El orden de la Casa (capítulos 2 al 6)

La primera Epístola de Pablo a Timoteo


Para que Timoteo pudiera presentar el orden de la Casa a los santos, necesitaba tener una buena comprensión de la misma. Pablo escribió esta Epístola con ese mismo propósito. Dijo: «Estas cosas te escribo, esperando ir pronto a verte, pero si me retraso, para que sepas cómo debes comportarte en la Casa de Dios» (cap. 3:14-15). Siendo así, en los capítulos 2 al 6, Pablo expone a Timoteo el orden de la Casa y la conducta adecuada a cada esfera en ella. Las tres esferas de privilegio y responsabilidad en la Casa de Dios –sacerdocio, oficio y don– se abordan una por una, y se esboza cuidadosamente el orden debido para cada una. Timoteo debía entonces usar este modelo como su guía para dirigir a los santos en una línea de conducta que fuera adecuada para la Casa.

De manera similar, a Ezequiel se le dio el modelo de la Casa de Dios para el reino milenario venidero de Cristo. Debía «mostrar» el “modelo” de la Casa a «la casa de Israel», con el fin de que se avergonzaran «de sus pecados» (Ez. 43:10). Al descubrir cuál era el orden de Dios para su Casa, el pueblo de Israel debía aprender de qué manera se había alejado del ideal de Dios, y esto produciría en ellos el arrepentimiento. El Señor no solo quería que Ezequiel «mostrara» al pueblo el modelo de la casa; también quería que el pueblo lo “midiera” por sí mismo. La medición sugeriría tener algo más que una comprensión intelectual de la verdad de la Casa de Dios. Sería algo más profundo, que implicaría un conocimiento personal de esta verdad. Este es un ejercicio que todos necesitamos hacer en relación con la Casa de Dios hoy.

Al igual que en los días de Ezequiel, si aprendemos el orden correcto de la Casa espiritual de Dios, tal como se presenta en las Escrituras, nos sorprenderá lo mucho que se han desviado las cosas en la cristiandad del orden de Dios. Esto debería dar lugar a que cada persona ejercitada se aleje de todas las asociaciones cristianas no bíblicas que no llevan las marcas del debido orden de la Casa de Dios (2 Tim. 2:19-22).


arrow_upward Arriba