Biblia paralela

# Reina-Valera revisada 1909 close Moderna 1929 close
1 Y OTRA vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca. Y ENTRÓ Jesús otra vez en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
2 Y le acechaban si en sábado le sanaría, para acusarle. Y le observaban disimuladamente, por ver si le sanaría en día de sábado, para poderle acusar.
3 Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate en medio. Él entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Ponte de pie en medio.
4 Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábado, ó hacer mal? ¿salvar la vida, ó quitarla? Mas ellos callaban. Luego a ellos les dice: ¿Cuál es lícito, hacer bien en día de sábado, o hacer mal? ¿salvar la vida, o matar? Mas ellos callaban.
5 Y mirándolos alrededor con enojo, condoleciéndose de la ceguedad de su corazón, dice al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió, y su mano fué restituída sana. Y mirándolos en torno suyo con indignación, entristecido a causa de la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió; y la mano le fue restituída.
6 Entonces saliendo los Fariseos, tomaron consejo con los Herodianos contra él, para matarle. Y saliendo los fariseos, entraron en consejo contra él con los Herodianos, para ver cómo pudieran destruirle.
7 Mas Jesús se apartó á la mar con sus discípulos: y le siguió gran multitud de Galilea, y de Judea. Jesús, pues, con sus discípulos, se retiró al mar; y le siguió una inmensa multitud de Galilea, y de Judea.
8 Y de Jerusalem, y de Idumea, y de la otra parte del Jordán. Y los de alrededor de Tiro y de Sidón, grande multitud, oyendo cuán grandes cosas hacía, vinieron á él. Y de Jerusalem, y de Idumea, y de más allá del Jordán, y de en derredor de Tiro y de Sidón, una muchedumbre inmensa, al oír cuán grandes cosas hacía, acudían a él.
9 Y dijo á sus discípulos que le estuviese siempre apercibida la barquilla, por causa del gentío, para que no le oprimiesen. Y dijo a sus discípulos que una barquilla le asistiese de continuo, a causa del gentío, para que no le oprimiesen;
10 Porque había sanado á muchos; de manera que caían sobre él cuantos tenían plagas, por tocarle. porque había sanado a muchos, de modo que caían sobre él para tocarle cuantos tenían mal alguno.
11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Los espíritus inmundos también, siempre que le veían, caían en tierra delante de él, y gritaban, diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios!
12 Mas él les reñía mucho que no le manifestasen. Mas él les mandaba mucho, que no le pusiesen de manifiesto.
13 Y subió al monte, y llamó á sí á los que él quiso; y vinieron á él. Y subió a la montaña, y llamó a sí los que él mismo quiso; y vinieron a él.
14 Y estableció doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos á predicar. Y constituyó a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar;
15 Y que tuviesen potestad de sanar enfermedades, y de echar fuera demonios: y para tener potestad de sanar enfermedades, y de echar fuera demonios:
16 Á Simón, al cual puso por nombre Pedro; a saber, Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro;
17 Y á Jacobo, hijo de Zebedeo, y á Juan hermano de Jacobo; y les apellidó Boanerges, que es, Hijos del trueno; y Santiago hijo de Zebedeo, y Juan hermano de Santiago, a quienes puso por sobrenombre Boanerges, que significa: Hijos del trueno;
18 Y á Andrés, y á Felipe, y á Bartolomé, y á Mateo, y á Tomas, y á Jacobo hijo de Alfeo, y á Tadeo, y á Simón el Cananita, y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago hijo de Alfeo, y Tadeo, y Simón el celote,
19 Y á Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron á casa. y Judas Iscariote, el cual también le entregó; y volvieron a casa.
20 Y agolpóse de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. Y se juntó otra vez la multitud, de manera que no podían ellos ni siquiera comer pan.
21 Y como lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle: porque decían: Está fuera de sí. Y cuando lo oyeron los suyos, salieron para echar mano de él; porque decían; Está fuera de sí.
22 Y los escribas que habían venido de Jerusalem, decían que tenía á Beelzebub, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Pero los escribas que vinieron de Jerusalem, decían: ¡Tiene a Beelzebub y en unión con el príncipe de los demonios, echa fuera los demonios!
23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera á Satanás? Y él los llamó a sí, y les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
24 Y si algún reino contra sí mismo fuere dividido, no puede permanecer el tal reino. Y si un reino se divide contra sí mismo, no puede permanecer aquel reino.
25 Y si alguna casa fuere dividida contra sí misma, no puede permanecer la tal casa. Y si una casa se divide contra sí misma, no podrá permanecer aquella casa.
26 Y si Satanás se levantare contra sí mismo, y fuere dividido, no puede permanecer; antes tiene fin. Y si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que tiene fin.
27 Nadie puede saquear las alhajas del valiente entrando en su casa, si antes no atare al valiente y entonces saqueará su casa. Ninguno puede entrar en la casa del poderoso, y saquear sus efectos, si primero no atare al poderoso; y entonces saqueara su casa.
28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados á los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera con que blasfemaren; En verdad os digo que todo género de pecados será perdonado a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera con que blasfemaren:
29 Mas cualquiera que blasfemare contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, mas está expuesto á eterno juicio. mas el que blasfemare contra el Espíritu Santo no tiene perdón jamás, sino que queda sujeto a eterna condenación;
30 Porque decían: Tiene espíritu inmundo. por cuanto decían: Espíritu inmundo tiene.
31 Vienen después sus hermanos y su madre, y estando fuera, enviaron á él llamándole. Vinieron pues sus hermanos y su madre, y estando fuera, enviaron a él, llamándole.
32 Y la gente estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos te buscan fuera. Y una multitud estaba sentada alrededor de él; y algunos le dijeron: He aquí tu madre y tus hermanos allá fuera te buscan.
33 Y él les respondió, diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Mas él les respondió: ¿Quién es mi madre, y quiénes mis hermanos?
34 Y mirando á los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y hermanos. Y mirando en derredor a los que estaban sentados en torno de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
35 Porque cualquiera que hiciere la voluntad de Dios, éste es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. Porque aquel que hiciere la voluntad de Dios, este mismo es mi hermano, y hermana, y madre.
navigate_before Marcos 2 Marcos 4 navigate_next
arrow_upward Arriba