.
26 Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
27 Llegaron otra vez a Jerusalén; y andando él por el templo, los jefes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a él, Y volvieron á Jerusalem; y andando él por el templo, vienen á él los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos;
28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio esta autoridad para que las hagas? Y le dicen: ¿Con qué facultad haces estas cosas? ¿y quién te ha dado esta facultad para hacer estas cosas?
29 Jesús les dijo: Os preguntaré una sola cosa, respondedme y os diré con qué autoridad hago esto. Y Jesús respondiendo entonces, les dice: Os preguntaré también yo una palabra; y respondedme, y os diré con qué facultad hago estas cosas:
30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme. El bautismo de Juan, ¿era del cielo, ó de los hombres? Respondedme.
31 Pero ellos razonaban entre sí, diciendo: Si respondemos: Del cielo dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? Entonces ellos pensaron dentro de sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
32 Si decimos: De los hombres, temían al pueblo (porque todos tenían a Juan por verdadero profeta); Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo: porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta.
33 y respondieron a Jesús: No sabemos. Y Jesús les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago estas cosas. Y respondiendo, dicen á Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dice: Tampoco yo os diré con qué facultad hago estas cosas.
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