y le libró de todas sus tribulaciones, y dióle gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto; el cual le constituyó gobernador de Egipto y de toda su casa.
Según la gracia de Dios que me ha sido dada, como arquitecto sabio, yo eché el cimiento, y otro edifica sobre él: pero mire cada uno cómo edifica sobre él.
Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, siendo él rico, por vuestra causa se hizo pobre, para que vosotros, por medio de su pobreza, llegaseis a ser ricos.
Dijo Esaú además: ¿Qué propones con toda esta muchedumbre de ganado que acabo de encontrar? A lo que respondió Jacob: Es para hallar gracia en los ojos de mi señor.
Ya pues que abundáis en todo, en fe, en don de palabra, en ciencia, y en toda diligencia; y en vuestro amor hacia nosotros, ved que abundéis en esta gracia también.
Dijo entonces Esaú: Permite que ponga a tu servicio parte de la gente que está conmigo. Mas dijo Jacob: ¿Para qué esto? ¡Halle yo gracia en los ojos de mi señor!
Por medio de Silvano, nuestro fiel hermano, según yo le conceptúo, os he escrito brevemente, exhortando y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios; estad firmes, pues, en ella.
El que ni aun a su propio Hijo perdonó, sino que le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos ha de dar también de pura gracia, todas las cosas juntamente con él?
PABLO, y Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia a vosotros y paz, de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
En efecto, pastoreé el rebaño destinado al matadero, verdaderamente un rebaño desdichado; y tomé para mí dos cayados; al uno le llamé Gracia, y al otro Ataduras; y así pastoreé el rebaño.
Y pondré en medio de ellas señales; y enviaré los escapados de ellas a las naciones; a Tarsis, y a Pul y a Lud, que manejan el arco, a Tubal y a Javán, a las tierras lejanas que no han oído mi fama, ni han visto mi gloria; y ellos anunciarán mi gloria entre las naciones.
Y dijo Rut la moabita a Noemí: Me iré, si te parece, al campo, y recogeré espigas en pos de cualquiera en cuyos ojos yo hallare gracia. Y ella dijo: Anda, hija mía.
Largo tiempo pues se quedaron allí, hablando denodadamente en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen señales y maravillas por las manos de ellos.
Por lo cual, ceñid los lomos de vuestro ánimo, sed sobrios, y tened vuestra esperanza puesta completamente en la gracia que os ha de ser traída al tiempo de la manifestación de Jesucristo;
sino antes regocijaos, por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo; para que también, cuando su gloria fuere revelada, os regociéis con gozo extremado.
Desciende de tu gloria, y siéntate sedienta, oh hija, habitadora de Dibón; porque el despojador de Moab ha subido contra ti; ha destruído tus fortalezas.
Dijo pues el rey a Siba: ¡He aquí que tuyo es todo lo que pertenece a Mefiboset! Y respondió Siba: ¡Me inclino ante ti! ¡halle yo gracia en tus ojos, señor mío, oh rey!
Habite ricamente en vosotros la palabra de Cristo, con toda sabiduría; enseñandoos y amonestándoos los unos a los otros, con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios.
Por lo cual, recibiendo nosotros un reino que no puede ser movido, tengamos gracia, por medio de la cual sirvamos a Dios, de un modo que le sea acepto, con reverencia y temor filial:
Y él respondió: Varones hermanos, y padres, escuchad: El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando él en Mesopotamia, antes que habitase en Carán;
mas hablamos la sabiduría de Dios en misterio; es decir, sabiduría que ha estado encubierta, la cual predestinó Dios, antes de los siglos, para gloria nuestra;
Nosotros somos insensatos por causa de Cristo, mas vosotros sois sabios en Cristo; nosotros somos débiles, mas vosotros sois fuertes; vosotros tenéis gloria, mas nosotros deshonra.
Grande es mi confianza para hablaros; grande es mi gloria por causa vuestra: estoy lleno de consuelo, sobreabundo en alegría en medio de toda nuestra aflicción.
A lo que ella respondió: ¡Halle yo gracia en tus ojos, señor mío! porque me has consolado, y porque has hablado cariñosamente a tu sierva; aunque yo no sea como una de estas tus siervas.
Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos religiosos siguieron a Pablo y a Bernabé; los cuales, hablando con ellos, los exhortaban a que permaneciesen firmes en la gracia de Dios.
el cual ha llegado a vosotros; así como en todo el mundo está dando fruto y creciendo, lo mismo que entre vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad;
Y dijo Moisés a Jehová: ¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿y por qué he hallado tan poca gracia en tus ojos que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?
De la misma manera, vosotros los jóvenes, someteos a los ancianos; y todos vosotros, ceñíos de humildad, para servir los unos a los otros; porque Dios resiste a los soberbios, mas da gracia a los humildes.