Biblia paralela

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1 ¡HIJO mío, da atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mi inteligencia! HIJO mío, está atento á mi sabiduría, Y á mi inteligencia inclina tu oído;
2 para que guardes la discreción, y tus labios conserven la ciencia. Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia.
3 Porque los labios de la extraña destilan miel, y más suave que el aceite es su boca; Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite;
4 pero sus dejos son amargos como el ajenjo, y penetrantes como una espada de dos filos. Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como cuchillo de dos filos.
5 Sus pies descienden a la muerte, sus pasos van a parar al infierno. Sus pies descienden á la muerte; Sus pasos sustentan el sepulcro:
6 Para que no consideres atentamente la senda de la vida, sus senderos son variables; nunca los podrás conocer Sus caminos son instables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida.
7 ¡Ahora pues, oh hijos, escuchadme, y no os apartéis de las palabras de mi boca! Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca.
8 ¡Aleja de aquélla tu camino! ¡no te acerques a la entrada de su casa! Aleja de ella tu camino, Y no te acerques á la puerta de su casa;
9 no sea que entregues tu honra a otros, y tus años al cruel; Porque no des á los extraños tu honor, Y tus años á cruel;
10 no sea que los extraños se harten de tu sustancia, y tus labores se gasten en casa de una gente de tierra extraña; Porque no se harten los extraños de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño;
11 y tú gimas a tu postrimería, cuando se hayan gastado tus carnes y tu cuerpo, Y gimas en tus postrimerías, Cuando se consumiere tu carne y tu cuerpo,
12 y digas: ¡Cómo aborrecí la instrucción, y mi corazón rehusó la corrección; Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión;
13 y no escuché la voz de los que me enseñaban, ni a mis maestros incliné mi oído! Y no oí la voz de los que me adoctrinaban, Y á los que me enseñaban no incliné mi oído!
14 Poco faltó para que me viera en toda suerte de mal, en medio de la Asamblea y de la Congregación. Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.
15 ¡Bebe las aguas de tu misma cisterna, y corrientes que manan de en medio de tu propio pozo! Bebe el agua de tu cisterna, Y los raudales de tu pozo.
16 ¿Acaso tus manantiales deben derramarse por las calles, y tus corrientes de aguas, por las plazas? Derrámense por de fuera tus fuentes, En las plazas los ríos de aguas.
17 Sean tuyas solamente, y no de los extraños juntamente contigo. Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo.
18 ¡Sea tu fuente bendita, y regocíjate con la mujer de tu juventud! Sea bendito tu manantial; Y alégrate con la mujer de tu mocedad.
19 ¡séate ella como la amable cierva y la graciosa gacela; sus pechos te embriaguen en todo tiempo, y anda siempre ciego de su amor Como cierva amada y graciosa corza, Sus pechos te satisfagan en todo tiempo; Y en su amor recréate siempre.
20 Pues ¿por qué, hijo mío, andarás ciego f por la extraña, y te abrazarás con el seno de una meretriz? ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?
21 Porque los caminos del hombre están delante de Jehová, y él considera atentamente todos sus senderos. Pues que los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas.
22 Al hombre malo le prenderán sus mismas iniquidades, y será tenido en los lazos de sus pecados. Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y detenido será con las cuerdas de su pecado.
23 El tal morirá por falta de instrucción, y en la grandeza de su locura andará perdido. Él morirá por falta de corrección; Y errará por la grandeza de su locura.
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