Biblia paralela

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1 TAMBIÉN digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es señor de todo; DIGO empero, así: Mientras que el heredero es niño, no difiere en nada de un siervo, aunque es señor de todo;
2 Mas está debajo de tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. sino que está bajo guardianes y tutores, hasta el tiempo señalado por su padre.
3 Así también nosotros, cuando éramos niños, éramos siervos bajo los rudimentos del mundo. Así también nosotros, judíos, cuando éramos niños, estábamos sujetos a servidumbre, bajo los rudimentos mundanos de la ley.
4 Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito á la ley, Mas cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo ley,
5 Para que redimiese á los que estaban debajo de la ley, á fin de que recibiésemos la adopción de hijos. para redimir a los que estaban bajo ley, para que recibiésemos la adopción de hijos.
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre. Y por cuanto sois hijos, ha enviado Dios el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, clamando: ¡Abba, Padre!
7 Así que ya no eres más siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por Cristo. Por manera que ya no eres más siervo, sino hijo; y si hijo, luego heredero de Dios por medio de Cristo.
8 Antes, en otro tiempo, no conociendo á Dios, servíais á los que por naturaleza no son dioses: Por otra parte, en aquel tiempo, vosotros, gentiles, no conociendo a Dios, estabais bajo servidumbre a los que por su naturaleza no son dioses.
9 Mas ahora, habiendo conocido á Dios, ó más bien, siendo conocidos de Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo á los flacos y pobres rudimentos, en los cuales queréis volver á servir? Mas ahora, ya que habéis conocido a Dios, o mas bien habéis sido conocidos por Dios, ¿cómo tornáis atrás a aquellos débiles y desvirtuados rudimentos, a que deseáis estar otra vez en servidumbre?
10 Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años. Guardáis días, y meses, y tiempos, y años:
11 Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros. ¡témome respecto de vosotros, no sea que, de algún modo, haya trabajado por vosotros en vano!
12 Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros: ningún agravio me habéis hecho. Os ruego, hermanos, que seáis como yo; pues yo soy como vosotros. No me habéis hecho agravio alguno.
13 Que vosotros sabéis que por flaqueza de carne os anuncié el evangelio al principio: Al contrario, sabéis que fué por causa de enfermedad corporal, que os prediqué el evangelio la primera vez;
14 Y no desechasteis ni menospreciasteis mi tentación que estaba en mi carne: antes me recibisteis como á un ángel de Dios, como á Cristo Jesús. y lo que era para vosotros una prueba en mi carne, no lo despreciasteis, ni rechazasteis; sino que me recibisteis como un ángel de Dios, como Cristo Jesús mismo.
15 ¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos. ¿Dónde pues está ahora aquella felicitación vuestra de entonces? porque os doy testimonio que si fuera posible, os hubierais sacado los ojos, y me los hubierais dado.
16 ¿Heme pues hecho vuestro enemigo, diciéndoos la verdad? ¿Es así pues, que me he hecho enemigo vuestro, diciéndoos la verdad?
17 Tienen celos de vosotros, pero no bien: antes os quieren echar fuera para que vosotros los celéis á ellos. Aquellos que os seducen tienen celo por vosotros, pero no con honrado intento: más aún, querrían excluiros de nosotros, para que tuvieseis celo por ellos.
18 Bueno es ser celosos en bien siempre; y no solamente cuando estoy presente con vosotros. Bien está que seáis celosos por lo que es bueno, en todo tiempo, y no solamente mientras yo esté presente con vosotros.
19 Hijitos míos, que vuelvo otra vez á estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros; Hijitos míos, por quienes estoy otra vez en dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,
20 Querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy perplejo en cuanto á vosotros. quisiera estar presente con vosotros ahora, y mudar mi voz de tristeza en gozo; porque estoy perplejo respecto de vosotros.
21 Decidme, los que queréis estar debajo de la ley, ¿no habéis oído la ley? Decidme, los que deseáis estar bajo sistema de ley, ¿no oís la ley?
22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre. Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, el uno de la esclava, y el otro de la mujer libre.
23 Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa. Mas el de la esclava nació según la carne, empero el de la mujer libre nació por medio de la promesa divina.
24 Las cuales cosas son dichas por alegoría: porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar. Las cuales cosas son dichas alegóricamente; porque estas dos mujeres son dos pactos; el uno que dimana del monte Sinaí, que engendra hijos para servidumbre, el cual es Agar,
25 Porque Agar ó Sinaí es un monte de Arabia, el cual es conjunto á la que ahora es Jerusalem, la cual sirve con sus hijos. (pues que esta Agar es el monte Sinaí, en Arabia, y corresponde a la Jerusalem de ahora, porque está en servidumbre con todos sus hijos)
26 Mas la Jerusalem de arriba libre es; la cual es la madre de todos nosotros. empero la Jerusalem celestial es libre; la cual es madre de nosotros.
27 Porque está escrito: Alégrate, estéril, que no pares: Prorrumpe y clama, la que no estás de parto; Porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido. Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, que nunca has dado a luz; rompe en alabanzas y clama, tú que nunca estuviste de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene el marido.
28 Así que, hermanos, nosotros como Isaac somos hijos de la promesa. Y nosotros, hermanos, cual era Isaac, somos hijos de la promesa divina.
29 Empero como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Empero, como entonces sucedió, que el que nació según la carne persiguió al que nació según el espíritu, así también sucede ahora.
30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera á la sierva y á su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre. Sin embargo, ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y su hijo; porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la mujer libre.
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, mas de la libre. Por lo cual, hermanos, no somos nosotros hijos de la esclava, sino de la mujer libre.
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